La crisis financiera internacional derivada de las hipotecas subprime en Estados Unidos y la debilidad del dólar frente al euro crearon un entorno más complicado para el sector del calzado. Esto llevó a cierres momentáneos de fabricantes de calzado, reducción de turnos y suspensión de actividades, resultando en un desaceleramiento de la producción de calzado y pérdida de empleos. Algunas soluciones propuestas incluyen promover el consumo interno para dinamizar el mercado, apoyar a las pequeñas empresas