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Ensayo Grupos Paramilitares - Estrategia Estatal
1. GRUPOS PARAMILITARES: ESTRATEGIA ESTATAL
Autor: Albeiro Flórez Cardona. albeiroflorezc@yahoo.es
Cargo: Estudiante de Derecho – Sonsón Ant.
“Mi tierra también padeció la estrategia paramilitar, falta solo develar,
quienes fueron los auspiciadores políticos de tan aciaga
circunstancia”.
Albeiro Flórez Cardona.
Con este ensayo se ofrece una explicación de la manera como el Gobierno de
Colombia, estableció y aplicó la estrategia paramilitar, con el objetivo de
mantener la hegemonía política y económica de la clase dominante.
Inicialmente, se pondrá en evidencia que los grupos paramilitares no pueden ser
entendidos como hijos putativos, bastardos o naturales del gobierno, estos
tienen asidero legal en el decreto legislativo número 3398 de 1965, el cual fue
reglamentado a través de la Ley 48 de 1968, la cual les dio carta de
naturalización; por ende, pueden actuar con libertad. De hecho, la preparación
militar está a cargo de miembros del ejército Nacional, y de mercenarios
extranjeros, expertos en estrategias de guerra, como el Israelí Yair Klein. De
2. igual manera el arsenal bélico que estos utilizan es de propiedad estatal, tal y
como lo determina el soporte legal.
Los recursos para la organización de estos grupos se obtienen del erario
público nacional, la reglamentación de la Ley 48 de 1968 dispone la subvención
de estos grupos, como se hace con cualquier estamento que se crea en el país1.
Para tal efecto, se apropiaron recursos aportados por grupos económicos
particulares, como Ganacor, Fedegan, asociaciones de agricultores, y grupos
comunitarios que expresan estar cansados del accionar subversivo.
La incapacidad gubernamental para sostener escenarios de libre confrontación
ideológica, en la que tengan cabida todas las ideaciones democráticas, ha
cedido paso a la represión violenta de sus detractores, los cuales sin formula de
juicio van siendo asesinados en la sistemático mesianismo impuesto por figuras
del poder político aliados con intereses económicos, que financian la estrategia
desde el mismo posicionamiento de sus auspiciadores políticos, hasta las
decisiones de actuar por medio del estamento militar, que han hecho de esta
estrategia una manera estructurada de combatir.
Las puestas en común, propias en una democracia, han girado a las
unidireccionales determinaciones de un gobierno, que tiene en mientes otros
destinos para la patria, lo social ha mudado a una cuestión de mera
formalidad, lo importante es mantener activos los flujos de dinero, los negocios
que dejan rentables réditos, la intimidación a la población cuando no se amolda a
las realidades de la estrategia político –económica.
La poca capacidad de libre ejercicio democrático que pueden ejercer los
ciudadanos, queda supeditada a la acción de los grupos paramilitares que, a
nombre del gobierno, imponen las dinámicas de movilidad social, en una
justificación para la guerra basada en la falaz postura de un abandono estatal,
que entra a su suplir el mismo gobierno a través de su para-estado con
1
COORPORACIÓN OBSERVATORIO PARA LA PAZ. “Las Verdaderas Intenciones de los Paramilitares”. 2002. Bogotá, Printer
Latinoamérica Ltda. PP 36. ISBN 958-28-1373-3.
3. capacidad de mando y decisión, en aquellas zonas donde la riqueza es tan
evidente, que se hace necesario sustraerla del poder judicial legal.
Los grupos paramilitares se erigen en la estrategia político – militar estatal de
mayor contención estructural para el exterminio masivo y sistemático de todo
foco insurgente, en su dimensión de integrantes activos, o colaboradores de los
mismos, en esa tarea estatal asignada a estos señores de la guerra, también se
les encarga la misión de atacar todo elemento humano opositor a las posturas
gubernamentales, de esta manera vemos caer tras el fuego de las balas, a
multitud de intelectuales, docentes, sindicalistas, defensores de derechos
humanos, miembros de grupos insurgentes desmovilizados (La unión
patrióticas), en general a los que se permiten pensar diferente al gobierno. Para
la ejecución de esta macabra estrategia de guerra ilegal, el gobierno puso a
disposición su central de inteligencia denominada Departamento Administrativo
de Seguridad, que es el ente encargado de hacer seguimiento a sus detractores,
de ubicarlos, de mantenerlos monitoreados y finalmente de señalarlos para que
los paramilitares los asesinen, es por ello que el mismo jefe de estos grupos
Carlos Castaño aseveraba “ Queremos hacerle saber al gobierno y al país que si ya
no considera útil nuestra presencia, entonces no seremos un obstáculo para un posible
proceso de negociación con las FARC”.2Además en el texto del Observatorio para
la paz titulado las verdaderas Intenciones de los Paramilitares confirma que
Henry Pérez uno de los más temidos jefes paramilitares de Puerto Boyacá,
mantiene relaciones con los asesores del director del DAS “ No, mejor hagamos
una cosa: usted quédese con Lucho en mi casa; yo recojo al del DAS y me lo llevo para
la casa. Dicho y hecho. Al otro día llegan Henry llega a su casa con un funcionario del
DAS, uno de los asesores del general Maza, había venido para coordinar con Henry una
operación comprada en contra del narcotraficante Pablo Escobar”3
Los miembros de la fuerza pública sean articulado a esta estrategia de estado,
prestando su colaboración en las operaciones que ejecutan estos, lo hacen de
2
OROZCO TASCON, Cecilia. “y ahora qué”.2002, Bogotá-Colombia, El Ancora. PP 294. ISBN 958-36-0094-6.
3
CORPORACIÓN OBSERVATORIO PARA LA PAZ. op.ct, pág. 224.
4. diversas maneras, entre ellas con inteligencia que suministran a estos grupos
sobre la ubicación de blancos que es necesario eliminar, también a través del
apoyo con material logístico, como armas de fuego, vehículos, radios de
comunicación, e incluso con la ejecución de operaciones con miembros de
ambas fuerzas combinadas, o ofreciéndoles en una clara omisión constitucional,
espacio para que puedan desarrollar sus incursiones armadas en contra de la
población civil inerme, como sucedió en Mapiripan (Meta), en Ituango y en
Sonsón, Antioquia. Esto se justifico en “ la necesidad de llenar los vacíos de las
fuerzas institucionales , producidos por los límites éticos y jurídicos”.4
La justificación estatal para mantener este ejército de ilegales, nace de su
incapacidad para ofrecer condiciones de justicia social, que son en su ausencia
las que determinan que los ciudadanos se levanten en armas para solicitar el
reconocimiento de los elementales derechos.
Resulta más fácil para el gobierno armar a sus hijos no reconocidos, para hacer
justicia fuera de los márgenes de la ley, que someter a sus ciudadanos al legitimo
desarrollo del estado social de derecho, nada más trágico que utilizar el poder
de las armas para despojar de las tierras a quienes legítimamente las tienen,
para entregarlas a los interés de las castas opulentas, nada más ilegal que
solucionar las dificultades de criminalidad de un gobierno de por si delincuente
nato, por medio de las denominadas limpiezas sociales indiscriminadas, en las
cuales se hace gala del poder sumario y extrajudicial para determinar quién
puede vivir, quien debe morir, las dificultades del existir en la cotidianidad se
resumen en una estadística siniestra de vivos y muertos, para después salir a
reconocer su omisión real para evitar estos hechos, y superarlos con el
descarado pago de indemnizaciones, que ofenden la conciencia nacional e
internacional, como una síntesis del yo los mato, yo los pago.
El estado entrega a sus grupos de justicia privada, la misión de actuar frente a
quienes desaprueban sus decisiones, el gobierno determina como en el
4
. CORPORACIÓN OBSERVATORIO PARA LA PAZ. Op. ct, pág. 291.
5. asesinato de Jesús María Valle Jaramillo, cuando es necesario acallar la voz
de quien lo descubre en sus fechorías.
Los grupos, mercaderes de la muerte que deambulan por el territorio nacional,
señalando con su ignominioso dedo de muerte donde asestar, están
embriagados por el desvelo enfermizo de quienes desde el capitolio nacional
tejen sus siniestros planes de crueldad sobre una población que los ha elegido
irónicamente para que los redima y los represente, estos voceros naturales de
la comunidad se han convertido en los verdugos crueles de su mismo pueblo,
en los hacedores de decisiones funestas que ejecutan en contubernio cómplice
con grupos armados, los mismos que insistentemente se justifican en su mismo
padre gobierno, so pretexto del abandono en que los ha sumido dejándolos a la
deriva de una criminalidad que los asfixia, de una carencia absoluta de
posibilidades diversas a la guerra, es por ello que se proclaman para-estado, en
un claro ejercicio de autodefensas que soslaya los derechos de la comunidad,
que se instalan como poder de facto con capacidad de decisión política,
económica y social, como sin rodeos los deja entendido Carlos Castaño “ Le
manifestamos al gobierno nuestro compromiso global de cambio de las autodefensas,
nuestra disposición de iniciar conversaciones con la iglesia y el alto comisionado de paz
que conduzcan a una desmovilización nacional de las AUC en la medida en que las
Fuerzas armadas reemplacen nuestra función en las diferentes regiones del país donde
ejercemos presencia política, militar y social” 5.
El estado Constitucional debe sobrevivir sin la necesidad de su aparato
paramilitar, pues en una verdadera democracia, la diferencia no puede ser
zanjada con la eliminación del que piensa diferente.
Queda evidenciada la vergonzosa cohonestación de las fuerzas estatales con
los grupos paramilitares, se establece el ejercicio de los mismos en el trabajo
sucio e ilegal que en nombre del estado realizan, en defensa de particulares
intereses políticos y económicos, se determina su especial tarea de eliminar el
foco insurgente, llevándose tras de sí, todo opositor gubernamental.
5
Orozco. Op.ct, pág. 298.
6. Los grupos paramilitares, no requieren de desmovilización, pues al ser parte
integral del gobierno, solo bastaría con la devolución de las armas con que han
sido dotados, por lo demás su responsabilidad jurídica frente a los crímenes de
lesa humanidad que han cometido, deberán ser afrontados por el gobierno
Nacional, que tarde o temprano deberá comparecer por su autoría intelectual
ante la Corte Penal Internacional, puesto que el grado de manipulación existente
en la Justicia ordinaria del país, desfigura si imparcialidad, y la hace ineficaz.
Concebir la desmovilización de los grupos paramilitares, implicaría la
desmovilización de parte de los miembros del Congreso Nacional, como brazo
político de esta organización criminal.
BIBLIOGRAFÍA
COORPORACIÓN OBSERVATORIO PARA LA PAZ. “Las Verdaderas Intenciones
de los Paramilitares”. 2002. Bogotá, Printer Latinoamérica Ltda. PP 36. ISBN
958-28-1373-3.
OROZCO TASCON, Cecilia. “y ahora qué”.2002, Bogotá-Colombia, El Ancora.
PP 294. ISBN 958-36-0094-6.