Métodos de aprendizaje cooperativo e integración escolar
1. MÉTODOS DE APRENDIZAJE COOPERATIVO E INTEGRACIÓN ESCOLAR. SUGERENCIAS PRÁCTICAS<br />Cuando el profesorado cuenta en el aula con alumnado con Necesidades Educativas Especiales (en adelante NEE), la forma de organizar las actividades escolares es una variable aún si cabe más importante, que en otras casos. Así varias investigaciones han mostrado recientemente que los métodos de aprendizaje cooperativo han servido para mejorar sustancialmente la mutua aceptación y el rendimiento escolar de ambos grupos de alumnado (Johnson y Johnson, 1980, 1986)-<br />Estos mismos autores han resumido en nueve puntos los pasos principales para estructurar las actividades escolares de forma cooperativa:<br />Especificar los objetivos instruccionales de cada lección.<br />Es muy importante que el profesorado tenga claro qué objetivos persigue en cada momento, ya que en función de ello podrá encontrar unos métodos más apropiados que otros. En cierto momento, por ejemplo, puede querer reforzar en ese tipo de alumnado la sensación de éxito en las tareas escolares que hacen sus compañer@s, y para ello un procedimiento tipo STAD (Equipo de aprendizaje por divisiones) puede ser apropiado ya que se comparará con los más iguales a él, al tiempo que puede aportar a su grupo tanto como el que más. <br />En otras ocasiones, el profesorado quiere desarrollar determinadas estrategias en l@ otr@s alumn@s sin dejar fuera a éstos. En este caso, es más útil una técnica más abierta como la de los Grupos de Investigación, en la que se pueden diversificar mucho las tareas a realizar, dando así entrada a todo el alumnado.<br />Seleccionar el tamaño del grupo más apropiado para cada lección.<br />El tamaño está en función de la edad del alumnado (cuanto más jóvenes, los grupos deben ser menores, sin bajar normalmente de 4/5 alumn@s); del tiempo; de los medios y de la capacidad de cada alumn@ para participar en actividades cooperativas.<br />Tener en cuenta la heterogeneidad del alumnado en cada grupo.<br />Cuando se trabaja con alumnado con necesidades especiales, parece que la relación más favorable suele ser la de 1 a 3 en cada grupo. No existe una regla que permita establecer “a priori” cúant@s alumn@s con necesidades especiales puedan estar en un grupo. Ello dependerá de sus necesidades, de la tarea sobre la que están trabajando, de los objetivos que persigan. El profesorado debe analizar con detenimiento estas condiciones, buscando la mejor dinámica grupal en cada momento.<br />Disponer la clase de forma que los miembros de cada grupo estén juntos y puedan verse mutuamente, así como para que puedan compartir el intercambio de materias e ideas.<br />La proximidad física y el contacto es importante para algún@s alumn@s con NEE que pueden tener más dificultades para sentirse “en grupo” si éste no se materializa en un espacio concreto con compañer@s “tangibles”.<br />Proporcionar materiales apropiados y/o sugerencias de cómo llevar adelante la tarea.<br />Este punto es importante en el caso de l@s niñ@s integrados que deben contar con los materiales adaptados a sus necesidades, al tiempo que precisarán más ayuda que sus compañer@s para beneficiarse de la dinámica del grupo. El profesorado debe intentar prever con antelación a la puesta en marcha del trabajo grupal, las dificultades y necesidades con las que se encontrarán est@s alumn@s, a fin de ayudarles en todo lo posible, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que est@s alumn@s se sientan rechazados si tienen demasiadas dificultades para participar en la dinámica del trabajo corriente.<br />Explicar al alumnado la tarea y el tipo de estructura cooperativa que se está utilizando.<br />Esto supone especificar muy claramente para todo el alumnado pero en especial para éstos, el objetivo grupal que se espera alcanzar; el criterio de éxito; el hecho de que tod@s recibirán la misma recompensa; el tipo de actividades que se espera que realicen mientras trabajan en forma cooperativa y que no se trata de competir con ningún otro grupo. <br />Algun@s pueden tener dificultades para entender estos elementos ( sobre todo cuando es una novedad en la clase este tipo de organización), y sin embargo, es muy importante que tod@s entiendan, pues, de lo contrario se corre el riego de desvirtuar el sentido de este tipo de organización y de no alcanzar los objetivos previstos.<br />Observar las interacciones entre alumn@s, con objeto de conocer qué problemas encuentran para trabajar cooperativamente.<br />Durante el trabajo cooperativo, las interacciones entre el alumnado son muy frecuentes, pero también pueden ser de muy distintos tipos. En ocasiones el alumnado se distribuyen tareas, en otras discuten puntos de vista distintos, o no pocas veces, algun@s hacen de profesores/as con otr@s compañer@s. Durante todos estos encuentros, además, las relaciones afectivas entran en juego constantemente y pueden potenciar o dar al traste con toda la dinámica cooperativa.<br />El profesorado debe prestar atención a lo que ocurre durante estas interacciones, ya que el alumnado integrado, por lo general, parte desde peores posiciones a la hora de interactuar con sus compañer@s.<br />Intervenir como “consejero” cuando el grupo se enfrente con problemas para proporcionar a cada un@ aquellas habilidades que le permitan intervenir mejor en el trabajo cooperativo.<br />El hecho de potenciar el trabajo en grupo cooperativo no debe significar en ningún momento el abandonar a su suerte al alumnado. El profesorado debe perseguir que tod@s l@s alumn@s y todos los grupos tengan éxito en la tarea que están realizando. Es, en este sentido, en el que debe intervenir para ayudar a que tod@s puedan participar plenamente en las dinámicas de este tipo de trabajo.<br />Evaluar los trabajos del grupo, tanto desde un punto de vista global como en relación con lo que ha aportado cada un@ de sus miembros individualmente, con objeto de ayudar a ést@s, si fuera necesario, para alcanzar mejores niveles de participación en el grupo.<br />El principio básico que subyace al trabajo cooperativo es que tod@s contribuyan por igual al éxito de mis compañer@s es el que me favorece. Siempre que se realice la evaluación de un trabajo cooperativo, en el que han participado alumn@s con NEE, hay que asegurarse que ést@s aprecian lo que han aportado a su grupo y lo que han conseguido individualmente.<br />A través de estas estrategias, el profesorado puede favorecer muchos de los procesos de interacción social que se consideran como básicos para favorecer el aprendizaje y lograr establecer en su clase un clima de aceptación y apoyo mútuo entre el alumnado que durante mucho tiempo han vivido de espaldas. Sin duda alguna estas experiencias serán especialmente valiosas para el aprendizaje y desarrollo del alumnado con NEE.<br />