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SOPLOS CARDÍACOS




           Cristian Blanco Torrecilla
           María Diamanti
           05/06/2012
•   INDICE

      Índice                      página 2

      Generalidades               página 3

      Soplos en l infancia        página 5

      Estenosis aórtica           página 9

      Insuficiencia aórtica       página 13

      Estenosis mitral            página 18

      Insuficiencia mitral        página 27

      Estenosis tricuspídea       página 35

      Insuficiencia tricuspídea   página 36

      Fiebre Reumática            página39

      Bibliografía                página41




                                              2
•   GENERALIDADES:


    Los soplos cardíacos son ruidos patológicos que se perciben a la auscultación con
el uso del fonendoscopio y se originan por aumento de flujo a través de una válvula
cardiaca normal, por alteraciones de dichas válvulas (estenosis, insuficiencia, doble
lesión), por ciertas anomalías intracardiacas (comunicación interventricular) o
extracardiacas     (estenosis    arteriales,   ductus     arterioso   persistente,   fístulas
arteriovenosas).


    Se diferencia del Frémito o Thrill ya que el soplo se obtiene durante la
auscultación, y este (Thrill) durante la palplación precisando de la Palpation large, de
Bard o con la punta de los dedos


    Los soplos se diferencian por 7 características: tiempo, forma, posición, irradiación,
intensidad, calidad y tono.


    •   El tiempo se refiere a si es sistólico o diastólico.
    •   La forma se refiere al patrón de intensidad que tiene el soplo. Puede ser,
        constante, en crescendo, decrescendo o una mezcla de estos dos últimos.
    •   La localización se refiere al lugar en donde el soplo tiene su mayor intensidad.
    •   La irradiación se refiere al lugar hacia donde el soplo se irradia. En general, el
        sonido se irradia siguiendo la dirección del flujo sanguíneo.


    •   La intensidad se refiere a la potencia del sonido, el cual va de 0 a 6 (se escribe
        con números romanos Ejemplo: II/VI)
    •   El tono puede variar según sea bajo o alto
    •   La calidad se refiere a las características especiales que pueda tener cada
        soplo (por ejemplo, musical, en rodada, soplante etc...)




                                                                                           3
Clasificación según intensidad


Grado         Descripción

Grado 1       Muy tenue

Grado 2       Suave

Grado 3       Audible en todo la región precordial

Grado 4       Ruidoso, con frémito palpable

              Muy ruidoso, con frémito palpable. Puede ser escuchado con el
Grado 5
              estetoscopio alejado de la piel.
              Muy ruidoso, con frémito palpable. Puede ser audible con el
Grado 6
              estetoscopio totalmente alejado del pecho del paciente.




                                                                          4
•   SOPLOS         EN         LA
    INFANCIA




           La auscultación de un soplo cardíaco durante el examen físico de un
    niño es un hecho frecuente, por lo que constituye el principal motivo de
    consulta en cardiología pediátrica. Es así como en edad preescolar hasta en
    uno de cada cuatro niños es posible auscultar un soplo cardíaco. Aunque gran
    parte de estos soplos ocurren en niños con corazón sano (soplo funcional),
    frecuentemente el hallazgo de estos es un tema de preocupación en las
    familias, dado que un soplo cardíaco puede constituir un signo semiológico de
    cardiopatía (soplo orgánico), signo que es especialmente frecuente en
    cardiopatías congénitas




               1) Soplos Cardíacos Orgánicos


               Siempre debe considerarse como soplo cardíaco orgánico:


                   •   Todo soplo cardíaco que se asocie a un frémito palpable en
                       el área precordial, o cuya intensidad sea mayor de III/VI.
                   •   Todo soplo cardíaco diastólico. Pueden corresponder a
                       soplos de carácter "aspirativo" del comienzo del diástole
                       propios de insuficiencia de válvulas sigmoídeas, o a soplos
                       del medio del diástole de tonalidad mas baja, "rodadas",
                       propios de estenosis absoluta o relativa de válvulas aurículo-
                       ventriculares.
                   •   Todo soplo cardíaco continuo que no desaparece con
                       movimientos      de   rotación   del   cuello.   Estos   soplos
                       frecuentemente son secundarios a persistencia del ductus
                       arterioso, pudiendo también ser secundarios a fístulas
                       coronarias o a una ventana aorto-pulmonar.
                   •   Todo soplo holosistólico, es decir que se inicia confundido
                       con el primer ruido cardíaco, manteniendo su intensidad
                       hasta la auscultación del segundo ruido cardíaco. Estos
                       soplos que se pueden graficar como de forma rectangular,


                                                                                    5
generalmente     son   secundarios    a    comunicación
interventricular o a regurgitación de válvulas aurículo-
ventriculares.




                                                      6
2) Soplos cardíacos funcionales


    En términos generales podemos decir que los soplos cardíacos
    funcionales son siempre asistólicos, y eyectivos; es decir
    comienzan después del primer ruido cardíaco aumentando
    progresivamente de intensidad hasta el meso-sístole para luego
    disminuir progresivamente de intensidad, dejando libre el
    segundo ruido cardíaco. Su intensidad es siempre inferior o igual
    a III/VI, y su tonalidad nunca es muy grave. Los soplos cardíacos
    funcionales se caracterizan por importantes variaciones de las
    características auscultatorias con los cambios de posición del
    paciente. Debe considerarse que en niños que se encuentran en
    estado hiperdinámico, secundario a un cuadro febril, anemia, u
    otro,   es   muy   frecuente   de   auscultar   soplos   cardíacos,
    generalmente soplos sistólicos eyectivos de la base del cuello,
    los que desaparecen al regresar este estado. Dentro de los
    soplos cardíacos funcionales es posible de identificar claramente
    los siguientes:


•   Soplo de Still. Se caracteriza por ser un soplo sistólico eyectivo
    de intensidad menor o igual a III/VI, cuyo foco de mejor
    auscultación es paraesternal izquierdo bajo. Su tonalidad
    "vibratoria" o "musical", es característica. Generalmente se
    irradia a las áreas vecinas del precordio, y ocasionalmente hacia
    el cuello, Este soplo característicamente aparece hacia el final
    del primer año de vida o en edad preescolar, y puede
    auscultarse hasta finalizada la adolescencia.
•   Estenosis fisiológica de ramas pulmonares. Se caracteriza por
    ser un soplo sistólico eyectivo de baja intensidad, cuyo foco de
    mejor auscultación es paraesternal izquierdo alto, auscultándose
    también en axilas y dorso. Este soplo es propio de los recién
    nacidos a partir de la segunda semana de vida, particularmente
    de los de pretérmino y de los de bajo peso de nacimiento, y
    generalmente se ausculta hasta los seis meses de edad. Este
    soplo es secundario a la estenosis relativa de las ramas de la
    arteria pulmonar, luego de producido el cambio de la circulación
    fetal a neonatal, estenosis que es superada en el primer

                                                                     7
semestre de la vida. La presencia de un soplo cardíaco de estas
                 características después de los 8 meses de edad puede tener
                 carácter patológico.
             •   Hum venoso. Corresponde a un soplo continuo, es decir
                 compromete sístole y diástole, de baja intensidad, la que varía
                 significativamente hasta desaparecer con los movimientos de
                 rotación y flexión de la cabeza. Su foco de mejor auscultación es
                 la base del cuello y las áreas supraclaviculares, auscultándose
                 mejor cuando el paciente está sentado. Más frecuente en edad
                 preescolar, su diagnóstico diferencial se debe realizar con ductus
                 arterioso persistente.
             •   Soplo pulmonar. Corresponde a un soplo sistólico eyectivo, de
                 baja intensidad, generalmente II/VI, cuyo foco de mejor
                 auscultación es paraesternal izquierdo alto (foco pulmonar). Su
                 diagnóstico diferencial es con estenosis pulmonar mínima.
                 Puede auscultarse en toda la edad pediátrica.


         Las cardiopatías congénitas se presentan en el 1% de los recién
  nacidos vivos. Del total de niños que presentan una cardiopatía congénita,
  cerca de la mitad van a ser sintomáticos durante el primer año de vida, y la
  mayor parte de estos van a requerir de un procedimiento quirúrgico corrector o
  paliativo durante éste período.


CARDIOPATIA                               FRECUENCIA APROXIMADA
Comunicación interventricular (CIV)                    25-30 %
Comunicación interauricular (CIA)                        10 %
Ductus persistente                                       10 %
Tetralogía de Fallot                                     6-7%
Estenosis pulmonar                                       6-7%
Coartación aórtica                                       6%
Transposición grandes arterias (TGA)                     5%
Estenosis aórtica                                        5%
Canal aurículo-ventricular                               4-5%




                                                                                 8
Existen numerosas cardiopatías congénitas y también diversas formas
      de clasificarlas tanto de acuerdo a su fisiopatología como a su presentación
      clínica . La clasificación más básica es dividirlas en cianóticas y en acianóticas.
      Las cardiopatías cianóticas corresponden a todas aquellas en que su condición
      fisiopatológica dominante es la presencia de cortocircuito intracardíaco de
      derecha a izquierda, y por lo tanto su característica clínica más importante es la
      presencia de cianosis. Las cardiopatías acianóticas son las más frecuentes, y
      también las más diversas, ya que su única característica común es la que las
      define: la ausencia de cianosis en su presentación clínica

CARDIOPATIAS               Cortocircuito de     CIV, CIA, ductus, canal aurículo-
CONGENITAS                 izquierda a          ventricular, drenaje venoso anómalo
ACIANOTICAS                derecha:             pulmonar parcial
                           Obstructivas         Coartación aórtica, estenosis aórtica,
                           Corazón              estenosis mitral, hipoplasia
                           Izquierdo:           ventrículo izquierdo
                                                Insuficiencia mitral, insuficiencia
                            Insuficiencias
                                                aórtica, estenosis pulmonar, estenosis
                            valvulares y otras:
                                                ramas pulmonares
                                                Tetralogía de Fallot, atresia
                            Obstructivas
CARDIOPATIAS                                    pulmonar, ventrículo único o atresia
                            Corazón Derecho
CONGENITAS                                      tricuspídea con estenosis pulmonar
CIANOTICAS                                      Ventrículo único o atresia tricuspídea
                                                sin estenosis pulmonar, truncus
                            Mezcla Total
(cortocircuito de derecha a                     arterioso, drenaje venoso anómalo
izquierda)                                      pulmonar total
                            Falta de Mezcla     Transposición de Grandes Arterias




                                                                                         9
ESTENOSIS AÓRTICA:




       La válvula aórtica está formada por tres valvas semilunares unidas en
un anillo fibroso. La valvulopatía aórtica consiste en la estenosis o insuficiencia
de la misma, pudiendo existir en ocasiones ambas. Es la que causa con más
frecuencia recambio valvular. La estenosis aórtica es la valvulopatía más
frecuente en Europa y Norteamérica pudiendo alcanzar hasta el 25% de la
población con más de 65 años.




       Existen dos tipos: congénita y adquirida. La congénita se divide en tres
tipos a su vez: unicúspide, bicúspide (la más frecuente pudiendo dar síntomas
a partir de los 40-50 años) y tricúspide. La adquirida se divide en degenerativa,
siendo la más frecuente de todas si es aislada, de predominio en varones y
reumática, la más frecuente cuando se asocia a otras valvulopatías. La
degenerativa y la congénita bicúspide se producen por la calcificación
progresiva de las valvas y parecen compartir los mecanismos de producción y
los factores de riesgo de la arteriosclerosis. Otras causas menos frecuentes de
estenosis aórtica son la endocarditis infecciosa, algunas conectivopatías como
la artritis reumatoide y el lupus, la enfermedad de Paget ósea e
hiperlipoproteinemia tipo II homocigótica.




   o   Fisiopatología:


       Fisiopatológicamente se fundamenta en la obstrucción a la salida del

flujo sanguíneo del ventrículo izquierdo. Se desarrollan una serie de

mecanismos compensadores que mantienen a los pacientes sin síntomas

durante un largo periodo de tiempo. El principal se debe a que el incremento de

la presión sistólica del ventrículo izquierdo y el gradiente de presión

transvalvular producen una hipertrofia ventricular izquierda que consigue

mantener el volumen telediastólico del ventrículo izquierdo y el gasto cardiaco

durante años. En esta fase es muy importante la contracción auricular para el

                                                                                10
llenado ventricular. Al final se dilata el ventrículo, aumenta la presión

teledistólica, desciende el gasto cardiaco, el gradiente transvalvular y aumenta

la presión de la aurícula izquierda, circulación capilar, arteria pulmonar y

cavidades derechas produciéndose Insuficiencia Cardiaca Congestiva.


       El aumento de las necesidades de oxígeno por la hipertrofia del

miocárdico, por la presión de las arterias coronarias y la enfermedad coronaria

sobreañadida en algunos casos, explica la angina en estos pacientes.




   o   Clínica:


       Durante un periodo de tiempo muy largo, incluso años según el grado
de estenosis, los pacientes se encuentran asintomáticos. La estenosis aórtica
degenerativa progresa más rápidamente que el resto, con una gran variabilidad
individual. La triada clásica de síntomas: angina, síncope y disnea, surgen al
principio con el esfuerzo. Su aparición implica un mal pronóstico siendo peor la
disnea por insuficiencia cardíaca congestiva con una supervivencia media de
un año. Una vez que aparecen los síntomas el riesgo de muerte súbita en
estos pacientes es del 3 al 5%. En los asintomáticos es rara (<1%).




   o   Historia clínica:


       La historia clínica y la exploración física son de suma importancia. Al
principio los pacientes están asintomáticos pero es típico en la exploración
física un latido de la punta enérgico por la hipertrofia ventricular izquierda, un
pulso carotídeo de ascenso y descenso lento y retrasado (anácroto) y una gran
onda a en el pulso yugular por contracción auricular. En la auscultación
encontraremos un soplo sistólico, rudo, romboidal, en foco aórtico, irradiado
hacia carótidas y ápex. Su duración se correlaciona con la severidad de la
estenosis aórtica pudiendo desaparecer en estadios finales con el descenso
del GC. Existe un desdoblamiento paradójico de S2 por el cierre de la válvula




                                                                               11
calcificada, S4 por hipertrofia ventricular izquierda y un S3 si existe dilatación
del ventrículo izquierdo.




   o   Pruebas complementarias:


               Entre las pruebas complementarias fundamentales para el
       diagnóstico de la estenosis aórtica destacaremos: ECG, radiografía de
       tórax, ecocardiografía-doppler, coronariografía y ergometría.


              En el ECG veremos signos de sobrecarga del VI con onda R
               alta, descenso de ST e inversión T en I, avL y precordiales
               izquierdas. La Fibrilación auricular es frecuente en los casos de
               afectación mitral o coexistencia de CI.
              La radiografía de tórax será normal al principio pudiéndose
               observar calcio en la válvula aórtica en ancianos, cardiomegalia
               en los estadios finales cuando existe dilatación del VI junto a
               datos de fallo ventricular en estadios avanzados.




              La ecocardiografía-doppler no es sólo fundamental para
               confirmar el diagnóstico de estenosis aórtica sino que nos
               permite, por los parámetros hemodinámicos ya mencionados,
               establecer su grado de severidad, así como la valoración de
               otros parámetros importantes como la fracción de eyección del
               VI (FEVI), el grosor de la pared ventricular, el grado de
               calcificación de la válvula aórtica, la presión de la arteria
               pulmonar y la coexistencia con otras lesiones valvulares, entre
               otros.




              El papel de la coronariografía en la Estenosis aórtica se basa en
               dos aspectos fundamentales: esclarecer la posible coexistencia
               de enfermedad coronaria cuando existe angina, factores de
               riesgo cardiovascular, hallazgos en ECG o ecocardiograma que


                                                                               12
así lo sugieran y, cuando los parámetros ecocardiográficos no
            son concluyentes, al permitir medir el gasto cardíaco, el
            gradiente sistólico transvalvular aórtico, el área valvular, la
            cavidad ventricular, el espesor de la misma, etc.




           La prueba de esfuerzo o ergometría es útil para inducir síntomas
            con el esfuerzo o hipotensión en respuesta al ejercicio en
            pacientes con estenosis aórtica asintomáticos (Recomendación
            clase IIb, nivel de evidencia B), para establecer indicación
            quirúrgica, en estenosis aórticao sintomática podría no estar
            recomendada (Recomendación III, nivel de evidencia B).




o   Tratamiento:


            No existe un tratamiento médico efectivo que evite la progresión
    de la estenosis aórtica en los pacientes asintomáticos. Cuando
    aparecen los síntomas el tratamiento más eficaz es el quirúrgico. En
    muchas ocasiones, por el elevado riesgo quirúrgico, comorbilidad,
    enfermedades letales asociadas, etc. no tenemos más opción que
    controlar los síntomas con tratamiento médico.




            Son importantes las medidas generales como la dieta sin sal, la
    profilaxis de la endocarditis infecciosa y evitar el ejercicio físico en los
    casos de estenosis aórtica moderada-severa, además de controlar los
    factores de riesgo cardiovascular. Evitar la hipotensión en los pacientes

                                                                             13
con tratamiento antihipertensivo con el uso prudente de IECAS y ARA II.
Sólo en los casos de insuficiencia cardíaca usaremos diuréticos por el
riesgo de descender la volemia y el gasto cardiaco. La digital está
indicada en los casos de disminución de la FEVI y coexistencia de
fibrilación auricular. Reservaremos los betabloqueantes y los nitratos
para cuando coexista cardiopatía isquémica.




        Existen dos tipos de cirugía: recambio valvular bien con válvula
metálica, lo más frecuente o con válvula nativa y la valvuloplastía con
catéter-balón.


       El recambio valvular es el único tratamiento capaz de mejorar
        los síntomas y la supervivencia en los casos de estenosis
        aórtica severa. Los resultados de la misma están relacionados
        directamente con la FEVI previa a la intervención. Las estenosis
        aórticas severas asintomáticas sólo se deben intervenir en los
        casos expuestos dado el riesgo de la cirugía y de la prótesis
        metálica. Las prótesis metálicas requieren anticoagulación de
        por vida. La edad no es una contraindicación perse para la
        cirugía sino mas bien las comorbilidades asociadas y la
        inestabilidad hemodinámica.




       Algunos pacientes pediátricos pueden beneficiarse de la
        valvuloplastia catéter con balón y sólo en algunos casos




                                                                     14
•    INSUFICIENCIA AÓRTICA:


       La valvulopatía aórtica es la que causa con más frecuencia recambio
valvular. Son muy numerosas y diversas las enfermedades que pueden causar
insuficiencia aórtica Es muy importante diferenciar las causas que ocasionan
Insuficiencia aórtica aguda de las que producen Insuficiencia aórtica crónica
por su distinta fisiopatología, clínica, manejo diagnóstico y terapéutico. No son
compartimentos rígidos, puede haber causas agudas que en ocasiones se
comportan como crónicas.


               Insuficiencia          Insuficiencia            aórtica
               aórtica                crónica
               aguda

               Endocarditis           Dilatación idiopática de la
               infecciosa*            aorta      o   ectasia    anulo-
                                      aórtica*

               Infarto    agudo       Congénitas-bicúspides*
               de miocardio*

               Disfunción             S. Marfan, Ehlers-Danlos,
               válvula                Hurler, Reiter
               protésica*

               Aneurisma de           Reumática*
               aorta*

               Disección              HTA*
               aórtica*

               Traumatismo            Sífilis
               de tórax

                                      Espondilitis
                                      Anquilopoyética.          Artritis
                                      Reumatoide,       Arteritis   de
                                      Células Gigantes

               (*) Causas más frecuentes



                                                                                15
La característica fundamental de la Insuficiencia aórtica aguda es la
falta de adaptación del ventrículo izquierdo al aumento repentino de volumen y
presión en el nentrículo izquierdo procedente de la válvula aórtica
incompetente y de la contracción auricular izquierda. Esta rapidez de
instauración hace que el ventrículo izquierdo no pueda aumentar su
distensibilidad con la consiguiente elevación brusca de la presión diastólica que
se transmite hacia la aurícula izquierda produciéndose una rápida congestión
pulmonar e Insuficiencia Cardiaca


       En la Insuficiencia aórtica crónica el ventrículo se adapta con dilatación
y aumento de la distensibilidad (hipertrofia excéntrica) sin gran aumento del
volumen diastólico durante muchos años. Sólo al final aparece la situación de
fracaso del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardíaca. Las necesidades de
oxígeno miocárdico están aumentadas por este mecanismo de hipertrofia y por
la disminución de flujo coronario.


       o   Clínica:
               En la Insuficiencia aórtica aguda lo más frecuente es que nos
           encontremos al paciente en situación de shock cardiogénico y
           edema agudo pulmonar. En la Insuficiencia aórtica crónica se
           mantiene asintomático durante muchos años. Al principio son muy
           frecuentes   las   palpitaciones   con   el   ejercicio   produciéndose
           finalmente angor, síncope y arritmias ventriculares. La muerte súbita
           sucede en <0.2% de los pacientes asintomáticos. Al final se produce
           insuficiencia cardíaca con disnea y edemas en miembros inferiores.
           En los pacientes con insuficiencia aórtica crónica asintomáticos con
           fracción de eyección del Ventrículo izquierdo (FEVI) normal, no sólo
           debemos estar pendientes a la aparición de síntomas, sino realizar
           de forma periódica evaluación de la FEVI, porque en ellos se ha
           observado que puede deteriorarse la FEVI sin la aparición de
           síntomas. Los pacientes asintomáticos pero con depresión de la
           FEVI desarrollaran síntomas en los 2-3 años siguientes. Sí además
           aparecen síntomas la mortalidad se eleva de forma considerable,
           hasta un 10%/año en el caso del angor y un 20%/año en la
           insuficiencia cardíaca


                                                                                16
o   Diagnóstico:


       La historia clínica y la exploración física son, como siempre, de suma
    importancia.


       En la Insuficiencia aórtica aguda no habrá signos en la exploración
    física salvo los típicos del shock cardiogénico y edema agudo de
    pulmón. Puede existir un soplo diastólico débil. En el ECG veremos más
    frecuentemente taquicardia sinusal y en la radiografía de tórax no
    existirá   cardiomegalia   y   sí   datos   de    edema    intersticial.   La
    ecocardiografía es la exploración básica para estudiar la Insuficiencia
    aórtica y determinar la causa. En el caso de que la causa sea una
    disección aórtica o una Endocarditis infecciosa está indicado el
    ecocardiograma transesofágico e incluso el TAC y/o la RNM del tórax
    en el primer caso. En la mayoría de los casos no es preciso una
    coronariografía por la situación de inestabilidad del paciente.


       En la Insuficiencia aórtica crónica es típico un soplo protodiastólico
    en el segundo y tercer espacio intercostal izquierdo, de alta frecuencia
    que puede irradiarse a lo largo del borde esternal, hueco supraesternal
    hasta raíz del cuello, aumentando con la incorporación del paciente
    hacia delante. Además existe un tercer ruido S3 por sobrecarga de
    volumen. El latido apical y la presión diferencial de pulso son amplios e
    implican severidad de la Insuficiencia aórtica.


       En el ECG es frecuente el ritmo sinusal excepto en los casos donde
    se asocia valvulopatía mitral que puede existir fibrilación auricular. En
    las etapas avanzadas hay signos de sobrecarga diastólica del ventrículo
    izquierdo con Q profunda, R alta y T picuda y en estadios avanzados
    depresión del segmento ST y arritmias ventriculares. La radiografía de
    tórax puede mostrar cardiomegalia, elongación del cayado aórtico y
    datos de unsuficiencia cardíaca en estadios avanzados.




                                                                               17
No obstante, la prueba más importante en el proceso diagnóstico de la
    Insuficiencia aórtica es la ecocardiografía por varias razones:


       1. Confirma el diagnóstico y la causa de la Insuficiencia aórtica y valora
           la morfología de la válvula
       2. Proporciona     una      estimación   semicuantitativa    del   grado   de
           Insuficiencia aórtica
       3. Mide el tamaño de la raíz aórtica
       4. Valora la dimensión del ventrículo izquierdo, pared y función
           sistólica.


              La Gammagrafía cardiaca con isótopos radioactivos se usa sí la
       ecocardiografía no es óptima para valorar la FEVI y el volumen del
       mismo (Recomendación Clase I, nivel de evidencia B). La Resonancia
       Magnética Nuclear (RNM) tiene la misma indicación con la misma
       recomendación y nivel de evidencia que para la GCI siendo también
       razonable para la estimación de la Insuficiencia aórtica severa cuando la
       ecocardiografía no es satisfactoria, (Recomendación Clase IIa, nivel de
       evidencia    B). Estas      recomendaciones     son útiles     en pacientes
       asintomáticos pero en el caso de los sintomáticos más razonable es la
       ecocardiografía transesofágica o la Coronariografía con aortografía.



o   Tratamiento:


    1.- Médico:


           En la Insuficiencia aórtica aguda habrá que realizar un tratamiento
    intensivo del shock cardiogénico y del edema agudo de pulmón con
    vasodilatadores arteriales como el nitroprusiato sódico e inotrópicos
    positivos (dopamina/dobutamina), previa a la intervención quirúrgica
    urgente. El balón de contrapulsación aórtica está contraindicado. Habrá que
    tratar las arritmias ventriculares en el caso que aparezcan y usar



                                                                                  18
antibióticos en el caso de endocarditis infecciosa, en este caso la cirugía
    puede ser perjudicial.




           La Insuficiencia aórtica crónica ligera o moderada con buena función
    ventricular no precisa tratamiento farmacológico. En la Insuficiencia aórtica
    crónica severa se utilizan los vasodilatadores por su capacidad de reducir el
    volumen regurgitante y aumentar la fracción de eyección. Reducen el
    volumen telediastólico, el estrés parietal y la postcarga con la consiguiente
    reducción de masa del ventrículo izquierdo y el mantenimiento de una
    buena FEVI. Los más utilizados son la hidralazina y el nifedipino. Los
    IECAS están por demostrar estos beneficios. Puede ser deletéreo el uso de
    los betabloqueantes. En los casos de Insuficiencia aórtica con insuficiencia
    cardíaca congestiva se usará el tratamiento habitual. Se realizará profilaxis
    de la endocarditis infecciosa.


    2.- Quirúrgico:


           Está indicado en pacientes con Insuficiencia aórtica severa. En los
    casos de Insuficiencia aórtica leve-moderada con síntomas o disminución
    de la FEVI, buscar otras causas de los mismos.


o   Seguimiento:


    El seguimiento en los pacientes con Insuficiencia aórtica ligera-moderada
se realizará mediante ecocardiografía cada 2-3 años. En los casos de
Insuficiencia aórtica severa asintomáticos con un VI moderadamente dilatado
(diámetro telediastólico 60-70 mm) se realizará cada año y en aquellos donde
está severamente dilatado (diámetro telediastólico >70 mm o diámetro
telesistólico >50 mm) se realizará cada 6 meses.




                                                                              19
•   ESTENOSIS MITRAL


       La válvula mitral es una estructura compleja que regula el flujo de sangre
    desde la aurícula izquierda hacia el ventrículo izquierdo y está formada por:


    1. El anillo, que es asimétrico, con una porción fija que corresponde a la valva
       anterior y una porción dinámica que corresponde a la valva posterior.
    2. Las dos valvas, la anterior (o medial) y posterior (o lateral) que son
       asimétricas. Durante la diástole ventricular, las dos valvas se mueven en
       dirección contraria y durante la sístole se acercan hasta contactar una con
       otra.
    3. Las     cuerdas,   que   unen   los   músculos      papilares   a   la   comisura
       correspondiente y las mitades colindantes de las dos valvas.
    4. Los dos músculos papilares y la pared adyacente unen el aparato mitral al
       ventrículo izquierdo.


       La estenosis mitral es una obstrucción al flujo sanguíneo entre la Aurícula
    izquierda y el Ventrículo izquierdo debido a una función anormal de la válvula
    mitral por una reducción de su orificio de apertura.


       En los adultos normales, el área de sección transversal del orificio valvular
                           2
    mitral mide de 4- 6 cm . Para que aparezcan consecuencias fisiopatológicas se
                                                                                2
    precisa una reducción del orificio valvular a valores inferiores a 2.5 cm .


       Al reducirse el área valvular, se pierde energía por la fricción durante el
    paso de sangre desde la Aurícula izquierda al ventrículo izquierdo, provocando
    un gradiente de presión a través de la válvula estenótica entre la AI y el VI.
    Este gradiente aumenta al aumentar la frecuencia cardiaca o el gasto cardíaco,
    provocando un aumento de presión en la AI, que aumenta de tamaño y se
    hipertrofia, y de la presión venosa pulmonar, pudiendo ocasionar edema
    pulmonar e hipertensión arterial pulmonar. La hipertensión en la arteria
    pulmonar y en el ventrículo derecho (VD), provoca hipertrofia del VD con
    aumento del tamaño del mismo e insuficiencia tricuspídea.




                                                                                     20
La Estenosis mitral es generalmente de naturaleza postinflamatoria, siendo
su causa más frecuente la fiebre reumática, que causa rigidez del tejido
valvular, fusión comisural y acortamiento de las cuerdas tendinosas.


   Otras causas menos frecuentes son la Estenosis mitral congénita,
habitualmente por una deformidad de la válvula en “paracaídas”, en la que las
cuerdas tendinosas acortadas se insertan en un solo músculo papilar grande.
La calcificación masiva del anillo mitral, más frecuente en los ancianos, puede
provocar Estenosis mitral por provocar un movimiento limitado de las valvas.
Otras causas de obstrucción a la salida de la AI son el mixoma de Aurícula
izquierda, el trombo masivo de aurícula izquierda y el cor triatriatum en el que
hay una membrana congénita en la aurícula izquierda.


   La estenosis mitral rara vez se produce por complicación de un carcinoide
maligno, por un lupus eritematoso sistémico, por una artritis reumatoide, por
una mucopolisacaridosis, por la enfermedad de Fabry, por la enfermedad de
Whipple o por el tratamiento con metisergida. La comunicación interauricular se
asocia a la estenosis mitral, generalmente de origen reumático en el síndrome
de Lutembacher.


   La estenosis mitral puede ser leve, moderada o severa, según el gradiente
medio valvular, presión sistólica en arteria pulmonar y área valvular




                                     Leve           Moderada            Severa

      Gradiente    valvular          <5             5 - 10              >10
      medio (mmHg)

      Presión sistólica en           <30            30 - 50             >50
      arteria     pulmonar
      (mmHg)
                        2
      Área valvular (cm )            >1.5           1.0 – 1.5           <1.0




                                                                               21
Figura                                                       1.
        Fisiopatología de la estenosis mitral



o   Clínica:


           El síntoma principal de la estenosis mitral es la disnea de esfuerzo,
    a veces acompañada de tos y sibilancias, y que puede acompañarse de
    ortopnea y episodios de disnea paroxística nocturna. En la estenosis mitral
    grave y resistencia vascular pulmonar elevada, la fatiga puede predominar
    sobre la disnea, pudiendo aparecer también edemas en zonas declives,
    nauseas, anorexia y dolor en hipocondrio derecho, reflejando la congestión
    venosa sistémica secundaria a una presión sistémica elevada y retención
    de sal y agua.




                                                                             22
La hemoptisis, puede ser debida a la rotura de las venas bronquiales
dilatadas por un aumento brusco de la presión en la aurícula izquierda, por
rotura de los capilares alveolares en el edema agudo de pulmón, por infarto
pulmonar por embolia pulmonar o como complicación de bronquitis crónica a la
que están predispuestos los pacientes con estenosis mitral


    Las palpitaciones pueden ser debidas a contracciones auriculares
prematuras, o fibrilación/ flutter auricular paroxístico. La aparición de arritmias
conlleva un peor pronóstico por el riesgo de insuficiencia cardiaca y fenómenos
embólicos.


    Pueden provocarse embolismos sistémicos, que se asocian con la
fibrilación auricular, edad avanzada, aumento del tamaño de la aurícula
izquierda y antecedentes de embolia.


    Algunos pacientes presentan dolor torácico difícil de distinguir de una
angina, provocado por la hipertensión de arteria pulmonar y en ventrículo
derecho.


    La endocarditis infecciosa es menos frecuente en válvulas calcificadas,
engrosadas y rígidas, por lo que es más frecuente en la estenosis mitral leve.


o   Diagnóstico:


           El diagnóstico de la Estenosis mitral se basa en la anamnesis y en la
       exploración física del paciente. Un signo característico que pueden
       presentar es la facies mitral con chapetas rosadas en mejillas.


             En la auscultación, se aprecia un primer ruido fuerte, sístole libre,
    chasquido de apertura y retumbo diastólico con refuerzo presistólico.


             En el ECG puede aparecer una onda P ensanchada con una
    escotadura en la derivación II y sea bifásica en la derivación V1. Conforme
    va aumentando el tamaño de la Aurícula izquierda, es frecuente la
    fibrilación auricular.


             En la radiografía de tórax, los campos pulmonares pueden mostrar
    signos de presión venosa pulmonar elevada, que provoca la trasudación de


                                                                                 23
líquido al intersticio. La acumulación de líquido en los tabiques
interlobulares produce estrías lineales en bases (líneas B de Kerley). El
líquido intersticial puede verse en zonas perivasculares o peribronquiales
(líneas A de Kerley). Con la trasudación de líquido a los espacios alveolares
se ve el edema pulmonar alveolar. También aumenta el tamaño de la
arteria pulmonar principal y arterias pulmonares principales derecha e
izquierda. La aurícula izquierda está aumentada de tamaño, al igual que el
ventrículo derecho si hay hipertensión de la arteria pulmonar.


         La ecocardiografía, representa la piedra angular para el diagnóstico
de la estenosis mitral, siendo la ecocardiografía Doppler el método no
invasivo más seguro del que se dispone para cuantificar la severidad de la
estenosis mitral. Debe estimarse el área valvular, el gradiente mitral medio
y el gradiente sistólico tricuspídeo que permite estimar la presión sistólica
de la arteria pulmonar. El estudio detallado de la morfología valvular
(movilidad de los velos, engrosamiento/ calcificación, estado de las
comisuras y afectación del aparato subvalvular), es de suma importancia si
se plantea una valvuloplastia. Si el estudio transtorácico es de mala
calidad, está indicado hacer un estudio transesofágico para obtener los
datos.


         El cateterismo cardíaco debe realizarse cuando hay discrepancia
entre los datos recogidos por el estudio doppler y el cuadro clínico de un
paciente sintomático, debiéndose realizar un cateterismo derecho e
izquierdo    con   ventriculografía   izquierda   para   evaluar   la   posible
regurgitación asociada, como parte de una evaluación preoperatorio. La
arteriografía coronaria debe realizarse en pacientes con angina, con
disfunción de ventrículo izquierdo, con factores de riesgo para enfermedad
arterial coronaria y en aquellos con 35 años o más en los que se considera
un tratamiento intervencionista




                                                                            24
o   Tratamiento médico:


       El tratamiento médico de la estenosis mitral está basado en varios
aspectos:


              1. Prevención de fiebre reumática:
                     o    Primaria: tratamiento precoz de las infecciones por el
                          estreptococo del grupo A.
                     o    Secundaria: profilaxis antibiótica adecuada frente a
                          las infecciones estreptocócicas recidivantes para
                          evitar la fiebre reumática recurrente.
              2. Profilaxis de endocarditis infecciosa: En todos los pacientes
                 expuestos a bacteriemia.
              3. Restricción de actividad física:
                     o    En estenosis moderada / severa, evitar el ejercicio
                          intenso.
                     o    En pacientes sintomáticos está contraindicado el
                          ejercicio intenso.
              4. Arritmias. Fibrilación auricular:
                     o    Objetivos del tratamiento en un episodio agudo:
                                Control de la frecuencia ventricular:
                                        Digital:     no    aporta      beneficio     en
                                         pacientes en ritmo sinusal y función
                                         normal de ventrículo izquierdo.
                                        Bloqueantes betaadrenérgicos: deben
                                         usarse con precaución o no usarlos en
                                         pacientes con disfunción importante
                                         del   ventrículo     izquierdo,       estenosis
                                         aórtica       significativa       u        otras
                                         valvulopatías graves asociadas.
                                        Calcioantagonistas:           Verapamilo      y
                                         Diltiazem.
                                        Amiodarona: si la digoxina sola no
                                         controla la frecuencia ventricular y no



                                                                                      25
pueden utilizarse betabloqueantes o
                           antagonistas del calcio.
                 Prevención de embolismos con tratamiento
                  anticoagulante: Debe iniciarse con heparina
                  sódica     intravenosa          y   continuar       con
                  anticoagulación oral.
       o   Revertir a ritmo sinusal:
                 Urgente:
                          Cardioversión        eléctrica     si      hay
                           inestabilidad hemodinámica.
                          Anticoagulación con heparina sódica
                           intravenosa, antes, durante y después
                           de la cardioversión.
                 No urgente:
                          Alto riesgo de eventos embólicos en
                           fibrilación auricular de más de 24 – 48
                           horas de evolución.
                          Anticoagulación durante 3 semanas
                           antes de la cardioversión.
                          Asegurar         con       ecocardiograma
                           transesofágico la ausencia de trombos
                           en aurícula izquierda.
                          Continuar con anticoagulación oral tras
                           la cardioversión.
       o   Fibrilación auricular paroxística:
                 Anticoagulación oral.
                 Amiodarona.
                 Betabloqueantes: mejor control del aumento
                  de la frecuencia cardíaca en respuesta al
                  ejercicio físico.
5. Uso de fármacos: Sólo si es necesario.
       o   Diuréticos: reducen la congestión pulmonar y el
           edema periférico. Es importante la restricción de sal.
       o   Betabloqueantes      o     antagonistas    del   calcio:   en
           pacientes con síntomas con el ejercicio por aumento



                                                                       26
de la frecuencia cardíaca. Mayor eficacia, los
                           betabloqueantes.
                      o    Si existe insuficiencia cardíaca: digital, diuréticos,
                           IECAs.
                      o    Anticoagulación: Prevención de eventos embólicos.
              6. Seguimiento de los pacientes:
                      o    Todos los pacientes deben ser informados de que
                           algún    cambio    en   los   síntomas    necesita   una
                           reevaluación.
                      o    Si aparición de síntomas: Revisión precoz o inmediata
                      o    En estenosis mitral asintomática:
                                   estenosis mitral leve: cada 2– 5 años.
                                   estenosis mitral moderada: cada 1– 2 años.
                                   estenosis mitral grave: cada 6– 12 meses si no
                                    se hace tratamiento intervencionista.


o   Tratamiento intervencionista:


       Está indicado en:


              1. Pacientes muy sintomáticos en clase funcional III y IV.
              2. Pacientes ligeramente sintomáticos en clase funcional II.
              3. Pacientes asintomáticos con:
                      o    Hipertensión arterial pulmonar.
                      o    Edema pulmonar episódico.
                      o    Fibrilación auricular (persistente o paroxística).
                      o    Tromboembolia (sistémica / pulmonar).
                      o    Estenosis    mitral grave (válvula adecuada para
                           tratamiento intervencionista).


Existen diversas alternativas terapeúticas intervencionistas:


              1. Valvulotomía mitral percutánea con balón (VMPB)

                           Consiste en colocar un pequeño catéter de flotación
                  con balón a través del tabique interauricular, dilatando la
                  abertura, existiendo varias opciones para ello con resultados
                  clínicos similares. Los resultados son excelentes sobre todo

                                                                                 27
en pacientes jóvenes sin engrosamiento ni calcificación
   valvular. Se consigue reducir un 50%- 60% el gradiente de
   presión transmitral, mejorar el gasto cardíaco y aumentar el
   área valvular mitral incluso el doble (media de 1 – 2 cm2). La
   resistencia pulmonar elevada desciende con rapidez, aunque
   no suele hacerlo totalmente.


           Entre las complicaciones más temidas de esta técnica
   están la embolia cerebral, la perforación cardiaca (VI), infarto
   de miocardio y el desarrollo de insuficiencia mitral. En
   algunos pacientes puede quedar una pequeña anomalía del
   tabique interauricular. La mortalidad varía entre el 1% y 2%.


2. Cirugía en la EM

       Existen dos tipos de técnicas en el tratamiento quirúrgico
de la estenosis mitral:


   •   De reparación valvular: valvulotomía mitral que puede ser
       cerrada o abierta. Es la técnica de reparación valvular
       más usada, en pacientes con estenosis mitral con
       demasiada deformación o calcificación de la válvula. La
       mortalidad tras una valvulotomía mitral, sea cerrada o
       abierta, varía entre el 1% y 3%, dependiendo del estado
       del paciente y de la experiencia del equipo quirúrgico.
   •   Sustitución o reemplazamiento valvular (SVM).




                                                                 28
o   INSUFICIENCIA MITRAL:


           La insuficiencia mitral se caracteriza por un flujo sanguíneo inverso
    anormal del ventrículo izquierdo a la aurícula izquierda durante la sístole.


           La alteración anatómica o funcional de cualquiera de las estructuras
    que componen el aparato valvular (valvas, anillo, cuerdas tendinosas,
    músculos papilares) puede producir insuficiencia mitral. Las causas más
    frecuentes de la IM incluyen:


           •   Enfermedad cardiaca reumática.
           •   Endocarditis infecciosa.
           •   Prolapso de la válvula mitral.
           •   Enfermedad colágeno-vascular (síndrome de Marfan, síndrome
               de Ehlers-Danlos, seudoxantoma elástico, osteogénesis
               imperfecta, enfermedad de Hurler, lupus eritematoso sistémico,
               síndrome anticardiolipina).
           •   Miocardiopatía.
           •   Cardiopatía isquémica.
           •   Traumática (postcirugía,, traumatismo torácico).
           •   Tumores cardíacos (mixoma auricular).
           •   Lesiones endocárdicas (síndrome hipereosinofílico, fibroelastosis
               endocárdica, tumores carcinoides, toxicidad por ergotamina,
               toxicidad por radiación, la dieta o toxicidad por fármacos).
           •   Enfermedades infiltrativas (amiloidosis, sarcoidosis).
           •   Congénitas (hendiduras o perforaciones de la válvula mitral;
               válvula mitral en paracaídas asociada a: alteración del cojín
               endocárdico, fibroelastosis endocárdica, trasposición de los
               grandes vasos u origen anómalo de la arteria coronaria
               izquierda).
           •   Alteración primaria de la válvula protésica.


       La coaptación anormal de las valvas mitrales crea un orifico de
regurgitación durante la sístole, con un flujo regurgitante hacia la aurícula




                                                                                   29
izquierda cuyo volumen representa un porcentaje de la eyección total del
ventrículo izquierdo (fracción regurgitante).


       El volumen regurgitante provoca una sobrecarga de volumen en la
aurícula izquierda durante la sístole y en el ventrículo izquierdo durante la
diástole, modificando la carga y función del ventrículo izquierdo. Esta
sobrecarga de volumen depende de tres factores: el área del orifico
regurgitante, el gradiente regurgitante y la duración de la regurgitación.


       En consecuencia, se produce un aumento de la presión en aurícula
izquierda. En la insuficiencia mitral aguda, la aurícula izquierda menos
distensible que en la insuficiencia mitral crónica, por lo que aumento de presión
en la AI es mayor en la insuficiencia mitral aguda. Éste se transmite
retrógradamente al capilar pulmonar, provocando congestión, pudiendo
aparecer signos de fracaso del ventrículo derecho. En la insuficiencia mitral
crónica, la aurícula izquierda se adapta al volumen regurgitante, dilatándose y
aumentando su distensibilidad, permitiendo así tolerar un incremento de
volumen sin apenas aumento de la presión.


       El ventrículo izquierdo se dilata y la pared aumenta su grosor y se
hipertrofia, ayudando así a mantener la función mecánica; aumenta su volumen
diastólico final y sobrecarga de la pared. Esto ayuda a mantener la función
sistólica del ventrículo izquierdo dentro de la normalidad.


       Pero con el paso de los años y los efectos de la sobrecarga mantenida,
los mecanismos compensatorios se agotan, apareciendo disfunción sistólica de
ventrículo izquierdo y congestión pulmonar, a veces incluso con fracción de
eyección aceptable. Así, los pacientes con insuficiencia mitral crónica severa,
tienen mayor probabilidad de desarrollar síntomas o disfunción de ventrículo
izquierdo en el curso de 6 a 10 años.


       Los pacientes con un mayor riesgo de muerte, son aquellos con una
fracción de eyección menor del 60 % o síntomas en clase funcional de la NYHA
III-IV. Los pacientes asintomáticos con fracción de eyección normal tienen
menos riesgo de muerte.




                                                                              30
Figura 1
                     Fisiopatología de la insuficiencia mitral



           o   Clínica:


       La prevalencia de la insuficiencia mitral aumenta con la edad, por lo que
los pacientes con insuficiencia mitral grave suelen debutar en la sexta década
de la vida. La presentación clínica, síntomas, hallazgos exploratorios o en
pruebas complementarias, depende del grado, rapidez de desarrollo y causa
de la insuficiencia mitral, así como de la función y distensibilidad de la aurícula
izquierda y del ventrículo izquierdo.




                                                                                31
Los pacientes con insuficiencia mitral leve no suelen presentar
síntomas. El cuadro clínico que provoca es de insuficiencia cardiaca, aunque
puede permanecer asintomática durante años. La astenia crónica, fatiga y la
disnea leve en el ejercicio son los síntomas más habituales, mejorando
rápidamente con el reposo. En estadios avanzados, puede aparecer disnea
más grave, disnea paroxística nocturna, edema pulmonar o hemoptisis.


       En la insuficiencia mitral aguda grave, los síntomas son más llamativos,
con edema pulmonar o insuficiencia cardiaca congestiva, mejorando con la
administración    de   diuréticos.   La   insuficiencia   cardiaca   derecha,   con
hepatomegalia de éxtasis, edemas, ascitis, es importante en pacientes con
insuficiencia aguda, resistencia vascular pulmonar elevada e hipertensión
pulmonar.


       Puede aparecer un síndrome brusco de dolor atípico y disnea por rotura
de una cuerda tendinosa. La rotura de un músculo papilar suele tener una
presentación de shock cardiogénico o edema pulmonar grave.




       -Diagnóstico:


       En el diagnóstico de la insuficiencia mitral es fundamental la anamnesis
y la exploración física.


       En la exploración, podemos encontrar un latido cardiaco y un pulso
arterial enérgico e hiperdinámico. A veces se puede palpar una importante
onda de llenado del ventrículo izquierdo. El frémito apical es característico en la
insuficiencia mitral grave. La presión arterial suele ser normal.


       Lo más característico de la insuficiencia mitral es el soplo sistólico, más
frecuentemente holosistólico, de mayor intensidad en ápex con irradiación
hacia axila izquierda y región infraescapular izquierda. El soplo suele ser
constante en intensidad, sibilante y espirativo. Ponerse de pie de forma
repentina o la maniobra de Valsalva reducen la intensidad del soplo,
intensificándose con el ejercicio físico isométrico.




                                                                                 32
Existe poca relación entre la intensidad del soplo sistólico y la severidad
de la IM.


       En el ECG los hallazgos más frecuentes son la fibrilación auricular y la
dilatación de la aurícula izquierda. En algunos pacientes con Insuficiencia mitral
severa se observan signos de dilatación de ventrículo izquierdo. En la
insuficiencia mitral aguda el ECG puede ser completamente normal. En la
insuficiencia mitral isquémica pueden observarse con frecuencia ondas Q en
las derivaciones inferiores o bloqueo de rama izquierda.


       En la radiografía de tórax puede existir cardiomegalia y dilatación de
ventrículo izquierdo y sobre todo de aurícula izquierda. En pacientes con
insuficiencia mitral aguda o disfunción de ventrículo izquierdo, puede
observarse edema intersticial. La calcificación del anillo mitral, es más llamativa
en el tercio posterior de la silueta cardiaca, visualizándose mejor en la
radiografía de tórax lateral u oblicua anterior derecha, apareciendo como una
opacidad en forma de C, densa y gruesa.


       La ecocardiografía es de suma importancia para la valoración de la
enfermedad, ya que no sólo confirma el diagnóstico, sino que además es capaz
de determinar la etiología, morfología valvular, cuantificar la severidad y
permite obtener los parámetros necesarios para el seguimiento de la función
auricular y ventricular.


       La ecocardiografía Doppler muestra un flujo de alta velocidad en la
aurícula izquierda durante la sístole. La gravedad de la insuficiencia mitral se
relaciona con la distancia a la que este flujo puede ser detectado desde la
válvula y con el tamaño de la aurícula izquierda. Otros métodos para valorar la
severidad de la IM incluyen la medición del área del chorro mitral y la medición
de la vena contracta. La inhibición de flujo en las venas pulmonares durante la
sístole y la velocidad máxima de flujo de entrada mitral, también son signos de
IM severa.


       La ecocardiografía transesofágica está indicada cuando los datos
aportados por la ecocardiografía transtorácica no son óptimos o se está
decidiendo reparar o sustituir la válvula.




                                                                                33
La angiografía con radioisótopos, puede usarse para detectar un
aumento del volumen telediastólico y telesistólico en el ventrículo izquierdo, y la
fracción de eyección del ventrículo izquierdo y del ventrículo derecho. La
fracción regurgitante puede calcularse a partir de la relación del volumen
sistólico del ventrículo izquierdo y el ventrículo derecho.


       La resonancia magnética es una técnica bastante exacta para medir el
flujo regurgitante, los volúmenes ventriculares telediastólico y telesistólico y la
masa ventricular.


       El cateterismo cardiaco nos aporta información sobre la fracción de
eyección, estado hemodinámico, dilatación ventricular, presiones pulmonares,
severidad de la insuficiencia mitral y anatomía coronaria, proporcionando datos
muy fiables para recomendar tratamiento quirúrgico.


       La insuficiencia mirtal es la valvulopatía que más discrepancias muestra
al evaluar su gravedad comparando los hallazgos obtenidos con los métodos
diagnósticos no invasivos e invasivos. La prueba “patrón oro” en la insuficiencia
mitral es la ventriculografía con contraste, por lo que debe realizarse para
obtener una estimación exacta para decidir cirugía.


       Es aconsejable realizar coronariografía a los pacientes que van a ser
intervenidos mayores de 60 años y a los que tengan 2 ó más factores de riesgo
cardiovascular, con vistas a revascularización.




       Tratamiento médico de la insuficiencia mitral.


               Los puntos más importantes a tener en cuenta son:


                    •   Es crucial el tratamiento de la causa.
                    •   Debe realizarse prevención de endocarditis con
                        tratamiento antibiótico.
                    •   Los pacientes jóvenes con insuficiencia mitral reumática
                        deben recibir profilaxis de fiebre reumática.




                                                                                34
•   En pacientes con fibrilación auricular:
                  o   Control de la frecuencia cardíaca: digoxina y / o
                      betabloqueantes.
                  o   Anticoagulación oral.
                  o   Se puede conseguir ritmo sinusal en fibrilación
                      auricular de corta duración tras la cirugía, siendo
                      más difícil en la insuficiencia mitral grave con
                      crecimiento de aurícula izquierda
           •   Los betabloqueantes son eficaces sobre todo en el
               prolapso de la válvula mitral con palpitaciones o dolor
               torácico.
           •   Los diuréticos son especialmente efectivos en la
               insuficiencia cardiaca y mejoran la disnea.
           •   Vasodilatadores:
                  o   No existe evidencia para el uso de
                      vasodilatadores orales de forma crónica en el
                      tratamiento de la insuficiencia mitral.
                  o   La reducción de la postcarga con nitroprusiato
                      intravenoso puede salvar la vida de los pacientes
                      con insuficiencia mitral aguda por rotura de un
                      músculo papilar en el contexto de un infarto agudo
                      de miocardio, estabilizando al paciente y
                      permitiendo su intervención. En pacientes
                      hipotensos, puede utilizarse dobutamina junto al
                      nitroprusiato.


Tratamiento Quirúrgico:


       Actualmente se pueden realizar diversas técnicas quirúrgicas
entre las que destacan la cirugía reparadora o reconstrucción de la
válvula mitral o sustitución de la válvula mitral (SVM) con preservación
total o parcial del aparato mitral o sección completa del mismo.


       En líneas generales, todo paciente con insuficiencia mitral
sintomática debe ser candidato a cirugía. Sin tratamiento quirúrgico, los
pacientes con insuficiencia mitral e insuficiencia cardiaca tienen un mal
pronóstico.

                                                                          35
•   La cirugía reparadora o de reconstrucción de la válvula, consiste en
           una anuloplastia usando un anillo protésico que puede ser rígido o
           flexible, o reconstruyendo la válvula. Evita los riesgos de la
           anticoagulación crónica (si está en ritmo sinusal), preserva la
           arquitectura mitral, y asegura una mejor función ventricular
           postquirúrgica.
           Esta técnica suele tener más éxito en niños y adolescentes con
           válvulas flexibles, adultos con insuficiencia mitral secundario a
           prolapso de válvula mitral, dilatación anular, disfunción o rotura del
           músculo papilar secundario a isquemia, rotura cordal o perforación
           de una valva debido a endocarditis infecciosa.
       •   La sustitución de la válvula mitral (SVM) puede realizarse con una
           prótesis biológica o una mecánica.
           Los resultados de la SVM no son del todo buenos; la función del VI
           puede deteriorarse tras la cirugía, contribuyendo a la mortalidad y a
           un empeoramiento de la calidad de vida del paciente. Otro problema
           deriva de la naturaleza de la prótesis, ya que la biológica tiene el
           inconveniente de tener una duración limitada aunque tiene menor
           riesgo de tromboembolia. La mecánica tiene la ventaja de tener una
           duración indefinida, pero tiene el inconveniente de tener alto riesgo
           de tromboembolia, por lo que necesita anticoagulación de por vida
           con los riesgos de hemorragia que eso conlleva. El riesgo de
           endocarditis infecciosa existe con todas las prótesis.
           Por estos motivos se hace un esfuerzo en intentar llevar a cabo una
           cirugía reparadora de la válvula mitral.


       La mortalidad quirúrgica depende sobre todo del estado clínico y
hemodinámico del paciente, sobre todo de la función del ventrículo izquierdo,
de la comorbilidad asociada (enfermedad renal, hepática, pulmonar, etc.), y de
la experiencia del equipo quirúrgico.




                                                                                  36
•   ESTENOSIS TRICUSPÍDEA


           La estenosis tricuspídea es de etiología casi exclusivamente reumática.
    Se observa en países en vías de desarrollo pero es rara ya en los
    desarrollados. Causas menos frecuentes son: vegetaciones grandes, masas en
    aurícula derecha, anomalías congénitas, síndrome carcinoide, enfermedades
    de Fabry y de Wipple y tratamiento con metisergida.


           -Diagnóstico:


           Se asocia casi siempre con lesiones de válvulas izquierdas, sobre todo
    estenosis mitral que la preceden y dominan la presentación. A veces la
    estenosis   tricuspídea    puede    disimular   las   características   clínicas   y
    hemodinámicas de la estenosis mitral: congestión pulmonar que mejora. La
    clínica habitual de la estenosis tricuspídea consiste en disnea relativamente
    leve en comparación con la congestión venosa sistémica (ascitis, edemas,
    hepatomegalia) y fatiga secundaria a bajo gasto cardíaco.


           Puede sospecharse por una onda a gigante y ralentización del
    descenso y en el pulso yugular. A la auscultación se puede apreciar un
    chasquido de apertura tricuspídea y un retumbo de llenado, con acentuación
    del componente presistólico si hay ritmo sinusal. Aunque puede perderse en la
    insuficiencia cardiaca avanzada, la semiología acústica aumenta en los
    primeros ciclos que siguen a la inspiración (signo de Rivero-Carballo). Suele
    coexistir semiología mitral y/o aórtica.


    - ECG : signos de hipertrofia de aurícula derecha pero no de ventrículo derecho
    a pesar de estenosis mitral.


    - Radiografía de tórax: aumento de aurícula derecha y vena cava superior


    - Ecocardiografía Doppler: es la prueba complementaria más útil. Permite el
    diagnóstico, evaluación de la anatomía valvular y del aparato subvalvular, y
    valoración del grado de insuficiencia tricuspídea asociada. Un área valvular <1
    cm2 es indicativa de estenosis tricuspídea grave, y un gradiente diastólico
    medio (entre AD y VD) >5 mm Hg de ET clínicamente significativa.




                                                                                       37
- Tratamiento


    1. Cirugía. La falta de flexibilidad del tejido limita las técnicas conservadoras.
       En caso de sustitución valvular se prefieren las prótesis biológicas a las
       mecánicas por el menor riesgo de trombosis y su duración satisfactoria a
       largo plazo en posición tricuspídea. El elegir una técnica u otra dependerá
       de la anatomía valvular y de la experiencia quirúrgica.
    2. Intervención percutánea. La dilatación tricuspídea percutánea con balón se
       ha realizado en pocos casos, pero con frecuencia induce estenosis
       tricuspídea significativa. Hay pocos datos que evalúen los resultados a
       largo plazo.
    3. Se suele llevar a cabo a la vez que se interviene otra/s válvula/s en
       pacientes que continúan sintomáticos a pesar del tratamiento médico. Se
       prefiere la cirugía a la intervención percutánea.
    4. Tratamiento médico. En caso de insuficiencia cardiaca los diuréticos son
       útiles pero de eficacia limitada. Debe realizarse profilaxis de endocarditis
       cuando sea oportuno.




•   INSUFICIENCIA TRICUSPÍDEA




           La Insuficiencia Tricuspídea suele ser funcional y no debida a una lesión
    valvular primaria. Es frecuente el hallazgo ecocardiográfico de insuficiencia
    tricuspídea trivial en sujetos normales.


           La insuficiencia triscuspídea primaria tiene etiología variada: reumática,
    endocarditis infecciosa, síndrome carcinoide, artritis reumatoide, posradiación,
    traumatismo, anorexígenos, síndrome de Marfan, prolapso valvular, disfunción
    isquémica de los músculos papilares y enfermedades congénitas, como el
    síndrome de Ebstein o la válvula hendida como parte de una malformación del
    canal auriculoventricular. La insuficiencia triscuspídea funcional o secundaria
    se produce por dilatación del anillo valvular como consecuencia de la
    sobrecarga de presión y/o volumen del ventrículo derecho

                                                                                   38
-Diagnóstico:


       La clínica habitual es de congestión venosa sistémica (hepatomegalia,
ascitis, derrame pleural, edemas) y de reducción de gasto cardiaco. En
pacientes con hipertensión pulmonar e insuficiencia tricuspídea disminuyen los
síntomas de congestión pulmonar pero aumenta la insuficiencia cardiaca
derecha. Es habitual la fibrilación auricular.


       Se puede sospechar por una onda v prominente en el pulso yugular y
auscultación de un soplo regurgitante, que aumenta con la inspiración, en la
parte baja de la región paraesternal izquierda. Si la regurgitación es grave se
produce un soplo de llenado y expansión sistólica hepática. En casos extremos
se puede apreciar un pseudoexoftalmos, pulsatilidad de venas varicosas, o
danza en el cuello producida por una gran onda v. Si existe gran dilatación del
ventrículo derecho, el soplo de insuficiencia tricuspídea se localiza en ápex. En
casos moderados o graves, la insuficiencia triscuspídea puede no presentar la
semiología clásica.


       - ECG: datos de hipertrofia ventrículo derecho o infarto inferior


       -Radiografía de tórax: aumento de aurícula derecha y ventrículo
derecho.


       -Ecocardiografía Doppler: técnica de elección. Permite valorar la
repercusión anatomo-funcional sobre las cavidades derechas e izquierdas,
precisar si existe gradiente diastólico, y la medida combinada de la presión
sistólica arteria pulmonar (PSAP), el área de los velos y la circunferencia del
anillo tricuspídeo, lo que mejora la precisión de la valoración clínica. Una PSAP
>55 mm Hg puede producir Insuficiencia tricuspídea con una válvula
anatómicamente normal, mientras que la IT con PSAP <40 mmHg suele reflejar
una anomalía estructural valvular. Una anchura vena contracta >0,7 cm y flujo
sistólico invertido en venas hepáticas indica insuficiencia tricuspídea grave.


       -Resonancia magnética: puede proporcionar información útil adicional
de tamaño y función de ventrículo derecho.



                                                                                 39
-Pronóstico


       Pacientes con insuficiencia tricuspídea grave de cualquier causa tienen
resultados pobres a largo plazo por la disfunción del ventrículo derecho y/o la
congestión venosa sistémica. Los pocos datos disponibles de insuficiencia
tricuspídea primaria lo sugieren, incluso siendo bien tolerada funcionalmente
durante años.     La   insuficiencia   tricuspídea   funcional   puede   disminuir,
desaparecer o persistir cuando el fallo de ventrículo derecho mejora con el
tratamiento de su causa, incluso tras corrección exitosa de las lesiones del lado
izquierdo. Predecir su evolución es difícil, aunque la aplicación intraoperatoria
del eco transesofágico ha permitido refinar las técnicas y optimizar resultados.
Factores de riesgo para la persistencia o empeoramiento tardío de la
insuficiencia tricuspídea son: hipertensión pulmonar, aumento de presión y
tamaño de ventrículo derecho, reducción de la función del ventrículo derecho y
diámetro del anillo tricuspídeo.


-Tratamiento


1. Cirugía.


   Dentro de la cirugía conservadora se encuentra la anuloplastia, con
   incidencia de insuficiencia tricuspídea residual del 10% a los 5 años con
   anillos protésicos, y del 20-35% con la técnica de la puntada. La
   reconstrucción valvular y de la cuerda puede intentarse en algunos casos
   de insuficiencia tricuspídea debida a endocarditis o trauma. La sustitución
   valvular tiene una mortalidad operatoria del 7-40%. La supervivencia a 10
   años llega al 30-50%, siendo factores predictores la clase funcional, la
   función de ventrículo izquierdo y de ventrículo derecho y las complicaciones
   protésicas. La experiencia actual favorece el uso de bioprótesis sobre
   válvulasmecánicas



2. Tratamiento médico.




                                                                                40
Diuréticos si hay signos de congestión, y tratamiento específico de la
       enfermedad subyacente. Con la insuficiencia tricuspídea trivial en sujetos
       normales no es necesario seguimiento ni profilaxis de endocarditis.


•   FIEBRE REUMÁTICA:


           La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria, no supurativa y
    recurrente producida por la respuesta del sistema inmunitario de algunas
    personas predispuestas, a los antígenos de la bacteria estreptococo del grupo
    A betahemolítico, a partir de las dos o tres semanas de provocar una
    faringoamigdalitis aguda.


       La fiebre reumática es una complicación tardía que puede afectar cualquier
    parte del organismo, siendo el principal órgano afectado es el corazón donde
    puede afectar el pericardio pericarditis, el miocardio miocarditis, o el endocardio
    endocarditis y en la fase aguda produce una pancarditis que provoca
    valvulopatías cardíacas en la fase crónica. Afecta también la piel (eritema
    marginado), las articulaciones (poliartritis migratoria), el cerebro (corea de
    Sydenham) y el tejido celular subcutáneo (nódulos subcutáneos).


       Afecta principalmente y tiende a ser recurrente en niños de 5-15 años de
    edad. Es la causa más común de cardiopatías en personas entre los 5-30 años
    de edad en países subdesarrollados, donde también es la principal causa de
    muerte por enfermedades cardíacas en menores de 45 años. La fiebre
    reumática tiene una incidencia muy baja en los países desarrollados y
    relativamente alta en los países en vías de desarrollo. Alrededor del 3% de las
    personas con infecciones causadas por estreptococos y sin tratamiento
    desarrollan fiebre reumática. La desnutrición es uno de los factores que
    podrían incrementar el riesgo de padecer fiebre reumática


       El cuadro clínico se presenta de 2 a 3 semanas después de haberse
    producido la faringoamigdalitis.


       1. Astenia
       2. Adinamia
       3. Anorexia
       4. Febrícula
       5. Artritis-Artralgia

                                                                                     41
6. Pancarditis
   7. Corea de Sydenham - Cursa con debilidad muscular, trastornos
       emocionales y fasciculaciones.
   8. Nódulos de Meynet- Subcutáneos, firmes e indoloros. Dura de 1-2
       semanas, se presentan en la superficie de extensión de las
       articulaciones.
   9. Eritema marginado - Se caracteriza por manchas redondeadas,
       confluentes y de borde eritematoso, se presentan en el tronco.


La duración de un ataque reumático puede durar de 3 semanas a 6 meses
siempre y cuando sea controlado y no exista una nueva infección
estreptocócica que lo prolongue.


       Su diagnóstico es clínico basándose en los criterios de Jones:




   La presentación en la clínica de un criterio o signo mayor con dos menores
al mismo tiempo o bien de dos signos mayores por sí mismos, puede
establecer, con gran probabilidad, el diagnóstico definitivo de la fiebre
reumática, además de la evidencia objetiva de una previa infección post-
estreptocócica


   En cuanto a su tratamiento: reposo en cama de 6-8 semanas, que por lo
general es el tiempo que dura el brote reumático. Si la infección por el
microorganismo aún persiste, se tienden a usar antibióticos específicos contra
el estreptococo (Penicilina Procainamina 1/24h/10días)



                                                                           42
•   BIBLIOGRAFÍA:

      o   Azpitarte J, Alonso AM, García GF, González Santos JM, Pare C,

          Tello A. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de

          Cardiología en valvulopatías. Rev Esp Cardiol 2000 Sep;

          53(9):1209-78

      o   Kasper DL, Fauci AS, Longo DL, Braunwald E, Hauser SL, Jameson

          JL, editors. Harrison. Principios de Medicina Interna. 16ª ed. Madrid:

          McGraw-Hill Interamericana; 2006.

      o   Bonow RO, Carabello BA, Chatterjee K, de LA, Jr., Faxon DP, Freed

          MD, et al. ACC/AHA 2006 guidelines for the management of patients

          with valvular heart disease: a report of the American College of

          Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice

          Guidelines (writing Committee to Revise the 1998 guidelines for the

          management of patients with valvular heart disease). J Am Coll

          Cardiol 2006 ;48(3):e1-148.

      o   Bisno AL, Stevens DL. Streptococcus pyogenes. In: Mandell GL,
          Bennett JE, Dolin R, eds. Principles and Practice of Infectious
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          2009:chap 198.

      o   Jones TD. The diagnosis of rheumatic fever. JAMA. 1944; 126:481–
          484

      o   Heusser F., Urcelay G., Arnaiz P., Acevedo V. et al. Enfermedades
          del Aparato Cardiovascular. Parte XV. Pediatría Meneghello, Quinta
          Edición, Editorial Médica Panamericana. 1997.




                                                                              43

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(2012-06-05)Soplos cardíacos (doc)

  • 1. SOPLOS CARDÍACOS Cristian Blanco Torrecilla María Diamanti 05/06/2012
  • 2. INDICE Índice página 2 Generalidades página 3 Soplos en l infancia página 5 Estenosis aórtica página 9 Insuficiencia aórtica página 13 Estenosis mitral página 18 Insuficiencia mitral página 27 Estenosis tricuspídea página 35 Insuficiencia tricuspídea página 36 Fiebre Reumática página39 Bibliografía página41 2
  • 3. GENERALIDADES: Los soplos cardíacos son ruidos patológicos que se perciben a la auscultación con el uso del fonendoscopio y se originan por aumento de flujo a través de una válvula cardiaca normal, por alteraciones de dichas válvulas (estenosis, insuficiencia, doble lesión), por ciertas anomalías intracardiacas (comunicación interventricular) o extracardiacas (estenosis arteriales, ductus arterioso persistente, fístulas arteriovenosas). Se diferencia del Frémito o Thrill ya que el soplo se obtiene durante la auscultación, y este (Thrill) durante la palplación precisando de la Palpation large, de Bard o con la punta de los dedos Los soplos se diferencian por 7 características: tiempo, forma, posición, irradiación, intensidad, calidad y tono. • El tiempo se refiere a si es sistólico o diastólico. • La forma se refiere al patrón de intensidad que tiene el soplo. Puede ser, constante, en crescendo, decrescendo o una mezcla de estos dos últimos. • La localización se refiere al lugar en donde el soplo tiene su mayor intensidad. • La irradiación se refiere al lugar hacia donde el soplo se irradia. En general, el sonido se irradia siguiendo la dirección del flujo sanguíneo. • La intensidad se refiere a la potencia del sonido, el cual va de 0 a 6 (se escribe con números romanos Ejemplo: II/VI) • El tono puede variar según sea bajo o alto • La calidad se refiere a las características especiales que pueda tener cada soplo (por ejemplo, musical, en rodada, soplante etc...) 3
  • 4. Clasificación según intensidad Grado Descripción Grado 1 Muy tenue Grado 2 Suave Grado 3 Audible en todo la región precordial Grado 4 Ruidoso, con frémito palpable Muy ruidoso, con frémito palpable. Puede ser escuchado con el Grado 5 estetoscopio alejado de la piel. Muy ruidoso, con frémito palpable. Puede ser audible con el Grado 6 estetoscopio totalmente alejado del pecho del paciente. 4
  • 5. SOPLOS EN LA INFANCIA La auscultación de un soplo cardíaco durante el examen físico de un niño es un hecho frecuente, por lo que constituye el principal motivo de consulta en cardiología pediátrica. Es así como en edad preescolar hasta en uno de cada cuatro niños es posible auscultar un soplo cardíaco. Aunque gran parte de estos soplos ocurren en niños con corazón sano (soplo funcional), frecuentemente el hallazgo de estos es un tema de preocupación en las familias, dado que un soplo cardíaco puede constituir un signo semiológico de cardiopatía (soplo orgánico), signo que es especialmente frecuente en cardiopatías congénitas 1) Soplos Cardíacos Orgánicos Siempre debe considerarse como soplo cardíaco orgánico: • Todo soplo cardíaco que se asocie a un frémito palpable en el área precordial, o cuya intensidad sea mayor de III/VI. • Todo soplo cardíaco diastólico. Pueden corresponder a soplos de carácter "aspirativo" del comienzo del diástole propios de insuficiencia de válvulas sigmoídeas, o a soplos del medio del diástole de tonalidad mas baja, "rodadas", propios de estenosis absoluta o relativa de válvulas aurículo- ventriculares. • Todo soplo cardíaco continuo que no desaparece con movimientos de rotación del cuello. Estos soplos frecuentemente son secundarios a persistencia del ductus arterioso, pudiendo también ser secundarios a fístulas coronarias o a una ventana aorto-pulmonar. • Todo soplo holosistólico, es decir que se inicia confundido con el primer ruido cardíaco, manteniendo su intensidad hasta la auscultación del segundo ruido cardíaco. Estos soplos que se pueden graficar como de forma rectangular, 5
  • 6. generalmente son secundarios a comunicación interventricular o a regurgitación de válvulas aurículo- ventriculares. 6
  • 7. 2) Soplos cardíacos funcionales En términos generales podemos decir que los soplos cardíacos funcionales son siempre asistólicos, y eyectivos; es decir comienzan después del primer ruido cardíaco aumentando progresivamente de intensidad hasta el meso-sístole para luego disminuir progresivamente de intensidad, dejando libre el segundo ruido cardíaco. Su intensidad es siempre inferior o igual a III/VI, y su tonalidad nunca es muy grave. Los soplos cardíacos funcionales se caracterizan por importantes variaciones de las características auscultatorias con los cambios de posición del paciente. Debe considerarse que en niños que se encuentran en estado hiperdinámico, secundario a un cuadro febril, anemia, u otro, es muy frecuente de auscultar soplos cardíacos, generalmente soplos sistólicos eyectivos de la base del cuello, los que desaparecen al regresar este estado. Dentro de los soplos cardíacos funcionales es posible de identificar claramente los siguientes: • Soplo de Still. Se caracteriza por ser un soplo sistólico eyectivo de intensidad menor o igual a III/VI, cuyo foco de mejor auscultación es paraesternal izquierdo bajo. Su tonalidad "vibratoria" o "musical", es característica. Generalmente se irradia a las áreas vecinas del precordio, y ocasionalmente hacia el cuello, Este soplo característicamente aparece hacia el final del primer año de vida o en edad preescolar, y puede auscultarse hasta finalizada la adolescencia. • Estenosis fisiológica de ramas pulmonares. Se caracteriza por ser un soplo sistólico eyectivo de baja intensidad, cuyo foco de mejor auscultación es paraesternal izquierdo alto, auscultándose también en axilas y dorso. Este soplo es propio de los recién nacidos a partir de la segunda semana de vida, particularmente de los de pretérmino y de los de bajo peso de nacimiento, y generalmente se ausculta hasta los seis meses de edad. Este soplo es secundario a la estenosis relativa de las ramas de la arteria pulmonar, luego de producido el cambio de la circulación fetal a neonatal, estenosis que es superada en el primer 7
  • 8. semestre de la vida. La presencia de un soplo cardíaco de estas características después de los 8 meses de edad puede tener carácter patológico. • Hum venoso. Corresponde a un soplo continuo, es decir compromete sístole y diástole, de baja intensidad, la que varía significativamente hasta desaparecer con los movimientos de rotación y flexión de la cabeza. Su foco de mejor auscultación es la base del cuello y las áreas supraclaviculares, auscultándose mejor cuando el paciente está sentado. Más frecuente en edad preescolar, su diagnóstico diferencial se debe realizar con ductus arterioso persistente. • Soplo pulmonar. Corresponde a un soplo sistólico eyectivo, de baja intensidad, generalmente II/VI, cuyo foco de mejor auscultación es paraesternal izquierdo alto (foco pulmonar). Su diagnóstico diferencial es con estenosis pulmonar mínima. Puede auscultarse en toda la edad pediátrica. Las cardiopatías congénitas se presentan en el 1% de los recién nacidos vivos. Del total de niños que presentan una cardiopatía congénita, cerca de la mitad van a ser sintomáticos durante el primer año de vida, y la mayor parte de estos van a requerir de un procedimiento quirúrgico corrector o paliativo durante éste período. CARDIOPATIA FRECUENCIA APROXIMADA Comunicación interventricular (CIV) 25-30 % Comunicación interauricular (CIA) 10 % Ductus persistente 10 % Tetralogía de Fallot 6-7% Estenosis pulmonar 6-7% Coartación aórtica 6% Transposición grandes arterias (TGA) 5% Estenosis aórtica 5% Canal aurículo-ventricular 4-5% 8
  • 9. Existen numerosas cardiopatías congénitas y también diversas formas de clasificarlas tanto de acuerdo a su fisiopatología como a su presentación clínica . La clasificación más básica es dividirlas en cianóticas y en acianóticas. Las cardiopatías cianóticas corresponden a todas aquellas en que su condición fisiopatológica dominante es la presencia de cortocircuito intracardíaco de derecha a izquierda, y por lo tanto su característica clínica más importante es la presencia de cianosis. Las cardiopatías acianóticas son las más frecuentes, y también las más diversas, ya que su única característica común es la que las define: la ausencia de cianosis en su presentación clínica CARDIOPATIAS Cortocircuito de CIV, CIA, ductus, canal aurículo- CONGENITAS izquierda a ventricular, drenaje venoso anómalo ACIANOTICAS derecha: pulmonar parcial Obstructivas Coartación aórtica, estenosis aórtica, Corazón estenosis mitral, hipoplasia Izquierdo: ventrículo izquierdo Insuficiencia mitral, insuficiencia Insuficiencias aórtica, estenosis pulmonar, estenosis valvulares y otras: ramas pulmonares Tetralogía de Fallot, atresia Obstructivas CARDIOPATIAS pulmonar, ventrículo único o atresia Corazón Derecho CONGENITAS tricuspídea con estenosis pulmonar CIANOTICAS Ventrículo único o atresia tricuspídea sin estenosis pulmonar, truncus Mezcla Total (cortocircuito de derecha a arterioso, drenaje venoso anómalo izquierda) pulmonar total Falta de Mezcla Transposición de Grandes Arterias 9
  • 10. ESTENOSIS AÓRTICA: La válvula aórtica está formada por tres valvas semilunares unidas en un anillo fibroso. La valvulopatía aórtica consiste en la estenosis o insuficiencia de la misma, pudiendo existir en ocasiones ambas. Es la que causa con más frecuencia recambio valvular. La estenosis aórtica es la valvulopatía más frecuente en Europa y Norteamérica pudiendo alcanzar hasta el 25% de la población con más de 65 años. Existen dos tipos: congénita y adquirida. La congénita se divide en tres tipos a su vez: unicúspide, bicúspide (la más frecuente pudiendo dar síntomas a partir de los 40-50 años) y tricúspide. La adquirida se divide en degenerativa, siendo la más frecuente de todas si es aislada, de predominio en varones y reumática, la más frecuente cuando se asocia a otras valvulopatías. La degenerativa y la congénita bicúspide se producen por la calcificación progresiva de las valvas y parecen compartir los mecanismos de producción y los factores de riesgo de la arteriosclerosis. Otras causas menos frecuentes de estenosis aórtica son la endocarditis infecciosa, algunas conectivopatías como la artritis reumatoide y el lupus, la enfermedad de Paget ósea e hiperlipoproteinemia tipo II homocigótica. o Fisiopatología: Fisiopatológicamente se fundamenta en la obstrucción a la salida del flujo sanguíneo del ventrículo izquierdo. Se desarrollan una serie de mecanismos compensadores que mantienen a los pacientes sin síntomas durante un largo periodo de tiempo. El principal se debe a que el incremento de la presión sistólica del ventrículo izquierdo y el gradiente de presión transvalvular producen una hipertrofia ventricular izquierda que consigue mantener el volumen telediastólico del ventrículo izquierdo y el gasto cardiaco durante años. En esta fase es muy importante la contracción auricular para el 10
  • 11. llenado ventricular. Al final se dilata el ventrículo, aumenta la presión teledistólica, desciende el gasto cardiaco, el gradiente transvalvular y aumenta la presión de la aurícula izquierda, circulación capilar, arteria pulmonar y cavidades derechas produciéndose Insuficiencia Cardiaca Congestiva. El aumento de las necesidades de oxígeno por la hipertrofia del miocárdico, por la presión de las arterias coronarias y la enfermedad coronaria sobreañadida en algunos casos, explica la angina en estos pacientes. o Clínica: Durante un periodo de tiempo muy largo, incluso años según el grado de estenosis, los pacientes se encuentran asintomáticos. La estenosis aórtica degenerativa progresa más rápidamente que el resto, con una gran variabilidad individual. La triada clásica de síntomas: angina, síncope y disnea, surgen al principio con el esfuerzo. Su aparición implica un mal pronóstico siendo peor la disnea por insuficiencia cardíaca congestiva con una supervivencia media de un año. Una vez que aparecen los síntomas el riesgo de muerte súbita en estos pacientes es del 3 al 5%. En los asintomáticos es rara (<1%). o Historia clínica: La historia clínica y la exploración física son de suma importancia. Al principio los pacientes están asintomáticos pero es típico en la exploración física un latido de la punta enérgico por la hipertrofia ventricular izquierda, un pulso carotídeo de ascenso y descenso lento y retrasado (anácroto) y una gran onda a en el pulso yugular por contracción auricular. En la auscultación encontraremos un soplo sistólico, rudo, romboidal, en foco aórtico, irradiado hacia carótidas y ápex. Su duración se correlaciona con la severidad de la estenosis aórtica pudiendo desaparecer en estadios finales con el descenso del GC. Existe un desdoblamiento paradójico de S2 por el cierre de la válvula 11
  • 12. calcificada, S4 por hipertrofia ventricular izquierda y un S3 si existe dilatación del ventrículo izquierdo. o Pruebas complementarias: Entre las pruebas complementarias fundamentales para el diagnóstico de la estenosis aórtica destacaremos: ECG, radiografía de tórax, ecocardiografía-doppler, coronariografía y ergometría.  En el ECG veremos signos de sobrecarga del VI con onda R alta, descenso de ST e inversión T en I, avL y precordiales izquierdas. La Fibrilación auricular es frecuente en los casos de afectación mitral o coexistencia de CI.  La radiografía de tórax será normal al principio pudiéndose observar calcio en la válvula aórtica en ancianos, cardiomegalia en los estadios finales cuando existe dilatación del VI junto a datos de fallo ventricular en estadios avanzados.  La ecocardiografía-doppler no es sólo fundamental para confirmar el diagnóstico de estenosis aórtica sino que nos permite, por los parámetros hemodinámicos ya mencionados, establecer su grado de severidad, así como la valoración de otros parámetros importantes como la fracción de eyección del VI (FEVI), el grosor de la pared ventricular, el grado de calcificación de la válvula aórtica, la presión de la arteria pulmonar y la coexistencia con otras lesiones valvulares, entre otros.  El papel de la coronariografía en la Estenosis aórtica se basa en dos aspectos fundamentales: esclarecer la posible coexistencia de enfermedad coronaria cuando existe angina, factores de riesgo cardiovascular, hallazgos en ECG o ecocardiograma que 12
  • 13. así lo sugieran y, cuando los parámetros ecocardiográficos no son concluyentes, al permitir medir el gasto cardíaco, el gradiente sistólico transvalvular aórtico, el área valvular, la cavidad ventricular, el espesor de la misma, etc.  La prueba de esfuerzo o ergometría es útil para inducir síntomas con el esfuerzo o hipotensión en respuesta al ejercicio en pacientes con estenosis aórtica asintomáticos (Recomendación clase IIb, nivel de evidencia B), para establecer indicación quirúrgica, en estenosis aórticao sintomática podría no estar recomendada (Recomendación III, nivel de evidencia B). o Tratamiento: No existe un tratamiento médico efectivo que evite la progresión de la estenosis aórtica en los pacientes asintomáticos. Cuando aparecen los síntomas el tratamiento más eficaz es el quirúrgico. En muchas ocasiones, por el elevado riesgo quirúrgico, comorbilidad, enfermedades letales asociadas, etc. no tenemos más opción que controlar los síntomas con tratamiento médico. Son importantes las medidas generales como la dieta sin sal, la profilaxis de la endocarditis infecciosa y evitar el ejercicio físico en los casos de estenosis aórtica moderada-severa, además de controlar los factores de riesgo cardiovascular. Evitar la hipotensión en los pacientes 13
  • 14. con tratamiento antihipertensivo con el uso prudente de IECAS y ARA II. Sólo en los casos de insuficiencia cardíaca usaremos diuréticos por el riesgo de descender la volemia y el gasto cardiaco. La digital está indicada en los casos de disminución de la FEVI y coexistencia de fibrilación auricular. Reservaremos los betabloqueantes y los nitratos para cuando coexista cardiopatía isquémica. Existen dos tipos de cirugía: recambio valvular bien con válvula metálica, lo más frecuente o con válvula nativa y la valvuloplastía con catéter-balón.  El recambio valvular es el único tratamiento capaz de mejorar los síntomas y la supervivencia en los casos de estenosis aórtica severa. Los resultados de la misma están relacionados directamente con la FEVI previa a la intervención. Las estenosis aórticas severas asintomáticas sólo se deben intervenir en los casos expuestos dado el riesgo de la cirugía y de la prótesis metálica. Las prótesis metálicas requieren anticoagulación de por vida. La edad no es una contraindicación perse para la cirugía sino mas bien las comorbilidades asociadas y la inestabilidad hemodinámica.  Algunos pacientes pediátricos pueden beneficiarse de la valvuloplastia catéter con balón y sólo en algunos casos 14
  • 15. INSUFICIENCIA AÓRTICA: La valvulopatía aórtica es la que causa con más frecuencia recambio valvular. Son muy numerosas y diversas las enfermedades que pueden causar insuficiencia aórtica Es muy importante diferenciar las causas que ocasionan Insuficiencia aórtica aguda de las que producen Insuficiencia aórtica crónica por su distinta fisiopatología, clínica, manejo diagnóstico y terapéutico. No son compartimentos rígidos, puede haber causas agudas que en ocasiones se comportan como crónicas. Insuficiencia Insuficiencia aórtica aórtica crónica aguda Endocarditis Dilatación idiopática de la infecciosa* aorta o ectasia anulo- aórtica* Infarto agudo Congénitas-bicúspides* de miocardio* Disfunción S. Marfan, Ehlers-Danlos, válvula Hurler, Reiter protésica* Aneurisma de Reumática* aorta* Disección HTA* aórtica* Traumatismo Sífilis de tórax Espondilitis Anquilopoyética. Artritis Reumatoide, Arteritis de Células Gigantes (*) Causas más frecuentes 15
  • 16. La característica fundamental de la Insuficiencia aórtica aguda es la falta de adaptación del ventrículo izquierdo al aumento repentino de volumen y presión en el nentrículo izquierdo procedente de la válvula aórtica incompetente y de la contracción auricular izquierda. Esta rapidez de instauración hace que el ventrículo izquierdo no pueda aumentar su distensibilidad con la consiguiente elevación brusca de la presión diastólica que se transmite hacia la aurícula izquierda produciéndose una rápida congestión pulmonar e Insuficiencia Cardiaca En la Insuficiencia aórtica crónica el ventrículo se adapta con dilatación y aumento de la distensibilidad (hipertrofia excéntrica) sin gran aumento del volumen diastólico durante muchos años. Sólo al final aparece la situación de fracaso del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardíaca. Las necesidades de oxígeno miocárdico están aumentadas por este mecanismo de hipertrofia y por la disminución de flujo coronario. o Clínica: En la Insuficiencia aórtica aguda lo más frecuente es que nos encontremos al paciente en situación de shock cardiogénico y edema agudo pulmonar. En la Insuficiencia aórtica crónica se mantiene asintomático durante muchos años. Al principio son muy frecuentes las palpitaciones con el ejercicio produciéndose finalmente angor, síncope y arritmias ventriculares. La muerte súbita sucede en <0.2% de los pacientes asintomáticos. Al final se produce insuficiencia cardíaca con disnea y edemas en miembros inferiores. En los pacientes con insuficiencia aórtica crónica asintomáticos con fracción de eyección del Ventrículo izquierdo (FEVI) normal, no sólo debemos estar pendientes a la aparición de síntomas, sino realizar de forma periódica evaluación de la FEVI, porque en ellos se ha observado que puede deteriorarse la FEVI sin la aparición de síntomas. Los pacientes asintomáticos pero con depresión de la FEVI desarrollaran síntomas en los 2-3 años siguientes. Sí además aparecen síntomas la mortalidad se eleva de forma considerable, hasta un 10%/año en el caso del angor y un 20%/año en la insuficiencia cardíaca 16
  • 17. o Diagnóstico: La historia clínica y la exploración física son, como siempre, de suma importancia. En la Insuficiencia aórtica aguda no habrá signos en la exploración física salvo los típicos del shock cardiogénico y edema agudo de pulmón. Puede existir un soplo diastólico débil. En el ECG veremos más frecuentemente taquicardia sinusal y en la radiografía de tórax no existirá cardiomegalia y sí datos de edema intersticial. La ecocardiografía es la exploración básica para estudiar la Insuficiencia aórtica y determinar la causa. En el caso de que la causa sea una disección aórtica o una Endocarditis infecciosa está indicado el ecocardiograma transesofágico e incluso el TAC y/o la RNM del tórax en el primer caso. En la mayoría de los casos no es preciso una coronariografía por la situación de inestabilidad del paciente. En la Insuficiencia aórtica crónica es típico un soplo protodiastólico en el segundo y tercer espacio intercostal izquierdo, de alta frecuencia que puede irradiarse a lo largo del borde esternal, hueco supraesternal hasta raíz del cuello, aumentando con la incorporación del paciente hacia delante. Además existe un tercer ruido S3 por sobrecarga de volumen. El latido apical y la presión diferencial de pulso son amplios e implican severidad de la Insuficiencia aórtica. En el ECG es frecuente el ritmo sinusal excepto en los casos donde se asocia valvulopatía mitral que puede existir fibrilación auricular. En las etapas avanzadas hay signos de sobrecarga diastólica del ventrículo izquierdo con Q profunda, R alta y T picuda y en estadios avanzados depresión del segmento ST y arritmias ventriculares. La radiografía de tórax puede mostrar cardiomegalia, elongación del cayado aórtico y datos de unsuficiencia cardíaca en estadios avanzados. 17
  • 18. No obstante, la prueba más importante en el proceso diagnóstico de la Insuficiencia aórtica es la ecocardiografía por varias razones: 1. Confirma el diagnóstico y la causa de la Insuficiencia aórtica y valora la morfología de la válvula 2. Proporciona una estimación semicuantitativa del grado de Insuficiencia aórtica 3. Mide el tamaño de la raíz aórtica 4. Valora la dimensión del ventrículo izquierdo, pared y función sistólica. La Gammagrafía cardiaca con isótopos radioactivos se usa sí la ecocardiografía no es óptima para valorar la FEVI y el volumen del mismo (Recomendación Clase I, nivel de evidencia B). La Resonancia Magnética Nuclear (RNM) tiene la misma indicación con la misma recomendación y nivel de evidencia que para la GCI siendo también razonable para la estimación de la Insuficiencia aórtica severa cuando la ecocardiografía no es satisfactoria, (Recomendación Clase IIa, nivel de evidencia B). Estas recomendaciones son útiles en pacientes asintomáticos pero en el caso de los sintomáticos más razonable es la ecocardiografía transesofágica o la Coronariografía con aortografía. o Tratamiento: 1.- Médico: En la Insuficiencia aórtica aguda habrá que realizar un tratamiento intensivo del shock cardiogénico y del edema agudo de pulmón con vasodilatadores arteriales como el nitroprusiato sódico e inotrópicos positivos (dopamina/dobutamina), previa a la intervención quirúrgica urgente. El balón de contrapulsación aórtica está contraindicado. Habrá que tratar las arritmias ventriculares en el caso que aparezcan y usar 18
  • 19. antibióticos en el caso de endocarditis infecciosa, en este caso la cirugía puede ser perjudicial. La Insuficiencia aórtica crónica ligera o moderada con buena función ventricular no precisa tratamiento farmacológico. En la Insuficiencia aórtica crónica severa se utilizan los vasodilatadores por su capacidad de reducir el volumen regurgitante y aumentar la fracción de eyección. Reducen el volumen telediastólico, el estrés parietal y la postcarga con la consiguiente reducción de masa del ventrículo izquierdo y el mantenimiento de una buena FEVI. Los más utilizados son la hidralazina y el nifedipino. Los IECAS están por demostrar estos beneficios. Puede ser deletéreo el uso de los betabloqueantes. En los casos de Insuficiencia aórtica con insuficiencia cardíaca congestiva se usará el tratamiento habitual. Se realizará profilaxis de la endocarditis infecciosa. 2.- Quirúrgico: Está indicado en pacientes con Insuficiencia aórtica severa. En los casos de Insuficiencia aórtica leve-moderada con síntomas o disminución de la FEVI, buscar otras causas de los mismos. o Seguimiento: El seguimiento en los pacientes con Insuficiencia aórtica ligera-moderada se realizará mediante ecocardiografía cada 2-3 años. En los casos de Insuficiencia aórtica severa asintomáticos con un VI moderadamente dilatado (diámetro telediastólico 60-70 mm) se realizará cada año y en aquellos donde está severamente dilatado (diámetro telediastólico >70 mm o diámetro telesistólico >50 mm) se realizará cada 6 meses. 19
  • 20. ESTENOSIS MITRAL La válvula mitral es una estructura compleja que regula el flujo de sangre desde la aurícula izquierda hacia el ventrículo izquierdo y está formada por: 1. El anillo, que es asimétrico, con una porción fija que corresponde a la valva anterior y una porción dinámica que corresponde a la valva posterior. 2. Las dos valvas, la anterior (o medial) y posterior (o lateral) que son asimétricas. Durante la diástole ventricular, las dos valvas se mueven en dirección contraria y durante la sístole se acercan hasta contactar una con otra. 3. Las cuerdas, que unen los músculos papilares a la comisura correspondiente y las mitades colindantes de las dos valvas. 4. Los dos músculos papilares y la pared adyacente unen el aparato mitral al ventrículo izquierdo. La estenosis mitral es una obstrucción al flujo sanguíneo entre la Aurícula izquierda y el Ventrículo izquierdo debido a una función anormal de la válvula mitral por una reducción de su orificio de apertura. En los adultos normales, el área de sección transversal del orificio valvular 2 mitral mide de 4- 6 cm . Para que aparezcan consecuencias fisiopatológicas se 2 precisa una reducción del orificio valvular a valores inferiores a 2.5 cm . Al reducirse el área valvular, se pierde energía por la fricción durante el paso de sangre desde la Aurícula izquierda al ventrículo izquierdo, provocando un gradiente de presión a través de la válvula estenótica entre la AI y el VI. Este gradiente aumenta al aumentar la frecuencia cardiaca o el gasto cardíaco, provocando un aumento de presión en la AI, que aumenta de tamaño y se hipertrofia, y de la presión venosa pulmonar, pudiendo ocasionar edema pulmonar e hipertensión arterial pulmonar. La hipertensión en la arteria pulmonar y en el ventrículo derecho (VD), provoca hipertrofia del VD con aumento del tamaño del mismo e insuficiencia tricuspídea. 20
  • 21. La Estenosis mitral es generalmente de naturaleza postinflamatoria, siendo su causa más frecuente la fiebre reumática, que causa rigidez del tejido valvular, fusión comisural y acortamiento de las cuerdas tendinosas. Otras causas menos frecuentes son la Estenosis mitral congénita, habitualmente por una deformidad de la válvula en “paracaídas”, en la que las cuerdas tendinosas acortadas se insertan en un solo músculo papilar grande. La calcificación masiva del anillo mitral, más frecuente en los ancianos, puede provocar Estenosis mitral por provocar un movimiento limitado de las valvas. Otras causas de obstrucción a la salida de la AI son el mixoma de Aurícula izquierda, el trombo masivo de aurícula izquierda y el cor triatriatum en el que hay una membrana congénita en la aurícula izquierda. La estenosis mitral rara vez se produce por complicación de un carcinoide maligno, por un lupus eritematoso sistémico, por una artritis reumatoide, por una mucopolisacaridosis, por la enfermedad de Fabry, por la enfermedad de Whipple o por el tratamiento con metisergida. La comunicación interauricular se asocia a la estenosis mitral, generalmente de origen reumático en el síndrome de Lutembacher. La estenosis mitral puede ser leve, moderada o severa, según el gradiente medio valvular, presión sistólica en arteria pulmonar y área valvular Leve Moderada Severa Gradiente valvular <5 5 - 10 >10 medio (mmHg) Presión sistólica en <30 30 - 50 >50 arteria pulmonar (mmHg) 2 Área valvular (cm ) >1.5 1.0 – 1.5 <1.0 21
  • 22. Figura 1. Fisiopatología de la estenosis mitral o Clínica: El síntoma principal de la estenosis mitral es la disnea de esfuerzo, a veces acompañada de tos y sibilancias, y que puede acompañarse de ortopnea y episodios de disnea paroxística nocturna. En la estenosis mitral grave y resistencia vascular pulmonar elevada, la fatiga puede predominar sobre la disnea, pudiendo aparecer también edemas en zonas declives, nauseas, anorexia y dolor en hipocondrio derecho, reflejando la congestión venosa sistémica secundaria a una presión sistémica elevada y retención de sal y agua. 22
  • 23. La hemoptisis, puede ser debida a la rotura de las venas bronquiales dilatadas por un aumento brusco de la presión en la aurícula izquierda, por rotura de los capilares alveolares en el edema agudo de pulmón, por infarto pulmonar por embolia pulmonar o como complicación de bronquitis crónica a la que están predispuestos los pacientes con estenosis mitral Las palpitaciones pueden ser debidas a contracciones auriculares prematuras, o fibrilación/ flutter auricular paroxístico. La aparición de arritmias conlleva un peor pronóstico por el riesgo de insuficiencia cardiaca y fenómenos embólicos. Pueden provocarse embolismos sistémicos, que se asocian con la fibrilación auricular, edad avanzada, aumento del tamaño de la aurícula izquierda y antecedentes de embolia. Algunos pacientes presentan dolor torácico difícil de distinguir de una angina, provocado por la hipertensión de arteria pulmonar y en ventrículo derecho. La endocarditis infecciosa es menos frecuente en válvulas calcificadas, engrosadas y rígidas, por lo que es más frecuente en la estenosis mitral leve. o Diagnóstico: El diagnóstico de la Estenosis mitral se basa en la anamnesis y en la exploración física del paciente. Un signo característico que pueden presentar es la facies mitral con chapetas rosadas en mejillas. En la auscultación, se aprecia un primer ruido fuerte, sístole libre, chasquido de apertura y retumbo diastólico con refuerzo presistólico. En el ECG puede aparecer una onda P ensanchada con una escotadura en la derivación II y sea bifásica en la derivación V1. Conforme va aumentando el tamaño de la Aurícula izquierda, es frecuente la fibrilación auricular. En la radiografía de tórax, los campos pulmonares pueden mostrar signos de presión venosa pulmonar elevada, que provoca la trasudación de 23
  • 24. líquido al intersticio. La acumulación de líquido en los tabiques interlobulares produce estrías lineales en bases (líneas B de Kerley). El líquido intersticial puede verse en zonas perivasculares o peribronquiales (líneas A de Kerley). Con la trasudación de líquido a los espacios alveolares se ve el edema pulmonar alveolar. También aumenta el tamaño de la arteria pulmonar principal y arterias pulmonares principales derecha e izquierda. La aurícula izquierda está aumentada de tamaño, al igual que el ventrículo derecho si hay hipertensión de la arteria pulmonar. La ecocardiografía, representa la piedra angular para el diagnóstico de la estenosis mitral, siendo la ecocardiografía Doppler el método no invasivo más seguro del que se dispone para cuantificar la severidad de la estenosis mitral. Debe estimarse el área valvular, el gradiente mitral medio y el gradiente sistólico tricuspídeo que permite estimar la presión sistólica de la arteria pulmonar. El estudio detallado de la morfología valvular (movilidad de los velos, engrosamiento/ calcificación, estado de las comisuras y afectación del aparato subvalvular), es de suma importancia si se plantea una valvuloplastia. Si el estudio transtorácico es de mala calidad, está indicado hacer un estudio transesofágico para obtener los datos. El cateterismo cardíaco debe realizarse cuando hay discrepancia entre los datos recogidos por el estudio doppler y el cuadro clínico de un paciente sintomático, debiéndose realizar un cateterismo derecho e izquierdo con ventriculografía izquierda para evaluar la posible regurgitación asociada, como parte de una evaluación preoperatorio. La arteriografía coronaria debe realizarse en pacientes con angina, con disfunción de ventrículo izquierdo, con factores de riesgo para enfermedad arterial coronaria y en aquellos con 35 años o más en los que se considera un tratamiento intervencionista 24
  • 25. o Tratamiento médico: El tratamiento médico de la estenosis mitral está basado en varios aspectos: 1. Prevención de fiebre reumática: o Primaria: tratamiento precoz de las infecciones por el estreptococo del grupo A. o Secundaria: profilaxis antibiótica adecuada frente a las infecciones estreptocócicas recidivantes para evitar la fiebre reumática recurrente. 2. Profilaxis de endocarditis infecciosa: En todos los pacientes expuestos a bacteriemia. 3. Restricción de actividad física: o En estenosis moderada / severa, evitar el ejercicio intenso. o En pacientes sintomáticos está contraindicado el ejercicio intenso. 4. Arritmias. Fibrilación auricular: o Objetivos del tratamiento en un episodio agudo:  Control de la frecuencia ventricular:  Digital: no aporta beneficio en pacientes en ritmo sinusal y función normal de ventrículo izquierdo.  Bloqueantes betaadrenérgicos: deben usarse con precaución o no usarlos en pacientes con disfunción importante del ventrículo izquierdo, estenosis aórtica significativa u otras valvulopatías graves asociadas.  Calcioantagonistas: Verapamilo y Diltiazem.  Amiodarona: si la digoxina sola no controla la frecuencia ventricular y no 25
  • 26. pueden utilizarse betabloqueantes o antagonistas del calcio.  Prevención de embolismos con tratamiento anticoagulante: Debe iniciarse con heparina sódica intravenosa y continuar con anticoagulación oral. o Revertir a ritmo sinusal:  Urgente:  Cardioversión eléctrica si hay inestabilidad hemodinámica.  Anticoagulación con heparina sódica intravenosa, antes, durante y después de la cardioversión.  No urgente:  Alto riesgo de eventos embólicos en fibrilación auricular de más de 24 – 48 horas de evolución.  Anticoagulación durante 3 semanas antes de la cardioversión.  Asegurar con ecocardiograma transesofágico la ausencia de trombos en aurícula izquierda.  Continuar con anticoagulación oral tras la cardioversión. o Fibrilación auricular paroxística:  Anticoagulación oral.  Amiodarona.  Betabloqueantes: mejor control del aumento de la frecuencia cardíaca en respuesta al ejercicio físico. 5. Uso de fármacos: Sólo si es necesario. o Diuréticos: reducen la congestión pulmonar y el edema periférico. Es importante la restricción de sal. o Betabloqueantes o antagonistas del calcio: en pacientes con síntomas con el ejercicio por aumento 26
  • 27. de la frecuencia cardíaca. Mayor eficacia, los betabloqueantes. o Si existe insuficiencia cardíaca: digital, diuréticos, IECAs. o Anticoagulación: Prevención de eventos embólicos. 6. Seguimiento de los pacientes: o Todos los pacientes deben ser informados de que algún cambio en los síntomas necesita una reevaluación. o Si aparición de síntomas: Revisión precoz o inmediata o En estenosis mitral asintomática:  estenosis mitral leve: cada 2– 5 años.  estenosis mitral moderada: cada 1– 2 años.  estenosis mitral grave: cada 6– 12 meses si no se hace tratamiento intervencionista. o Tratamiento intervencionista: Está indicado en: 1. Pacientes muy sintomáticos en clase funcional III y IV. 2. Pacientes ligeramente sintomáticos en clase funcional II. 3. Pacientes asintomáticos con: o Hipertensión arterial pulmonar. o Edema pulmonar episódico. o Fibrilación auricular (persistente o paroxística). o Tromboembolia (sistémica / pulmonar). o Estenosis mitral grave (válvula adecuada para tratamiento intervencionista). Existen diversas alternativas terapeúticas intervencionistas: 1. Valvulotomía mitral percutánea con balón (VMPB) Consiste en colocar un pequeño catéter de flotación con balón a través del tabique interauricular, dilatando la abertura, existiendo varias opciones para ello con resultados clínicos similares. Los resultados son excelentes sobre todo 27
  • 28. en pacientes jóvenes sin engrosamiento ni calcificación valvular. Se consigue reducir un 50%- 60% el gradiente de presión transmitral, mejorar el gasto cardíaco y aumentar el área valvular mitral incluso el doble (media de 1 – 2 cm2). La resistencia pulmonar elevada desciende con rapidez, aunque no suele hacerlo totalmente. Entre las complicaciones más temidas de esta técnica están la embolia cerebral, la perforación cardiaca (VI), infarto de miocardio y el desarrollo de insuficiencia mitral. En algunos pacientes puede quedar una pequeña anomalía del tabique interauricular. La mortalidad varía entre el 1% y 2%. 2. Cirugía en la EM Existen dos tipos de técnicas en el tratamiento quirúrgico de la estenosis mitral: • De reparación valvular: valvulotomía mitral que puede ser cerrada o abierta. Es la técnica de reparación valvular más usada, en pacientes con estenosis mitral con demasiada deformación o calcificación de la válvula. La mortalidad tras una valvulotomía mitral, sea cerrada o abierta, varía entre el 1% y 3%, dependiendo del estado del paciente y de la experiencia del equipo quirúrgico. • Sustitución o reemplazamiento valvular (SVM). 28
  • 29. o INSUFICIENCIA MITRAL: La insuficiencia mitral se caracteriza por un flujo sanguíneo inverso anormal del ventrículo izquierdo a la aurícula izquierda durante la sístole. La alteración anatómica o funcional de cualquiera de las estructuras que componen el aparato valvular (valvas, anillo, cuerdas tendinosas, músculos papilares) puede producir insuficiencia mitral. Las causas más frecuentes de la IM incluyen: • Enfermedad cardiaca reumática. • Endocarditis infecciosa. • Prolapso de la válvula mitral. • Enfermedad colágeno-vascular (síndrome de Marfan, síndrome de Ehlers-Danlos, seudoxantoma elástico, osteogénesis imperfecta, enfermedad de Hurler, lupus eritematoso sistémico, síndrome anticardiolipina). • Miocardiopatía. • Cardiopatía isquémica. • Traumática (postcirugía,, traumatismo torácico). • Tumores cardíacos (mixoma auricular). • Lesiones endocárdicas (síndrome hipereosinofílico, fibroelastosis endocárdica, tumores carcinoides, toxicidad por ergotamina, toxicidad por radiación, la dieta o toxicidad por fármacos). • Enfermedades infiltrativas (amiloidosis, sarcoidosis). • Congénitas (hendiduras o perforaciones de la válvula mitral; válvula mitral en paracaídas asociada a: alteración del cojín endocárdico, fibroelastosis endocárdica, trasposición de los grandes vasos u origen anómalo de la arteria coronaria izquierda). • Alteración primaria de la válvula protésica. La coaptación anormal de las valvas mitrales crea un orifico de regurgitación durante la sístole, con un flujo regurgitante hacia la aurícula 29
  • 30. izquierda cuyo volumen representa un porcentaje de la eyección total del ventrículo izquierdo (fracción regurgitante). El volumen regurgitante provoca una sobrecarga de volumen en la aurícula izquierda durante la sístole y en el ventrículo izquierdo durante la diástole, modificando la carga y función del ventrículo izquierdo. Esta sobrecarga de volumen depende de tres factores: el área del orifico regurgitante, el gradiente regurgitante y la duración de la regurgitación. En consecuencia, se produce un aumento de la presión en aurícula izquierda. En la insuficiencia mitral aguda, la aurícula izquierda menos distensible que en la insuficiencia mitral crónica, por lo que aumento de presión en la AI es mayor en la insuficiencia mitral aguda. Éste se transmite retrógradamente al capilar pulmonar, provocando congestión, pudiendo aparecer signos de fracaso del ventrículo derecho. En la insuficiencia mitral crónica, la aurícula izquierda se adapta al volumen regurgitante, dilatándose y aumentando su distensibilidad, permitiendo así tolerar un incremento de volumen sin apenas aumento de la presión. El ventrículo izquierdo se dilata y la pared aumenta su grosor y se hipertrofia, ayudando así a mantener la función mecánica; aumenta su volumen diastólico final y sobrecarga de la pared. Esto ayuda a mantener la función sistólica del ventrículo izquierdo dentro de la normalidad. Pero con el paso de los años y los efectos de la sobrecarga mantenida, los mecanismos compensatorios se agotan, apareciendo disfunción sistólica de ventrículo izquierdo y congestión pulmonar, a veces incluso con fracción de eyección aceptable. Así, los pacientes con insuficiencia mitral crónica severa, tienen mayor probabilidad de desarrollar síntomas o disfunción de ventrículo izquierdo en el curso de 6 a 10 años. Los pacientes con un mayor riesgo de muerte, son aquellos con una fracción de eyección menor del 60 % o síntomas en clase funcional de la NYHA III-IV. Los pacientes asintomáticos con fracción de eyección normal tienen menos riesgo de muerte. 30
  • 31. Figura 1 Fisiopatología de la insuficiencia mitral o Clínica: La prevalencia de la insuficiencia mitral aumenta con la edad, por lo que los pacientes con insuficiencia mitral grave suelen debutar en la sexta década de la vida. La presentación clínica, síntomas, hallazgos exploratorios o en pruebas complementarias, depende del grado, rapidez de desarrollo y causa de la insuficiencia mitral, así como de la función y distensibilidad de la aurícula izquierda y del ventrículo izquierdo. 31
  • 32. Los pacientes con insuficiencia mitral leve no suelen presentar síntomas. El cuadro clínico que provoca es de insuficiencia cardiaca, aunque puede permanecer asintomática durante años. La astenia crónica, fatiga y la disnea leve en el ejercicio son los síntomas más habituales, mejorando rápidamente con el reposo. En estadios avanzados, puede aparecer disnea más grave, disnea paroxística nocturna, edema pulmonar o hemoptisis. En la insuficiencia mitral aguda grave, los síntomas son más llamativos, con edema pulmonar o insuficiencia cardiaca congestiva, mejorando con la administración de diuréticos. La insuficiencia cardiaca derecha, con hepatomegalia de éxtasis, edemas, ascitis, es importante en pacientes con insuficiencia aguda, resistencia vascular pulmonar elevada e hipertensión pulmonar. Puede aparecer un síndrome brusco de dolor atípico y disnea por rotura de una cuerda tendinosa. La rotura de un músculo papilar suele tener una presentación de shock cardiogénico o edema pulmonar grave. -Diagnóstico: En el diagnóstico de la insuficiencia mitral es fundamental la anamnesis y la exploración física. En la exploración, podemos encontrar un latido cardiaco y un pulso arterial enérgico e hiperdinámico. A veces se puede palpar una importante onda de llenado del ventrículo izquierdo. El frémito apical es característico en la insuficiencia mitral grave. La presión arterial suele ser normal. Lo más característico de la insuficiencia mitral es el soplo sistólico, más frecuentemente holosistólico, de mayor intensidad en ápex con irradiación hacia axila izquierda y región infraescapular izquierda. El soplo suele ser constante en intensidad, sibilante y espirativo. Ponerse de pie de forma repentina o la maniobra de Valsalva reducen la intensidad del soplo, intensificándose con el ejercicio físico isométrico. 32
  • 33. Existe poca relación entre la intensidad del soplo sistólico y la severidad de la IM. En el ECG los hallazgos más frecuentes son la fibrilación auricular y la dilatación de la aurícula izquierda. En algunos pacientes con Insuficiencia mitral severa se observan signos de dilatación de ventrículo izquierdo. En la insuficiencia mitral aguda el ECG puede ser completamente normal. En la insuficiencia mitral isquémica pueden observarse con frecuencia ondas Q en las derivaciones inferiores o bloqueo de rama izquierda. En la radiografía de tórax puede existir cardiomegalia y dilatación de ventrículo izquierdo y sobre todo de aurícula izquierda. En pacientes con insuficiencia mitral aguda o disfunción de ventrículo izquierdo, puede observarse edema intersticial. La calcificación del anillo mitral, es más llamativa en el tercio posterior de la silueta cardiaca, visualizándose mejor en la radiografía de tórax lateral u oblicua anterior derecha, apareciendo como una opacidad en forma de C, densa y gruesa. La ecocardiografía es de suma importancia para la valoración de la enfermedad, ya que no sólo confirma el diagnóstico, sino que además es capaz de determinar la etiología, morfología valvular, cuantificar la severidad y permite obtener los parámetros necesarios para el seguimiento de la función auricular y ventricular. La ecocardiografía Doppler muestra un flujo de alta velocidad en la aurícula izquierda durante la sístole. La gravedad de la insuficiencia mitral se relaciona con la distancia a la que este flujo puede ser detectado desde la válvula y con el tamaño de la aurícula izquierda. Otros métodos para valorar la severidad de la IM incluyen la medición del área del chorro mitral y la medición de la vena contracta. La inhibición de flujo en las venas pulmonares durante la sístole y la velocidad máxima de flujo de entrada mitral, también son signos de IM severa. La ecocardiografía transesofágica está indicada cuando los datos aportados por la ecocardiografía transtorácica no son óptimos o se está decidiendo reparar o sustituir la válvula. 33
  • 34. La angiografía con radioisótopos, puede usarse para detectar un aumento del volumen telediastólico y telesistólico en el ventrículo izquierdo, y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y del ventrículo derecho. La fracción regurgitante puede calcularse a partir de la relación del volumen sistólico del ventrículo izquierdo y el ventrículo derecho. La resonancia magnética es una técnica bastante exacta para medir el flujo regurgitante, los volúmenes ventriculares telediastólico y telesistólico y la masa ventricular. El cateterismo cardiaco nos aporta información sobre la fracción de eyección, estado hemodinámico, dilatación ventricular, presiones pulmonares, severidad de la insuficiencia mitral y anatomía coronaria, proporcionando datos muy fiables para recomendar tratamiento quirúrgico. La insuficiencia mirtal es la valvulopatía que más discrepancias muestra al evaluar su gravedad comparando los hallazgos obtenidos con los métodos diagnósticos no invasivos e invasivos. La prueba “patrón oro” en la insuficiencia mitral es la ventriculografía con contraste, por lo que debe realizarse para obtener una estimación exacta para decidir cirugía. Es aconsejable realizar coronariografía a los pacientes que van a ser intervenidos mayores de 60 años y a los que tengan 2 ó más factores de riesgo cardiovascular, con vistas a revascularización. Tratamiento médico de la insuficiencia mitral. Los puntos más importantes a tener en cuenta son: • Es crucial el tratamiento de la causa. • Debe realizarse prevención de endocarditis con tratamiento antibiótico. • Los pacientes jóvenes con insuficiencia mitral reumática deben recibir profilaxis de fiebre reumática. 34
  • 35. En pacientes con fibrilación auricular: o Control de la frecuencia cardíaca: digoxina y / o betabloqueantes. o Anticoagulación oral. o Se puede conseguir ritmo sinusal en fibrilación auricular de corta duración tras la cirugía, siendo más difícil en la insuficiencia mitral grave con crecimiento de aurícula izquierda • Los betabloqueantes son eficaces sobre todo en el prolapso de la válvula mitral con palpitaciones o dolor torácico. • Los diuréticos son especialmente efectivos en la insuficiencia cardiaca y mejoran la disnea. • Vasodilatadores: o No existe evidencia para el uso de vasodilatadores orales de forma crónica en el tratamiento de la insuficiencia mitral. o La reducción de la postcarga con nitroprusiato intravenoso puede salvar la vida de los pacientes con insuficiencia mitral aguda por rotura de un músculo papilar en el contexto de un infarto agudo de miocardio, estabilizando al paciente y permitiendo su intervención. En pacientes hipotensos, puede utilizarse dobutamina junto al nitroprusiato. Tratamiento Quirúrgico: Actualmente se pueden realizar diversas técnicas quirúrgicas entre las que destacan la cirugía reparadora o reconstrucción de la válvula mitral o sustitución de la válvula mitral (SVM) con preservación total o parcial del aparato mitral o sección completa del mismo. En líneas generales, todo paciente con insuficiencia mitral sintomática debe ser candidato a cirugía. Sin tratamiento quirúrgico, los pacientes con insuficiencia mitral e insuficiencia cardiaca tienen un mal pronóstico. 35
  • 36. La cirugía reparadora o de reconstrucción de la válvula, consiste en una anuloplastia usando un anillo protésico que puede ser rígido o flexible, o reconstruyendo la válvula. Evita los riesgos de la anticoagulación crónica (si está en ritmo sinusal), preserva la arquitectura mitral, y asegura una mejor función ventricular postquirúrgica. Esta técnica suele tener más éxito en niños y adolescentes con válvulas flexibles, adultos con insuficiencia mitral secundario a prolapso de válvula mitral, dilatación anular, disfunción o rotura del músculo papilar secundario a isquemia, rotura cordal o perforación de una valva debido a endocarditis infecciosa. • La sustitución de la válvula mitral (SVM) puede realizarse con una prótesis biológica o una mecánica. Los resultados de la SVM no son del todo buenos; la función del VI puede deteriorarse tras la cirugía, contribuyendo a la mortalidad y a un empeoramiento de la calidad de vida del paciente. Otro problema deriva de la naturaleza de la prótesis, ya que la biológica tiene el inconveniente de tener una duración limitada aunque tiene menor riesgo de tromboembolia. La mecánica tiene la ventaja de tener una duración indefinida, pero tiene el inconveniente de tener alto riesgo de tromboembolia, por lo que necesita anticoagulación de por vida con los riesgos de hemorragia que eso conlleva. El riesgo de endocarditis infecciosa existe con todas las prótesis. Por estos motivos se hace un esfuerzo en intentar llevar a cabo una cirugía reparadora de la válvula mitral. La mortalidad quirúrgica depende sobre todo del estado clínico y hemodinámico del paciente, sobre todo de la función del ventrículo izquierdo, de la comorbilidad asociada (enfermedad renal, hepática, pulmonar, etc.), y de la experiencia del equipo quirúrgico. 36
  • 37. ESTENOSIS TRICUSPÍDEA La estenosis tricuspídea es de etiología casi exclusivamente reumática. Se observa en países en vías de desarrollo pero es rara ya en los desarrollados. Causas menos frecuentes son: vegetaciones grandes, masas en aurícula derecha, anomalías congénitas, síndrome carcinoide, enfermedades de Fabry y de Wipple y tratamiento con metisergida. -Diagnóstico: Se asocia casi siempre con lesiones de válvulas izquierdas, sobre todo estenosis mitral que la preceden y dominan la presentación. A veces la estenosis tricuspídea puede disimular las características clínicas y hemodinámicas de la estenosis mitral: congestión pulmonar que mejora. La clínica habitual de la estenosis tricuspídea consiste en disnea relativamente leve en comparación con la congestión venosa sistémica (ascitis, edemas, hepatomegalia) y fatiga secundaria a bajo gasto cardíaco. Puede sospecharse por una onda a gigante y ralentización del descenso y en el pulso yugular. A la auscultación se puede apreciar un chasquido de apertura tricuspídea y un retumbo de llenado, con acentuación del componente presistólico si hay ritmo sinusal. Aunque puede perderse en la insuficiencia cardiaca avanzada, la semiología acústica aumenta en los primeros ciclos que siguen a la inspiración (signo de Rivero-Carballo). Suele coexistir semiología mitral y/o aórtica. - ECG : signos de hipertrofia de aurícula derecha pero no de ventrículo derecho a pesar de estenosis mitral. - Radiografía de tórax: aumento de aurícula derecha y vena cava superior - Ecocardiografía Doppler: es la prueba complementaria más útil. Permite el diagnóstico, evaluación de la anatomía valvular y del aparato subvalvular, y valoración del grado de insuficiencia tricuspídea asociada. Un área valvular <1 cm2 es indicativa de estenosis tricuspídea grave, y un gradiente diastólico medio (entre AD y VD) >5 mm Hg de ET clínicamente significativa. 37
  • 38. - Tratamiento 1. Cirugía. La falta de flexibilidad del tejido limita las técnicas conservadoras. En caso de sustitución valvular se prefieren las prótesis biológicas a las mecánicas por el menor riesgo de trombosis y su duración satisfactoria a largo plazo en posición tricuspídea. El elegir una técnica u otra dependerá de la anatomía valvular y de la experiencia quirúrgica. 2. Intervención percutánea. La dilatación tricuspídea percutánea con balón se ha realizado en pocos casos, pero con frecuencia induce estenosis tricuspídea significativa. Hay pocos datos que evalúen los resultados a largo plazo. 3. Se suele llevar a cabo a la vez que se interviene otra/s válvula/s en pacientes que continúan sintomáticos a pesar del tratamiento médico. Se prefiere la cirugía a la intervención percutánea. 4. Tratamiento médico. En caso de insuficiencia cardiaca los diuréticos son útiles pero de eficacia limitada. Debe realizarse profilaxis de endocarditis cuando sea oportuno. • INSUFICIENCIA TRICUSPÍDEA La Insuficiencia Tricuspídea suele ser funcional y no debida a una lesión valvular primaria. Es frecuente el hallazgo ecocardiográfico de insuficiencia tricuspídea trivial en sujetos normales. La insuficiencia triscuspídea primaria tiene etiología variada: reumática, endocarditis infecciosa, síndrome carcinoide, artritis reumatoide, posradiación, traumatismo, anorexígenos, síndrome de Marfan, prolapso valvular, disfunción isquémica de los músculos papilares y enfermedades congénitas, como el síndrome de Ebstein o la válvula hendida como parte de una malformación del canal auriculoventricular. La insuficiencia triscuspídea funcional o secundaria se produce por dilatación del anillo valvular como consecuencia de la sobrecarga de presión y/o volumen del ventrículo derecho 38
  • 39. -Diagnóstico: La clínica habitual es de congestión venosa sistémica (hepatomegalia, ascitis, derrame pleural, edemas) y de reducción de gasto cardiaco. En pacientes con hipertensión pulmonar e insuficiencia tricuspídea disminuyen los síntomas de congestión pulmonar pero aumenta la insuficiencia cardiaca derecha. Es habitual la fibrilación auricular. Se puede sospechar por una onda v prominente en el pulso yugular y auscultación de un soplo regurgitante, que aumenta con la inspiración, en la parte baja de la región paraesternal izquierda. Si la regurgitación es grave se produce un soplo de llenado y expansión sistólica hepática. En casos extremos se puede apreciar un pseudoexoftalmos, pulsatilidad de venas varicosas, o danza en el cuello producida por una gran onda v. Si existe gran dilatación del ventrículo derecho, el soplo de insuficiencia tricuspídea se localiza en ápex. En casos moderados o graves, la insuficiencia triscuspídea puede no presentar la semiología clásica. - ECG: datos de hipertrofia ventrículo derecho o infarto inferior -Radiografía de tórax: aumento de aurícula derecha y ventrículo derecho. -Ecocardiografía Doppler: técnica de elección. Permite valorar la repercusión anatomo-funcional sobre las cavidades derechas e izquierdas, precisar si existe gradiente diastólico, y la medida combinada de la presión sistólica arteria pulmonar (PSAP), el área de los velos y la circunferencia del anillo tricuspídeo, lo que mejora la precisión de la valoración clínica. Una PSAP >55 mm Hg puede producir Insuficiencia tricuspídea con una válvula anatómicamente normal, mientras que la IT con PSAP <40 mmHg suele reflejar una anomalía estructural valvular. Una anchura vena contracta >0,7 cm y flujo sistólico invertido en venas hepáticas indica insuficiencia tricuspídea grave. -Resonancia magnética: puede proporcionar información útil adicional de tamaño y función de ventrículo derecho. 39
  • 40. -Pronóstico Pacientes con insuficiencia tricuspídea grave de cualquier causa tienen resultados pobres a largo plazo por la disfunción del ventrículo derecho y/o la congestión venosa sistémica. Los pocos datos disponibles de insuficiencia tricuspídea primaria lo sugieren, incluso siendo bien tolerada funcionalmente durante años. La insuficiencia tricuspídea funcional puede disminuir, desaparecer o persistir cuando el fallo de ventrículo derecho mejora con el tratamiento de su causa, incluso tras corrección exitosa de las lesiones del lado izquierdo. Predecir su evolución es difícil, aunque la aplicación intraoperatoria del eco transesofágico ha permitido refinar las técnicas y optimizar resultados. Factores de riesgo para la persistencia o empeoramiento tardío de la insuficiencia tricuspídea son: hipertensión pulmonar, aumento de presión y tamaño de ventrículo derecho, reducción de la función del ventrículo derecho y diámetro del anillo tricuspídeo. -Tratamiento 1. Cirugía. Dentro de la cirugía conservadora se encuentra la anuloplastia, con incidencia de insuficiencia tricuspídea residual del 10% a los 5 años con anillos protésicos, y del 20-35% con la técnica de la puntada. La reconstrucción valvular y de la cuerda puede intentarse en algunos casos de insuficiencia tricuspídea debida a endocarditis o trauma. La sustitución valvular tiene una mortalidad operatoria del 7-40%. La supervivencia a 10 años llega al 30-50%, siendo factores predictores la clase funcional, la función de ventrículo izquierdo y de ventrículo derecho y las complicaciones protésicas. La experiencia actual favorece el uso de bioprótesis sobre válvulasmecánicas 2. Tratamiento médico. 40
  • 41. Diuréticos si hay signos de congestión, y tratamiento específico de la enfermedad subyacente. Con la insuficiencia tricuspídea trivial en sujetos normales no es necesario seguimiento ni profilaxis de endocarditis. • FIEBRE REUMÁTICA: La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria, no supurativa y recurrente producida por la respuesta del sistema inmunitario de algunas personas predispuestas, a los antígenos de la bacteria estreptococo del grupo A betahemolítico, a partir de las dos o tres semanas de provocar una faringoamigdalitis aguda. La fiebre reumática es una complicación tardía que puede afectar cualquier parte del organismo, siendo el principal órgano afectado es el corazón donde puede afectar el pericardio pericarditis, el miocardio miocarditis, o el endocardio endocarditis y en la fase aguda produce una pancarditis que provoca valvulopatías cardíacas en la fase crónica. Afecta también la piel (eritema marginado), las articulaciones (poliartritis migratoria), el cerebro (corea de Sydenham) y el tejido celular subcutáneo (nódulos subcutáneos). Afecta principalmente y tiende a ser recurrente en niños de 5-15 años de edad. Es la causa más común de cardiopatías en personas entre los 5-30 años de edad en países subdesarrollados, donde también es la principal causa de muerte por enfermedades cardíacas en menores de 45 años. La fiebre reumática tiene una incidencia muy baja en los países desarrollados y relativamente alta en los países en vías de desarrollo. Alrededor del 3% de las personas con infecciones causadas por estreptococos y sin tratamiento desarrollan fiebre reumática. La desnutrición es uno de los factores que podrían incrementar el riesgo de padecer fiebre reumática El cuadro clínico se presenta de 2 a 3 semanas después de haberse producido la faringoamigdalitis. 1. Astenia 2. Adinamia 3. Anorexia 4. Febrícula 5. Artritis-Artralgia 41
  • 42. 6. Pancarditis 7. Corea de Sydenham - Cursa con debilidad muscular, trastornos emocionales y fasciculaciones. 8. Nódulos de Meynet- Subcutáneos, firmes e indoloros. Dura de 1-2 semanas, se presentan en la superficie de extensión de las articulaciones. 9. Eritema marginado - Se caracteriza por manchas redondeadas, confluentes y de borde eritematoso, se presentan en el tronco. La duración de un ataque reumático puede durar de 3 semanas a 6 meses siempre y cuando sea controlado y no exista una nueva infección estreptocócica que lo prolongue. Su diagnóstico es clínico basándose en los criterios de Jones: La presentación en la clínica de un criterio o signo mayor con dos menores al mismo tiempo o bien de dos signos mayores por sí mismos, puede establecer, con gran probabilidad, el diagnóstico definitivo de la fiebre reumática, además de la evidencia objetiva de una previa infección post- estreptocócica En cuanto a su tratamiento: reposo en cama de 6-8 semanas, que por lo general es el tiempo que dura el brote reumático. Si la infección por el microorganismo aún persiste, se tienden a usar antibióticos específicos contra el estreptococo (Penicilina Procainamina 1/24h/10días) 42
  • 43. BIBLIOGRAFÍA: o Azpitarte J, Alonso AM, García GF, González Santos JM, Pare C, Tello A. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en valvulopatías. Rev Esp Cardiol 2000 Sep; 53(9):1209-78 o Kasper DL, Fauci AS, Longo DL, Braunwald E, Hauser SL, Jameson JL, editors. Harrison. Principios de Medicina Interna. 16ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 2006. o Bonow RO, Carabello BA, Chatterjee K, de LA, Jr., Faxon DP, Freed MD, et al. ACC/AHA 2006 guidelines for the management of patients with valvular heart disease: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines (writing Committee to Revise the 1998 guidelines for the management of patients with valvular heart disease). J Am Coll Cardiol 2006 ;48(3):e1-148. o Bisno AL, Stevens DL. Streptococcus pyogenes. In: Mandell GL, Bennett JE, Dolin R, eds. Principles and Practice of Infectious Diseases. 7th ed. Philadelphia, Pa: Elsevier Churchill Livingstone; 2009:chap 198. o Jones TD. The diagnosis of rheumatic fever. JAMA. 1944; 126:481– 484 o Heusser F., Urcelay G., Arnaiz P., Acevedo V. et al. Enfermedades del Aparato Cardiovascular. Parte XV. Pediatría Meneghello, Quinta Edición, Editorial Médica Panamericana. 1997. 43