2. 1.- Ajolote (Ambystoma mexicanum)
Este pequeño animal tiene su hábitat en ríos y lagos del centro de México, y se ha
convertido en un símbolo de la conservación en el país. Está considerado en peligro de
extinción y solo se lo encuentra en algunas partes de Xochimilco.
Su nombre en náhuatl, Axólotl, proviene de las palabras Atl “agua” y Xólotl, criatura
mítica que, para escapar a la muerte, podía transformarse en otros seres. Y algo de eso
tiene: es una especie de salamandra que puede vivir para siempre en su estado larvario,
con cola membranosa y branquias que le salen de la cabeza, y de un color rojo intenso.
Es inofensivo, aunque si llega a causar más de un susto…
3. 2.- Cacomiztle (Bassariscus astutus)
El cacomiztle, o cacomixtle, es un mamífero muy parecido a un mono, a un gato y a un
mapache, ¡todo al mismo tiempo! En náhuatl era conocido
como Tlacomiztli, donde tlaco es “medio, mitad” y miztli es “felino”. Se le puede ver en
los desiertos del norte de México, en las selvas del suroeste y hasta en los lugares
silvestres al sur de la Ciudad de México, como Xochimilco y Milpa Alta.
Puede trepar ágilmente a los árboles, corriendo o brincando para despistar a los
depredadores, y es de hábitos nocturnos. Lo mismo come frutas y bayas que pequeños
animales, como roedores, insectos o aves. De noche su mirada se “enciende” como la de
un gato, aunque de día tiene los ojos más tiernos que nadie pudo haber imaginado.
¡Cosita!
4. 3.- Cenzontle (Mimus polyglottos)
Aunque en apariencia no es tan bello, el cenzontle o sinsonte tiene una peculiaridad. Su
nombre náhuatl, centzontli, significa “el de las cuatrocientas (voces)”, tal como lo elogia
un poema atribuido al rey poeta Netzahualcóyotl. Su canto es tan exacto que puede
imitar tanto a animales como a personas, e incluso se dice que puede imitar a máquinas
u otros objetos. Habita no solo en todo México, sino también en gran parte del sur de
Estados Unidos y otros países como Cuba y Nicaragua.
Nota de color: este animal inspiró al sinsajo (un ave que puede imitar sonidos con gran
exactitud) de “Los Juegos del Hambre” (si, la trilogía de libros y películas), en
combinación con un pájaro ficticio, el charlajo.
5. 4.-Ocelote (Leopardus pardalis)
Si en Tenochtitlán hubiera existido YouTube, seguramente el emperador Moctezuma
habría subido vídeos de sus ocelotes jugando en sus suntuosos palacios. El hermoso
animal es muy parecido a los jaguares, solo que mucho más pequeño, haciendo que
parezca más bien un gato de piel pinta. Las diversas especies que existen están en
peligro de extinción y su caza está prohibida. En México solo se le encuentra en todos
los estados de la costa del Golfo, como Veracrúz, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán. Su
nombre náhuatl se mantiene casi intacto: Océlotl.
6. 5.-Guajolote (Meleagris)
¿Quién no ha silbado o aplaudido frente a este animal para que el macho efectúe su
sonoro llamado de apareamiento? Una de las aves emblemáticas de México, pariente de
las gallinas y conocido en Estados Unidos como “pavo”, el guajolote tiene las mismas
características que el vecino del norte. En México también usado como alimento, en
caldo de guajolote o con mole y arroz, así que lo podemos observar en todo México,
donde sea que haya criaderos de estos animales para su consumo.
Su nombre viene de huexólotl. Es forma que la criatura Xólotl (es decir, el Ajolote)
tomaba para transformarse en ave y esconderse en las granjas, seduciendo mujeres.
¡Gordo-gordo-gordo!
7. 6.-Chapulin
Si eres entomofóbico (que tiene miedo extremo a los insectos), vas a sufrir demasiado
aquí. Este saltamontes mexicano, un poco más pequeño y regordete que el saltamontes
común, se puede encontrar normalmente a finales del verano en varias partes del país,
especialmente en los bosques y pastizales. Ha servido como alimento durante cientos de
años, preparándose en suculentos platillos gourmet o solo como botana, asados en
comal con chile y limón. Además, su fama es tan grande que le dio nombre, por un lado,
a Chapultepec, el “cerro del chapulín” donde está el parque natural recreativo más
grande de la Ciudad de México, y por el otro… ¡al Chapulín Colorado!