Existe un gran número de concepciones sobre la evaluación, generalmente implícitas, que condicionan fuertemente la mayoría de los comportamientos del profesorado. Es importante, por ello, identificar dichas concepciones, analizarlas y considerar posibles alternativas.
1. La Función Pedagóg
de la Evaluación
PARTICIPANTE:
Yesenia Díaz
C.I.:14.210.685
Prof. Xiomara
MAYO 2014
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA
“ANTONIO JOSÉ DE SUCRE
2. Se identifica la evaluación con el examen, puesto que la misma representa un instrumento
que permite determinar el conocimiento adquirido al final del proceso de aprendizaje e,
incluso, la evaluación continua con exámenes continuos. Es más, se confunde la función
evaluativa con la aplicación de instrumentos para reconocer aprendizajes finales.
Pero, esta concepción acerca de la evaluación integrada, considerada no
estrictamente pedagógicas, como son aquellas que sirven a la función sumativa,
deben cumplir ciertas exigencias para dar lugar a aportaciones pedagógica y
socialmente relevantes, con el fin de detectar y mejorar el aprendizaje, permitiendo
que al llevar a cabo las actividades se podría pensar que el proceso de aprendizaje
no necesariamente debe ser en manera de examen y mucho menos continua, Una
evaluación continua, en efecto, permite disponer de la información pertinente a
tiempo, cuando es posible introducir los cambios necesarios sin que sea demasiado
tarde. Por lo tanto, la evaluación discontinua puede llevarnos a constatar el éxito o
el fracaso; la continua hace posible introducir las modificaciones necesarias –
refuerzos, aclaraciones, actividades, motivación...- cuando el fracaso no ha fraguado
y es posible reconducir la situación tomando en cuenta que existen estrategias
implementadas con recursos que pueden llegar a transmitir conocimientos y lograr el
proceso esperado de enseñanza - aprendizaje de los alumnos.
¿Porqué no pensar en actividades de evaluación integradas totalmente en el proceso de
aprendizaje y, en cambio, evitar confundir evaluación con examen, y menos evaluación
continua con exámenes continuos?
3. ¿Por qué no pensar que evaluar es conocer la estrategia utilizada por la alumna o el
alumno en la resolución de una determinada tarea y llegar a comprender las causas de
sus dificultades y, en cambio, evitar creer que el principal objetivo de la evaluación es
poner de una nota a cada estudiante?
Se considera que el único objetivo de la evaluación es
poner una nota a cada estudiante que resuma sus
conocimientos al final de un proceso de aprendizaje
Como alternativa se puede pensar que evaluar de una manera que permita que el
alumno o la alumna recurra a cualquier estrategia, estará determinado en el
comportamiento del profesorado para comprender los sucesos que se le pudieron presentar
a estos para la realización de la misma tomando una actitud flexible y abierta expresando
su colaboración, sería necesario que los mismos alumnos(as) consultaran acerca de
cualquier duda, así el mismo tomaría en consideración su interés en la realización de la
tarea, y podrían ser evaluados basados en criterios de responsabilidad (al iniciar con
anticipación la actividad), con interés, permitiendo que los objetivos que persiguen
finalmente haga más efectivo el proceso de aprendizaje y no se tomaría a la evaluación
como una nota calificativa a un trabajo que en su mayoría necesita el esfuerzo de ambas
partes.
4. ¿Por qué no dejar de creer que las pruebas con preguntas de respuesta cerrada
son más objetivas que las preguntas de respuesta abierta? En el primer caso se juega con la
subjetividad del estudiante, ya que se Supone que escoge una determinada respuesta porque la
interpreta en el mismo sentido con que la puso el profesor. En el segundo caso se juega con la
subjetividad del profesor, que cree que interpreta lo que el alumno ha querido decir.
En general, se debe presumir que el profesorado puede tender
a ser más objetivo que el alumnado.
Se cree que lo que un estudiante responde en los exámenes refleja
claramente lo que sabe. Sin embargo, se puede constatar
fácilmente que las pruebas recogen más información sobre lo que
el alumno cree que ha de responder para aprobar, que sobre lo
que realmente piensa y sabe.
Pero en concordancia, el alumno sugestiona el caso de que sea evaluado de manera con
preguntas cerradas, donde considera que esta en pleno juicio su conocimiento, y de
verdad cree que al colocar preguntas de completación o selección simple es más fácil,
solo pone en evidencia la falta de dominio del tema, ya que aún siendo según él más
fácil se cae en el error de interpretación, es decir, existe muchas formas de concebir una
definición de algo, y como este lo exprese permitirá que solo aquel que estudio logre el
éxito del objetivo, por ello que estos seguirán creyendo esta concepción , asumiendo que
el docente y/o profesor tenga en cuenta la dificultad del tema a evaluar.
5. ¿Por qué no dejar de creer que se pueden definir muy claramente y
previamente los objetivos mínimos que todos los alumnos deben saber para Superar
una etapa? De hecho, se puede reconocer fácilmente que cada profesor interpreta dichos
objetivos desde su particular punto de vista y que, además, no los aplica con el mismo rigor a
cada estudiante (para unos se es más exigente, para otros menos).
Se cree que la corrección de un examen es más objetiva si está planteado con
preguntas cerradas que con preguntas abiertas. Sin embargo, en el primer
caso, se juega con la subjetividad del estudiante cuando éste escoge una
determinada respuesta intentando interpretar el sentido con el que ha sido
redactada por el enseñante. En el segundo caso se juega con la subjetividad
del profesorado, que debe interpretar lo que el alumno ha querido decir.
Conceptualmente, es así, el docente evalúa en muchas ocasiones sin participar que
criterios tomará en cuenta al momento de evaluar, pero al respecto a que es para unos
más exigente al momento de evaluar que para otros, esto puedo presumir que se pueda
deber a la conducta, participación de los mismos dentro del aula de clases. Sin embargo,
bajo esta percepción, considero que es necesario brindar el tema bien definido lo que se
desea que ellos realicen , así como las indicaciones o por menores que este debe asumir en
la realización de la tarea para así poder ser evaluados de una forma ecuánime, objetiva
y que permita que al momento de que este lo califique pueda conocer el porque? Y en
que? Se ha equivocado, y poder corregir para un futuro trabajo.
6. ¿Por qué no dejar de creer que los exámenes nos indican qué estudiantes fracasan y qué
estudiantes tienen éxito? ¿Por qué no pensar que los propios procedimientos de evaluación
pueden ser en gran medida los responsables del fracaso escolar?
Se considera que los exámenes muestran y demuestran qué
estudiantes fracasan y qué estudiantes tienen éxito.
Porque no pensar que la causa del fracaso se debe a los procedimientos de
evaluación , buena pregunta, ya que a mi parecer todo éxito se debe lograr si se
pone en práctica las estrategias adecuadas, estudiando y manejando al grupo de
alumnos de acuerdo a su edad académica, es por ello que considero que en
muchas ocasiones, las estrategias evaluativas deben buscar el objetivo, siempre y
cuando este se base en el logro del aprendizaje esperado, a sabiendas que el
alumno al ser evaluado pondrá en prueba estos conocimientos y si al mismo
tiempo se procura compaginarlos, es por seguro que esta será un éxito tanto para
el alumno que le permitirá motivarse, como al docente que tendrá la satisfacción
de que el tema y su pedagogía están acorde a las necesidades educativas actuales.
7. ¿Por qué no pensar en que sea el propio alumno o alumna quien ha de llegar a ser capaz de
reconocer cuales son sus aciertos y cuáles son sus dificultades y, en cambio, dejar de creer que la
evaluación es una tarea que es solamente responsabilidad del profesorado?
Se cree que sólo el enseñante es capaz de identificar los errores y aciertos del
alumno en su aprendizaje. Seguramente por esta razón es frecuente que los
criterios de evaluación constituyan el secreto mejor guardado por los
enseñantes. Pero, ¿por qué no dejar que sea el propio alumno o alumna
quien reconozca sus aciertos y sus dificultades?
En consideración a lo planteado, el alumno mediante evaluaciones o auto evaluaciones, le
permitirá al alumno o alumna conocer su desacierto, aunque el mismo, casi siempre o en
su mayoría que lo hizo excelente, pero en muchos casos, este asume que tuvo dificultad
para responder acertadamente, es por ello que creo que este tipo de evaluación le
permitirá aun más aprendizaje, ya que este sugestiona al mismo estudiante a que sea su
propio tutor, y este considerara que debe mejorar a posterior en otra actividad planificada
dentro del aula.
8. ¿Por qué no pensar que todos los estudiantes (o la mayoría) pueden llegar a realizar
aprendizajes significativos mínimos y, en cambio, dejar de pensar que siempre
encontraremos en el aula una distribución del alumnado que siga la curva de Gauss,
con el 5 en el punto de inflexión?
Por último, otra de las creencias más arraigadas –especialmente entre los
enseñantes de ciencias- es que, cuando aprueban muchos alumnos, es
porque el examen ha sido demasiado fácil. Se considera incluso que el
profesor que aprueba mucho es un mal enseñante y habitualmente se
confunde la evaluación cuya función es identificar si se ha aprendido algo
con la que solamente pretende seleccionar a los más calificados.
En esta interrogante, se pone de manifiesto muy seguidamente, aclaro que en su
mayoría, creo que obtienen un aprendizaje aunque este sea mínimo, pero no se debe
considerar que es a causa de la facilidad o a la poca exactitud de la función del
instrumento que aplica para reconocer quien si o no aprendió el tema. Sino que el
docente demostró experiencia, coherencia, o dominio del tema, el cual le permitió
desarrollar apoyado incluso de buenas estrategias para lograr, y es considerado a la
Curva de Gauss, el cual realiza una selección calificativa, por ende, considero que en su
mayoría el docente está capacitado, y pedagógicamente podrá solventar todo aquello,
que en su tema o rama se presente, y si es al contrario permitir buscar estrategias que
consiga ser un excelente profesor y formas excelentes alumnos.