El documento describe varios conceptos teóricos problemáticos en antropología, incluyendo el universalismo, relativismo, etnocentrismo y relativismo cultural. El universalismo sostiene la existencia de una verdad objetiva que determina todo, mientras que el relativismo sostiene que los puntos de vista no tienen validez universal sino solo subjetiva. El etnocentrismo analiza el mundo desde los parámetros propios de la cultura, creyendo que es superior. El relativismo cultural defiende la validez de cada sistema cultural y se opone al etnocent
1. LOS PROBLEMAS TEORICOS DE LAANTROPOLOGIA
UNIVERSALISMO
El universalismo, en sentido general, es una idea o creencia en la existencia de una
verdad universal, objetiva y/o eterna, que lo determina todo, 1
y que por lo tanto, es y
debe estar presente igualmente en todos los seres humanos. Un pensamiento
universalista asegura la veracidad de una forma única o específica de ver, explicar u
organizar las cosas, .
El universalismo no es en sí una ideología común, sino una característica única en la
forma de "traducir e interpretar la realidad" lo cual permitiría ver el mundo, o la vida en su
totalidad, con base en un paradigma común, consensuado desde certezas
trascendentales. Es frecuente que haya distintas ideologías universalistas que resulten
muy opuestas entre sí. A través de la historia, ha habido pensamientos universalistas en
todos los ámbitos de la vida humana. Como ejemplos, en el ámbito de la religión y la
teología, está el cristianismo y el islam, que son considerados ejemplos de universalismo
religioso. A nivel filosófico y/o ético existen diversos ejemplos de universalismo moral,
siendo este último una de las oposiciones al relativismo moral. Otras concepciones
universalistas pueden llevarse a nivel étnico, lo que se conoce como universalismo
etnocéntrico. El universalismo también puede ser a nivel científico, pues existen diversas
teorías en la ciencia que tienen una connotación de carácter universal.
Por otra parte, el universalismo político es entendido como un tipo de doctrina política
que aboga por la unificación de todos los poderes e instituciones mundiales bajo una sola
cabeza o forma de organización. Ejemplos de universalismo a nivel político y/o cultural
incluyen los diversos imperios medievales, califatos, y gobiernos con tendencias
mundialistas.
El opuesto de universalismo sería el nominalismo (también llamado particularismo, ya que
este, por el contrario, aboga por una forma individualista de ver las cosas.2
Cabe
mencionar que los pensamientos universalistas no niegan la existencia de formas
individuales de ver las cosas, lo que niegan es la veracidad de éstas.
RELATIVISMO
El relativismo es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni
validez universal, sino sólo una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de
referencia. En general, las discusiones sobre el relativismo se centran en cuestiones
concretas; así, el relativismo gnoseológico considera que no hay verdad objetiva,
dependiendo siempre la validez de un juicio de las condiciones en que este se enuncia; o
el relativismo moral, que sostiene que no hay bien o mal absolutos, sino dependientes de
las circunstancias concretas. Similares postulados se defienden tanto en el relativismo
lingüístico como en el relativismo cultural.
Tradicionalmente se ha considerado que existen dos posiciones opuestas respecto a la
naturaleza de la sociedad y los aspectos humanos, o por lo menos a ciertos hechos
sociales: el objetivismo y el relativismo.
2. El objetivismo sostiene que la verdad es independiente de las personas o grupos que la
piensan, o en una forma lógicamente menos restrictiva, afirma que existen algunos
hechos objetivos en los que existe acuerdo universal. Por otro lado, el relativismo
considera que la verdad depende o está en relación con el sujeto que la experimenta, no
existiendo verdades objetivas ni tampoco acuerdos universales compartidos por todos los
seres humanos.
Es preciso ser cuidadoso a la hora de definir lo que es relativismo; así, por ejemplo, no es
relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas; esto es
obvio y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando además se dice que dichas
opiniones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen verdaderas. El
relativismo mantiene que existen muchas formas de conceptualizar ciertos hechos
sociales, y que ninguna de ellas puede considerarse como "verdadera". En cuestiones
humanas y sociales se reconocen tres formas básicas de relativismo:
1. Cognitivo
2. Moral
3. Cultural
Es conveniente tratarlos juntos ya que se hallan estrechamente vinculados. Por ejemplo el
relativismo lingüístico considera que existen interrelaciones entre el nivel cognitivo, el nivel
cultural y la lengua materna de una persona. Incluso, quienes se adhieren a uno de ellos,
generalmente se adhieren también a los restantes, mientras que quienes los rechazan, lo
hacen en forma conjunta. Oswald Spengler escribió: “Toda cultura tiene su propio criterio,
en el cual comienza y termina su validez. No existe moral universal de ninguna
naturaleza”.
En el primer caso, admitiendo su veracidad, se niega la verdad absoluta, por lo que no
existiría interés por buscarla. En el segundo caso se niega la existencia del Bien objetivo,
por lo que habría que borrar a la Ética como actividad intelectual que busca un camino
para alcanzarlo. En el tercer caso, no existiría una cultura mejor que otra, por lo que
tampoco deberíamos esmerarnos por buscarla. Algunos autores estiman que, en el nivel
epistemológico, el relativismo surge de una actitud escéptica, mientras que en el nivel
moral surge de una actitud cínica.
ETNOCENTRISMO
El etnocentrismo es la actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de
acuerdo con los parámetros de la cultura propia.1
El etnocentrismo suele implicar la
creencia de que el grupo étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los
aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras culturas. Este hecho se refleja
por ejemplo en los exónimos peyorativos que se dan a otros grupos y en los autónimos
positivos que el grupo se aplica a sí mismo. Dentro de esta ideología, los individuos
juzgan a otros grupos en relación a su propia cultura o grupo particular, especialmente en
lo referido al lenguaje, las costumbres, comportamientos, religión y creencias. Dichas
diferencias suelen ser las que establecen la identidad cultural.
Antropólogos como Franz Boas y Bronisław Malinowski plantean que todas las ciencias
deben trascender el etnocentrismo propio del científico como individuo. Boas desarrolló el
principio del relativismo cultural y Malinowski el del funcionalismo como guías para
3. producir estudios no etnocéntricos de las diversas culturas. Los libros The Sexual Life of
Savages de Malinowski, Patterns of Culture de Ruth Benedict y Coming of Age in Samoa
de Margaret Mead son ejemplos clásicos de antropología no etnocentrista.
El concepto de etnocentrismo en las ciencias culturales como la discriminación William
Graham Sumner en el libro “Folkways” publicado en 1906, combina la creencia en que la
propia cultura es superior a otras, junto con la práctica de juzgar otras culturas con los
estándares de una cultura específica. El “etnocentrismo” puede ser entendido como un
universal humano en la medida en que puede ser ejercido por los miembros de cualquier
raza, sociedad o grupo. En este sentido, la gente o los pueblos en diferentes culturas
tienden a describir las creencias, las costumbres y los comportamientos de su propia
cultura en términos estereotípicamente positivos, mientras que las costumbres y creencias
de las otras son descritas negativamente.
En situaciones donde se presentan conflictos entre culturas, las creencias etnocéntricas
de superioridad son usualmente vinculadas a sentimientos de desconfianza y temor, así
como también se relacionan con acciones que son diseñadas para limitar el contacto con
miembros del otro grupo y para ejercer discriminación. En medio de conflictos culturales
violentos, el etnocentrismo es acompañado por xenofobia, discriminación, prejuicios,
separación física de los grupos y una presencia recurrente de estereotipos negativos
hacia el otro. Este concepto se relaciona así con el trabajo de Michel Foucault sobre la
dinámica del discurso y del poder en la representación de la realidad social, en la medida
en que el etnocentrismo, como un orden de discurso propio de un grupo específico,
“produce unos modos permisibles de ser y pensar al tiempo que descalifica e incluso
imposibilita otros”.
RELATIVISMO CULTURAL
El relativismo cultural es la actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de
acuerdo con los parámetros propios de cada cultura.[1] Su filosofía defiende la validez y
riqueza de todo sistema cultural y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de
los mismos. Se opone al etnocentrismo y al universalismo cultural —de carácter
positivista— que afirma la existencia de valores, juicios morales y comportamientos con
valor absoluto y, además, aplicables a toda la humanidad. El etnocentrismo suele implicar
la creencia de que el grupo étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los
aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras culturas. Este hecho se refleja
por ejemplo en los exónimos peyorativos que se dan a otros grupos y en los autónimos
positivos que el grupo se aplica así mismo. Dentro de esta ideología, los individuos juzgan
a otros grupos en relación a su propia cultura o grupo particular, especialmente en lo
referido al lenguaje, las costumbres, comportamientos, religión y creencias. Dichas
diferencias suelen ser las que establecen la identidad cultural.
No existe una única definición. Para unos (por ejemplo, algunos de los más importantes
críticos contra esta corriente, como la Iglesia Católica, Ayn Rand o Emmanuel Kant) el
relativismo cultural es el relativismo o nihilismo absoluto con respecto a los valores
culturales; para otros (Michel de Montaigne) todo es relativo menos la moralidad y la ética
de la cultura respectiva, y aun para otros el relativismo cultural es, sencillamente, si bien
tomar partido por alguna visión universal de la ética o la cultura, tampoco sectarizarse al
respecto