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         europeo de America 24. Tarnbien los franceses van en esa direeci6n y en

          1998 Roger Chartier publico una eolecci6n de ensayos suyos bajo el titulo

         de Cultural History, en 1993 salio a la luz el euarto volumen de una impor­

         tante nueva historia de Francia con el tltulo de Lesformes de fa culture y en                                                                                                CAPtTULO 10

          1997 dos historiadores franeeses publiearon un manifiesto sobre historia

         cultural 25.
                                                                                                                                              HISTORlA DEL CUERPO REVISADA
             En cuanto a la hisroria de los coneeptos, en 1985 una irnportante uni­

         versidad estadounidense publico una recopilaci6n de ensayos de Koselleck                                                                                                        Roy porter

         con el titulo de Futures Pasty diez afios despues, en una introduccion crftica

         a la historia de los conceptos politicos y sociales, un famoso hisroriador nor­

         tearnericano del pensarniento politico trato en serio la historia de las menta­

         lidades y dedie6 mayor espacio aun ala historia de los eonceptos 26. En fecha                                                                                                  S~,";,,~ri<"   Mu.idi5Cipl;n"rio

         atin mas reciente se han celebrado frucdferas reuniones entre el grupo anglo­                                                                                                     J,;"{    r.",ii;c Gonz~ez




                                                                                                                                                                                         c...~~.A ~G
         americano y el aleman 27.



                                                               -~~~~                                                             ~ :kl.~                                                '--" VVL­
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                                                                                                                                                                                                        LlffZ-Kf'
                                                                                                                                                                                                                            e
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                                                                                                                                                        Haee unos atlos, Ferry Eagleton afirmaba: ((Actualmente, pocos rextos litera­
    e/ C.;/,                       -: /t:.              .<...-< C"
                                                                                                                                       -
                                                                                                                                      ---..
                                                                                                                                                    ~   rios cumplirfan con el canon historicista sin incluir al menos un euerpo
                                                                                                                                                        mutilado- '. Aplicando la observaei6n del cdtico literario al ambito de la his­

                                                                                                                                      ~
                                                                                                                                      C>
                                                                                                                                                        toriograR a, Mark Jenner 10 glosaba asi:
                                                                                                                                                           A juzgar por los cat:ilogos de las editoriales Y una serie de comentadoresYanis­
                                                                                                                                                .
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                                                                                                                                      .....(
                                                                                                                                                           tas imaginativos, vivimos una epoca somatica. Por 10 visto. en la actualidad el
                                                                                                                                                           «cuerpos es un vocable seductor. Si los lecrores de una universidad inglesancon­
                                              _. " . '        , '," : 1U M"N;)"0£1                                                                      gregaron una arnplia asistencia con su celebrado modulo de «Introduccio a la
                                                  ,'. ' ."       '.' r-.: pJEP,1C q,<'.t:'
                                                                       .     .. '. ": .', (	                                                                historia social de la medicinal>, al cambiar el dtulo por ..Historia del cuerpo» se
                                                                                                                                                            duplic6 el numero de estudiantes. En efecto, «el cuerpo» se ha convertido o­     al
                                                                                                                                                            parecer en un nuevo principio organizativo de la actividad intelectual angl
         2. J. Bremmer y H. Roodenburg (005.), A Cultural History ofG~Jtur~ (Cambridge. 1991); ibid..

         A CulturalHistory ofHumour (Cambridge. 1997); J. Elsner y J.'p, Rubies (eds.), Voyag~J and Visions:           americana2.

         A CulturalHistory of Travel (Londres, 1999).


                                                                                                                                                                                      A~Jth~tic
         2 R Chartier, CulturalHistory b~tw~m Praaices and &pmmtatiom (Cambridge, 1988. publicada

         prirnero en inglesl: A. Burguiere (ed.), L~Jfirm~J tk la culture (Paris. 1993); J. P. Rioux y J. F. Siri­ 1 F. Eagleton. The ItkoliJy;y oftilt        (Oxford, 1990). pag. 7, Las referencias esran par fuena

         nelli, Pourun« histoir~ cultur~//r (Paris. 1997).                                                         truncadas por falea de espacio; su selecci6n refleja ademas los prejuieios de uno de los primeros his­

                                                                                                                                                                                                                                    ofMtdicin~
         26 R Koselleck, Futures Past (1979), trad, inglesa, Cambridge, Mass.. 1985); M. Richter, Tbe HiJ­

         toryofPolitical and Social Concepn (Nueva York y Oxford. 1995),                                           toriadores moderno s ••Body. Image. Text in Early Modern Europe", Social HiJtory
                                                                                                                    2 Mark S. R Jenner
                                                                                                                                         de Gran Bretafla.                                                            12

         27 H. Lehmann y M. Richter (eds.), The M~aning ofHistorical Terms and Concept» (Washington.

         1996).
                                                                                                                                          (1999). pags. 143-54.


                                                                                                                                                                                                                                 ;27 1
_do, de un modo radieal, 10 ,uperio,idad de 10 no eorporeo, Ni, el psi­
Es interesante la lectura de la reflexion de Jenner, publicada en 1999. Hace                     ..,.nl!;,i" movinUen'o an,ivicrn,iano PO' an,ono"",ia, dio p,io,idad al duoS
diez allos, cuando redact': la version original de este capitulo, no existfa eso                 conscicnte/inconsdente (fantasia, represi6n) para explicar los trastornO
                                                                                                                                                                     ia
de «la historia del cuerpo» y precisamente yo abogaba en mi ensayo par su                         mentales refutando las explicaciones medicas basadas en la neurolog 0 en
creaci6n 3.                                                                                       Ia degeneraci6n hereditaria 8.
    En 10 que denominate «Historia del cuerpo I» explicaba la desatencion de                          Yo aftadirc= que un paralelismo a la paradoja freudiana se plantea en el

la historia del cuerpo en terrninos del arraigado desprecio por 10 sornatico en                   -nonamien'o ",uealdiann y po"modemo ,urgido estas nlnmas dteadas.

la cultura occidental. La filosoffa griega, particularmente a craves del con­                     Aunque ataran el mito del eogirn carreriano eon rodo manto ennUeva (el

cepto plaronico de Homo duplex, ese modelo dualista del hombre como                               sujero nnirario, 10 opo,icion autor/geoio, la interio,idad, etc.). esros ""allido'

mente que rige la materia, nos ha transmitido un perdurable legado cultural                       alci"" I", ,,,,,ituyrn por el no menos inmare,ial ambito di"u"ivo. Lleva<b

que prima la razon soberana y repudia el cuerpo como alga turbulento ", Por                        at extrem se ha utili-udo la rimbombante afirmaci6n derridiana n ny pas
«il
                                                                                                              o,
                                                                                                   "bon teae» pa" ",,,,'ionat eonerpto' empirico, de sentido eomu de cual ­ 

su parte, la herencia judeo-cristiana opuso a los goces carnales del hombre                                                                                       es
pecador 10 sagrado y 10 divino y, particularmente a traves del rnonacato, ins­                     quie realidad exeernaobjeriva (una de I" mas ",pocraeular es la del Holo­ o

tituyo sistemas para estimular la mortificacion de la carne 5.                                           r
                                                                                                    causto). Asi, aunque subversivo en ciertos aspectoS, el nuevo postmodernism

                                                                                                                                                                               o)
    Despues, los valores del Renacimiento rindieron homenaje a la espiritua­                        puede inrerp'eta= como una variant< del viejo ideali,mo (be,keleyan '.
lidad de la mente cosmica y propugnaron la reforrnulacion de la jerarqufa                                No pretendo dedr que el desprecio por esta espiral mortal haya sido mono ­
mente/cuerpo central al ulterior enunciado cartesiano de conciencia racional                        Uri"', poe, siernpre ha babido oontracorrien'''' que              ,_ban
                                                                                                                                                                    de de'nU,ificar el
(cogito) como faculrad exclusiva del ser humano, 10 divino en el hombre 0 el                         espiriruali,mo y el inreleetuali'mo PO' medic de Ia modula de 10 carnal. La
espfritu de la maquina 6. A pesar de rodo su antirracionalismo, el idealismo                         comedia rabelesian hizo de la corporalidad la piedra de toque de la realidad.
                                                                                                                         a
rornantico fue a continuacion un adalid de la primacia de la conciencia                              un ascenso insurrectO de altas pretensiones culturales 10. En un escenario ulte­
                                                                                                                                                                               ar'
(alma, imaginaci6n y genio creador) frente al materialismo filisteo yen con­                          rior,que" in,pi"ba e"redwnenre en Ia filo.roHa natural 'corpweul de la
tra de el, mientras que los victorianos proclamaban la supremada del indivi­                          Revoluci6n Ciendfica, pensadores de avant-garde de la Ilustraci6n, como La
duo de elevados pensamientos a culto sobre «los cuerpos viles» 7. Incluso los                         Menrie, Diderot y d'Holbach, encarnaron la experimentaci6n a traVes de los
movimientos que pusieron en entredicho tales ortodoxias acabaron reafir­                               sentidos, carne del materialismo filos6fico 11. Tarnpoco hay que simplifiear en

                                                                                                      ~                                         Fr~ud's
                                                                                                                       Th~           ofrh~                  Th~
                                                                                                      Para freud, ver William J. McGrath,                Discovt'I'J of psychoanalysis (Ithaca, NY, 1986".
   Hice un Uamamienro similar en Roy Porter, «Bodies of Thought: Thoughts about the Body in

                                                                                                                                                           ofth~
3
                                                                                                    H. f. Ellenberger,      Discovny        Unconscious:      History and Evolution ofDynamicpsychiatr;
 Eighteenth Century England)" en J. Pirock Wesson y Andrew Wear (eds.), Interpretation and Cul­
    (Nueva York, 1971); F. Sulloway. Frnul: Biologist          Mind (Nueva York, 1979) y J. M. Mason,
 turalHistory (Londres, 1990). pags. 82-108.
                                                       TheAssault on Truth: Frnul's Supprrsion ofthe Seduction Theory (Nueva York, 1983); Janet Oppen­
4 Naturalmenre, esto es una manera simplista de exponer una siruacion enormememe complicada.

                                                                                                    heim, .ShatterfdNerves»: Doctors. Patimtsand Deprrssion in Victorian England (oxford, 1991); T orn
                                                                                                                                                                                              s
Para los fundamenros intelectuales de eSlOS legados culrurales, ver Bennett Simon, Mind andMad­
 Lutz, Amtrican NmJo               1903: An Anecdotal History (Ithaca, NY. 1991)· Cierto psicoanalistas
 nm in Ancimt Greece (Ithaca, NY, 1978); E. R. Dodds, The Greeks and the Irrational (Berkeley.
                             usnm,
                                                                                                                             ofth~
                                                                                                     Ilegaron a negar la base no 5610 de la enfermedad ,<mental», sino de la propia enfennedad: ver
                                                                                                                                                                                                s,
 1951); H. North, Sophrosyne: Selftnowledge and Self-Rrstraint in Greek Litt"alUr~ (lrhaca, NY,

                                                                                                     G. Groddeck, The Book           It (Londres, 1950); id., The Meaning ofIllnm (Londre 1977).
 1966); F. Botromley. Attituder to the Body in Western ChristmMm (Londres, 1979). Ver rambien

                                                                                                                                        ofth~
                                                                                                     9 Es de selialar la vena m{stica en la crltica de la modernidad iguabnente hostil aI materialismo.
Drew Leder, TheAbsentBody (Chicago y Londres, 1990), que aborda el problema en Ia filosofia
          M. Berman, The Re_mchanrmmt               World (Londres, 1982), y F. Capra, The Turning point:
moderna.                                                                                       .

                                                                                                      Scimce. Society and the Rising Cultura (N ueva York, 1982). Para eI rratamienro de las implicacione'
5 Peter Brown, The Body and Society: Mm, Women and Sexual Rmunciation in Early Christianity

                                                                                                      de la refuraci6n al postmodernismo en eI sentido de que no exisre nada bajo el texro, ver Richard

                                                                                                              ""j'". ~"",. p'pb ,. "                                R,='m'''w (M.,,~. A1""~ "'i,",i~.
(Nueva York, 1988).

6 Aunque esro suele interpretarse erroneamenre. Ver como correctivos S. Tomaselli, "The Firsr Per­

son: Descartes, Locke and Mind - Body Dualism". HistQry ofScience. 22 (1984). pags. 185-205;

                                                                                                       Evans, In D1met of History (Londres, u.J
                                                                                                       " M.            fA                     1997).M.u.   J ,. ,/
                                                                                                                                                                                                              e­
                                                                                                                                                                                                 nmrot
                                                                                                       1990); P. Srallybrass y A. White, The Politics and Poetics ofTransgmsion (Ithaca. NY, 1986).

                                                                                                                                                                                          Memi~'s
T. Brown, "Descartes, Dualism and Psychosomatic Medicine.., en W, F. Bynum, Roy Porter y
              1 A. Vartanian, Didtrotand Descartes: A StudyofScimtific Naturalism in the Elighu              (Princ
                                                                                                                                                                                  th
                                                                                                                                                          yo"~""'         M,=· M,,"~["m "
Michael Shepherd (eds.), The Anatomy ofMadness, 2 vots. (Londres, 1985); vol. 2, pags, 40-62;
          ron, 1953); Ann Thomson, Materialism and Society in thf Mid_eighum Cmtury: La                      Dis­
R. B. Caner. Descartes 'Medical Philosophy (Baltimore, 1983).

, Un menosprecio realzado naruralmenre por la moiigaterla nadicional. eI bowdlerismo. etc, Ver

                                                                                                          W," "",/;m''''.  (Gi""'n y PMI,. 19B1l' J.              Thm."                             £'gh''''/'
                                                                                                         Century Britain (Minneapolis, 1983): id.. Perceptual Acquaintance from DescarteS to Reid (Minnea­
P. Fryer, Mrs Grundy: Studies in English Prudery (Londres, 1963); M, Jaeger. Beftre Victoria (Lon­

dres, 1956); E. J. Bristow, Via and Vigilance (Dublin. 1977); M. Quinlan, Victorian Praude (Nueva

                                                                                                         polis, 1984),
York, 1941); E. Trudgill. Madonnas and Magdalens (Londres. 1966),


                                                                                                                                                                                ')7~
na
                                                                                                  de10 ..,ciedad indusni,l, ,I cu"PO ha vudto a salit a =e       como fu,n" de
                                                                                                                                                                  n
                                                                                                 .. podet, nahajo y, pm coosigui,u", de valor. una in"rp""""io      qu' posibilita
 exceso el rradicional ennoblecimiento del espiriru y desconfiar del cuerpo; al
                                                                                                    cI sutgimi'nto SOCUnd,oo comp,usawrio dol               na<c~ismo
                                                                                                                                                              somatico (10 explo­
 fin y al cabo, a pesar de su horror por la concupiscencia, el cristianismo no es
 mas que la religion de una deidad que se hizo carne, de la eucarisda y de la                     . aciQn del-PO bello. =Y Ysano) dentro dol                  cap,ral~mo
                                                                                                                                                                 consum,"" ".
                                                                                                         Como en la tradici6n occidental dominante se ha depreciado de ese

 resurreccion de los cuerpos 12. El cristianisrno latino repudio el gnosticismo y
 el maniqueismo; el ascetismo no era un fin sino un medio y tales disciplinas                        ...,do el cuerpo, no" de sorptenck' (como a>gU[Q,nraha en .Histo,ia dol

                                                                                                     eu<tP" I.) que se haya d"a"ndido Ia -historia» dol euerpo- Hace cien afios

 de negaci6n de uno mismo exigian una estricta disciplina 13. De modo simi­
lar, aunque la filosofia clasica primaba mente [rente a materia, tambien dicta­                      "fundo la ","s" MinJ y hace cincU<n.. aft'" que se edira journal ofthe His-

minaba el corolario de mente sana en un cuerpo sana (mens sana in corpore                           ID"                                                   l
                                                                                                           ofIde"" p"o ,donde <Sci d ,quivakn" jouma of Body History?
                                                                                                          Aunque apelaba a un remedio, tarnbien prevenia en contra de enfoques
sano) y el concepto de que los tormentos de la corrupcion de la carne eran
                                                                                                      clesacertados. Era importance, en primer lugar, no caer en el reduccionismo
indispensables para la creatividad fue una herejia bohemia fin de sieck 14. Pero
aunque hay que serialar estas salvedades, 10 cierto es que hemos recibido un                          y qu< lah~toria   del cuapo fuese un mero rexto sobre biologia IUs""ica, una
                                                                                                       ptndi'n f.cilm,n" resboladiza hacia una sociob'ologia ", Sin ,mbargo,
legado cultural en el que sisternaricamente se polarizan los conceptos rnentey
                                                                                                       aunqU< ttsostenla qu< stria utopico iu"nta' una .ci,ncia» del cu"po sin
cuerpo dando primada al primero.
                                                                                                       mediaci6n dellenguaje, la metafora Yla cultura, aconsejaba cautela respecto
     Por tanto, sostenia yo hace diez afios que la mente europea parece haber
                                                                                                       ,I riesgo contrario, la omi<ion de datos ","piricos de la "miotica y la h,, ­
seguido, segun el modo sugerido por Vico y otros rnirografos, un curso de
«desantropomorfizacion» secular 15. Hubo un tiempo en que el cuerpo era de                              ""nlutica Ysobre rodo resptcto a "'trapolaciou" =geradas centrad'" en la
suma importancia, pues el cuerpo era 10 unico que los antiguos conocfan,                                tcoda y earentes de una salida contextualizaci6n hist6rica               :0.
                                                                                                            Sosten{a que no habra que desdefiar el enfoque de la historia del cuerpo
experimentaban y controlaban: rodo 10 dernas -la sociedad, el entorno, el
                                                                                                        ""diantt "'etod'" ,,,,piricos ",lidos, aunqu' indudabl'''''''''' en much",
                                                                                                                                                                       a
cosmos- se explicaba en funci6n de su analogia con el cuerpo (microcos­
mos/rnacrocosmos): el cuerpo era objeto idoneo de reflexion 16. Con el tiem­                             aspectos la infor.nacion resultara        =
                                                                                                                                                   ,Con qui frecu,nci rtalizaba la
po, las prolongaciones del hombre (civilizaciones, tecnologias) ernpequerie­
cieron el cuerpo, el hombre dejo de ser la medida de codas las cosas y cam­                            f,~ and physiomorphic Basis of Human Nature (Londres, 1990), de Graham Richards, i1ustra la cons­o
biaron los terrninos. Las prolongaciones antr6picas se impusieron sobre el                          uuccion de idenridades a rraves dellenguaje y las imagenes del cuerpo y la comprensi6n del mism
                                                                                                                                                                              do.

cuerpo y la sociedad dejo de ser parangonada a un organismo: cuerpo y                               I M. Featherstone, .The Body in Consumer Culture",        Th~ory, Cultur~
                                                                                                    a traves de Ia apropiaci6n mental del conceptO mas amplio del mun

                                                                                                                                                                                     0- Soci£ty. 1 (1982), pags.
                                                                                                                                                                   Th~
mente se equipararon a una maquina (mecanomorfismo) 17. En la ultima fase                            18-33; R. Jacoby, .Narcissism and the Crisis of Capitalism'., Telos, 44 (1980), pags, 58·65; C. Lasch,
                                                                                                     The Culture of Narcissism (Nueva York, 1979); Peter Falk.             Consuming Body (Thousand Oaks,

                                                                                                                                                             Th~
 12 Lu complejas relaciones entre alma y cuerpo en el cristianismo est:in bien expuestas en Rosalie  Calif., 1994); Bryan S. Turner. "Recent Developments in the Theory of the Body», en Mike Feat­
Osmond, Mutual Accusation: Sevmumth-cmtury Body and Soul Dialogues in thnr Liurary and Tht­          herstone. Mike Hepworth y Bryan S. Turner (eds.),               Body: Social Process and Cultural Theory
ological Context (Toronto, 1990).
                                                                                                                                                                               mics•                       o
13 Para una visi6n especulativa de la imporrancia del gnosticismo, ver Morris Berman, Coming to our   19 Un ejemplo reciente eli Born to Rebel: Birth Ordrr, Family Dina
                                                                                                      (Londres, 1991). pags. 1-35,                                                    and Creativt Lives (Nueva
Senses: Bodyand Spirit in th~ Hidtkn History ofthe We't (Nueva York. 1990).                           York. 1996). de FrankSu!loway. en eI que reduce cuestiones como la creatividad Y eIaetivism poll ­
14 Michel Foucault, Historia de fauxua/idad, Madrid. Siglo XXI, 1978, vol. 2, EI uso de lo,pfacm,;
vol. 3, La inqu{m;ddr sl. Para la psiquiatrfa y el ane 'degenerados•• ver Max Nordau, Degmn'ation      rico entre Hamada desimple orden de nacimiento.
                                                                                                       lJ> En mi
                                                                                                                    meUiws a atenci6n me base en Tht Tmnolous Privau Body (Londres. 1984). de Francis
(Nueva York, 1895); W. E. Bert, Tht Infirmifies ofGmius (Londres, 1952); T. B. Hyslop, TheGreat         Barker. A dtulo de analisis Iingiilstico "deeonstruccionista,' de un ejemplo en apariencia arbirrario de

                                                                                                              ,~          ,~ "'i"~"'ffire ,~o               "'''ri''''~
Abnormals (Londres, 1925); Roger 1. Williams, Th~ Horror ofLift (Londres, 1980); Jean Pierat. Th~       tatos dave (Hamlet. La lecrion tit anaromia, de Rembrandt; eI Diary, de Peppys, etC.) Barker con ­
Decadent ImagiNJtion (Chicago, 1981).                                                                   d""         d 'oaF",                          Mho      00 ob;= .pUb"",", •                     romo obio
                                                                                                         to de vergiienza narcisista dentro de la cultura burguesa del siglo XVII. y as! eI cuerpo "desapareda..
                                                                                                                                  _u,~o ,..Job' ""p1o=Io'"      ,~,..~
15 Peter Burke, Vieo (Oxford. 1985); Ernest Gellner. Plough, Sword and Book: The Structure of
Human History (Londtes. 1991).                                                                           I'" rom,l= rom molio d'                       y                          d .''''0',            roodwio·
16 Donald G. McRae, .The Body and Social Metaphor», en J. Benthall y T. Polhemus (eds.). Thr
Body as a Medium ofExprmion: An Antholo?J' (Nueva York, 1975). pags. 59-73. Para la rradici6n             ""md    <kllb~'" ,'''ow "', o,odi~ ",p««>.
                                                                                                                               d'                       ,~, ,.~,Io,
                                                                                                          nes a inferir de tanoesClSO material Y cuya valida quedaba minada por 10que en apariencia era una
                                                                                                                                                        ,        Ei ,.,Mi,i,        PO'            h,d' Bulre' d'
renacentista de la inrerpretaci6n del mundo en funci6n del cuerpo y d cuerpo en funci6n del               Rembrandt, 10 demoll J. R. R. Christie en .Bad News for the Body'" Art Hi,tory 9 (1986), pags.
                                                                                                                                                                                     ente
mundo, ver J. B. Bamborough, Thr Little WorlJofMan (Loodres, 1952); Leonard Barkan. Nature!               263-270. demos           a que su Iectura de Rembrandt resultaba plenam         invalidada por The Para­
Work ofArt: Tht Human Body asImage of the WorlJ (New Haven, 1975).                                                           rrando
                                                                                                           doxof Rembrandt's "Anatomy of Dr Tulp- (Londres, 1982). de William Schupbach.
17 O. Mayr, Authoril), Liberty and AutomaticMlUhin~j in Early Modern Europr (Baltimore. 1986);

David E. Leary, M~t4phorr in the Hijtory ofPsycholo?J' (Cambridge, 1990); On Psychological Langua­

                                                                                                                                                                                              -2 7,5
gente el coiro en los siglos pasados? (Que pOstura adoptaban? Son detaH
             que apenas se conocen 2/. Los diarios y carras no son muy elocuentes y hay                   es       Insisto en que la historia del cuerpo no consiste simplemente en devorar
            que desconfiar de las pruebas aporradas por fuenres como los grabados er6­                         c.stadisticas vitales, ni en un conjunto de tecnicas para descifrar las «repre ­
            ticos 0 los manuales que imparren consejos: las relaciones entre 10 prescrito                      senracionesll, sino que requiere mas bien buscar el sentido de su interrela­
            y la practica son problematicas de por s! 22. Pese a estas dificultades, se con­                   ci6n. Dado el nivel de pruebas existentes, hay que admitir que seguimos sien ­
           servan mOntones de informacion fiable con la que construir un perfil verOS!_                        do bastante ignorantes en cuanto al modo en que los individuos y los grupos
           mil del cuerpo en tiempos pasados. Los archivos bautismales y de defunci6n                          lOCiales han experimentado su yo corporal. ,Como han negociado el cuerpo
           procuran estadisticas vitales fidedignas sobre los cambios de la rasa de naci­                      Co concepto de intermediario entre eI yo y la sociedad? Hace diez afios la pri ­
          miento y morralidad, sobre fecundidad, ferrilidad, crisis de morralidad re1a­                        mcra linea de la invesrigacion no era muy clara cuando menos y el resto era
          cionada COn enfermedades, etc. 23., IguaJmente, los de leyes de pobres y hos­                        Oscuridad.
          pitales abren una ventana a temas como vfctimas del esfuerzo, de la enfer­                               En resumen, como ha quedado suficientemente claro al principio en mis
                                                                                                              ow
         medad y el trabajo 24. Bebiendo en una gran diversidad de fuentes, Mary Fis­ Eagleton y Jenner, todo ha cambiado como un desquite con enorme
                                                                                                                    de
         sell, por ejemplo, ha aporrado un excelente panorama sobre las circunstan_                           rapidez y la historia del cuerpo se ha converrido en el plato historiografico
         cias de los trabajadores pobres en la region de Bristol en el siglo XVIII 25.                        del dia 28. Hojeando cualquier catalogo de editorial 0 un programa de confe­
             Disponemos tam bien de archivos fotograficos de mas de siglo y medio                             rencias, la palabra «cuerpo» salta a la vista casi mas que cualquier otra, rela­
        sobre eI asPect<> ffsico de pobkcio n", y de su enrorno, Insism en que no hay                         cionada muchas veces con estudios de sexo y de genero. Aparte de que actual­
        que ser cauros en cuanro a los riesgos de dar credulidad ingenua a la realidad                        mente sf que contamos con una revista dedicada ampliamente a la historia
       de las imagenes visuales; la camara mienre 0, mejor dicho, las fotograffas no                          del cuerpo: Body and Society 29.
       son instantaneas de la realidad, sino, como las pinturas, artefactos cuJturales                            Tentaciones me dan de mirar hacia arras y atribuirme no solo poderes
       que codifican signos convencionales para un publico determinado 26. No                                 profericos, sino tambien sentirrne halagado de que la «Historia del cuerpo 11>
      obstante, e1 registro fotografico revela y confirma muchos datos sobre las                              contribuyese a impulsar la rneteorica carrera de la «historia del cuerpo». Pero,
      transformaciones fisicas modernas (vejee, deformidades, malnutricion, etc.)                            en realidad, la explicacion es muy orra. Ya por enronces el sida centraba la
                               man nom
     y sobre 10 que Golf              de       in6 1a 'p'esenuci6n del yo- (Ienguaje corpo.                  atencion sobre la vuJnerabilidad del cuerpo humano moderno 30 y cornenza­
     ral, gesros yapropiacion del espacio Fisico) 27.
                                                                                                             ban a producirse ataques contra las ideologias establecidas en nuesrra socie­
    21 Ver Tim Hirchcock, English S~litil!s 1700.1800 (Basingsroke, 1997).

                                                                                                             dad cada vez mas pluricultural y proclive a policicas de identidad, ataques
                                                                                                             que se presentaban en forma de modaJidades de subversion ffsica: modas new
   22 Para la discusi6n sobre los peligros de exrrapolar recomendaciones y pracricas en el caso del sao,

   ver Karen Louise Harvey, «Representations of Bodies and Sexual Difference in Eighteenth-Century
          age de afirmaciones, adorno, tatuaje, perforacion corporal etc., todas elIas
                          ofS~/ity
   English Erotica., tesis de doetorado, Universidad de Londres, 1999; Roy Porter y Lesley Hall, Thl!
       dentro de una espiral de amor-odio en el seno del capitalismo consumista 31,
  Facts oflift: Thl! History            and Knowkdgl!.fromthl! Sromtunth Cmn.ry (New Haven, 1994).
          apane del hecho, no menos importante, de que en los propios movimienros
  13 En el caso de Inglaterra es fundamental el trabajo del Cambridge Population Group: E. A. Wri­

  gley y R. S. Schofield. Thl! Population History of England 1541.1981: A &C01l.Srn.etion (Londres,
         actuales feminista, de gays y lesbianas, la base flsica de genero se ha cuestio ­
 1981); E. A. Wrigley, R. S. Davies, J. E. Oeppen y R. S. Schofield, English Population History.from

 Family Rl!co1l.Stitution 1580-1831 (Cambridge, 1997).
 l'  Guenter B. Risse, Hospitallift in Enlightrnmmt SCOtland (Cambridge, 1985).

                                                                                                              28 Fue un verdadero hito la publicaci6n de Fragmmtsfor a History ofWI! Human Body, 3 vols. (Nueva

 15  Mary E. FisselJ, Patimts, Powl!r, and thl! Poorin Eightl!mth-Cmtury Bristol (Cambridge, 1991).

                                                                                                              Yolk, 1989), de Michel Feher, aunque obtuvo una fria respuesta academica de los estudiosos que

  16 Para un analisis sobre la valida de las fotograffas como prueba visual, ver Daniel M. Fo y Chris­

                                                                                                              euestionaron su correcci6n politiea; ver, por ejemplo, fa critica de Colleen Ballerino Cohen y Karen

  topher Lawrence, Photographing Ml!dicini': lmagl!s and POWI!T in Bn'tain and Aml!Tica sina 1840
                                                                                               JC
                                                                                                              Robertson, en History ofSl'XUIZlity, 3 (1992), pags. 129-140, reprobandole su fulta de .un analisis cel­
  (Nueva York, 1988); y en un sentido mas        amplio de evidencia visual, Christopher Lawrence y Ste­
                                                                                                             tico expUcito de la dase, la raza, eI genero y las premisas heterosexuales subyacentes y reflejadas en el

 ven Shapin (eds.), Sciencl! Incamatl!: HistOrical Embodiments ofNatural Knowktigl! (Chicago, 1998).
                                                                                                             esquema anal/tico»,

 27 Vet Irving Goffinan, Stigma: Notl!s on thl! Managl!mmt of Spoikd ldmtity (Harmondswortll,
                                                                                                             2'1 Bodyand Socii'ty se fundo en 1997 y es una publicaci6n trimestral de Sage.

 1968); id., Thl! Prl'Sl'ntation ofSt'/fin EVl!ryday lift (Har mondswortll, 1969): id., Srraugic lntl!rac­
                                                                                                             l<J Ver Cindy Patton, InventingAiDS (Nueva York y Londres, 1990): Simon Warney, Policing Dl!si­
cion (Oxford, 1970); id., Intl!T4Ction Ritual (Londres, 1972). Sobre el gesto es admirable Jan Brem­
                                                                                                             ri': Pornography, AiDS, and thi' Ml!dia (Minneapolis, 1987); id., Practim ofFrmiom, Sl!kmd Wri­
mer y Herman Rodenburg (eds.). A Cultural History ofGl!stuTi!S.from Antiquity to thl! Prl!ssrnt Day
(Cambridge, 1991).
                                                                                                             tings on HJV/AiDS (Londres, 1994).

                                                                                                             }I M. Featherstone, •The Body in Consumer Culture», Thl!ory. Culturi' 6- Socii'ty 1 (I982), pags.


                                                                                                             18-33: Pasi Falk, Thi' COllfuming Body (Thousand Oaks, Calif., 1994)





                                                                                                                                                                               d     77
- .
                                                                          Ha sido tan espectacular el auge de la historia del cuerpo en la ultima
 nado y se renegocia (en el transexualismo, el matrimonio gay y la ley) ~2.                               dtcada que seria absurdo intentar en las pocas paginas que quedan un estu ­
 Todas estas tendencias contemporaneas han acelerado inevitablememe el                                    clio que englobara (Desde la Edad de Piedra hasta la Edad Contempod.nea»,
 cuestionarniento historico,                                                                               y hasta ",iflci.! el poner de relieve las conrroversias principal«. Para enfren­
     En cualquier caso, cualquier veleidad mla por reivindicar rneritos por la                             tarJDe a tan ardua labor, me guiare, como fase inicial para algunos cornen ­
 historia del cuerpo quedarfa mitigada por el hecho de que no todo parece ir
                                                                                                           wios sobre los progresos de la decada, por el plantearniento que proponia
 bien en esta artesania. EI comentario de Eagleton que cite al principio tenia                             eo «Historia del cuerpo !" con siete puntos para la investigacion furura. Lo
 por objeto zaherir una nueva moda, mienrras que, por otro lado, Jenner, en                                 revisar a grandes rasgos, examinando en concreto la evolucion de cada
 una acerada critica de las ultirnas aportaciones, se mostraba bastante escepri­                                     e
 co, si no realmente mordaz, y argumemaba que en gran parte de la historia del                             apartado.
 cuerpo se mezcla la carencia de precision merodologica con la ausencia de rigor                                                   El cuerpo como condiciOn humana
 erudito. Los estudiosos han confundido desmafiadarnente representaciones del
 cuerpo con realidades historicas, y no hemos sabido distinguir entre recomen­                                                                                                     es
                                                                                                            Las religiones, filosofias y literaturas del mundo son unanim al hablar de la

daciones para eI cuidado del cuerpo de esos manuales de piedad y decoro en                                  condicion humana, del nacimiento, la copulacion y la muerte. Pero,            ~hasta

 que tanto beben los historiadores y practicas sociales del pasado docurnenta­                              que punto es espedfica y directa la relacion         (~reflejo?, ~compensacion?)
                                                                                                                                                                                      que

das 33. Adernas, Jenner se quejaba de que con harta frecuencia se ha ucilizado                              mancienen las doctrinas religiosas 0 talantes ardsticos de una epoca particu ­ 

la historia del cuerpo para ratificar toscas reorias de control social 0 modelos                            lar con las experiencias reales del ser vivo y corporeo? Planteando estas pre­ 

pseudo-foucauldianos de la conscripcion del cuerpo en el marco de regimenes                                 guntas en ((Historia del cuerpo I» consideraba si, por ejemplo, la cultura

de sauoir-pouuoir, y asi la historia del cuerpo se convierte en algo formulada­
                                                                                                            obsesionada con la muerte, denominada por Huizinga «el otoflO' de la Edad
mente reducido a descubrir atin mas modos nuevos en que el cuerpo ha sido                                    Media»,     ~fue
                                                                                                                           una respuesta refleja a las realidades de las epidemias de peste
controlado, disciplinado, vigilado y castigado 34. EI anacronismo encierra orro                              bubonica que barrieron la Europa del siglo XIV? 0, siguiendo a Camporesi,
peligro: el de los estudiosos de moda a dar por sentado (por ejemplo) que los                                ~habr{amos  de ver en los elementos macabros de la cristiandad tardomedie ­
conceptos freudianos y lacanianos son automaticamente aplicables a los cuer­                                 val -Ia fascinacion por los cuerpos incoffuptibles de los santos. etc.- una
pos del pasado 35. Para empezar, prorestaba Jenner, la simple noci6n de «hisro­                              expresion de un arnor vibrante por la vida y un inreres absorbente por la
ria del cuerpo» irnplica sin paliativos una drastica reificacion y sirnplificacion,
un reduccionismo, cual si existiera un «solo» cuerpo del que se rastreara la his­                             carne? 36.
                                                                                                                   De hecho, las representaciones religiosas del cuerpo han sido un campo
toria «unitaria»; pero ese cuerpo dificilmenre puede ser el que se presenta en                                frucdfero de investigacion estos Ultimos afi,os. Son de destacar los estudios
los textos eruditos que escrutan la mayoria de los estudiosos, y concluia que la                              revisionistas de Carolina Walter Bynum en los que sostiene que la gran atrac ­
historia del cuerpo debe dar paso a las historias de los cuerpos.                                              cion del catolicismo de la baja Edad Media y de la epoca moderna radica en
                                                                                                               el enfasis devocional de las representaciones corporales de la Virgen y el Nino
32  Jane Arthurs y Jean Grimshaw (eds.}, Women" Bodies: Discipline and Transgression (Londres,
                jesus. La humanizaci6n de la fe, expresada a rraves de la vulnerabilidad de la
1999); Julia Epstein y Krisrina Straub (eds.), BodyGuards: The CulturalPolitics ofGmdn AmbiguilJ'
             carne, convirti6 en causa popular el cristianismo de patriarcado jerarquico.
(Londres, 1992). A la luz de la conciencia contemporanea sobre duetilidad de genero, han apareci­
                                                                                           ia
do imponantes estudios sobre los antecedentes historicos: NelIy Oudshoorn, Beyond the Natural
                  En Fragmentation and Redemption, Bynum explor6 como en la pedagog
Body: An Archeology ofSex Honnones (Londres, 1994).
                                                            medieval se atribuye con frecuencia valor al cuerpo generado 3". En fecha mas
3~ A este respecro, Jenner critica en parricular Perilous Chasti!)': Women and Illness in Pre-Enlighten­

ment Art and Medicine (Irhaca, NY, 1995), de Laurinda S. Dixon.

34 Mark S. R. Jenner, "Body, Image, Text in Early Modern Europe», SocialHistory ofMedicine 12

(1999), pags. 143-54, pag. 154.
                                                                          36 J. Huizinga, Elotono de Ia EdfldMedia (Madrid, Alianza Editorial. 2001); Piero Camporesi, The


                                                                                                                ~7                Byn~m,
3' Es uno de los defectos principaJes de The BoJ.y Embarrassed: Drama and the DisciplineofShaml' in
      lncorruptibu Fush: Bodily Mutation and Mortification in Religion and Folklon' (Cambridge, 1988).
Ear~y Modem England (Ithaca, NY,  993), de Gail Kern Paster, quien aplica las categorias psicoana­
          Caroline W'aIrer          Fragmmtatioll and Rednnptioll: Essa)'l OIl Gender and the Human Body
IIricas Iacanianas a nivel universal. Para orras discusiones sobre Paster, ver infra, Otros invesrigado­
  in Medieval Religion (Nueva York, 99). Ver tambien Linda Lomperis y Sarah Stanbury (eds.),
res han utilizado ejemplarmeme las categorias freudianas: ver Oedipus and the Devil (Londres, 1994),

                                                                                                           Feminist Approaches to the Body in MedievalLitterature (FiladeHa,  993).
de Lyndal Roper.



                                                                                                                                                                                   ;)77"
                                                                                                                                                                                          --
ibilidad moderna. Considerada desde la perspectiva de las formas arque ­
 reciente, en The Raurrection o/the Body (1995), sostiene que «el cristianismo                     ic:aS y simbolicas a que nOS ha _rombra<!o la autropologia y el psicoa ­
 occidental, a pesar de su recelo frente a la carne y la lujuria no repudia d                       . is, fa antigua preocupacion cristiana por la realidad material de la otra
 cuerpo ni prescinde de elll 38.                                                                        aparece comO una expresion de autentico Y finisecular respeto por cues­
     Las doctrinas de la resurrecci6n individual cobraron nueva importancia,                       ees de identidaddel aquJ y ahOCl. conceptOS de integridad sobre rodo. No
 sefiala Bynum, una vez que las antiguas expectativas cristianas de Segundo                            re, ellector esceptico que recele de que imbuirle una falsa concepcion
Advenimiento comenzaron a desvanecerse. Frente a un mar de fondo gnos­                            ,]a aceptah racionalidad de estas docuinas medievales. bani muy bien en
                                                                                                            le
                                                                                                  i<r Ia_sicion de BynumjuntO con el au3Jjsis de Camporesi sobre Ias abe­
 rico, reinstaurado en siglos posteriores por los cataros, los primeros padres de
 fa Iglesia se vieron obligados a hacer hincapie en la resurrecci6n de la carne                   lP"'" .-fIanaaS teolOgicas Y las creenci.. del voIgo. En contraSte con
                                                                                                  tynum. que pone enfosis en Ia Clcionalidad Ylas cualidades emotivamente
                                                                                                  ~rias de las doeuinas cristiau'-' sobre resurreccion de la came. Cam­
para que la Creaci6n no pareciera abandonada en manos del diablo, y aduce
 que, por el contrario, la escolastica de la alta Edad Media marca la transici6n                                                                                     te
de la escatologfa a la filosofla necesaria para siruar los preceptos sobre la vida                'to     explica con morboso detalle las angosrias YIa no infrecuen bisreria
celestial en el marco de los debates aristotelicos sobre si era la forma 0 la                      deresi masas. afirmando que aquellas creencias eran tan extranas Y extremas,
                                                                                                      las
                                                             °
materia 10 que se individualizaba: ~era el cuerpo el alma 10 que garantiza­                       . ~ cahe sospeebar si Ia sociedad taulomedieval no se .colocaba> por cos­
                                                                                                    iumbre con sustau alucin6genas. 50 plautea un debate fascinaute entre Ia
                                                                                                    ~ «suave» que hace Bynum de Ia docuina del coerpo y Ias opiniones
ba nuestra individualidad en el mas alla?                                                                             eias
     En paralelo a ternas desarrollados por Piero Camporesi 39, Bynum, ade­
mas de los escritos eclesiasricos, ha estudiado la evidencia visual en retablos                    .desenfrenadas» de Camporesi.
y frescos para analizar las.incertidumbres populaces y demostrar el papel clave                          Bynum ajusta cuen'" con su interpretacion con el bistoriador de atte Leo

que la Iglesia atribufa a inculcar las ensefianzas verdaderas entre los fieles con                 SrcinbetIl> puesesteen un libroprovoeador llamo1a atencion sobre el becho

frecuentes citas a San Lucas 21, 18 (<<Pero ni un cabello de vuestra cabeza                         de que. sepIn un convencionalismo piet6rico en boga duran'" el Renaci­

perecera») para apaciguar la angustia de los creyentes sobre la resurreccion                        miento, soHa representarse a Cristo tocando,             0   mas bien seftalando, su pene;

personal; pero la cuesti6n de que «cuerpOIl exactamente recuperarfa cada uno                        algo notablemente igoorado por los historiadores del arte. como si hubierau

nunca se resolvi6 satisfactoriamente y numerosos acertijos siguieron ator­                          invisibilizado la sexualidad del cuerpo de Cristo 40. Bynum refuto a Steinberg

mentando a quienes propugnaban al pie de la letra doctrinas de resurrecci6n                         y sefutlo que pe_ que el gesto de Cristo eta de Indole .sanal. suponla una

(tal la paradoja del canfbal 0 el dilema del ensamblaje de las partes destrui­                      lecrura claramente moderna y ucronica: 10 que se sefialaba no era at
 erotiza ­
                                                                                                                                                                      la
das en combate),                                                                                    ciondel Salvador. sino so humauizacion. Otras obras, en particul en la de

     Quiza fuese este el motivo por el que gozaron de un predicamento mas                            MID Rubin sobre la Eucaristla. tambien han eenuado mas la atencion en I.

duradero metaforas mas ambiguas y evocadoras (como la del grano y los
                                                                                                     inmauencia y el hurnau       que en los elementoS traScendentales del cris­
                                                                                                                            ismo
ciclos estacionales de pudrici6n y regeneraci6n). El arte humanista del Rena­
                                                                                                        tianismo popular 41,
cimiento contribuy6 tambien a dar lustre a ambigiiedades doctrinales
mediante la representaci6n piet6rica de cuerpos bien formados y de carne
rosada, induso agiles, flotando etereos sobre la tierra con movimiento casi de                                                            1A fornuz del cuerpo
ballet, y Bynum seiiala que, a pesar de ciertas tendencias macabras tardome ­
dievales, en semejantes ascensiones nunca se representaban simples «huesos».                            En el ane. 1a escritura creativa.1a cieneia y la medieina. pero tambien en los
     Uno de los grandes meritos de la obra de Bynum es que nunca trata con                               proverbios. IDs cliches y las met>ifo.... el cuerpo adopta una forma visnal 0
conmiseraci6n la teologia de la resurrecci6n (que a nosotros suele resultarnos                           visualizada. Es delg      0 gordo, hermoso 0 feo; es el espejo del universo,
                                                                                                                                 ado
chocante), ni la moteja de «ex6tica» 0 totalmente ajena a las modalidades de
                                                                                                         • l.<o S"""",,,-   rh< s-Jhy >if chri<' ..   """W4""      Arl .... M",,", " '..... ( N -   y.,.
38 Caroline Walker Bynum, The Rrsurm:tion ofthe Body in Western Christillniry, 200-1336 (Nueva

York, 1995), pag. 11.

                                                                                                         " 983). Rubin. """'''' 0,..0. 1h< , ......., .. LA"
                                                                                                         1 MID                                               M"""" C""'"' (c.mbri.....991h S."h
39 Ver, por ejemplo, Piero Camporesi, .The Consecrated Host: A Wondrous Excess», en M. Feher
            Coakley (ed.), ReLigion and tht Body (Cambridge, 1997).               •
(ed.), Fragmentsftr a History of me Human Body, vol. 1 (Nueva York, 1989), pags. 220-237..



                                                                                                                                                                                   2 y/              --_......
"Serta ento        posible reoonstnillios _bios de estatur.l de la pobla ­
                                                                                                                   nces
 y sUS colaOO,..o= afi,man que es posible en el caso
                                                                                                    ci60 bdtWid F10ud                                                                     •
 parang6n para los animales, quintaesencia del polvo --cualquier represema­                                                                                             ente
 cion pictorica nos cuenta su historia y contiene un sistema de valores--,                          de los varo , ya que las estadlsdcas vitales estan minuciosam            docu­
 Pocos historiadores, sostenia en «Historia del cuerpo 1», han prestado hasta                       _t2das anes   partir de finaes del siglo XVIII en los arebivos de las cajas de
 e1 mornento gran atencion allenguaje en cuanto vehiculo de mensajes ocul­
 tos acerca del cuerpo (segun se contiene, por ejemplo, en las metaforas de la
vida y la rnuerte). Aun son menos los historiadores generales, por oposici6n
                                                                                                    _no
                                                                                                     .,dutanUen

                                                                                                      particuJann
                                                                                                                 to.
                                                                                                                      Naturalmente, podda objetarse que los soldados son una
                                                                                                               poco teptesentativa. ,No sedan qui7i un segmento de poblacion
                                                                                                                        tobusto? ;0 la escotia de la sociedad? Ni mucho menos,
a los historiadores especializados en arte, que hayan meditado en profun­                                        entey su equipo. En una teconstrU ccion tawnada de las pautas
                                                                                                      o<pIi_ Floud                                                    s
 didad sobre el significado de las imagenes autenticamente visuales de los                            de aJlstamie , sugieten que los voluntatiOS «an muebacho ptocedentes

cuerpos como pruebas hist6ricas (en retratos, irnagenes funerales -((anato ­                                       nto

                                                                                                      de Ia case trabajado<a que buscaban un empleo en ciempos de penuria y
mlas»- 0, incluso, en albumes de insrantaneas) 42,                                                     adu<en que bay modos         estad~ti_ente fiables de exttapolM .solcladOS' a
     En la ultima decada se ha avanzado mucho en la recuperaci6n del cuer­                                                                                                 ot
po hist6rico como entidad flsica, Como sefialaba mas arriba, se conser;van                          .•ciudadanoS». leVela este estudio? La estatun media del trabajad del si­
                                                                                                         ,Que nos
muchos datos en instituciones como la militar sobre estadfsticas vitales de                           gloxvm «a baja, quiza infedo< a 1,60 rn. Se ptodujo un leve ausnento en la

poblaciones antiguas. Sobre la base de ello se han emprendido nuevos estu­                            decada de 1840 aproximadamente, pero este se perdi6 en la siguiente gene ­ 
n
dios antropometricos ampliando el trabajo pionero de Emmanuel Le Roy                                  raci6n hasta que a partir de la decada de 1870 las estaturas comenzaro a
Ladurie, que prometen resolver cuestiones historicas de mayor calado 43,                              aumentaf en curva continua hasta la actualidad. La clase de tfopa era entre
Tomaremos como ejernplo una cuestion historica clave: la Revoluci6n                                    12,7 y 15,2 cendmet mas baja que los oficiales; es dec;', que las dases altas
                                                                                                                            to S
Industrial ~mejoro 0 empeor6 las condiciones de la mano de obra? Esta                                  (0 mejo< dicho, quizJ.. de mayo' estant"') mitaban po, encima del homb'o
«norma de debate abierto» es indudablemente una de las reglas de oro tra­                              alas infe,iotes. Sin     emb~,ala larga, di>minuirl an las difeterlcias de esta­
dicionales en historiografla, La evidencia textual apunta en ambas direccio­
                                                                                                     turaSi cabe hacer deducciones a patti, de la estant'" con ,espeelo a la talud y,
                                                                                                            de clase y regionales.
nes y por ello los estudiosos de tendencia cuantitativa no dejan de buscar
indices numericos que den precision a los supuestos cambios en la calidad                            en consecuencia. a la ca1idadde vida, estOS datos son un retO, pues conrradi ­
de vida. Se han utilizado fundamentalmente dos tip os de pruebas: las tasas                           cen a los .pesimis"" que ven Ia negada de la indusrrializacion como derri­
                                                                                                                                                               ra.
de rnortalidad y la escala de salarios; pem no es necesario insistir en los                           mente a los parametros vitales de la dase ttabajado          Si que sugieren un
defectos de ambas.                                                                                    perfodo a mediados del siglo)IX en el que, a pesar de la mejora de sal",ios,
    De ahi las muy prometedoras perspectivas del ensayo sobre antropome­                               empeotatO las condiciones de supeNivencia --<iebido, como pmponen los
tria Height, Health and History: Nutritional Status in the United Kingdom,                                          n
                                                                                                       autores. a un empeornmiento de la vivicnda Y de las condiciones higienicas
1150-1980, de Roderick Floud, Annabel Gregory y Kenneth Watcher 44, Los                                po, efeeto de las condicion'" de babirabUidad a p,incipios de la epoca vieto­
                                                                                                                                                                    enistas
bi610gos conHan en que las variaciones de estatura reflejen ceteris paribus las                         tiana- Son datoS que rebajan los alam>i>mos de los eug              ftn de sieck
diferencias de bienestar, al ser la altura del individuo un indice aproximado                           sobre deredoto "",ional y suicidio de Ia r.ua y que dan cleno apoyo indirec­
de ((estatus nutricional».                                                                              to a Ia opinion de Thomas McKeown de que los ptogresos paulatinos en la
                                                                                                         talud se deben fundamentalmente a una mejo' alimentacion ". Po' tantO,         on
42 Plantee est35 cuestiones con mayor amplicud en «ReviewArticle: Seeing the Past», Pastand Pre­
                                                                                                         Ia condicion £isica resul",,!a un mejo, lndice que los talatios en la evaluaci
sent 118 (febrero, 1988), pags. 186-205.                                                                                                                                          vad o=
•.1 Jean-Pierre Aron, Pierre Dumond. Emmanuel I.e Roy Ladurie, Anthropologie du conscript franrais

                                                                                                         de los cambios de parametros vitales.
                                                                                                             En esta Ultima decada ban salido tambien ala lu' esmdios inno
(La Haya, 1972). El pionero en este campo es el hiscoriador brasilefio Gilberto Freyre: Casagranda
       sob" el aspect del rueq>O t"'tado como un sistema de comunicaci6n de sig­
e sensala (Rio de Janeiro. 1933), ampliado en su 0 Escrava nosanuncios dejomai.' brasi/£iros do secu­

10 XIX (Recife, 1963) .
                                                                                  nos. Ap",re deolas ob,as ya leferenciadas sobre la bistoria del gesto, contamos
... Roderick Floud, Annabel Gregory y Kenneth Wachter, Heighth, Health, and History: Nutritional

Status in the United Kingdom. 1750-1980 (Cambridge, 1990); para estudios similares, ver John

Kom!os, Nutrition and Economic Development in the Eighteenth Century HabsburgMonarchy (Prin­
              .<   T. McKeown. Mtdicint ill Modtrn Society (Londtes, 1965).
ceton, 1989); Mark Nathan Cohen. Htalth and the Rise o{Civilization (New Haven. 1989).



                                                                                                                                                                           ;213
·­                                                                  ...;wCOS". patologia> que     me&mte una especie de soeialdatwinismo iban
ahora con nuevos esrudios sobre fisiognomfa 46, y se ha revaluado la impor­                           d<sapare          entre los jndIos progresis"" y moder nos de occidente.                         •
                                                                                                                ciendo                                           dades
 tancia social del retrato 47, asf como la iconograffa de la muerte 48 • Concre­                       • Est< pmyecto de una cienci. judla sobee las peeuliaci         de los judlos.
 tamente el prolffico historiador esradounidense Sander Gilman ha publicado
                                                                                                      podd. conducit .1. idea, 0 eeforzatla. de ese ,.uro-odio' jndlo que Gilman
                                                                                                      ba n=do tan esclaeecedoramenee en ottOS trabajos, un tetoreido .utudes­
varios vohimenes sobre interpretacion de imageries polemicas del cuerpo: el
cuerpo loco, el cuerpo erotico, el negro, el judio, la mujer histerica, etc., en
                                                                                                       p..a evidente             notable en 5", and Cardera'de Otto Weininger en
                                                                                                                         mente
los que planrea que ha significado la negritud, la belleza, la salud 0 la enfer­
                                                                                                       que o•esgrim la ecuation jndIo = homosexual· mujer. En efecro. como      edad•
                                                                                                                     e
                                                                                                        <!<mues Gilman, la condicion de jndlo puede versecomo un' enfeem

medad dentro de un marco mas amplio de las actirudes respecto al genero,
                                                                                                                 tt•
                                                                                                        y fa circnncisi6 del pene -1. mayor ,defo'midad, de toda>- se asoci. ine­

la raza y la ernia. Mas concretamente se pregunta en que se ha basado ellen­
                                                                                                        vitablem       anmutilaci6n quirurgica e indirectamente en consecuencia, a

guaje visual del loco y el cuerdo, el hermoso y el feo, de 10 normal y de 10                                   ente

                                                                                                       infecci6n sifillrica. En 0,"" pal.bras. la identidad judla .punta iteesistible­
patol6gico 49.
    En la Europa fin de siecle hubo algo obvio, 0 al menos 10 pareci6, en cuan­                        mente ala verdad de que a los [udios les arruin6 su sexualidad.

                                                                                                           Feeu natUralme           rrato de ttascendee est .uto-odio extrap 0 lando

to a la distincion entre judie y gentil, pero (en que se basaba la diferencia­
                                                                                                        medianted, una lecturante,
                                                                                                                                psicodinamica de la realidad las preocupaciones pro ­
cion? iEn la religion? iEn la lengua, la historia, la psicologfa, la cultura?
iO en la biologfa racial? En TheJew's Body, Gilman analiza los discursos sobre                          pias de los jndlos a pteOCllp.donts permanenteS de I. psiqne human a. Las
                                                                                                                                                                             es
los judfos y accra hasra que -extrerno el propio cuerpo parece inscrito, tal vez
                                                                                                        cui"" eespeetoal ram.no de 1. nariz se convirtiem n en insegurid.d f.ili=,
de un modo indeleble, en el estigma de la condicion de judfo 50. Se trata de
                                                                                                        las de la cireuncisi6n en .ngusti. de castracion de I. que deeiv.b. el comple­
                                                                                                                                                                                    o•
un campo de discusion particularmente interesante, ya que, como dernues­
                                                                                                         jo de Edipo. un personaje ,griego' y, po, canto- ,nniversal,. Sin embatg
                                                                                                         Freud nunca fue totalmente capaz de disipar del eodo su preocupaci6n espe ­
tra Gilman, las ideas racisro-biologicas (la condici6n de judio impresa en la
                                                                                                         dficam        judia bajo un disfraz de ciencia universal; al fin y al cabo, el pro ­
piel) no fueron ni mucho menos exclusiva de autores arios (supuestamente                                         en te
antisernitas), ya que numerosos medicos cientfficos y antropologos judios,                               pio Edipo tenia su puntoflaco/s u tal6n de Aquiles.
                                                                                                             En recientes estudios sobre cirugia plastica cosmetica, Gilman ha amplia­
relacionados con cuestiones de identidad judia, estaban perfectamente dis­
puestos a caer en estereotipos raciales; aunque con una sutil argucia, ya que                             do su .nalisis sobee los intenros en los Ulrimos den afios PO' transformal' el
afirmaban que la distincion clave no era en definitiva entre arios y judfos,                             aspecto del cue'!'O y ocol.., supnestos defecms 0 fabricar un ideal (riempo
sino entre arios y «judios buenos», por una parte, y «judfos malos», por la                              apmpiado, luga' y colenra especlficosJ de belleza 0 nonnalidad ".
otra. Su ciencia «dernostraba» que determinados rasgos judios -pies pianos,
piernas en arco, trastornos curaneos (plica polonica), grenas, ojos saltones,
nariz ganchuda- eran muy reales, pero curiosamente alegaban que tales                                                                 La anatomia del euerpo
caractedsticas eran primordialmente defectos de los judfos «orientales» 0
                                                                                                           En ,Histo,i. del euerpo I> ,osteni. que los cueepo' son objetos p'" . mi",
                                                                                                           d. ""tern.; se enfte        al mundo exterio', pero tambien son subjerivo,
                                                                                                                                 nran
                                                                                                           patte integ       del yn interno. Sin emb"go. cu,iosam enee, I. m.yod. de 1.
46 Por ejemplo. Martin Porter, .English "Treatises on Physiognomy" c. 1500-c. 1780", tesis de doc­
                    ranee
torado Universidad de Oxford, 1997; Christopher Rivers. Face Value: Physiognomical Thought and
            exposiciones de 1. histori. del yo. Decl. que neeesitabamos sabe' mueho ma
the Legible Body in Marivaux, Lavater. Balzac. Gautier, and Zola (Madison. 1994).
                          sobte 1. mane" en que 1m individnos y cultutas part;,ul,," han atribuidc
47 Marcia Pointon, Hanging the Head: Portraiture and Socia! Formation in £ightunth-Cmtul']'


England (New Haven. 1993); Kathleen Adler y Marcia Pointon (eds.). The Body Imaged: The

                                                                                                            en general. ,ignificado • sUS miembto' Y o'l.nos, • to constienci6n y • S'
Human Form and Visual Culturesince the Rmai.'sance (Cambridge, 1993).


                                                                                                                      Gi1~'.
48 Nigel Llewellyn, The Art ofDeath: Visual Culture in the English Death Ritual c. J 5OO-c. J 800

(Londres. 1991).
                                                                                           " s,.d"          CU,'''', BM'ry " c= ,'" s.J RAu"d p,ydr>1.gy i. "" Shapi.,.j",d'"
49 Sander L. Gilman, Seeing the Insane: A Cultural History ofMadness and Art in the Western World


(Nueva York, 1982); id.• On Blackness without Blacks: Essays on the Image ofthe Black in Germany

                                                                                                            S"'f!'Y (Oo,h=. 1995); iJ.. M..... "" B'" ..... AC.,,,,,,
                                                                                                             =... 1999). Cump'''' ron A."i,,' M..,~. T'" M.ki., .j. &dy M"
                                                                                                                                                          flo'              ",,"'ri'
                                                                                                                                                                    Hi>Wry ·f       S"",ry (P,i
                                                                                                                                                                              (B,,,,,,I<)', 199' '•.
(Boston, 1982); id" Difference and Pathology (Ithaca. 1985); id., Inscribing the Other (Lincoln,

1991); id, Health and Illness. Images ofDiffirence (Londres. 1995).
                                         S. Paige Bary.
jO Sander Gilman, TheJew's Body (Nueva York, 1991).




                                                                                                                                                               :J ~5>                  ---_ ..
286 . FORMAS       DE HACER HISTORIA                                                                                                                        HISTORlA DEL CUERPO REVlSADA             287
                                                                                                                                                                                                                 i
                                                                                                                                                                                                                 !




 carne. iCuil es la topograffa emocional y exisrencial de la piel y los huesos?
                                    Garganroa de Rabelais no puede naeer de un modo normal y viene al mundo
  ~Que querfa decir la gente cuando hablaba, literal y figuradamente, de su
                                        a rraves de la oreja izquierda de su madre, Gargamelle.
 sangre, su cabeza y su corazon, sus entrafias, sus espfrirus y sus humores?
                                            Paster ahonda fructfferamente en las ideas de Bajrin para subrayar eI
 ~Como encarnaban estos organos y funciones las emociones, las experiencias
                                        potencial «humorfstico» (con frecuencia subido de tono) de la terminologia
 y los deseos? ~Que relaci6n rnanrenfan los significados privados y publicos,
                                      -humoralisra» y hace hincapie, tras los pasos de Norbert Elias, en como a
 las connotaciones subjetivas y medicasr
                                                                           prineipios de la epoca moderna las funciones corporales fueron sometidas a
     Con eI empleo de la expresion «La anatornla del cuerpo» me referfa al
                                         un «proeeso civilizador», Por tanto, el humoralismo era no s610 una fisiolo­
 hecho de que eI auge de la anatomia como especialidad medica en el siglo XVI
                                     g!a, sino una moral que indicaba y expJicaba que partes y proeesos corpora­
 procure un nuevo eslabon entre 10exterior y 10interior. Felizrnenre, las prac­
                                   les eran dignos 0 degradanres, nobles 0 despreciables, trasladandolos a expre­
 ticas y rituales de la anatornfa han sido objeto de amplia atencion en la Ulti­
                                  siones de repudio 0 verguenza,
 ma decada )2, 10 que ha fructificado en diversos esrudios notables sobre las
                                          1.0 que sueedi6 cuando la practica de la anatomfa irrumpio en eI mundo
 interconexiones del exterior y eI interior del cuerpo.
                                                           significante tradicional del humoralismo constituye eI terna de The Body
     La econornfa del cuerpo en eI sentido tradicional como enre humoral ha                                        Emblasoned?', de Jonathan Sawday, quien sostiene que la nueva actividad
 sido genialrnente recreada por Gail Kern Paster en The Body Emba"ased)3.                                          clave que realmente influy6 en eI cuerpo a principios de la epoca moderna
Especialista en lireratura del Renacimiento, la profesora Paster ha analizado                                      fue el negocio de la anatomia. Realizada en aulas impresionanres, la disec­
pormenorizadamente la representacion de ciertas facetas del cuecpo en las                                          ci6n se convirtio en celebracion osrentatoria de la alianza entre los poderes
obras teatrales de Shakespeare y sus contemporaneos y ha logrado dernostrar                                       civil y medico, y su consecueneia -al margen del progreso intrinseco de la
habiirnente ese humoralismo generalizado. A diferencia de estudios literarios                                      medicina anatomica-s- fue desacreditar las meraforas tradicionales sobre el
anreriores, que interpretaban que eI humoralismo no era sino una simple                                           cuerpo y sus relaciones con la mente, eI alma y eI yo que desde tiempos
proyeccion del ternperamento y de la consrirucion Asica(ser colerico, melan­                                      inmemoriales predominaban en la cristiandad medieval. Por un lado, los
calico, etc.), esta aurora ahonda en ramificaciones mas profundas del mismo                                       antiguos rabues sobre eI cuerpo y su sagrada inviolabilidad quedaban abo­
y dernuestra eI papel elave que desernpefio la creencia de que la carne era fun­                                  cados a desaparecer, practicamenre por definicion, una Vel generalizada la
darnentalmenre un conjunto de humores encerrados en un envoltorio cuta.,. ~-f                                     diseccion; 10 que significaba que en cierto modo el cue cpo se degradaba mas
neo, en particular en eI debate sobre las rnujeres en su condicion de «~.~                                        al ser reducido a un objero susceptible de violacion por el ojo inquisitivo,
pientes con goteras», tanto fisiologicamente (mensrruacion, llanto, lactancia)                                   susceptible a desmenuzamiento, desmembraci6n y experimentacion, en
como psicologicamenre (segun los dramarurgos, las mujeres chismorreaban,                                          lugar de ser reverenciado como un algo ereado a imagen de Dios, Pero
sin parar), Pero adernas de esto, Paster analiza de que modo la teoria dd.,r                           " . ,en opinion de algunos, como sir Thomas Browne, tambien esto 10 enno­
humoralismo foment6 eI concepto de «rransmutacion» 0 conversion de Ull~                                ,~:, ..: bleda y muy promo aquel menton de heees envilecido por los teologos
fluido en otro y la sustitucion de un organo u orificio por otro. 1.0 que otJ'Oor~"                    'r~"t .patristicos 0 por la visi6n grotesca de Bajtin, serfa exaltado como obra maes­
ra fuera sangre se converrfa en leche materna, eI semen se transfocmaba                         c:a:    ~;.' '.In mecanica del Creador.
sudor, 0, en las comedias groseras, eI parto se parangonaba a la defecacion:                           i;f",'/-       La polisemia del cuerpo anatornizado es eI nucleo del estudio de Sawday.
                                                                                                        ~.• ~ '.11 nuevo cuerpo expuesro a la vista rindio un gran servicio como metafora y
'2 K. B. Roberts y J. D. W. Tomlinson. Tht Fabric oflht Body (Oxford. 1992); David H                    " ',cstiInulo para mucho mas. Como los cadaveres que diseccionaban los ciruja­
Carla Mazzio (eds.). Tht Botly in Pam: Discounts and Anatllmm in &rIy Modn7I Eum,.                             '-Dos salian ser de criminales ajusticiados, eI negocio de la anatomia adquiri6
1997); Christopher Lawrence. ><Alexander Monro Primus and the Edinburg Mannet of Anal'                       ?"t-CaQaer delictivo y, sobre todo en Alemania y Holanda, a los anatomistas,
Bullain ofmt History ofMtdidn•• 62 (1988). pag.. 193-214; Ruth Richardson••"TtadingAII.
and the Licensing of Anatomy•. en Roger French y Andrew Wear (eds.). British M.JidM in l1li
                                                                                                              <~rcomparaci6n, se les consideraba tan infarnes como aI verdugo 0 aI mata­
                                          c.
of&form (Londres, 1991), pags. 74-91; Jan C. Rupp .•Matters of Life and Death: The Social                      :~. La cruel irrupci6n del escalpelo en el cuerpo se equiparaba por deriva­

Culrural Conditions of the Rise of Anatomical Theatres, with Special Reference to Sev,                        '~'l).. ·


                                                                                                           ~f)lnarhan Sawday, Tht BodyEmblazon.d: Dissection and Ihe Human Bodyin Rrnaissance Culturt

unrury Holland•• History ofSt:itne 28 (1990). pags. 263-287.
                                   ••                                                      I,

53 Gail Kern Paster, Tht BodyEmbamu1tfl: Drama and the DisciplintS ofShamein EllrIy Me
England(Ithaca. NY. 1993).                                                                  .              .y~ 1995). Jenner ha hecho una severa ccitica dellibro de Sawday por su caracter e.nrnohrivn

                                                                                                          c~.;   ",.




                                                                                                                                                                                                            oL
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  • 1. europeo de America 24. Tarnbien los franceses van en esa direeci6n y en 1998 Roger Chartier publico una eolecci6n de ensayos suyos bajo el titulo de Cultural History, en 1993 salio a la luz el euarto volumen de una impor­ tante nueva historia de Francia con el tltulo de Lesformes de fa culture y en CAPtTULO 10 1997 dos historiadores franeeses publiearon un manifiesto sobre historia cultural 25. HISTORlA DEL CUERPO REVISADA En cuanto a la hisroria de los coneeptos, en 1985 una irnportante uni­ versidad estadounidense publico una recopilaci6n de ensayos de Koselleck Roy porter con el titulo de Futures Pasty diez afios despues, en una introduccion crftica a la historia de los conceptos politicos y sociales, un famoso hisroriador nor­ tearnericano del pensarniento politico trato en serio la historia de las menta­ lidades y dedie6 mayor espacio aun ala historia de los eonceptos 26. En fecha S~,";,,~ri<" Mu.idi5Cipl;n"rio atin mas reciente se han celebrado frucdferas reuniones entre el grupo anglo­ J,;"{ r.",ii;c Gonz~ez c...~~.A ~G americano y el aleman 27. -~~~~ ~ :kl.~ '--" VVL­ ,/ / ;I G / ;/ ) " (.. > ;' f / (j·.J.;)c: k~ "(.~ ..,/ <-c: jCX.~ t£, ­ () LlffZ-Kf' e iaC.Llh.,d ,J.. _u",,,,'id,,d ' .. ' / ) / .....,... .I (' (I r o- J( --:7 "';J( ~'7 £;;, j ) ;J/,c,:> c::.<.,..; Haee unos atlos, Ferry Eagleton afirmaba: ((Actualmente, pocos rextos litera­ e/ C.;/, -: /t:. .<...-< C" - ---.. ~ rios cumplirfan con el canon historicista sin incluir al menos un euerpo mutilado- '. Aplicando la observaei6n del cdtico literario al ambito de la his­ ~ C> toriograR a, Mark Jenner 10 glosaba asi: A juzgar por los cat:ilogos de las editoriales Y una serie de comentadoresYanis­ . ".,,,t. ,ZI..LC'"l "Mlt'P,'.'" . .oSS v. ., ",,~ " c. ._ ~ ·1J.:,svII'LI'L.' r: ., : _ .. .....( tas imaginativos, vivimos una epoca somatica. Por 10 visto. en la actualidad el «cuerpos es un vocable seductor. Si los lecrores de una universidad inglesancon­ _. " . ' , '," : 1U M"N;)"0£1 gregaron una arnplia asistencia con su celebrado modulo de «Introduccio a la ,'. ' ." '.' r-.: pJEP,1C q,<'.t:' . .. '. ": .', ( historia social de la medicinal>, al cambiar el dtulo por ..Historia del cuerpo» se duplic6 el numero de estudiantes. En efecto, «el cuerpo» se ha convertido o­ al parecer en un nuevo principio organizativo de la actividad intelectual angl 2. J. Bremmer y H. Roodenburg (005.), A Cultural History ofG~Jtur~ (Cambridge. 1991); ibid.. A CulturalHistory ofHumour (Cambridge. 1997); J. Elsner y J.'p, Rubies (eds.), Voyag~J and Visions: americana2. A CulturalHistory of Travel (Londres, 1999). A~Jth~tic 2 R Chartier, CulturalHistory b~tw~m Praaices and &pmmtatiom (Cambridge, 1988. publicada prirnero en inglesl: A. Burguiere (ed.), L~Jfirm~J tk la culture (Paris. 1993); J. P. Rioux y J. F. Siri­ 1 F. Eagleton. The ItkoliJy;y oftilt (Oxford, 1990). pag. 7, Las referencias esran par fuena nelli, Pourun« histoir~ cultur~//r (Paris. 1997). truncadas por falea de espacio; su selecci6n refleja ademas los prejuieios de uno de los primeros his­ ofMtdicin~ 26 R Koselleck, Futures Past (1979), trad, inglesa, Cambridge, Mass.. 1985); M. Richter, Tbe HiJ­ toryofPolitical and Social Concepn (Nueva York y Oxford. 1995), toriadores moderno s ••Body. Image. Text in Early Modern Europe", Social HiJtory 2 Mark S. R Jenner de Gran Bretafla. 12 27 H. Lehmann y M. Richter (eds.), The M~aning ofHistorical Terms and Concept» (Washington. 1996). (1999). pags. 143-54. ;27 1
  • 2. _do, de un modo radieal, 10 ,uperio,idad de 10 no eorporeo, Ni, el psi­ Es interesante la lectura de la reflexion de Jenner, publicada en 1999. Hace ..,.nl!;,i" movinUen'o an,ivicrn,iano PO' an,ono"",ia, dio p,io,idad al duoS diez allos, cuando redact': la version original de este capitulo, no existfa eso conscicnte/inconsdente (fantasia, represi6n) para explicar los trastornO ia de «la historia del cuerpo» y precisamente yo abogaba en mi ensayo par su mentales refutando las explicaciones medicas basadas en la neurolog 0 en creaci6n 3. Ia degeneraci6n hereditaria 8. En 10 que denominate «Historia del cuerpo I» explicaba la desatencion de Yo aftadirc= que un paralelismo a la paradoja freudiana se plantea en el la historia del cuerpo en terrninos del arraigado desprecio por 10 sornatico en -nonamien'o ",uealdiann y po"modemo ,urgido estas nlnmas dteadas. la cultura occidental. La filosoffa griega, particularmente a craves del con­ Aunque ataran el mito del eogirn carreriano eon rodo manto ennUeva (el cepto plaronico de Homo duplex, ese modelo dualista del hombre como sujero nnirario, 10 opo,icion autor/geoio, la interio,idad, etc.). esros ""allido' mente que rige la materia, nos ha transmitido un perdurable legado cultural alci"" I", ,,,,,ituyrn por el no menos inmare,ial ambito di"u"ivo. Lleva<b que prima la razon soberana y repudia el cuerpo como alga turbulento ", Por at extrem se ha utili-udo la rimbombante afirmaci6n derridiana n ny pas «il o, "bon teae» pa" ",,,,'ionat eonerpto' empirico, de sentido eomu de cual ­ su parte, la herencia judeo-cristiana opuso a los goces carnales del hombre es pecador 10 sagrado y 10 divino y, particularmente a traves del rnonacato, ins­ quie realidad exeernaobjeriva (una de I" mas ",pocraeular es la del Holo­ o tituyo sistemas para estimular la mortificacion de la carne 5. r causto). Asi, aunque subversivo en ciertos aspectoS, el nuevo postmodernism o) Despues, los valores del Renacimiento rindieron homenaje a la espiritua­ puede inrerp'eta= como una variant< del viejo ideali,mo (be,keleyan '. lidad de la mente cosmica y propugnaron la reforrnulacion de la jerarqufa No pretendo dedr que el desprecio por esta espiral mortal haya sido mono ­ mente/cuerpo central al ulterior enunciado cartesiano de conciencia racional Uri"', poe, siernpre ha babido oontracorrien'''' que ,_ban de de'nU,ificar el (cogito) como faculrad exclusiva del ser humano, 10 divino en el hombre 0 el espiriruali,mo y el inreleetuali'mo PO' medic de Ia modula de 10 carnal. La espfritu de la maquina 6. A pesar de rodo su antirracionalismo, el idealismo comedia rabelesian hizo de la corporalidad la piedra de toque de la realidad. a rornantico fue a continuacion un adalid de la primacia de la conciencia un ascenso insurrectO de altas pretensiones culturales 10. En un escenario ulte­ ar' (alma, imaginaci6n y genio creador) frente al materialismo filisteo yen con­ rior,que" in,pi"ba e"redwnenre en Ia filo.roHa natural 'corpweul de la tra de el, mientras que los victorianos proclamaban la supremada del indivi­ Revoluci6n Ciendfica, pensadores de avant-garde de la Ilustraci6n, como La duo de elevados pensamientos a culto sobre «los cuerpos viles» 7. Incluso los Menrie, Diderot y d'Holbach, encarnaron la experimentaci6n a traVes de los movimientos que pusieron en entredicho tales ortodoxias acabaron reafir­ sentidos, carne del materialismo filos6fico 11. Tarnpoco hay que simplifiear en ~ Fr~ud's Th~ ofrh~ Th~ Para freud, ver William J. McGrath, Discovt'I'J of psychoanalysis (Ithaca, NY, 1986". Hice un Uamamienro similar en Roy Porter, «Bodies of Thought: Thoughts about the Body in ofth~ 3 H. f. Ellenberger, Discovny Unconscious: History and Evolution ofDynamicpsychiatr; Eighteenth Century England)" en J. Pirock Wesson y Andrew Wear (eds.), Interpretation and Cul­ (Nueva York, 1971); F. Sulloway. Frnul: Biologist Mind (Nueva York, 1979) y J. M. Mason, turalHistory (Londres, 1990). pags. 82-108. TheAssault on Truth: Frnul's Supprrsion ofthe Seduction Theory (Nueva York, 1983); Janet Oppen­ 4 Naturalmenre, esto es una manera simplista de exponer una siruacion enormememe complicada. heim, .ShatterfdNerves»: Doctors. Patimtsand Deprrssion in Victorian England (oxford, 1991); T orn s Para los fundamenros intelectuales de eSlOS legados culrurales, ver Bennett Simon, Mind andMad­ Lutz, Amtrican NmJo 1903: An Anecdotal History (Ithaca, NY. 1991)· Cierto psicoanalistas nm in Ancimt Greece (Ithaca, NY, 1978); E. R. Dodds, The Greeks and the Irrational (Berkeley. usnm, ofth~ Ilegaron a negar la base no 5610 de la enfermedad ,<mental», sino de la propia enfennedad: ver s, 1951); H. North, Sophrosyne: Selftnowledge and Self-Rrstraint in Greek Litt"alUr~ (lrhaca, NY, G. Groddeck, The Book It (Londres, 1950); id., The Meaning ofIllnm (Londre 1977). 1966); F. Botromley. Attituder to the Body in Western ChristmMm (Londres, 1979). Ver rambien ofth~ 9 Es de selialar la vena m{stica en la crltica de la modernidad iguabnente hostil aI materialismo. Drew Leder, TheAbsentBody (Chicago y Londres, 1990), que aborda el problema en Ia filosofia M. Berman, The Re_mchanrmmt World (Londres, 1982), y F. Capra, The Turning point: moderna. . Scimce. Society and the Rising Cultura (N ueva York, 1982). Para eI rratamienro de las implicacione' 5 Peter Brown, The Body and Society: Mm, Women and Sexual Rmunciation in Early Christianity de la refuraci6n al postmodernismo en eI sentido de que no exisre nada bajo el texro, ver Richard ""j'". ~"",. p'pb ,. " R,='m'''w (M.,,~. A1""~ "'i,",i~. (Nueva York, 1988). 6 Aunque esro suele interpretarse erroneamenre. Ver como correctivos S. Tomaselli, "The Firsr Per­ son: Descartes, Locke and Mind - Body Dualism". HistQry ofScience. 22 (1984). pags. 185-205; Evans, In D1met of History (Londres, u.J " M. fA 1997).M.u. J ,. ,/ e­ nmrot 1990); P. Srallybrass y A. White, The Politics and Poetics ofTransgmsion (Ithaca. NY, 1986). Memi~'s T. Brown, "Descartes, Dualism and Psychosomatic Medicine.., en W, F. Bynum, Roy Porter y 1 A. Vartanian, Didtrotand Descartes: A StudyofScimtific Naturalism in the Elighu (Princ th yo"~""' M,=· M,,"~["m " Michael Shepherd (eds.), The Anatomy ofMadness, 2 vots. (Londres, 1985); vol. 2, pags, 40-62; ron, 1953); Ann Thomson, Materialism and Society in thf Mid_eighum Cmtury: La Dis­ R. B. Caner. Descartes 'Medical Philosophy (Baltimore, 1983). , Un menosprecio realzado naruralmenre por la moiigaterla nadicional. eI bowdlerismo. etc, Ver W," "",/;m''''. (Gi""'n y PMI,. 19B1l' J. Thm." £'gh''''/' Century Britain (Minneapolis, 1983): id.. Perceptual Acquaintance from DescarteS to Reid (Minnea­ P. Fryer, Mrs Grundy: Studies in English Prudery (Londres, 1963); M, Jaeger. Beftre Victoria (Lon­ dres, 1956); E. J. Bristow, Via and Vigilance (Dublin. 1977); M. Quinlan, Victorian Praude (Nueva polis, 1984), York, 1941); E. Trudgill. Madonnas and Magdalens (Londres. 1966), ')7~
  • 3. na de10 ..,ciedad indusni,l, ,I cu"PO ha vudto a salit a =e como fu,n" de n .. podet, nahajo y, pm coosigui,u", de valor. una in"rp""""io qu' posibilita exceso el rradicional ennoblecimiento del espiriru y desconfiar del cuerpo; al cI sutgimi'nto SOCUnd,oo comp,usawrio dol na<c~ismo somatico (10 explo­ fin y al cabo, a pesar de su horror por la concupiscencia, el cristianismo no es mas que la religion de una deidad que se hizo carne, de la eucarisda y de la . aciQn del-PO bello. =Y Ysano) dentro dol cap,ral~mo consum,"" ". Como en la tradici6n occidental dominante se ha depreciado de ese resurreccion de los cuerpos 12. El cristianisrno latino repudio el gnosticismo y el maniqueismo; el ascetismo no era un fin sino un medio y tales disciplinas ...,do el cuerpo, no" de sorptenck' (como a>gU[Q,nraha en .Histo,ia dol eu<tP" I.) que se haya d"a"ndido Ia -historia» dol euerpo- Hace cien afios de negaci6n de uno mismo exigian una estricta disciplina 13. De modo simi­ lar, aunque la filosofia clasica primaba mente [rente a materia, tambien dicta­ "fundo la ","s" MinJ y hace cincU<n.. aft'" que se edira journal ofthe His- minaba el corolario de mente sana en un cuerpo sana (mens sana in corpore ID" l ofIde"" p"o ,donde <Sci d ,quivakn" jouma of Body History? Aunque apelaba a un remedio, tarnbien prevenia en contra de enfoques sano) y el concepto de que los tormentos de la corrupcion de la carne eran clesacertados. Era importance, en primer lugar, no caer en el reduccionismo indispensables para la creatividad fue una herejia bohemia fin de sieck 14. Pero aunque hay que serialar estas salvedades, 10 cierto es que hemos recibido un y qu< lah~toria del cuapo fuese un mero rexto sobre biologia IUs""ica, una ptndi'n f.cilm,n" resboladiza hacia una sociob'ologia ", Sin ,mbargo, legado cultural en el que sisternaricamente se polarizan los conceptos rnentey aunqU< ttsostenla qu< stria utopico iu"nta' una .ci,ncia» del cu"po sin cuerpo dando primada al primero. mediaci6n dellenguaje, la metafora Yla cultura, aconsejaba cautela respecto Por tanto, sostenia yo hace diez afios que la mente europea parece haber ,I riesgo contrario, la omi<ion de datos ","piricos de la "miotica y la h,, ­ seguido, segun el modo sugerido por Vico y otros rnirografos, un curso de «desantropomorfizacion» secular 15. Hubo un tiempo en que el cuerpo era de ""nlutica Ysobre rodo resptcto a "'trapolaciou" =geradas centrad'" en la suma importancia, pues el cuerpo era 10 unico que los antiguos conocfan, tcoda y earentes de una salida contextualizaci6n hist6rica :0. Sosten{a que no habra que desdefiar el enfoque de la historia del cuerpo experimentaban y controlaban: rodo 10 dernas -la sociedad, el entorno, el ""diantt "'etod'" ,,,,piricos ",lidos, aunqu' indudabl'''''''''' en much", a cosmos- se explicaba en funci6n de su analogia con el cuerpo (microcos­ mos/rnacrocosmos): el cuerpo era objeto idoneo de reflexion 16. Con el tiem­ aspectos la infor.nacion resultara = ,Con qui frecu,nci rtalizaba la po, las prolongaciones del hombre (civilizaciones, tecnologias) ernpequerie­ cieron el cuerpo, el hombre dejo de ser la medida de codas las cosas y cam­ f,~ and physiomorphic Basis of Human Nature (Londres, 1990), de Graham Richards, i1ustra la cons­o biaron los terrninos. Las prolongaciones antr6picas se impusieron sobre el uuccion de idenridades a rraves dellenguaje y las imagenes del cuerpo y la comprensi6n del mism do. cuerpo y la sociedad dejo de ser parangonada a un organismo: cuerpo y I M. Featherstone, .The Body in Consumer Culture", Th~ory, Cultur~ a traves de Ia apropiaci6n mental del conceptO mas amplio del mun 0- Soci£ty. 1 (1982), pags. Th~ mente se equipararon a una maquina (mecanomorfismo) 17. En la ultima fase 18-33; R. Jacoby, .Narcissism and the Crisis of Capitalism'., Telos, 44 (1980), pags, 58·65; C. Lasch, The Culture of Narcissism (Nueva York, 1979); Peter Falk. Consuming Body (Thousand Oaks, Th~ 12 Lu complejas relaciones entre alma y cuerpo en el cristianismo est:in bien expuestas en Rosalie Calif., 1994); Bryan S. Turner. "Recent Developments in the Theory of the Body», en Mike Feat­ Osmond, Mutual Accusation: Sevmumth-cmtury Body and Soul Dialogues in thnr Liurary and Tht­ herstone. Mike Hepworth y Bryan S. Turner (eds.), Body: Social Process and Cultural Theory ological Context (Toronto, 1990). mics• o 13 Para una visi6n especulativa de la imporrancia del gnosticismo, ver Morris Berman, Coming to our 19 Un ejemplo reciente eli Born to Rebel: Birth Ordrr, Family Dina (Londres, 1991). pags. 1-35, and Creativt Lives (Nueva Senses: Bodyand Spirit in th~ Hidtkn History ofthe We't (Nueva York. 1990). York. 1996). de FrankSu!loway. en eI que reduce cuestiones como la creatividad Y eIaetivism poll ­ 14 Michel Foucault, Historia de fauxua/idad, Madrid. Siglo XXI, 1978, vol. 2, EI uso de lo,pfacm,; vol. 3, La inqu{m;ddr sl. Para la psiquiatrfa y el ane 'degenerados•• ver Max Nordau, Degmn'ation rico entre Hamada desimple orden de nacimiento. lJ> En mi meUiws a atenci6n me base en Tht Tmnolous Privau Body (Londres. 1984). de Francis (Nueva York, 1895); W. E. Bert, Tht Infirmifies ofGmius (Londres, 1952); T. B. Hyslop, TheGreat Barker. A dtulo de analisis Iingiilstico "deeonstruccionista,' de un ejemplo en apariencia arbirrario de ,~ ,~ "'i"~"'ffire ,~o "'''ri''''~ Abnormals (Londres, 1925); Roger 1. Williams, Th~ Horror ofLift (Londres, 1980); Jean Pierat. Th~ tatos dave (Hamlet. La lecrion tit anaromia, de Rembrandt; eI Diary, de Peppys, etC.) Barker con ­ Decadent ImagiNJtion (Chicago, 1981). d"" d 'oaF", Mho 00 ob;= .pUb"",", • romo obio to de vergiienza narcisista dentro de la cultura burguesa del siglo XVII. y as! eI cuerpo "desapareda.. _u,~o ,..Job' ""p1o=Io'" ,~,..~ 15 Peter Burke, Vieo (Oxford. 1985); Ernest Gellner. Plough, Sword and Book: The Structure of Human History (Londtes. 1991). I'" rom,l= rom molio d' y d .''''0', roodwio· 16 Donald G. McRae, .The Body and Social Metaphor», en J. Benthall y T. Polhemus (eds.). Thr Body as a Medium ofExprmion: An Antholo?J' (Nueva York, 1975). pags. 59-73. Para la rradici6n ""md <kllb~'" ,'''ow "', o,odi~ ",p««>. d' ,~, ,.~,Io, nes a inferir de tanoesClSO material Y cuya valida quedaba minada por 10que en apariencia era una , Ei ,.,Mi,i, PO' h,d' Bulre' d' renacentista de la inrerpretaci6n del mundo en funci6n del cuerpo y d cuerpo en funci6n del Rembrandt, 10 demoll J. R. R. Christie en .Bad News for the Body'" Art Hi,tory 9 (1986), pags. ente mundo, ver J. B. Bamborough, Thr Little WorlJofMan (Loodres, 1952); Leonard Barkan. Nature! 263-270. demos a que su Iectura de Rembrandt resultaba plenam invalidada por The Para­ Work ofArt: Tht Human Body asImage of the WorlJ (New Haven, 1975). rrando doxof Rembrandt's "Anatomy of Dr Tulp- (Londres, 1982). de William Schupbach. 17 O. Mayr, Authoril), Liberty and AutomaticMlUhin~j in Early Modern Europr (Baltimore. 1986); David E. Leary, M~t4phorr in the Hijtory ofPsycholo?J' (Cambridge, 1990); On Psychological Langua­ -2 7,5
  • 4. gente el coiro en los siglos pasados? (Que pOstura adoptaban? Son detaH que apenas se conocen 2/. Los diarios y carras no son muy elocuentes y hay es Insisto en que la historia del cuerpo no consiste simplemente en devorar que desconfiar de las pruebas aporradas por fuenres como los grabados er6­ c.stadisticas vitales, ni en un conjunto de tecnicas para descifrar las «repre ­ ticos 0 los manuales que imparren consejos: las relaciones entre 10 prescrito senracionesll, sino que requiere mas bien buscar el sentido de su interrela­ y la practica son problematicas de por s! 22. Pese a estas dificultades, se con­ ci6n. Dado el nivel de pruebas existentes, hay que admitir que seguimos sien ­ servan mOntones de informacion fiable con la que construir un perfil verOS!_ do bastante ignorantes en cuanto al modo en que los individuos y los grupos mil del cuerpo en tiempos pasados. Los archivos bautismales y de defunci6n lOCiales han experimentado su yo corporal. ,Como han negociado el cuerpo procuran estadisticas vitales fidedignas sobre los cambios de la rasa de naci­ Co concepto de intermediario entre eI yo y la sociedad? Hace diez afios la pri ­ miento y morralidad, sobre fecundidad, ferrilidad, crisis de morralidad re1a­ mcra linea de la invesrigacion no era muy clara cuando menos y el resto era cionada COn enfermedades, etc. 23., IguaJmente, los de leyes de pobres y hos­ Oscuridad. pitales abren una ventana a temas como vfctimas del esfuerzo, de la enfer­ En resumen, como ha quedado suficientemente claro al principio en mis ow medad y el trabajo 24. Bebiendo en una gran diversidad de fuentes, Mary Fis­ Eagleton y Jenner, todo ha cambiado como un desquite con enorme de sell, por ejemplo, ha aporrado un excelente panorama sobre las circunstan_ rapidez y la historia del cuerpo se ha converrido en el plato historiografico cias de los trabajadores pobres en la region de Bristol en el siglo XVIII 25. del dia 28. Hojeando cualquier catalogo de editorial 0 un programa de confe­ Disponemos tam bien de archivos fotograficos de mas de siglo y medio rencias, la palabra «cuerpo» salta a la vista casi mas que cualquier otra, rela­ sobre eI asPect<> ffsico de pobkcio n", y de su enrorno, Insism en que no hay cionada muchas veces con estudios de sexo y de genero. Aparte de que actual­ que ser cauros en cuanro a los riesgos de dar credulidad ingenua a la realidad mente sf que contamos con una revista dedicada ampliamente a la historia de las imagenes visuales; la camara mienre 0, mejor dicho, las fotograffas no del cuerpo: Body and Society 29. son instantaneas de la realidad, sino, como las pinturas, artefactos cuJturales Tentaciones me dan de mirar hacia arras y atribuirme no solo poderes que codifican signos convencionales para un publico determinado 26. No profericos, sino tambien sentirrne halagado de que la «Historia del cuerpo 11> obstante, e1 registro fotografico revela y confirma muchos datos sobre las contribuyese a impulsar la rneteorica carrera de la «historia del cuerpo». Pero, transformaciones fisicas modernas (vejee, deformidades, malnutricion, etc.) en realidad, la explicacion es muy orra. Ya por enronces el sida centraba la man nom y sobre 10 que Golf de in6 1a 'p'esenuci6n del yo- (Ienguaje corpo. atencion sobre la vuJnerabilidad del cuerpo humano moderno 30 y cornenza­ ral, gesros yapropiacion del espacio Fisico) 27. ban a producirse ataques contra las ideologias establecidas en nuesrra socie­ 21 Ver Tim Hirchcock, English S~litil!s 1700.1800 (Basingsroke, 1997). dad cada vez mas pluricultural y proclive a policicas de identidad, ataques que se presentaban en forma de modaJidades de subversion ffsica: modas new 22 Para la discusi6n sobre los peligros de exrrapolar recomendaciones y pracricas en el caso del sao, ver Karen Louise Harvey, «Representations of Bodies and Sexual Difference in Eighteenth-Century age de afirmaciones, adorno, tatuaje, perforacion corporal etc., todas elIas ofS~/ity English Erotica., tesis de doetorado, Universidad de Londres, 1999; Roy Porter y Lesley Hall, Thl! dentro de una espiral de amor-odio en el seno del capitalismo consumista 31, Facts oflift: Thl! History and Knowkdgl!.fromthl! Sromtunth Cmn.ry (New Haven, 1994). apane del hecho, no menos importante, de que en los propios movimienros 13 En el caso de Inglaterra es fundamental el trabajo del Cambridge Population Group: E. A. Wri­ gley y R. S. Schofield. Thl! Population History of England 1541.1981: A &C01l.Srn.etion (Londres, actuales feminista, de gays y lesbianas, la base flsica de genero se ha cuestio ­ 1981); E. A. Wrigley, R. S. Davies, J. E. Oeppen y R. S. Schofield, English Population History.from Family Rl!co1l.Stitution 1580-1831 (Cambridge, 1997). l' Guenter B. Risse, Hospitallift in Enlightrnmmt SCOtland (Cambridge, 1985). 28 Fue un verdadero hito la publicaci6n de Fragmmtsfor a History ofWI! Human Body, 3 vols. (Nueva 15 Mary E. FisselJ, Patimts, Powl!r, and thl! Poorin Eightl!mth-Cmtury Bristol (Cambridge, 1991). Yolk, 1989), de Michel Feher, aunque obtuvo una fria respuesta academica de los estudiosos que 16 Para un analisis sobre la valida de las fotograffas como prueba visual, ver Daniel M. Fo y Chris­ euestionaron su correcci6n politiea; ver, por ejemplo, fa critica de Colleen Ballerino Cohen y Karen topher Lawrence, Photographing Ml!dicini': lmagl!s and POWI!T in Bn'tain and Aml!Tica sina 1840 JC Robertson, en History ofSl'XUIZlity, 3 (1992), pags. 129-140, reprobandole su fulta de .un analisis cel­ (Nueva York, 1988); y en un sentido mas amplio de evidencia visual, Christopher Lawrence y Ste­ tico expUcito de la dase, la raza, eI genero y las premisas heterosexuales subyacentes y reflejadas en el ven Shapin (eds.), Sciencl! Incamatl!: HistOrical Embodiments ofNatural Knowktigl! (Chicago, 1998). esquema anal/tico», 27 Vet Irving Goffinan, Stigma: Notl!s on thl! Managl!mmt of Spoikd ldmtity (Harmondswortll, 2'1 Bodyand Socii'ty se fundo en 1997 y es una publicaci6n trimestral de Sage. 1968); id., Thl! Prl'Sl'ntation ofSt'/fin EVl!ryday lift (Har mondswortll, 1969): id., Srraugic lntl!rac­ l<J Ver Cindy Patton, InventingAiDS (Nueva York y Londres, 1990): Simon Warney, Policing Dl!si­ cion (Oxford, 1970); id., Intl!T4Ction Ritual (Londres, 1972). Sobre el gesto es admirable Jan Brem­ ri': Pornography, AiDS, and thi' Ml!dia (Minneapolis, 1987); id., Practim ofFrmiom, Sl!kmd Wri­ mer y Herman Rodenburg (eds.). A Cultural History ofGl!stuTi!S.from Antiquity to thl! Prl!ssrnt Day (Cambridge, 1991). tings on HJV/AiDS (Londres, 1994). }I M. Featherstone, •The Body in Consumer Culture», Thl!ory. Culturi' 6- Socii'ty 1 (I982), pags. 18-33: Pasi Falk, Thi' COllfuming Body (Thousand Oaks, Calif., 1994) d 77
  • 5. - . Ha sido tan espectacular el auge de la historia del cuerpo en la ultima nado y se renegocia (en el transexualismo, el matrimonio gay y la ley) ~2. dtcada que seria absurdo intentar en las pocas paginas que quedan un estu ­ Todas estas tendencias contemporaneas han acelerado inevitablememe el clio que englobara (Desde la Edad de Piedra hasta la Edad Contempod.nea», cuestionarniento historico, y hasta ",iflci.! el poner de relieve las conrroversias principal«. Para enfren­ En cualquier caso, cualquier veleidad mla por reivindicar rneritos por la tarJDe a tan ardua labor, me guiare, como fase inicial para algunos cornen ­ historia del cuerpo quedarfa mitigada por el hecho de que no todo parece ir wios sobre los progresos de la decada, por el plantearniento que proponia bien en esta artesania. EI comentario de Eagleton que cite al principio tenia eo «Historia del cuerpo !" con siete puntos para la investigacion furura. Lo por objeto zaherir una nueva moda, mienrras que, por otro lado, Jenner, en revisar a grandes rasgos, examinando en concreto la evolucion de cada una acerada critica de las ultirnas aportaciones, se mostraba bastante escepri­ e co, si no realmente mordaz, y argumemaba que en gran parte de la historia del apartado. cuerpo se mezcla la carencia de precision merodologica con la ausencia de rigor El cuerpo como condiciOn humana erudito. Los estudiosos han confundido desmafiadarnente representaciones del cuerpo con realidades historicas, y no hemos sabido distinguir entre recomen­ es Las religiones, filosofias y literaturas del mundo son unanim al hablar de la daciones para eI cuidado del cuerpo de esos manuales de piedad y decoro en condicion humana, del nacimiento, la copulacion y la muerte. Pero, ~hasta que tanto beben los historiadores y practicas sociales del pasado docurnenta­ que punto es espedfica y directa la relacion (~reflejo?, ~compensacion?) que das 33. Adernas, Jenner se quejaba de que con harta frecuencia se ha ucilizado mancienen las doctrinas religiosas 0 talantes ardsticos de una epoca particu ­ la historia del cuerpo para ratificar toscas reorias de control social 0 modelos lar con las experiencias reales del ser vivo y corporeo? Planteando estas pre­ pseudo-foucauldianos de la conscripcion del cuerpo en el marco de regimenes guntas en ((Historia del cuerpo I» consideraba si, por ejemplo, la cultura de sauoir-pouuoir, y asi la historia del cuerpo se convierte en algo formulada­ obsesionada con la muerte, denominada por Huizinga «el otoflO' de la Edad mente reducido a descubrir atin mas modos nuevos en que el cuerpo ha sido Media», ~fue una respuesta refleja a las realidades de las epidemias de peste controlado, disciplinado, vigilado y castigado 34. EI anacronismo encierra orro bubonica que barrieron la Europa del siglo XIV? 0, siguiendo a Camporesi, peligro: el de los estudiosos de moda a dar por sentado (por ejemplo) que los ~habr{amos de ver en los elementos macabros de la cristiandad tardomedie ­ conceptos freudianos y lacanianos son automaticamente aplicables a los cuer­ val -Ia fascinacion por los cuerpos incoffuptibles de los santos. etc.- una pos del pasado 35. Para empezar, prorestaba Jenner, la simple noci6n de «hisro­ expresion de un arnor vibrante por la vida y un inreres absorbente por la ria del cuerpo» irnplica sin paliativos una drastica reificacion y sirnplificacion, un reduccionismo, cual si existiera un «solo» cuerpo del que se rastreara la his­ carne? 36. De hecho, las representaciones religiosas del cuerpo han sido un campo toria «unitaria»; pero ese cuerpo dificilmenre puede ser el que se presenta en frucdfero de investigacion estos Ultimos afi,os. Son de destacar los estudios los textos eruditos que escrutan la mayoria de los estudiosos, y concluia que la revisionistas de Carolina Walter Bynum en los que sostiene que la gran atrac ­ historia del cuerpo debe dar paso a las historias de los cuerpos. cion del catolicismo de la baja Edad Media y de la epoca moderna radica en el enfasis devocional de las representaciones corporales de la Virgen y el Nino 32 Jane Arthurs y Jean Grimshaw (eds.}, Women" Bodies: Discipline and Transgression (Londres, jesus. La humanizaci6n de la fe, expresada a rraves de la vulnerabilidad de la 1999); Julia Epstein y Krisrina Straub (eds.), BodyGuards: The CulturalPolitics ofGmdn AmbiguilJ' carne, convirti6 en causa popular el cristianismo de patriarcado jerarquico. (Londres, 1992). A la luz de la conciencia contemporanea sobre duetilidad de genero, han apareci­ ia do imponantes estudios sobre los antecedentes historicos: NelIy Oudshoorn, Beyond the Natural En Fragmentation and Redemption, Bynum explor6 como en la pedagog Body: An Archeology ofSex Honnones (Londres, 1994). medieval se atribuye con frecuencia valor al cuerpo generado 3". En fecha mas 3~ A este respecro, Jenner critica en parricular Perilous Chasti!)': Women and Illness in Pre-Enlighten­ ment Art and Medicine (Irhaca, NY, 1995), de Laurinda S. Dixon. 34 Mark S. R. Jenner, "Body, Image, Text in Early Modern Europe», SocialHistory ofMedicine 12 (1999), pags. 143-54, pag. 154. 36 J. Huizinga, Elotono de Ia EdfldMedia (Madrid, Alianza Editorial. 2001); Piero Camporesi, The ~7 Byn~m, 3' Es uno de los defectos principaJes de The BoJ.y Embarrassed: Drama and the DisciplineofShaml' in lncorruptibu Fush: Bodily Mutation and Mortification in Religion and Folklon' (Cambridge, 1988). Ear~y Modem England (Ithaca, NY, 993), de Gail Kern Paster, quien aplica las categorias psicoana­ Caroline W'aIrer Fragmmtatioll and Rednnptioll: Essa)'l OIl Gender and the Human Body IIricas Iacanianas a nivel universal. Para orras discusiones sobre Paster, ver infra, Otros invesrigado­ in Medieval Religion (Nueva York, 99). Ver tambien Linda Lomperis y Sarah Stanbury (eds.), res han utilizado ejemplarmeme las categorias freudianas: ver Oedipus and the Devil (Londres, 1994), Feminist Approaches to the Body in MedievalLitterature (FiladeHa, 993). de Lyndal Roper. ;)77" --
  • 6. ibilidad moderna. Considerada desde la perspectiva de las formas arque ­ reciente, en The Raurrection o/the Body (1995), sostiene que «el cristianismo ic:aS y simbolicas a que nOS ha _rombra<!o la autropologia y el psicoa ­ occidental, a pesar de su recelo frente a la carne y la lujuria no repudia d . is, fa antigua preocupacion cristiana por la realidad material de la otra cuerpo ni prescinde de elll 38. aparece comO una expresion de autentico Y finisecular respeto por cues­ Las doctrinas de la resurrecci6n individual cobraron nueva importancia, ees de identidaddel aquJ y ahOCl. conceptOS de integridad sobre rodo. No sefiala Bynum, una vez que las antiguas expectativas cristianas de Segundo re, ellector esceptico que recele de que imbuirle una falsa concepcion Advenimiento comenzaron a desvanecerse. Frente a un mar de fondo gnos­ ,]a aceptah racionalidad de estas docuinas medievales. bani muy bien en le i<r Ia_sicion de BynumjuntO con el au3Jjsis de Camporesi sobre Ias abe­ rico, reinstaurado en siglos posteriores por los cataros, los primeros padres de fa Iglesia se vieron obligados a hacer hincapie en la resurrecci6n de la carne lP"'" .-fIanaaS teolOgicas Y las creenci.. del voIgo. En contraSte con tynum. que pone enfosis en Ia Clcionalidad Ylas cualidades emotivamente ~rias de las doeuinas cristiau'-' sobre resurreccion de la came. Cam­ para que la Creaci6n no pareciera abandonada en manos del diablo, y aduce que, por el contrario, la escolastica de la alta Edad Media marca la transici6n te de la escatologfa a la filosofla necesaria para siruar los preceptos sobre la vida 'to explica con morboso detalle las angosrias YIa no infrecuen bisreria celestial en el marco de los debates aristotelicos sobre si era la forma 0 la deresi masas. afirmando que aquellas creencias eran tan extranas Y extremas, las ° materia 10 que se individualizaba: ~era el cuerpo el alma 10 que garantiza­ . ~ cahe sospeebar si Ia sociedad taulomedieval no se .colocaba> por cos­ iumbre con sustau alucin6genas. 50 plautea un debate fascinaute entre Ia ~ «suave» que hace Bynum de Ia docuina del coerpo y Ias opiniones ba nuestra individualidad en el mas alla? eias En paralelo a ternas desarrollados por Piero Camporesi 39, Bynum, ade­ mas de los escritos eclesiasricos, ha estudiado la evidencia visual en retablos .desenfrenadas» de Camporesi. y frescos para analizar las.incertidumbres populaces y demostrar el papel clave Bynum ajusta cuen'" con su interpretacion con el bistoriador de atte Leo que la Iglesia atribufa a inculcar las ensefianzas verdaderas entre los fieles con SrcinbetIl> puesesteen un libroprovoeador llamo1a atencion sobre el becho frecuentes citas a San Lucas 21, 18 (<<Pero ni un cabello de vuestra cabeza de que. sepIn un convencionalismo piet6rico en boga duran'" el Renaci­ perecera») para apaciguar la angustia de los creyentes sobre la resurreccion miento, soHa representarse a Cristo tocando, 0 mas bien seftalando, su pene; personal; pero la cuesti6n de que «cuerpOIl exactamente recuperarfa cada uno algo notablemente igoorado por los historiadores del arte. como si hubierau nunca se resolvi6 satisfactoriamente y numerosos acertijos siguieron ator­ invisibilizado la sexualidad del cuerpo de Cristo 40. Bynum refuto a Steinberg mentando a quienes propugnaban al pie de la letra doctrinas de resurrecci6n y sefutlo que pe_ que el gesto de Cristo eta de Indole .sanal. suponla una (tal la paradoja del canfbal 0 el dilema del ensamblaje de las partes destrui­ lecrura claramente moderna y ucronica: 10 que se sefialaba no era at erotiza ­ la das en combate), ciondel Salvador. sino so humauizacion. Otras obras, en particul en la de Quiza fuese este el motivo por el que gozaron de un predicamento mas MID Rubin sobre la Eucaristla. tambien han eenuado mas la atencion en I. duradero metaforas mas ambiguas y evocadoras (como la del grano y los inmauencia y el hurnau que en los elementoS traScendentales del cris­ ismo ciclos estacionales de pudrici6n y regeneraci6n). El arte humanista del Rena­ tianismo popular 41, cimiento contribuy6 tambien a dar lustre a ambigiiedades doctrinales mediante la representaci6n piet6rica de cuerpos bien formados y de carne rosada, induso agiles, flotando etereos sobre la tierra con movimiento casi de 1A fornuz del cuerpo ballet, y Bynum seiiala que, a pesar de ciertas tendencias macabras tardome ­ dievales, en semejantes ascensiones nunca se representaban simples «huesos». En el ane. 1a escritura creativa.1a cieneia y la medieina. pero tambien en los Uno de los grandes meritos de la obra de Bynum es que nunca trata con proverbios. IDs cliches y las met>ifo.... el cuerpo adopta una forma visnal 0 conmiseraci6n la teologia de la resurrecci6n (que a nosotros suele resultarnos visualizada. Es delg 0 gordo, hermoso 0 feo; es el espejo del universo, ado chocante), ni la moteja de «ex6tica» 0 totalmente ajena a las modalidades de • l.<o S"""",,,- rh< s-Jhy >if chri<' .. """W4"" Arl .... M",,", " '..... ( N - y.,. 38 Caroline Walker Bynum, The Rrsurm:tion ofthe Body in Western Christillniry, 200-1336 (Nueva York, 1995), pag. 11. " 983). Rubin. """'''' 0,..0. 1h< , ......., .. LA" 1 MID M"""" C""'"' (c.mbri.....991h S."h 39 Ver, por ejemplo, Piero Camporesi, .The Consecrated Host: A Wondrous Excess», en M. Feher Coakley (ed.), ReLigion and tht Body (Cambridge, 1997). • (ed.), Fragmentsftr a History of me Human Body, vol. 1 (Nueva York, 1989), pags. 220-237.. 2 y/ --_......
  • 7. "Serta ento posible reoonstnillios _bios de estatur.l de la pobla ­ nces y sUS colaOO,..o= afi,man que es posible en el caso ci60 bdtWid F10ud • parang6n para los animales, quintaesencia del polvo --cualquier represema­ ente cion pictorica nos cuenta su historia y contiene un sistema de valores--, de los varo , ya que las estadlsdcas vitales estan minuciosam docu­ Pocos historiadores, sostenia en «Historia del cuerpo 1», han prestado hasta _t2das anes partir de finaes del siglo XVIII en los arebivos de las cajas de e1 mornento gran atencion allenguaje en cuanto vehiculo de mensajes ocul­ tos acerca del cuerpo (segun se contiene, por ejemplo, en las metaforas de la vida y la rnuerte). Aun son menos los historiadores generales, por oposici6n _no .,dutanUen particuJann to. Naturalmente, podda objetarse que los soldados son una poco teptesentativa. ,No sedan qui7i un segmento de poblacion tobusto? ;0 la escotia de la sociedad? Ni mucho menos, a los historiadores especializados en arte, que hayan meditado en profun­ entey su equipo. En una teconstrU ccion tawnada de las pautas o<pIi_ Floud s didad sobre el significado de las imagenes autenticamente visuales de los de aJlstamie , sugieten que los voluntatiOS «an muebacho ptocedentes cuerpos como pruebas hist6ricas (en retratos, irnagenes funerales -((anato ­ nto de Ia case trabajado<a que buscaban un empleo en ciempos de penuria y mlas»- 0, incluso, en albumes de insrantaneas) 42, adu<en que bay modos estad~ti_ente fiables de exttapolM .solcladOS' a En la ultima decada se ha avanzado mucho en la recuperaci6n del cuer­ ot po hist6rico como entidad flsica, Como sefialaba mas arriba, se conser;van .•ciudadanoS». leVela este estudio? La estatun media del trabajad del si­ ,Que nos muchos datos en instituciones como la militar sobre estadfsticas vitales de gloxvm «a baja, quiza infedo< a 1,60 rn. Se ptodujo un leve ausnento en la poblaciones antiguas. Sobre la base de ello se han emprendido nuevos estu­ decada de 1840 aproximadamente, pero este se perdi6 en la siguiente gene ­ n dios antropometricos ampliando el trabajo pionero de Emmanuel Le Roy raci6n hasta que a partir de la decada de 1870 las estaturas comenzaro a Ladurie, que prometen resolver cuestiones historicas de mayor calado 43, aumentaf en curva continua hasta la actualidad. La clase de tfopa era entre Tomaremos como ejernplo una cuestion historica clave: la Revoluci6n 12,7 y 15,2 cendmet mas baja que los oficiales; es dec;', que las dases altas to S Industrial ~mejoro 0 empeor6 las condiciones de la mano de obra? Esta (0 mejo< dicho, quizJ.. de mayo' estant"') mitaban po, encima del homb'o «norma de debate abierto» es indudablemente una de las reglas de oro tra­ alas infe,iotes. Sin emb~,ala larga, di>minuirl an las difeterlcias de esta­ dicionales en historiografla, La evidencia textual apunta en ambas direccio­ turaSi cabe hacer deducciones a patti, de la estant'" con ,espeelo a la talud y, de clase y regionales. nes y por ello los estudiosos de tendencia cuantitativa no dejan de buscar indices numericos que den precision a los supuestos cambios en la calidad en consecuencia. a la ca1idadde vida, estOS datos son un retO, pues conrradi ­ de vida. Se han utilizado fundamentalmente dos tip os de pruebas: las tasas cen a los .pesimis"" que ven Ia negada de la indusrrializacion como derri­ ra. de rnortalidad y la escala de salarios; pem no es necesario insistir en los mente a los parametros vitales de la dase ttabajado Si que sugieren un defectos de ambas. perfodo a mediados del siglo)IX en el que, a pesar de la mejora de sal",ios, De ahi las muy prometedoras perspectivas del ensayo sobre antropome­ empeotatO las condiciones de supeNivencia --<iebido, como pmponen los tria Height, Health and History: Nutritional Status in the United Kingdom, n autores. a un empeornmiento de la vivicnda Y de las condiciones higienicas 1150-1980, de Roderick Floud, Annabel Gregory y Kenneth Watcher 44, Los po, efeeto de las condicion'" de babirabUidad a p,incipios de la epoca vieto­ enistas bi610gos conHan en que las variaciones de estatura reflejen ceteris paribus las tiana- Son datoS que rebajan los alam>i>mos de los eug ftn de sieck diferencias de bienestar, al ser la altura del individuo un indice aproximado sobre deredoto "",ional y suicidio de Ia r.ua y que dan cleno apoyo indirec­ de ((estatus nutricional». to a Ia opinion de Thomas McKeown de que los ptogresos paulatinos en la talud se deben fundamentalmente a una mejo' alimentacion ". Po' tantO, on 42 Plantee est35 cuestiones con mayor amplicud en «ReviewArticle: Seeing the Past», Pastand Pre­ Ia condicion £isica resul",,!a un mejo, lndice que los talatios en la evaluaci sent 118 (febrero, 1988), pags. 186-205. vad o= •.1 Jean-Pierre Aron, Pierre Dumond. Emmanuel I.e Roy Ladurie, Anthropologie du conscript franrais de los cambios de parametros vitales. En esta Ultima decada ban salido tambien ala lu' esmdios inno (La Haya, 1972). El pionero en este campo es el hiscoriador brasilefio Gilberto Freyre: Casagranda sob" el aspect del rueq>O t"'tado como un sistema de comunicaci6n de sig­ e sensala (Rio de Janeiro. 1933), ampliado en su 0 Escrava nosanuncios dejomai.' brasi/£iros do secu­ 10 XIX (Recife, 1963) . nos. Ap",re deolas ob,as ya leferenciadas sobre la bistoria del gesto, contamos ... Roderick Floud, Annabel Gregory y Kenneth Wachter, Heighth, Health, and History: Nutritional Status in the United Kingdom. 1750-1980 (Cambridge, 1990); para estudios similares, ver John Kom!os, Nutrition and Economic Development in the Eighteenth Century HabsburgMonarchy (Prin­ .< T. McKeown. Mtdicint ill Modtrn Society (Londtes, 1965). ceton, 1989); Mark Nathan Cohen. Htalth and the Rise o{Civilization (New Haven. 1989). ;213
  • 8. ·­ ...;wCOS". patologia> que me&mte una especie de soeialdatwinismo iban ahora con nuevos esrudios sobre fisiognomfa 46, y se ha revaluado la impor­ d<sapare entre los jndIos progresis"" y moder nos de occidente. • ciendo dades tancia social del retrato 47, asf como la iconograffa de la muerte 48 • Concre­ • Est< pmyecto de una cienci. judla sobee las peeuliaci de los judlos. tamente el prolffico historiador esradounidense Sander Gilman ha publicado podd. conducit .1. idea, 0 eeforzatla. de ese ,.uro-odio' jndlo que Gilman ba n=do tan esclaeecedoramenee en ottOS trabajos, un tetoreido .utudes­ varios vohimenes sobre interpretacion de imageries polemicas del cuerpo: el cuerpo loco, el cuerpo erotico, el negro, el judio, la mujer histerica, etc., en p..a evidente notable en 5", and Cardera'de Otto Weininger en mente los que planrea que ha significado la negritud, la belleza, la salud 0 la enfer­ que o•esgrim la ecuation jndIo = homosexual· mujer. En efecro. como edad• e <!<mues Gilman, la condicion de jndlo puede versecomo un' enfeem medad dentro de un marco mas amplio de las actirudes respecto al genero, tt• y fa circnncisi6 del pene -1. mayor ,defo'midad, de toda>- se asoci. ine­ la raza y la ernia. Mas concretamente se pregunta en que se ha basado ellen­ vitablem anmutilaci6n quirurgica e indirectamente en consecuencia, a guaje visual del loco y el cuerdo, el hermoso y el feo, de 10 normal y de 10 ente infecci6n sifillrica. En 0,"" pal.bras. la identidad judla .punta iteesistible­ patol6gico 49. En la Europa fin de siecle hubo algo obvio, 0 al menos 10 pareci6, en cuan­ mente ala verdad de que a los [udios les arruin6 su sexualidad. Feeu natUralme rrato de ttascendee est .uto-odio extrap 0 lando to a la distincion entre judie y gentil, pero (en que se basaba la diferencia­ medianted, una lecturante, psicodinamica de la realidad las preocupaciones pro ­ cion? iEn la religion? iEn la lengua, la historia, la psicologfa, la cultura? iO en la biologfa racial? En TheJew's Body, Gilman analiza los discursos sobre pias de los jndlos a pteOCllp.donts permanenteS de I. psiqne human a. Las es los judfos y accra hasra que -extrerno el propio cuerpo parece inscrito, tal vez cui"" eespeetoal ram.no de 1. nariz se convirtiem n en insegurid.d f.ili=, de un modo indeleble, en el estigma de la condicion de judfo 50. Se trata de las de la cireuncisi6n en .ngusti. de castracion de I. que deeiv.b. el comple­ o• un campo de discusion particularmente interesante, ya que, como dernues­ jo de Edipo. un personaje ,griego' y, po, canto- ,nniversal,. Sin embatg Freud nunca fue totalmente capaz de disipar del eodo su preocupaci6n espe ­ tra Gilman, las ideas racisro-biologicas (la condici6n de judio impresa en la dficam judia bajo un disfraz de ciencia universal; al fin y al cabo, el pro ­ piel) no fueron ni mucho menos exclusiva de autores arios (supuestamente en te antisernitas), ya que numerosos medicos cientfficos y antropologos judios, pio Edipo tenia su puntoflaco/s u tal6n de Aquiles. En recientes estudios sobre cirugia plastica cosmetica, Gilman ha amplia­ relacionados con cuestiones de identidad judia, estaban perfectamente dis­ puestos a caer en estereotipos raciales; aunque con una sutil argucia, ya que do su .nalisis sobee los intenros en los Ulrimos den afios PO' transformal' el afirmaban que la distincion clave no era en definitiva entre arios y judfos, aspecto del cue'!'O y ocol.., supnestos defecms 0 fabricar un ideal (riempo sino entre arios y «judios buenos», por una parte, y «judfos malos», por la apmpiado, luga' y colenra especlficosJ de belleza 0 nonnalidad ". otra. Su ciencia «dernostraba» que determinados rasgos judios -pies pianos, piernas en arco, trastornos curaneos (plica polonica), grenas, ojos saltones, nariz ganchuda- eran muy reales, pero curiosamente alegaban que tales La anatomia del euerpo caractedsticas eran primordialmente defectos de los judfos «orientales» 0 En ,Histo,i. del euerpo I> ,osteni. que los cueepo' son objetos p'" . mi", d. ""tern.; se enfte al mundo exterio', pero tambien son subjerivo, nran patte integ del yn interno. Sin emb"go. cu,iosam enee, I. m.yod. de 1. 46 Por ejemplo. Martin Porter, .English "Treatises on Physiognomy" c. 1500-c. 1780", tesis de doc­ ranee torado Universidad de Oxford, 1997; Christopher Rivers. Face Value: Physiognomical Thought and exposiciones de 1. histori. del yo. Decl. que neeesitabamos sabe' mueho ma the Legible Body in Marivaux, Lavater. Balzac. Gautier, and Zola (Madison. 1994). sobte 1. mane" en que 1m individnos y cultutas part;,ul,," han atribuidc 47 Marcia Pointon, Hanging the Head: Portraiture and Socia! Formation in £ightunth-Cmtul']' England (New Haven. 1993); Kathleen Adler y Marcia Pointon (eds.). The Body Imaged: The en general. ,ignificado • sUS miembto' Y o'l.nos, • to constienci6n y • S' Human Form and Visual Culturesince the Rmai.'sance (Cambridge, 1993). Gi1~'. 48 Nigel Llewellyn, The Art ofDeath: Visual Culture in the English Death Ritual c. J 5OO-c. J 800 (Londres. 1991). " s,.d" CU,'''', BM'ry " c= ,'" s.J RAu"d p,ydr>1.gy i. "" Shapi.,.j",d'" 49 Sander L. Gilman, Seeing the Insane: A Cultural History ofMadness and Art in the Western World (Nueva York, 1982); id.• On Blackness without Blacks: Essays on the Image ofthe Black in Germany S"'f!'Y (Oo,h=. 1995); iJ.. M..... "" B'" ..... AC.,,,,,, =... 1999). Cump'''' ron A."i,,' M..,~. T'" M.ki., .j. &dy M" flo' ",,"'ri' Hi>Wry ·f S"",ry (P,i (B,,,,,,I<)', 199' '•. (Boston, 1982); id" Difference and Pathology (Ithaca. 1985); id., Inscribing the Other (Lincoln, 1991); id, Health and Illness. Images ofDiffirence (Londres. 1995). S. Paige Bary. jO Sander Gilman, TheJew's Body (Nueva York, 1991). :J ~5> ---_ ..
  • 9. 286 . FORMAS DE HACER HISTORIA HISTORlA DEL CUERPO REVlSADA 287 i ! carne. iCuil es la topograffa emocional y exisrencial de la piel y los huesos? Garganroa de Rabelais no puede naeer de un modo normal y viene al mundo ~Que querfa decir la gente cuando hablaba, literal y figuradamente, de su a rraves de la oreja izquierda de su madre, Gargamelle. sangre, su cabeza y su corazon, sus entrafias, sus espfrirus y sus humores? Paster ahonda fructfferamente en las ideas de Bajrin para subrayar eI ~Como encarnaban estos organos y funciones las emociones, las experiencias potencial «humorfstico» (con frecuencia subido de tono) de la terminologia y los deseos? ~Que relaci6n rnanrenfan los significados privados y publicos, -humoralisra» y hace hincapie, tras los pasos de Norbert Elias, en como a las connotaciones subjetivas y medicasr prineipios de la epoca moderna las funciones corporales fueron sometidas a Con eI empleo de la expresion «La anatornla del cuerpo» me referfa al un «proeeso civilizador», Por tanto, el humoralismo era no s610 una fisiolo­ hecho de que eI auge de la anatomia como especialidad medica en el siglo XVI g!a, sino una moral que indicaba y expJicaba que partes y proeesos corpora­ procure un nuevo eslabon entre 10exterior y 10interior. Felizrnenre, las prac­ les eran dignos 0 degradanres, nobles 0 despreciables, trasladandolos a expre­ ticas y rituales de la anatornfa han sido objeto de amplia atencion en la Ulti­ siones de repudio 0 verguenza, ma decada )2, 10 que ha fructificado en diversos esrudios notables sobre las 1.0 que sueedi6 cuando la practica de la anatomfa irrumpio en eI mundo interconexiones del exterior y eI interior del cuerpo. significante tradicional del humoralismo constituye eI terna de The Body La econornfa del cuerpo en eI sentido tradicional como enre humoral ha Emblasoned?', de Jonathan Sawday, quien sostiene que la nueva actividad sido genialrnente recreada por Gail Kern Paster en The Body Emba"ased)3. clave que realmente influy6 en eI cuerpo a principios de la epoca moderna Especialista en lireratura del Renacimiento, la profesora Paster ha analizado fue el negocio de la anatomia. Realizada en aulas impresionanres, la disec­ pormenorizadamente la representacion de ciertas facetas del cuecpo en las ci6n se convirtio en celebracion osrentatoria de la alianza entre los poderes obras teatrales de Shakespeare y sus contemporaneos y ha logrado dernostrar civil y medico, y su consecueneia -al margen del progreso intrinseco de la habiirnente ese humoralismo generalizado. A diferencia de estudios literarios medicina anatomica-s- fue desacreditar las meraforas tradicionales sobre el anreriores, que interpretaban que eI humoralismo no era sino una simple cuerpo y sus relaciones con la mente, eI alma y eI yo que desde tiempos proyeccion del ternperamento y de la consrirucion Asica(ser colerico, melan­ inmemoriales predominaban en la cristiandad medieval. Por un lado, los calico, etc.), esta aurora ahonda en ramificaciones mas profundas del mismo antiguos rabues sobre eI cuerpo y su sagrada inviolabilidad quedaban abo­ y dernuestra eI papel elave que desernpefio la creencia de que la carne era fun­ cados a desaparecer, practicamenre por definicion, una Vel generalizada la darnentalmenre un conjunto de humores encerrados en un envoltorio cuta.,. ~-f diseccion; 10 que significaba que en cierto modo el cue cpo se degradaba mas neo, en particular en eI debate sobre las rnujeres en su condicion de «~.~ al ser reducido a un objero susceptible de violacion por el ojo inquisitivo, pientes con goteras», tanto fisiologicamente (mensrruacion, llanto, lactancia) susceptible a desmenuzamiento, desmembraci6n y experimentacion, en como psicologicamenre (segun los dramarurgos, las mujeres chismorreaban, lugar de ser reverenciado como un algo ereado a imagen de Dios, Pero sin parar), Pero adernas de esto, Paster analiza de que modo la teoria dd.,r " . ,en opinion de algunos, como sir Thomas Browne, tambien esto 10 enno­ humoralismo foment6 eI concepto de «rransmutacion» 0 conversion de Ull~ ,~:, ..: bleda y muy promo aquel menton de heees envilecido por los teologos fluido en otro y la sustitucion de un organo u orificio por otro. 1.0 que otJ'Oor~" 'r~"t .patristicos 0 por la visi6n grotesca de Bajtin, serfa exaltado como obra maes­ ra fuera sangre se converrfa en leche materna, eI semen se transfocmaba c:a: ~;.' '.In mecanica del Creador. sudor, 0, en las comedias groseras, eI parto se parangonaba a la defecacion: i;f",'/- La polisemia del cuerpo anatornizado es eI nucleo del estudio de Sawday. ~.• ~ '.11 nuevo cuerpo expuesro a la vista rindio un gran servicio como metafora y '2 K. B. Roberts y J. D. W. Tomlinson. Tht Fabric oflht Body (Oxford. 1992); David H " ',cstiInulo para mucho mas. Como los cadaveres que diseccionaban los ciruja­ Carla Mazzio (eds.). Tht Botly in Pam: Discounts and Anatllmm in &rIy Modn7I Eum,. '-Dos salian ser de criminales ajusticiados, eI negocio de la anatomia adquiri6 1997); Christopher Lawrence. ><Alexander Monro Primus and the Edinburg Mannet of Anal' ?"t-CaQaer delictivo y, sobre todo en Alemania y Holanda, a los anatomistas, Bullain ofmt History ofMtdidn•• 62 (1988). pag.. 193-214; Ruth Richardson••"TtadingAII. and the Licensing of Anatomy•. en Roger French y Andrew Wear (eds.). British M.JidM in l1li <~rcomparaci6n, se les consideraba tan infarnes como aI verdugo 0 aI mata­ c. of&form (Londres, 1991), pags. 74-91; Jan C. Rupp .•Matters of Life and Death: The Social :~. La cruel irrupci6n del escalpelo en el cuerpo se equiparaba por deriva­ Culrural Conditions of the Rise of Anatomical Theatres, with Special Reference to Sev, '~'l).. · ~f)lnarhan Sawday, Tht BodyEmblazon.d: Dissection and Ihe Human Bodyin Rrnaissance Culturt unrury Holland•• History ofSt:itne 28 (1990). pags. 263-287. •• I, 53 Gail Kern Paster, Tht BodyEmbamu1tfl: Drama and the DisciplintS ofShamein EllrIy Me England(Ithaca. NY. 1993). . .y~ 1995). Jenner ha hecho una severa ccitica dellibro de Sawday por su caracter e.nrnohrivn c~.; ",. oL