2. SER HOMBRE A IMAGEN DEL DIOS TRINITARIO
La noción que el
hombre tiene de sí
mismo está muy
ligada a su fe y a su
noción de Dios.
“Dime qué Dios tienes
y te diré qué aspecto
tiene tu humanidad”.
La imagen de Dios y la
imagen del hombre se
corresponden de la
manera más estrecha.
3. - En el mundo griego el
hombre no puede esperar
que la divinidad le preste
atención.
- La aportación del A.T.
consiste en que el individuo
se convierte en persona por
medio de la llamada de un
Dios que actúa
intencionadamente y que
por tanto, se manifiesta
“personalmente”.
4. En el N.T. brota algo
totalmente nuevo:
- Dios es el viviente no sólo
al dirigirse al hombre, entrar
en comunión con él y
establecer relaciones con él;
en sí mismo.
- Dios es también communio
y communicatio; su propia y
poderosa condición personal
se realiza en la red de
relaciones de tres personas
divinas.
5. -La condición personal del
hombre, en cuanto imagen
de la condición personal
divina está marcada no solo
por “un ser yo” o “un ser en
sí”, por una independencia
sino por una relación desde
los demás (y referida a los
demás).
-La persona en sentido pleno
es y se hace, mediante un
reconocimiento libre y
recíproco, en el “ser con los
demás” y el “ser para los
demás”.
6. -El otro forma parte esencial de
la propia condición personal.
En el otro y por el otro me
alcanzo a mi mismo. Esta idea
es consecuencia de la fe en el
Dios trino.
- Si la vida divina se realiza en
el intercambio de tres personas
distintas -Padre, Hijo y Espíritu
Santo- significa que unidad y
pluralidad son igualmente
originarias, de igual rango,
importantes, primero en Dios,
pero luego también en
nosotros.
7. -Esto entraña consecuencias: en casi
todas las sociedades, comunidades se
valora más la unidad, la armonía y la
uniformidad que la pluralidad, la
multiplicidad o las opiniones diferentes.
Así sucede también en la Iglesia.
-Es más fácil y cómodo medirlo todo en
la uniformidad.
8. -La imagen del hombre que tiene como
norte al Dios trino conlleva otro modo
de actuar, al que pertenece la
consideración DEL OTRO COMO OTRO,
Y CON ELLO DE SU ALTERIDAD.
SÓLO LA RELACIÓN CON EL OTRO
PERMITE ACCEDER A LA PROPIA Y
PLENA CONDICIÓN PERSONAL.
9. “Si todos tuviéramos cuatro
manzanas, si todos estuviéramos
sanos y fuertes como un corcel, si
todos estuviéramos igual inermes
en el amor, si cada cual tuviera lo
mismo, ninguno necesitaría al otro.
TE agradezco que TU justicia sea
desigualdad”
(Poeta Jan Twardowski)
10. -“Desigualdad” y “alteridad” son condición de
un auténtico intercambio vital de los
“desiguales”. De hecho, los hombres que son
iguales, que pueden lo mismo, que piensan lo
mismo, que quieren lo mismo, no se necesitan
unos a otros.
- La mirada al Dios trino muestra que la
UNIDAD sólo es legítima cuando se realiza en
la MULTIPLICIDAD; en la convivencia, en el
reconocimiento del otro.
11. El Dios trino pone de manifiesto un MODELO de
cómo se relacionan, y deben relacionarse entre
sí, unidad y multiplicidad: La unidad trinitaria
no es unidad cosificada o estática ni
uniformidad colectiva.
La unidad trinitaria es la red de relaciones, el
intercambio de vida y amor de los muchos que
son “cada uno otro” y del múltiple “ser cada
uno otra cosa”. Así y sólo así se hace uno
“persona”, verdadera imagen del Dios único en
tres personas.
12. Con esto se muestra que el doble
mandamiento del N.T. del AMOR no es
otra cosa en el fondo que “FE
TRINITARIA DINAMIZADA”.
Es una instrucción para que
traslademos la Trinidad a nuestra vida
práctica, con convivencia cordial y
existencia solidaria volcada en los
demás.
13. PRUEBA EN CONTRARIO: EL HOMBRE COMO
Al comienzo de la vida
moderna la fe en el Dios
trino fue perdiendo
fuerza, esta comprensión
relacional de la persona
se perdió en buena parte.
Dios fue entendido como
Dios unitario,
correlativamente se
entendía al hombre como
un SUJETO CENTRADO EN
EL “YO”.
“SUJETO AISLADO”
14. El hombre reemplazó a
Dios o pretendió ocupar su
lugar. No es ya Dios, sino
el hombre, quien tiene que
dirigir el mundo,
configurarlo y
transformarlo según sus
propias ideas.
No es ya la ley de Dios
sino la RAZÓN humana, la
que establece la norma y
el sentido de toda
conducta.
15. Al hombre no lo caracteriza ya
la RELACIONALIDAD sino la
SUBJETIVIDAD, la cual se
pone como centro e intenta
dominar desde sí todo lo
demás.
A partir de esta comprensión
el individuo se pone como
centro, surge necesariamente
la lucha de poder y
competencia de los muchos
sujetos, cada cual quiere
imponerse (clases, grupos
sociales, razas y naciones).
16. Se hace evidente el
carácter contradictorio y
problemático de esta
comprensión del hombre.
El hombre no se
considera en perspectiva
trinitaria-comunional,
sino unitaria-subjetiva, el
único final de todo es la
lucha y la contradicción.
17. La orientación hacia el Dios
trinitario pone de
manifiesto algo totalmente
diferente: SER PERSONA
NO SIGNIFICA SER UN EGO
AISLADO. A LA
CONDICIÓN DE PERSONA
PERTENECE MÁS BIEN LA
RELACIÓN CON EL OTRO Y,
POR TANTO, EL OTRO
COMO TAL Y LA COMUNIÓN
CON ÉL.
18. SER PERSONA significa llegar a ser uno
mismo “siendo con” y existiendo para los
demás. Así la Trinidad aparece “como el
MODELO de toda convivencia social…
que sea justa, haga realidad la igualdad
y respete las diferencias”. (Leonardo
Boff)
19. Así la mirada al Dios
Trino indica cómo se
relacionan entre sí lo
“SOCIAL” y lo
“INDIVIDUAL”: el
mundo social no surge
simplemente de la suma
de muchos individuos,
consiste más bien en el
intercambio, en la
relación recíproca de los
muchos individuos.
20. La persona humana sólo se realiza
verdaderamente en communio y
communicatio, es decir, en un proceso
de comunicación entre “ser individuo” y
“estar en comunidad”. A ello anima la
fe.
Vista así la Trinidad es todo menos una
verdad de fe puramente teórica o
contemplativa; antes bien, provoca una
nueva manera de actuar.
21. UNA CREACIÓN QUE PROVIENE DEL
AMOR
Dios creó el mundo por amor, no porque se
sintiera sólo y necesitara del hombre, porque
Él mismo es comunión.
La fe en el Dios trino, que es en sí mismo
amor, hace evidente que la creación
entera está creada libremente por amor y
para el amor.
22. TRINITARIZACIÓN: LA META DE LA
CREACIÓN
Si Dios es communio y el hombre fue creado
como imagen de este Dios, el destino último
del hombre: es convertirse en lo que Dios es
desde siempre –COMUNIDAD –
INTERCAMBIO DE VIDA – para tener parte
una vez por todas en la consumada
communio del Dios trinitario.
23. Para ello nos incita a ACTUAR. Dios no
es sólo el dador. Dios da también “que
hacer” para poder recibir del hacer de
la criatura la respuesta del amor.
Cada DON DE DIOS AL HOMBRE ES
SIEMPRE SIMULTANEAMENTE TAREA,
CAPACITACIÓN PARA LA
COOPERACIÓN.
24. La dirección vertical de la alianza con
Dios sólo es real cuando ésta se realiza
también horizontalmente en la
comunidad con los demás hombres.
El hombre no ha sido creado como
individuo aislado, sino referido al otro.
La creación tiende desde el principio,
no al individuo aislado, sino a la
communio de los muchos individuos.
25. Si Dios trino es comunidad, de ahí que
nos haremos más semejantes a Él
precisamente en la medida en que nos
hagamos más comunidad, en que
escapemos de nuestra existencia
aislada, de nuestro egoísmo, y nos
convirtamos en hombres comunionales
en correspondencia con el Dios
comunional y comunitario!