El documento habla sobre la importancia de atesorar las Escrituras. Explica que Jesús creía firmemente en las Escrituras como la Palabra de Dios y las había memorizado y guardado en su corazón. Cuando Satanás lo atacó, Jesús pudo defenderse citando palabras concretas de las Escrituras. El documento concluye sugiriendo que dediquemos tiempo a estudiar y memorizar la Palabra de Dios para que podamos defenderernos del enemigo también.