1. LOS REINOS CRISTIANOS: ORIGEN Y EVOLUCIÓN TERRITORIAL
A partir del siglo VIII, con la mayor parte de la Península ocupada por los musulmanes,
en el norte se fueron gestando una serie de nuevos reinos y condados cristianos que
poco a poco se consolidaron e iniciaron un avance hacia el sur que duró ocho siglos,
hasta acabar con el último reino musulmán, Granada, en 1492.
Hasta el siglo XI, la iniciativa y la hegemonía políticas en la Península
correspondieron a los musulmanes, pero desde entonces y hasta finales del siglo XV la
supremacía fue de los reinos cristianos, lo que significó su progresivo avance hacia el
sur, recuperando el territorio en manos de los musulmanes. La evolución política de los
territorios cristianos condujo, a partir del siglo XIII, al dominio de los dos grandes
reinos: la Corona de Castilla y la Corona de Aragón.
A lo largo de estos siglos los reinos cristianos pasaron por las siguientes etapas:
- Formación y consolidación de los reinos cristianos (siglos VIII-XI)
- Expansión de los reinos cristianos (siglos XII-XIII)
- Crisis de la Baja Edad Media (siglos XIV y XV)
1. FORMACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
1.1 Los reinos y condados occidentales
En las estribaciones de la Cordillera Cantábrica, un territorio poco poblado,
empezaron a establecerse refugiados visigodos que huían del avance musulmán. Hacia
el 718, Pelayo, un noble visigodo, se convirtió en caudillo de un grupo de estos
refugiados. Al frente de estos derrotó a los musulmanes en Covadonga (722) lo que le
permitió crear el reino de Asturias. Sus sucesores iniciaron un lento proceso de
expansión territorial hacia el sur y a finales del siglo VIII Alfonso II trasladó la
capital a Oviedo. Durante el reinado de Alfonso II se produjo el hallazgo de la tumba
del Apóstol Santiago en Compostela que se convirtió en uno de los principales centros
de peregrinación de la cristiandad. La expansión continuó hacia el sur (valle del
Duero). Para controlar mejor estas tierras Ordoño II trasladó la capital a León y el reino
pasó a denominarse Reino de León.
Para defenderse de los ataques lanzados desde el Califato de Córdoba se defendió el
territorio del este de la Meseta con la construcción de numerosos castillos y la creación
del Condado de Castilla, gobernado por condes que dependían del rey leonés. Uno de
estos condes, Fernán González, se proclamó independiente en el año 927.
2. 1.2 Los reinos y condados orientales
La zona pirenaica se había convertido en un territorio de frontera entre el reino
franco y el poder musulmán. Carlomagno estableció la denominada Marca Hispánica
gobernada por condes que dependían del Imperio Carolingio. Pero desde principios del
siglo IX estos nobles empezaron a actuar con cierta independencia respecto a los
francos. Así se fueron configurando los tres territorios que se identifican en esta zona.
En Pamplona, Íñigo Arista se proclamó en el año 830, primer rey de Pamplona.
Posteriormente el reino de Pamplona inició su expansión hacia el sur por La Rioja.
En Aragón, Aznar Galíndez fue el primer conde que se independizó de los
francos y fundó el condado de Aragón. Paralelamente surgieron los de Sobrarbe y
Ribagorza.
La presencia carolingia en el Pirineo Oriental fue más prolongada. Los primeros
signos de independencia de los Condados Catalanes se produjeron a finales del siglo
IX con Vifredo el Velloso, aunque la independencia definitiva se produjo en el 988 con
el conde Borrell II, que se negó a renovar el juramento de fidelidad al rey franco. De
este modo surgieron los Condados Catalanes, entre los que Barcelona fue imponiendo
su dominio.
2. CONSOLIDACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
Con el paso del tiempo los pequeños núcleos cristianos del norte fueron
convirtiéndose en poderosos reinos
2.1 El reino de Pamplona
Bajo el reinado de Sancho III el Mayor el reino de Pamplona alcanzó su
máxima extensión territorial al anexionarse los condados aragoneses así como el de
Castilla; e hizo vasallos suyos a los reyes de León y a los condes de Barcelona
La muerte de Sancho III (1035) significó el fin de esta hegemonía pues su
patrimonio se repartió entre sus hijos lo que supuso de nuevo la separación de Castilla-
León, Pamplona y Aragón. A mediados del siglo XII el rey Sancho VI cambió el
nombre del reino por el de Reino de Navarra.
2.2 El reino de Castilla
3. Tras este reparto (1035) Castilla se convirtió por primera vez en reino con
Fernando I que logró también el título de rey de León. Desde este momento ambos
reinos pasaron por periodos en los que estaban unidos y otros en los que volvieron a
separarse, hasta la unión definitiva en 1230 bajo el nombre de Corona de Castilla.
2.3 El reino de Aragón
Este reino surgió también del reparto de la herencia de Sancho III. Su hijo Ramiro
se convirtió en el primer rey de Aragón. En el año 1137 el matrimonio del conde de
Barcelona Ramón Berenguer IV con Doña Petronila, heredera de Aragón, supuso la
unidad entre el reino de Aragón y los Condados catalanes, surgiendo así la Corona de
Aragón.
3. EXPANSIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
Los reinos cristianos fueron configurándose territorialmente a través de las
relaciones entre ellos, pero sobre todo mediante la conquista de territorios bajo dominio
musulmán. Este proceso es conocido como Reconquista. Este término, según algunas
interpretaciones es inexacto, pues los reinos cristianos que “reconquistaron” el territorio
peninsular, se constituyeron con posterioridad a la invasión islámica. Sin embargo sigue
siendo utilizado y considerado apropiado por la mayor parte de los historiadores para
referirse a este periodo histórico. Algunos autores han propuesto el término alternativo
de “conquista cristiana” como más acorde con la realidad histórica.
Los primeros avances de la Reconquista se producen en el siglo X con la expansión
por zonas riojanas y con el control del valle del Duero tras la batalla de Simancas
(939). Pero es sobre todo a partir del siglo XI cuando este proceso empieza a adquirir
importancia.
3.1 Expansión de la Corona de Castilla
A lo largo del siglo XI Castilla se convirtió en la potencia hegemónica
peninsular. Aprovechando la debilidad musulmana tras el fin del Califato y su división
en Taifas se rebasó el Sistema Central y se ocupó el valle del Tajo. Toledo fue
reconquistada el año 1085 por Alfonso VI.
La llegada de los almorávides que derrotan a los castellanos en Sagrajas (1086)
y posteriormente de los almohades que vencieron en la batalla de Alarcos (1195) frenó
momentáneamente los avances castellano-leoneses.
Tras esta interrupción del proceso de conquista, Castilla, en alianza con el resto
de los reinos peninsulares, consiguió derrotar a los almohades en la batalla de Las
Navas de Tolosa (1212). Esta batalla supuso permitir definitivamente el avance
cristiano por el valle del Guadalquivir, favorecido además por la unión definitiva de
Castilla y León en un solo reino en el año 1230 con Fernando III. De esta forma se
ocupó Córdoba (1236), Sevilla (1248) y Murcia (1243). Desde entonces la conquista
militar se estabilizó y en el siglo XIV se ocuparon Gibraltar y Algeciras.
Por su parte el reino de Portugal, que se había independizado en el año 1139,
prosiguió su propio proceso de reconquista hacia el sur.
Como resultado de estos avances el único territorio musulmán que se mantendrá
en la zona de expansión castellana será el Reino de Granada.
4. 3.2 Expansión de la Corona de Aragón
El reino de Aragón se interesó desde el principio por expandirse hacia los
territorios de la Taifa de Zaragoza, aunque sus avances fueron lentos hasta el siglo XII.
La toma de Zaragoza por Alfonso I el Batallador, tuvo lugar en el año 1118 y supuso la
incorporación de importantes territorios.
La Corona de Aragón orientó su expansión hacia la costa mediterránea,
especialmente tras la victoria en Las Navas de Tolosa que permitió a Jaime I el
Conquistador la toma de Baleares (1229-1245) y Valencia (1233-1245) llegando
hasta el sur del actual Alicante, que era donde los pactos con Castilla se lo permitían.
4. LA REPOBLACIÓN
Es el proceso por el cual los cristianos vuelven a ocupar y a explotar
económicamente los territorios que van reconquistando a los musulmanes. Se hizo
siguiendo varios modelos, lo que influyó en la estructura de la propiedad de la tierra en
siglos posteriores.
4.1 Presura o aprisco: (Valle del Duero y zonas al sur de los Pirineos) Se trata de
zonas escasamente pobladas donde los reyes otorgan privilegios a los
campesinos que se establecen en ellas. Da lugar a una sociedad de campesinos
libres basada en la pequeña propiedad.
4.2 Repoblación concejil: (Valles del Tajo y del Ebro) Para repoblar las ciudades
que habían quedado despobladas y controlaban amplios territorios rurales, alfoz,
los reyes otorgaban privilegios y libertades a los que se establecían en ellas.
(fueros y cartas pueblas) Este sistema favorece la existencia de una mediana
propiedad.
5. 4.3 Repartimientos (Extremadura y Andalucía) El territorio se repartió en forma de
grandes latifundios a nobles, clérigos y órdenes militares que habían colaborado
en la conquista. Estas tierras se explotaban con un régimen feudal.
En Valencia, Baleares y Murcia se empleó un sistema similar pero en estos casos
la población musulmana permaneció en sus tierras: mudéjares.
5. ESTRUCTURA POLÍTICA PENINSULAR EN LA BAJA EDAD MEDIA
La Baja Edad Media (siglos XIV y XV) fue un periodo problemático y de crisis,
tanto política, como social y económica, en toda Europa. Durante el siglo XIV la
población de la Península sufrió un fuerte descenso demográfico debido a las malas
cosechas, las hambrunas y epidemias como la “peste negra” (1348). La crisis se
extendió también a la producción agraria, lo que hizo subir el precio de los alimentos y
reducir las rentas señoriales, todo esto se tradujo en un aumento de las guerras y los
conflictos sociales.
En este momento la Península se encontraba repartida en cuatro reinos
cristianos: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal y el reino musulmán de Granada.
5.1 Castilla
La forma de gobierno en Castilla era la que conocemos como monarquía
feudal, pues aunque el rey tenía amplios poderes estos estaban limitados por el poder
de la nobleza en sus respectivos territorios y por los fueros, normas propias de cada
localidad, otorgados por los propios reyes. Además a finales del siglo XII se sitúa la
aparición de las Cortes, institución que desempeñaría un importante papel. Parece ser
que las primeras se reunieron en León en el año 1188 como continuación de la “curia
regia extraordinaria” formada por la nobleza y el clero a los que se sumaron
representantes de las ciudades, ya que los reyes necesitaban las aportaciones
económicas que podía hacer la burguesía. Las Cortes no tenían poder legislativo pero
decidían sobre impuestos extraordinarios y podían presentar peticiones y quejas al
rey. Éste hacia concesiones a las Cortes a cambio de que estas apoyaran sus peticiones
de ayuda económica.
6. Pero poco a poco esta situación comenzó a cambiar y se fueron dando pasos
hacia la unificación legislativa y el incremento del poder del rey, gracias a la
recuperación del derecho romano por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII o al
“Ordenamiento de Alcalá” promulgado en las Cortes de Alcalá de 1348. De esta
forma se va avanzando progresivamente hacia una MONARQUÍA AUTORITARIA
en la que el rey lo es de todos los territorios que componen sus dominios, en los que
existen instituciones de gobierno únicas e iguales para todos, aunque su poder aún
tiene ciertas limitaciones.
Este aumento del poder del rey hizo que durante los siglos XIV y XV hubiera
frecuentes enfrentamientos entre los reyes y la nobleza que se resistían a perder parte
del poder que habían tenido. Con la llegada de la dinastía de los Trastámara se
crearon o consolidaron una serie de instituciones encaminadas a avanzar en la
centralización política y administrativa. Por otra parte las Cortes padecen un
debilitamiento paralelo al aumento del poder del rey.
Uno de los acontecimientos más importantes tuvo lugar durante el reinado de
Enrique IV que al no tener heredero firmó el Pacto de los Toros de Guisando (1468)
por el que nombraba heredera a su hermana Isabel pero al casarse ésta con Fernando de
Aragón (1469) nombró heredera a su hija Juana la Beltraneja, a la que algunos
consideraban ilegítima, aunque contó con el apoyo de parte de la nobleza. Al morir el
rey se inició una guerra entre ambas en la que venció Isabel.
5.2 Aragón
La Corona de Aragón más que un reino unificado fue una confederación de
reinos, inicialmente integrado por Aragón y el Condado de Barcelona, a los que más
tarde se incorporaron tras su conquista por Jaime I, Baleares y el reino de Valencia
cada uno con sus propias leyes e instituciones. Este régimen confederal permitía un
elevado grado de autonomía a cada uno de los territorios que integraban la corona.
La monarquía aragonesa se diferencia de la establecida en Castilla en que se trata de
una MONARQUÍA PACTISTA: esto significa que el poder del rey era débil y debía
pactar con los estamentos privilegiados así como respetar las leyes e instituciones
propias de cada reino antes de tomar una decisión.
A lo largo del siglo XIV se consolidó la diversidad institucional y jurídica en los
distintos territorios que componen la Corona. Dentro de cada reino la principal
institución eran las Cortes. En ellas participaban los distintos estamentos de la
sociedad, votaban los impuestos y tenían una cierta capacidad legislativa
A mediados del siglo XIV (1359) con el fin de controlar los impuestos y
subsidios se consolidó en Cataluña la Generalitat que funcionaba en los periodos en los
que las Cortes permanecían disueltas. Esta institución se convirtió de hecho en un
gobierno permanente de Cataluña. Posteriormente en Valencia y Aragón se crearon las
Diputaciones del Reino similares a la catalana.
En Aragón existía también otra institución, el Justicia de Aragón, que se
encargaba de defender los privilegios de los estamentos frente al rey.
El siglo XV fue especialmente conflictivo en Aragón y sobre todo en Cataluña,
tanto en las áreas rurales como en las ciudades. Durante el reinado de Juan II hubo una
guerra que enfrentó al rey con la oligarquía catalana Finalmente el rey fue recuperando
terreno, a lo que le ayudó la boda de su hijo Fernando con Isabel de Castilla. Esta
guerra sumió a la Corona de Aragón y sobre todo a Cataluña en una profunda crisis.
7. 4.2.1 La expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo
Un aspecto importante es la expansión de la Corona de Aragón por el
Mediterráneo que se inició durante el siglo XIII en función de los intereses económicos
de los comerciantes catalanes. De hecho comienza durante el reinado de Jaime I con
la conquista de Mallorca. Posteriormente la expansión continuaría con la
incorporación de Sicilia, Córcega y Cerdeña. Esta expansión chocó con los intereses
de la corona francesa y del Papa. De esta forma se inicia uno de los ejes de la política
exterior aragonesa y posteriormente española: la lucha contra Francia por el dominio
en los estados italianos.
El último impulso al imperialismo catalano-aragonés en el Mediterráneo llegó
con Alfonso V el Magnánimo (1416-1458) quien anexionó el reino de Nápoles en 1443
Hay que destacar que el coste económico de estas empresas imperialistas forzó a
los reyes de Aragón a pedir ayuda continuamente a la nobleza y al clero. Esta es una de
las razones del mantenimiento de la monarquía aragonesa como pactista.
Este es el panorama peninsular a finales del siglo XV cuando acceden al trono
Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, reinado con el que se inicia la Edad Moderna.