La esquizofrenia es un trastorno mental complejo, grave y crónico. Un reto para los profesionales de la salud mental. La Terapia Familiar nació precisamente para combatirla. Está claro que por sí sola no ha tenido éxito pero, al menos, se comenzó a entenderla desde otro punto de vista. Necesitamos una verdadera visión integradora del ser humano, una concepción biopsicosocial para conseguir avanzar en la mejora del tratamiento de los trastornos mentales graves. Sólo con actuaciones sobre todas las áreas conseguiremos efectividad. Es decir, es necesario la medicación, pero también, intervención psicológica, la información a familias y afectados, rehabilitación psicosocial, intervención social e intervención familiar.