Examen físico ginecológico:
Elementos básicos para el examen físico ginecológico.
Posiciones de la paciente.
Inspección de los ganglios linfáticos inguinales y del periné.
Exploración con espéculo vaginal.
Tacto vaginal y exploración bimanual.
Exploración recto-vaginal.
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EXAMEN FÍSICO GINECOLÓGICO
Antes de efectuar el examen ginecológico es necesario adaptarse a la situación de cada paciente. Es normal que la
mujer pueda tener algún grado de temor, más aún, si es primera vez o si en otras ocasiones le ha resultado doloroso.
Es muy importante tranquilizar a la paciente, darle las explicaciones que puedan ser necesarias, lograr que se relaje y
sienta confianza. Por supuesto la sala de examen debe tener privacidad. Los examinadores hombres conviene que
estén acompañados por una asistente femenina.
Elementos básicos para el examen físico ginecológico:
Mesa ginecológica. Lámpara. Guantes de látex. Lubricante.
Torundas de algodón. Gasa.
Espéculo vaginal.
Porta objeto de vidrio. Fijador
citológico.
Espátulas de Ayre.
Cepillo cervical.
Pinza Pozzi.
Pinza Bowseman.
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LA EXPLORACIÓN PÉLVICA
En la exploración pélvica se le pide a la paciente vaciar su vejiga antes del examen y que se quede sin su ropa
interior. Luego se coloca en la mesa en posición ginecológica (posición de litotomía dorsal). Los pies de la paciente
deben estar apoyados cómodamente en los estribos, con el borde de las nalgas en el borde inferior de la camilla, de
forma que la vulva pueda ser fácilmente inspeccionada y que el espéculo pueda insertarse en la vagina sin tropezar
con la camilla. Si la cabecera de la camilla puede elevarse, la paciente se relajará más fácilmente. Se deben utilizar
sabanitas para cubrir las piernas de la paciente, pero tienen que estar más bajas que el abdomen para poder ver la
expresión de la paciente y facilitar la comunicación.
Posiciones de la paciente:
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Antes de cada paso exploratorio, a la paciente se le informa que la exploración se puede suspender o interrumpir en
cualquier momento. Debemos explicar a la paciente cada paso del examen, debe estar informada de lo que sentirá:
“Primero va sentir que le toco en el interior de los muslos, luego sentirá que toco la zona alrededor de su vagina”.
1. INSPECCIÓN DE LOS GANGLIOS LINFÁTICOS INGUINALES Y DEL PERINÉ:
Se debe palpar los ganglios linfáticos inguinales porque algunos cánceres e infecciones pélvicas drenan hacia ellos.
Posteriormente se realiza una inspección metódica del periné desde el monte de Venus hasta los pliegues
genitocrurales y el ano. Se debe buscar indicios de cualquier lesión, eritema, pigmentación, masas, asimetría. Hay
que inspeccionar la calidad de la piel, así como cualquier signo de traumatismo, como excoriaciones o equimosis.
Cualquier lesión debe cuantificarse y describirse con precisión con respecto a su apariencia y sus características a la
palpación (movilidad, sensibilidad, consistencia). Puede ser de ayuda realizar un dibujo de la localización. Cualquier
lesión debe biopsiarse.
En la inspección de genitales externos, si encontramos alguna anomalía, la tenemos que palpar. Separamos los
labios mayores con los dedos índice y medio de la mano enguantada e inspeccionamos las características de la
epidermis y mucosa, anatomía de los labios menores, clítoris, orificio uretral, el introito vaginal, himen y el ano. Si
sospecha de cualquier patología de las glándulas de Skene, busque las secreciones anormales mediante la expresión
de la uretra por debajo de la pared vaginal anterior. Estudie la secreción mediante microscopía y cultivo. Si la
paciente refiere antecedentes de inflamación en los labios, con el pulgar en la parte posterior de los labios mayores y
el índice en el orificio vaginal, palpe las glándulas de Bartolin en busca de patología. Además se podrá percibir la
presencia de quistes sebáceos en los labios menores.
Para evaluar el introito vaginal, con los labios mayores todavía separados con los dedos índices y medio, pida a la
paciente que empuje. Fíjese en la presencia de la pared anterior de la vagina, si hay un cistocele, o en el
abombamiento de la pared posterior cuando hay rectocele o un enterocele. El abombamiento de ambas puede
acompañarse de un prolapso completo del útero.
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2. EXPLORACIÓN CON ESPÉCULO VAGINAL:
Se inserta el espéculo vaginal, en una mujer adulta normal y sexualmente activa se suele utilizar el espéculo de
Pederson. En general se debe usar el espéculo menor que permita una correcta visualización. Para mujeres con
paredes vaginales más laxas o embarazadas o a las que se les va a realizar una biopsia o tratamiento cervical o
endometrial, puede que sea necesario el espéculo de Graves, que es más grande. En algunas mujeres, un espéculo
más largo puede ayudar a ver el cuello del útero de una forma menos incómoda para la paciente. Si se utiliza un
espéculo de tamaño distinto al estándar, la paciente debe estar informada. El espéculo debe calentarse antes de
insertarlo en la vagina, para lo que es útil un calentador de espéculos o una bandeja termostatizada. Si se requiere
lubricación, suele ser suficiente con agua templada. Antes de la inserción del espéculo, se debe pedir a la paciente
que relaje los músculos vaginales para facilitar la colocación del espéculo y no sobresaltarla durante esta fase de la
exploración. Después se identifica el ectocérvix, las paredes vaginales y el cuello uterino en busca de tumores,
úlceras o secreción anormal. Se toma una muestra para citología vaginal y se obtienen muestras adicionales para
cultivos o valoración microscópica cuando sea necesario.
Toma de muestras con el cepillo cervical y la espátula de Ayre
5. Víctor 5
3. TACTO VAGINAL Y EXPLORACIÓN BIMANUAL:
En el tacto vaginal se separa los labios mayores con el dedo pulgar y anular de la mano que irá en vagina.
Introduzca primero el dedo índice de la mano enguantada y haga una ligera presión sobra la cara lateral de la vagina.
Introduzca después el dedo medio de la mano enguantada siguiendo al dedo índice y el contorno natural de la
vagina. Para facilitar la inserción, se aplica un poco de lubricante hidrosoluble. Palpe la pared vaginal buscando
nódulos, masas o dolor.
Ahora en la exploración bimanual, se valora el tamaño del útero y los
anexos, y es muy útil en mujeres que han sido sometidas a una
histerectomía y ooforectomía. El médico coloca una mano en la pared
abdominal inferior y en la otra mano se utilizan los dedos índices y
medio, el cual se introducen a la vagina hasta alcanzar el cuello uterino.
Una vez en el cuello uterino, se valora la orientación uterina desplazando
el dedo índice hacia el interior a lo largo de la superficie anterior del
cuello uterino. Cuando el útero se encuentra en anteversión, el istmo
uterino se palpa hacia arriba, mientras que en los casos de retroversión lo
que se palpa es la vejiga, que tiene consistencia blanda. Sin embargo, en
aquellas mujeres con retroversión uterina, si se desplaza un dedo a lo
largo de la superficie posterior del cuello uterino, se siente un istmo
desplazándolo hacia abajo. Si hay tumoraciones, debe fijarse en su localización. En este momento la paciente puede
notar dolor leve. Después se debe explorar los fondos de saco anterior, posterior y laterales. Las trompa de Falopio y
los ovarios normales no son palpables.
Tacto vaginal
Exploración bimanual
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4. EXPLORACIÓN RECTO-VAGINAL:
Se realiza cuando existe dolor o tumor pélvico, síntomas rectales o necesidad de llevar a cabo una detección de
cáncer de colon. Es aconsejable realizar un tacto rectal periódico a las mujeres mayores de 40 años y en mujeres
premenopáusicas. Se usa guantes de látex con lubricación externa. Con una mano sobre la región suprapúbica y con
la otra mano, inicialmente se coloca el dedo índice en la vagina y el medio en el recto. Estos dedos se deslizan en
sentido horizontal en forma de tijera para realizar la exploración del tabique rectovaginal en busca de cicatrices o
adherencias peritoneales. El dedo índice se extrae y el dedo medio completa un barrido circular de la cúpula rectal
para excluir la presencia de tumores.
Exploración recto-vaginal