Hades se enamoró de Perséfone, la hija de Deméter, y la raptó para hacerla su esposa y reina del inframundo. Sin la presencia de Perséfone, la tierra dejó de dar frutos. Zeus logró que Hades devolviera a Perséfone, pero ella había comido fruta del inframundo obligándola a regresar parte del año.
2. En medio de este reino tenebroso tenía Hades su
palacio. Sólo él podía llegar hasta allí y penetrar en su
interior.
Pero el oscuro dios se encontraba muy solo, porquePero el oscuro dios se encontraba muy solo, porque
ninguna mujer se animaba a casarse con él yninguna mujer se animaba a casarse con él y
convertirse en la reina de los Infiernos. Hades, sinconvertirse en la reina de los Infiernos. Hades, sin
embargo, era capaz de sentir amor y demostrarembargo, era capaz de sentir amor y demostrar
ternura…ternura…
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4. Harto de su soledad, un día se decidió a tomar esposa,
aunque fuera por la fuerza.
Pero él no quería cualquier mujer, sino que pretendía
a una muy dulce y hermosa: la joven Perséfone.
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6. Esta muchacha era hija de Zeus y Deméter, la diosa de
la fertilidad de los campos.
Era una joven alegre, muy amante de la libertad y de
las flores: por su propia voluntad, nunca hubiera
accedido a vivir en los Infiernos.
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8. Así que Hades, contando con el consentimiento de
Zeus, planeó raptarla: esperó a que Perséfone saliera
a pasear por los prados con sus amigas y cuando vio
que se separaba de ellas, entretenida con las
florecillas silvestres, abrió una brecha en la tierra y se
la llevó a su reino, sin hacer caso de sus gritos de
angustia.
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10. Una vez en los Infiernos, Perséfone no hacía más que
llorar y pedir que la devolvieran al aire libre, con su
madre.
11. Hades se esforzaba por demostrarle su amor,
diciéndole que ella sería allí la reina y señora, que él
sería un marido tierno y amante, que la haría feliz.
Pero sólo conseguía hacerla llorar aún más.
12. Mientras tanto su madre, Deméter, buscaba
desesperada a su única hija. Nadie le decía qué había
ocurrido, dónde se encontraba su niña, si se había
perdido o le había sucedido algo malo. Deméter
recorrió los cielos y la tierra entera, sin dar con ella.
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16. Sin su presencia, sin la protección de la diosa de las
cosechas, la tierra dejó de dar frutos y se convirtió en
un desierto seco y árido. Los hombres morían de
hambre, el mundo estaba a punto de extinguirse…
17. Zeus trató de convencer a Deméter para que volviera
a cuidar de los campos y que de nuevo se extendiera la
fertilidad en la tierra.
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19. - Estoy horrorizada al comprobar cómo tú, Zeus, el
propio padre de nuestra dulce Perséfone, has
permitido que ese horrible Hades la arrancara de mi
lado. ¿Cómo quieres que vuelva a dar la vida, si tú me
has quitado mi alegría? ¡Nunca!, óyeme, ¡nunca volverá
a haber frutos en la tierra mientras mi hija no esté
conmigo!
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22. Sin embargo, poco antes de su partida le pidió que,
aunque fuera por una sola vez, comiera con él uno de
los sabrosos frutos que crecían junto a su palacio.
Perséfone, feliz al saber que por fin podría marcharse,
accedió.
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24. La alegría de madre e hija al volver a encontrarse
conmovió a los cielos y a la tierra, que nuevamente
volvió a dar frutos y a cubrirse de flores y plantas.
Pero Perséfone, al poco tiempo de estar en libertad,
comenzó a sentir una extraña nostalgia: deseaba, sin
comprender muy bien por qué, regresar junto a Hades.
25. Al fin y al cabo, el dios de las tinieblas era bueno y
cariñoso, actuaba con justicia y la trataba como a una
auténtica reina; eso era cierto, aunque el lugar fuera
tan triste.
26. Los sentimientos de Perséfone no surgían porque sí:
los había provocado el fruto comido con Hades antes
de marcharse, porque quien prueba los alimentos del
infierno no puede resistirse a volver.
27. ¡Y Perséfone los había probado! No le quedaba otro
remedio que regresar al Hades, y sin embargo ahora la
idea no le parecía tan terrible...
Cuando lo supo Deméter, volvió la desesperación a su
pecho: así pues, ¿tendría que perder a su hija sin
remedio?