1. EL ARTE ÓPTICO (OP ART)
El arte óptico tiene sus precedentes en los años veinte con algunos trabajos que realizaban los maestros de
la Bauhaus (Moholy-Nao e Itten) y en los discos visuales que en la misma época construía Marcel
Duchamp. Hacia 1955 estas experiencias se enriquecieron con las investigaciones que realizaron
separadamente el ex profesor de la Baunhaus, Josef Albers en Estados Unidos, en París el húngaro
Vasarely y el venezolano Jesús Rafael Soto.
El arte óptico se manifiesta por una voluntad enérgica de romper las barreras del arte y la tecnología.
El arte óptico alcanzó su apogeo entre 1965 y 1968, extendiéndose rápidamente por Europa y América.
Las obras basadas en la percepción visual no fueron nada nuevo: Los artistas, simplemente utilizaban
distintos tipos de efectos visuales para lograr una mejor percepción. Lo nuevo en sí fue que los efectos se
convirtieron en contenido mismo de la obra.
Estas obras llevan al espectador a una participación activa, ya que permiten varias lecturas a diferencia de
la obra de arte tradicional, que autorizaba una sola interpretación. Al observar un cuadro perteneciente al
arte óptico, el espectador se sitúa a un estímulo visual que de acuerdo con su interés, su atención y el
tiempo que le dedique podrá darle diferentes respuestas.
Estas investigaciones en el campo óptico resultaron muy productivas y más tarde se aplicaron en la
publicidad, el diseño y la moda y de este modo este tipo de arte se insertó en los campos social y
comercial.
Estas obras tienen características comunes en su búsqueda de establecer una nueva relación entre la obra
y el espectador.
En cuanto al color; se redujo la complejidad cromática y se privilegiaron las composiciones en blanco y
negro; ya que resultan más dinámicos y provocativos a la hora de seguir efectos ópticos importantes.
Otra particularidad es la repetición de pequeños elementos, líneas, cuadros y puntos para formar un solo
sistema con el fin de conseguir mayor efecto.
Por último, el movimiento virtual constituye otro elemento fundamental en casi todas las obras ópticas. El
movimiento se consigue a través d su disposición repetitiva que hace que el espectador perciba un leve
movimiento en las composiciones.
Los artistas europeos más importantes de esta tendencia son: la inglesa Bridget Riley (n.1931), el húngaro
Víctor Vasarely (1908-1997) y en América los venezolanos Jesús Rafael Soto (n.1923) y Carlos Cruz – Diez
(n. 1923).
En Argentina existen según cierta clasificación, cuatro tipos de obras preocupados por el movimiento:
• Las cinéticas propiamente dichas (obras en momento real)
• Las cinéticas-ópticas (obras en movimiento óptico)
• Las luminoso-cinéticas (obras que actualizan movimientos luminosos)
• Las transformables (con elementos “transformables” por desplazamiento del espectador o
“manipulables”).
Todos estos fueron desarrollados tempranamente por los artistas argentinos, gran parte de los cuales
trabajaron en París desde 1958. Entre ellos, los integrantes del equipo de Recherche d· art visual: Julio Le
Parc, Horacio García Rossi y Francisco Sabrino. Otros artistas que trabajaron en direcciones coincidentes
con el Grupo de Recherche en París, fueron Gregorio Vardanega, Luis Tomasello, Hugo Demarco, Marta
Boto, y Antonio Asís.
Alicia Ipiña