2. La Educación ecuatoriana y la finlandesa
Sedebeimportarelmodeloeducativofinlandés?
Luego de haber obtenido los mejores resultados en evaluaciones internacionales al rendimiento educativo la
educaciónfinesaseconvirtió enmotivofrecuentedeconversaciónenel mundoentero,sobretodoentrequienes
estamos vinculados directamente a esta actividad. Sin embargo, quienes, desde las altas esferas de la
tecnocracia buscan soluciones a la mediocridad del sistema educativo ecuatoriano deberían entender que el
exitoso sistema nórdico se basa en elementos estratégicos totalmente contrarios a los que se han utilizado en
las políticas de reforma educativa de la mayor parte de países occidentales, lo que suele provocar perplejidad y
cierta incapacidad para aprender de esta experiencia. Así, en Finlandia la competencia (entre estudiantes y
entre centros), la evaluación y la búsqueda de la excelencia (o la calidad) han sido, de algún modo, desterradas
de su sistema educativo. Por otra parte no se concentran en las competencias consideradas básicas y "fuertes"
(como matemáticas y lengua) y dedican mucho tiempo a actividades de aprendizaje activo individual y en
equipobasadasen"hacer".
3. Por otra parte, en Finlandia se cuida especialmente la educación no universitaria, y en particular los primeros
años de vida escolar. Los profesores cuentan con una elevada reputación social, excelentes condiciones
laborales -léase también económicas-y una gran responsabilidad (lo que provoca un elevado grado de
involucramiento y un alto esfuerzo en su propia formación).
Hablar sobre las taras del sistema educativo ecuatoriano se vuelve inoficioso, ya todos sabemos que existe un
centralismo miserable, políticas macro métricas y anacrónicas y por tanto caducas en todo sentido.
A pesar de haber engendrado en su seno a NOKIAcomo una de las compañías de telefonía celular móvil y
estática más grande del mundo las delegaciones extranjeras se sorprenden cuando ven que no disponen de
un computador por niño; tras los buenos resultados no hay una cuestión tecnológica sino una cultura por la
educación.
Esa cultura de la educación pasa por “la confianza”. Las autoridades y las familias confían en los profesores y
en los directores de escuela. Los profesores, a su vez, confían en sus alumnos, pues –y aquí viene otro factor
clave-hay en ese país una “ética del trabajo”; una formación que hace que todos partan de una base bien
importante al momento de relacionarse: que, cada cual desde su posición, va a intentar dar lo mejor de sí. Y se
va a preparar para eso.
Por: BolivarJibaja Osorio