2. En 1923 el gobierno de los
Estados Unidos reconoció
como oficial al gobierno del
presidente mexicano Álvaro
Obregón a cambio de que el
articulo 27 de Constitución
concerniente a la aplicación
retroactiva de la soberanía
mexicana sobre sus recursos
minerales, entre ellos el
petróleo en manos
norteamericanas, fuera
revocado.
3. En 1927 el secretario de
relaciones exteriores Frank
B. Kellogg culpó a la
presencia del “espectro
bolchevique” de la oposición
violenta que se estaba
produciendo en los países
hispanoamericanos a la
intervención norteamericana
declarando que “agentes
soviéticos viviendo en México
alentaban a los nicaragüenses
a resistir la agresión yanqui”
4. En 1929 el recién electo presidente Herbert Clark
Hoover quiso cambiar la imagen de “invasor” de
los Estados Unidos en Latinoamérica por una de
“buen vecino” y realizó un viaje por muchos de
los países latinoamericanos donde los Estados
Unidos tenían intereses comerciales.
5. La idea de una política de
relaciones diplomáticas de
amistad y cooperación fue
retomada y desarrollada por
el presidente Theodore
Roosevelt quien en 1933 la
hizo oficial bautizándola
con el nombre de política de
buena vecindad. Sin
embargo, el poema de Darío
seguía vigente (siguiente
diapositiva).
6. Eres los Estados Unidos, eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.
Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
Y alumbrando el camino de la fácil conquista
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser por Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.
Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!
7. En 1961 el presidente Kennedy les propuso a los miembros de la Organización de
Estados Americanos la idea de un plan conjunto de desarrollo socioeconómico para
toda Latinoamérica bajo el optimista nombre de Alianza para el progreso, quizás
como una manera de contrarrestar la influencia que los cambios que se estaban
produciendo en Cuba pudieran tener en el resto de Latinoamérica. Cuba no firmó el
acuerdo, y por fuerte presión de los Estados Unidos, en 1962, fue expulsada de la OEA.
También ese mismo año el presidente Kennedy decretó un embargo económico
contra la isla dado el carácter socialista que estaba tomando la Revolución
8. Alianza para el progreso establecía un plan que debía
completarse en el lapso de diez años y requería de un
presupuesto total de cien milliones de dólares de los cuales
el 80% provendría de los mismos países latinoamericanos,
y el restante 20% de los Estados Unidos. En teoría quedaba
establecido que los fondos serían administrados de manera
multilateral con representantes de diversos países, pero en
la práctica los Estados Unidos se fueron adjudicando cada
vez más la prerrogativa de decidir cuáles proyectos
recibirían financiamiento. Dice Hubert Herring en su libro
a History of Latin America: 'Teodoro Moscoso, coordinador
norteamericano de Alianza para el progreso hizo un gran
esfuerzo por mantenerse fiel al ideal multilateral, pero la
presión por parte del Congreso y del Departamento de
Estado para lograr un firme control americano era
constante'
9. Un balance objetivo de
Alianza para el progreso
muestra que en general,
en unos países más que
en otros, algunos
proyectos, sobre todo en
el plano de la salud, la
vivienda y la
alfabetización lograron
elevar las condiciones de
vida de la gente.
10. De Estados
Unidos
Cuba y Nicaragua representaron para los
Estados Unidos huesos duros de roer, como
dice la expresión popular, y casos que querían
evitar se repitieran en Centro y en
Sudamérica.
Los Estados Unidos habían tratado de
intervenir para impedir que Salvador Allende
fuera elegido presidente en Chile, 1964.
Documentos salidos a la luz pública en 1998
comprueban la intervención directa de los
Estados Unidos en el golpe militar que
derrocara al gobierno socialista de Allende
11. El 11 de septiembre de 1973, con el apoyo
de la CIA, una Junta militar con el General
Augusto Pinochet a la cabeza derrocó al
gobierno de Allende.
Los Estados Unidos también
ejercieron presión para impedir que
tanto el Banco Interamericano de
Desarrollo como el Banco Mundial
le prestaran dinero al gobierno de
Allende, todo lo que efectivamente
contribuyó a desestabilizar la
economía.