Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Cuento samurai de la noche negra
1. SAMURAI DEL VIENTO
NOCTURNO…
Por Cesar Alejandro Cabrera Lozano.
“Protegeré a mi familia y brillare como una estrella”. Creo que
ese sería mi destino, al menos lo creía.
Desde que tengo 11 años practico el arte de la espada para poder
volverme un guerrero como mi difundo padre lo quería. Hasta el
día de hoy me doy el placer de seguir haciéndolo.
- ¡Kazuo! ¡Ayúdame con esto! – Me grita mi madre desde el patio
trasero.
- Ya voy. – Camino hacia mi madre para ver que necesita. Paso
por el dojo y de ahí a la sala donde salgo para atenderla.
-Hijo, por favor ayúdame con estas cubetas- En mi casa tenemos
un pozo de agua donde agarramos agua. – Claro madre. –
- Kazuo, Necesito decirte algo. –
- ¿Qué cosa? – Le respondo – Puedes saliendo de tu
entrenamiento ir por tu hermana Saori? –
Asiento con la cabeza.
Una vez voy en camino al dojo me topo con un viejo amigo.
2. - ¡Hola Kazuo! ¿Cómo te va? ¿En camino al dojo? –
- Hola, Hayate. - Hayate es un viejo amigo, lo conozco desde que
era pequeño, íbamos juntos al dojo, pero una lesión le impido
poder continuar.
- ¿Importa si voy con tigo, Kazuo? – Le pregunto amablemente.
– No, no hay ningún problema – Me sonríe. – ¡Genial! –
Mientras vamos al dojo me pongo a pensar: ¿Por qué la noche
es fría y misterioso? Es una pregunta obvia, pero por alguna
razón pienso mucho en eso. Creo que simplemente es porque
salgo mucho en la noche a practicar y a ayudar a mi hermana en
algunas cosas. Se mete en muchos problemas.
- Oye Kazuo – Me pregunta Hayate. – ¿Dime? –
- ¿Qué pasaría si los arboles tuvieran vida? – Es una pregunta
muy obvia, pero Hayate siempre ha sido así.
- De hecho, ya están vivas. –
-No lo sabía. –
Hayate siempre ha sido muy olvidadizo así que simplemente
sonrió.
Una vez llego al dojo me despido de Hayate y entro.
- Buenas Tardes, Kenshi-Sensei. –
- Buenos Tardes Kazuo, llegas a tiempo. –
El entrenamiento empieza.
3. Siempre disfruto el entrenamiento de Kendo Y soy muy bueno
por lo que creo que seré un gran Samurái.
Me dirijo al Club de lectura de mi hermana a unas cuadras
enfrente del dojo.
- ¡Hola, Onii-Chan! –
- Hola, Saori. –
Mientras vamos camino a casa algo extraño pasa.
Mi hermana se queda inmóvil a mi lado.
- Onii-Chan, pasa algo? – Mi hermana no responde y cae al suelo
sin cause alguna. - ¡SAORI! – Corro lo más rápido que puedo
cuando un hombre de repente me da un golpe y me amenaza
con una daga mientras estoy en el suelo. Intento levantarme lo
más rápido posible y atacarlo, pero cuando menos me lo espero
otro hombre llega y me lanza contra la pared. Lo único que veo
es que mi hermana desaparece y uno de los hombres me intenta
apuñalar. Lo único que tengo es una espada de practica hecha
de bambú, así que la saco e intento atacarlo.
Fallo algunas veces, pero cuando lo logro, la daga se clava en la
espada, así que lo más rápido que puedo ataco al hombre hasta
dejarlo casi inconsciente.
- ¡QUIEN ERES Y QUE… - Me desmayo y lo último que veo es una
luz roja y el hombre desaparecer.
Una semana después…
4. - Estará bien, hasta ahora es todo lo que podemos hacer. –
Escucho algunas voces.
- ¿D… Donde… Que… ¿Que paso? – Alguien responde.
- Fuiste atacado y envenenado hijo. –
- ¿Papa? – La persona se ríe. – No soy tu padre soy un doctor. –
Al parecer estaba en un Centro médico. Voy a mi casa donde está
mi madre. Algo raro pasaba, las plantas estaban sin regar, el
camino de piedra estaba más sucio de lo usual, la casa se sentía
vacía.
Entro a la casa. – Mama ya llegue. – Escucho a mi padre llorar en
el piso de arriba. - ¡Mamá! – Corro al piso de arriba.
Mi madre estaba llorando en el cuarto de mi hermana. Fue en
ese momento que recordé lo que paso.
En la noche siento algo extraño. Escucho voces diciendo “VEN”,
“CORRE”, “DESPIERTA”, “OBSERVA LA VERDAD”. Me levanto de
mi cama y me dirijo afuera. Todo se veía de color negro y rojo,
no sabía que estaba pasando, pero camine a un lugar que no
conocía. “RAPIDO”, “EL TIEMPO SE ACABA”, “SE HACE TARDE”.
No podía dejar de escuchar esas voces, eran familiares, pero no
las reconocía.
Una vez llego a mi destino me doy cuenta de algo extraño: todo
se empieza a volver rojo y negro, todo se distorsiona.
Me doy cuenta que mi brazo empezó a desaparecer.
5. Despierto, no sé nada, todo se ve extraño, pero siento una
sensación de poder corriendo por mi cuerpo.
Se siente… bien. Intento moverme, pero no puedo, estoy atado
a una cama, no sé qué hacer, estoy confundido.
- No te rindas, Onii-chan. – Escucho a mi hermana, me está
llamando, tengo que moverme.
- Si aquí está, sí. – escucho a alguien venir.
- Hola amigo, ¿Cómo te sientes? – no contesto, me quedo
mirándolo. Mi corazón late rápido. Rompo las cadenas que me
atan y de forma extraña. El hombre terminó cortado a la mitad
solo con levantarme, parecía que alguien lo corto con una
espada, pero la diferencia. Es que desaparecía poco a poco.
Con prisa me voy en camino a la puerta, la abro, y algunos
guardias me miran.
- ¡Oye tú! ¿Qué haces? – Pongo mi mano como si tuviera una
espada, y apuñalo a uno de los hombres, luego ataco al otro
quitándole la vida.
Me miro a mi mismo y veo que en realidad tengo una espada, sin
ni siquiera haber agarrado una.
- ¡Alto! ¡Quédese donde esta! – Vienen más guardias. Mi corazón
late aún más rápido. Pero en cuando se me acercan 3, uno
después del otro. De un movimiento de corte, los corto a los tres
quitándoles la vida también, mi velocidad era como el viento.
6. Me deshacía de cada uno, los cortaba, apuñalaba o cualquier
cosa, pero al final se volvían ceniza y desaparecían.
-Corre, a la derecha. – Vuelvo a escuchar a mi hermana.
Veo una puerta a la derecha y sin dudarlo entro en ella, en
cuando entro veo a cinco guardias, ataco a todos a una velocidad
más rápida que el sonido y paso sin problemas.
Después, aparecen los 2 hombres que me atacaron a mí y a mi
hermana. Pero también aparece otro hombre, no era un
hombre, era una bestia de piedra de 2 metros con un hacha de
hierro, los hombres retroceden, furioso y con mi corazón al
borde de explotar, me lanzo con todo contra el gigante de
piedra, lo ataco, pero al parecer el ataque no fue efectivo. Me
ataca con su hacha, era rápido y muy fuerte, no sabía si lograría
derrotarlo, esquivaba, bloqueaba, atacaba, era difícil, le había
dado más de 10 golpes y seguía en pie. En uno de los feroces
golpes que dio, al bloquear mi espada salió volando al otro lado
de la habitación, me dio una ráfaga de golpes que apenas logre
esquivar, me aleje un poco, tome mi distancia, “Puedo hacerlo”
pensé.
Gritando me lancé contra el atacándolo, esquive uno de sus
ataques y subí en su hacha, le di una patada en la cara que lo
aturdió, agarré su hacha y la metí en su pecho, de alguna forma
la espada que tenía regreso e invoqué otra, así que empecé a
apuñalarlo con las espadas, le encajé una en la cabeza otra en el
cuello y di un brinco sobre el hacha cortándolo por la mitad,
metiendo la espada en la cabeza y cortando su cuello.
7. Derrote al monstruo de piedra, este no desapareció, creo que es
porque es un objeto. Avanzo y veo a mi hermana, acostada sobre
una cama.
- Hola, Onii-chan. – La escucho, pero está dormida.
- Estoy aquí, mi cuerpo ya no funciona, pero mi alma se fue a tu
cuerpo, por eso es que todo lo ves así, por eso logre darte el
poder místico de la invocación. Estoy bien, salgamos de aquí y
vamos a casa ¿sí? – me sorprendí al escuchar eso.
Recogí el cuerpo y me fui corriendo a mi hogar, en la salida había
algunos caballos, tomé uno y me fui a mi hogar con el cuerpo de
mi hermana.
En el camino la vista que tenía desapareció y volví a ser normal.
- ¿Por qué paso todo esto hermana? –
- Es un secreto: Soy el viento en forma humana y tú la luna llena
en una noche hermosa. Onii-chan. – me contesto de una forma
poética.
Después de eso mi vida fue normal, mi madre tardo 2 semanas
en creerme y un día procesándolo, pero todo fue normal, ahora
en este momento soy un Samurái de la noche con el viento a mi
lado.
________FIN_________________________________________