1. La necesidad de dormir
Los seres humanos pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo, esta es
una actividad necesaria, reparadora, durante el sueño se restablece el
equilibrio psicológico y físico.
Las necesidades de dormir cambian según la edad, estado de salud,
emociones y distintos factores.
En personas que padecen trastornos del sueño se desencadenan
consecuencias negativas como alteraciones en el humor, dificultad para
concentrarse, cansancio físico y mental, tensión, ansiedad. La manifestación
más característica del insomnio es la dificultad para conciliar o mantener el
sueño, en síntesis se padece de la falta de un sueño reparador.
En el caso de personas mayores el sueño es distinto, en general es más ligero
y con frecuentes despertares nocturnos. En este aspecto influyen en los
cambios de vida relacionados con la jubilación, la mayor incidencia de
problemas de salud y el incremento de medicación.
Tipos de insomnio:
Primario: Sucede cuando la causa que lo provoca no se identifica fácilmente
o no está asociada a ninguna otra enfermedad
2. Secundario: Tiene diferentes causas como trastorno mental, consumo de
medicamentos o ciertas sustancias, problemas ambientales (temperatura,
ruido), problemas sociales (familiares, laborales, estrés por trabajo o viaje)
Según la duración de esta sintomatología puede ser insomnio transitorio,
cuya duración es por unos días (menos de una semana), insomnio agudo que
puede llegar a durar de una semana a un mes, o bien el insomnio crónico que
tiene una duración mayor al mes.
Recomendaciones:
Busque las posibles causas del insomnio. Puede estar sucediendo por
factores controlables como ingesta de alcohol, o bien estrés por trabajo o
disgustos.
El sueño es un proceso fisiológico, es un error forzar el sueño cuando no
haya necesidad. Debemos ser realistas en cuanto a la cantidad de horas
nocturnas a dormir.
Mantenga un horario regular para acostarse y levantarse, incluyendo los fines
de semana y durante las vacaciones. Quienes realizan cambios constantes en
los horarios de sueño están aumentando la probabilidad de que se generen
dificultades graves y crónicas para dormir, es el caso de quienes trabajan en
horarios rotativos incluyendo horarios nocturnos.
Utilizar la cama solo para dormir, el tiempo suficiente, reducir la
permanencia en la cama mejora el sueño, por el contrario, mayor cantidad de
horas en la cama puede producir sueño fragmentado y liviano.
La siesta es mejor evitarla, pero si la necesita procure que no pase los 30
minutos.
Practicar ejercicios de relajación puede contribuir a un mejor descanso,
respiración lenta y relajada.
Cenar con un mínimo de dos horas antes de irse a dormir.
Evitar la automedicación, esto puede agravar el problema.
3. Referencias: Blog de la salud y el descanso Grupo Lo Monaco. Un espacio
creado íntegramente para aconsejar sobre salud, nutrición, posturas, hábitos,
buen dormir y más.
Lomonaco servicios al cliente, un compromiso diario el de llegar
directamente al usuario, practicar la escucha activa y ofrecer una solución
rápida y satisfactoria.