La arquitectura islámica se desarrolló entre los siglos VII y XV d.C. en el mundo musulmán, tomando influencias de las culturas helenística, romana, bizantina y persa. Se caracteriza por la mezquita como principal tipología arquitectónica, el uso de arcos como herradura, túmidos y lobulados, la decoración epigráfica, geométrica y vegetal que llena todo el espacio, y el empleo de materiales como piedra, ladrillo y madera.