1. Importancia de la selección de las lámparas de alumbrado
público o cuando no se debe alumbrar con cualquier cosa o a
cualquier precio.
La figura muestra el rendimiento espectral de las lámparas de sodio de baja presión, de
sodio de alta presión y de vapor de mercurio. La máxima sensibilidad espectral del ojo
humano durante la noche coincide aquí con el color amarillo, en tanto que los colores
violetas, azules y rojos son ineficientes, pues aún que no se vean o lo sean
precariamente, están presentes y producen un consumo innecesario de energía. Por otra
2. parte, cuanto más ancha es la región del amarillo iluminada por las lámparas, más
sensación de color tenemos, pero al mismo tiempo contaminan más el cielo impidiendo
la observación de los astros.
La "moda" (no obedece a otro criterio) impone el uso de lámparas de vapor de mercurio
(la fría luz blanca) y de sodio de alta presión (luz amarilla), pues producen una
sensación más "agradable" de cromatismo. Sin embargo, estos tonos de luz se consiguen
a costa de utilizar metales altamente contaminantes (mercurio), muy peligrosos para la
vida, incluida la humana, que se deberían reciclar pero que no se hace por su alto coste
o en cualquier caso no se lleva ningún control efectivo de dónde van a parar estas
lámparas una vez agotado su período de vida. Además, a igualdad de iluminación,
tienen un consumo eléctrico muy superior comparado al de las lámparas de sodio de
baja presión. En pocas palabras, el capricho de un ingeniero municipal o de un
ayuntamiento usando lámparas de vapor de mercurio o de sodio a alta presión porque
"hacen bonito", puede constituir una grave falta de civismo, pues no sólo afecta a la
zona iluminada, sino que tiene repercusiones en el conjunto de ciudadanos de un país,
pues corren el peligro de ser intoxicados y encima deben pagar más para reciclar unos
productos contaminantes que ellos no han utilizado, además de malgastar energía y
dinero. Por todo ello cabe exigir responsabilidad a nuestros ediles, y este tipo de
lámparas deberían ser instaladas con mucho cuidado, sólo en aquellos casos en que sea
imprescindible. Lamentablemente, a pesar de su peligro potencial, éstas son las
lámparas que alumbran nuestras calles, lo cual dice bien poco en favor de nuestros
gestores municipales, de sus inquietudes por el medio ambiente y de cómo administran
nuestro dinero.
El uso indiscriminado de las lámparas de vapor de mercurio y de sodio de alta presión
también es muy nocivo para la conservación de la biodiversidad. Esto es debido a que
los insectos (seres básicos en la cadena trófica) poseen la visión desplazada hacia el azul
y el violeta, mientras que son ciegos a la luz roja. Por si fuera poco, un número muy
importantes de ellos son de costumbres nocturnas. Las lámparas de sodio de baja
presión les afecta muy poco, pues prácticamente no ven su luz, pero en cambio las de
sodio de alta presión y particularmente las de vapor de mercurio alteran profundamente
3. su vida: imposibilidad para aparearse, fácil presa de los depredadores, desequilibrios en
muchas especies, falta o deficiente polinización de las plantas (bajos rendimientos
agrícolas), etc. Es decir, que desde el punto de vista ecológico la contaminación
lumínica puede llegar a ser tanto o más grave que el hecho de contaminar las aguas de
un río.
Rendimiento de los diversos tipos de lámparas
Tipo de lámpara Lumens por vatio
Incandescente 20
Vapor de mercurio 60
Haluros metálicos 80
Fluorescente 100
Sodio de alta presión 140
Sodio de baja presión 200
La tabla muestra que la luz menos agresiva para el medio ambiente y para la
observación astronómica, la de sodio de baja presión, es la más eficiente
(menor consumo) de todas, en tanto que el contaminante vapor de mercurio,
preferido por muchos ayuntamientos y de uso en casi todos los centros
urbanos, es la que gasta más, después de las lámparas domésticas de
filamento. Además, las lámparas de vapor de mercurio envejecen rápidamente
y deben ser sustituidas con gran frecuencia o de lo contrario, consumiendo lo
mismo llegan a alumbrar la mitad de lo indicado en la tabla.