1. LOS HABITANTES DE LAS COMUNIDADES RURALES, MÁS AÚN LAS INDÍGENAS
LE OTORGAN POCO VALOR E INTERÉS A LA EDUCACIÓN PREESCOLAR.
En diferentes textos, artículos, páginas web, podemos encontrar información relevante
acerca de la importancia que la Educación Preescolar ejerce en el desarrollo integral de
los pequeños. Sin embargo, quienes no están en ese contexto, difieren de esa idea.
Tal es el caso de las poblaciones que habitan en comunidades rurales, y más aún las
indígenas, pues frecuentemente mandan a sus pequeños por el simple hecho de
mandarlos, sin saber el por qué o los beneficios que este nivel aporta. Esta situación se
puede observar en la poca asistencia que los preescolares tienen al jardín; es más,
cuando es temporada de cultivo, los padres prefieren llevarse al campo a sus hijos para
que les ayuden en la recolección de frutos, en lugar de enviarlos a la escuela. Así
mismo, hay poco involucramiento en las actividades que los planteles realizan. Los
padres tampoco se entrevistan con las educadoras para preguntar sobre los avances de
sus niños, en las investigaciones que se dejan para realizarlas en casa, son muy pocos
aquellos que cumplen. Es más, cuando se realizan juntas con los padres y madres de
familia no asiste ni siquiera el 50% del total, aún cuando estas se llevan a cabo por la
tarde, adecuando nuestro horario al de ellos.
Todas estas actitudes demuestran que a los padres de familia les da igual si llegan al
jardín o no. Quizá suena difícil superar este paradigma, pero no es imposible. Es tarea
de nosotros los docentes, hacer que estas ideas que la población tiene se desvanezcan.
Para ello, como educadora organizaré distintas reuniones dando a conocer la
importancia del preescolar, visitas a los hogares de los niños, eventos en donde se
solicite la participación de los niños y padres de familia, gestiones pertinentes que
permitan el cambio de la institución físicamente para que se den cuenta del trabajo que
se efectúa.
Así mismo, tendré que actuar con responsabilidad y compromiso. Y es que aunque
muchos docentes tienen la mentalidad barata “¿Para qué esforzarnos tanto? Si los
padres ni lo agradecen, además estamos de paso” debemos pensar en el bienestar de
los niños, ya que gracias a ellos tenemos un trabajo, el cual aporta dinero para
satisfacer nuestras necesidades. Si algún día, gracias a nuestro poco desinterés la
escuela llega a desaparecer ¿A qué nos podríamos dedicar todos los docentes?
¿Tendríamos un trabajo base?