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Febrero-2013
TRABAJO
DE FIN
DE
MÁSTER
LAS
201
UNIVERSIDADE DE A CORUÑA
FACULTADE DE SOCIOLOXÍA
MÁSTER EN METODOLOGÍA DE
LA INVESTIGACION EN CIENCIAS
SOCIALES: INNOVACIONES Y
APLICACIONES
1
2013 | Sergio Rodríguez Fernández
LAS ELECCIONES GENERALES
2011 Y LA MAYORÍA ABSOLUTA
DEL PP:
EL TRIUNFO DEL VOTO
RACIONAL-ECONÓMICO
UNIVERSIDADE DE A CORUÑA
FACULTADE DE SOCIOLOXÍA
MÁSTER EN METODOLOGÍA DE
LA INVESTIGACION EN CIENCIAS
: INNOVACIONES Y
Sergio Rodríguez Fernández
GENERALES DE
ABSOLUTA
VOTO
ECONÓMICO
2
Santiago Míguez González, Doctor en Derecho y Profesor Titular de Ciencia
Política y de la Administración de la Facultad de Sociología de la Universidad
de A Coruña,
HAGO CONSTAR:
Que el trabajo que presenta D. Sergio Rodríguez Fernández con el título de Las
elecciones generales de 2011 y la mayoría absoluta del PP: el triunfo del voto
racional-económico, reúne las condiciones necesarias para poder ser leído
como Trabajo de Fin de Máster al demostrar un adecuado dominio de las
competencias teóricas y metodológicas propias del máster.
A Coruña, 30 de enero de 2013
Fdo.: Santiago Míguez González
3
ÍNDICE
PRESENTACIÓN…………………………………………………………………………………………………………….…………...4
INTRODUCCIÓN…………………………………………….…………………………………………………………………………...5
1. MODELOS DE VOTANTE………………………………………………………………………………………………………...8
2. LA INVESTIGACIÓN ELECTORAL EN ESPAÑA……………………………………………………………………….16
2.1. La investigación del voto racional-económico en España……………………………………………17
3. CONDICIONANTES DEL VOTO EN LAS DIFERENTES ELECCIONES DE LA DEMOCRACIA. 1997-
2008………………………………………………………………………………………………………………………………..……….20
4. RESÚMEN DE LA SEGUNDA LEGISLATURA DEL GOBIERNO ZAPATERO. 2008-2011…….……33
5. PROCESO METODOLÓGICO………………………………………………………………………………………………….40
5.1. Estrategia de elaboración de los modelos…………………………………………………………………..42
5.2. Variables introducidas en los modelos……………………………………………………………………….44
5.2.1. Primer bloque de análisis: Voto al Partido Popular…………….……………………..44
5.2.2. Segundo bloque de análisis: Voto al PSOE por parte de su electorado de
2008…………………………………………………………………….………………………………………….46
6. ANÁLISIS DESCRIPTIVO………………………….……………………………………………………………………………49
7. ANÁLISIS DE LOS MODELOS…………………………………………….…………………………………………………..51
7.1. PRIMER BLOQUE: Voto al Partido popular…………………………………………………………….…..51
7.1.1. Modelo 1: Variables retrospectivas………………………………………………………….51
7.1.2. Modelo 2: Variables prospectivas…………………………………………………………….58
7.1.3. Modelo 3: Variables psicosociológicas……………………………………………………...61
7.1.4. Modelo Final……………………………………………………………………………………….…..65
7.2. SEGUNDO BLOQUE: Voto al PSOE por parte de su electorado de 2008………..………………..69
7.2.1. Modelo 1: Variables retrospectivas…………………………………………………………..69
7.2.2. Modelo 2: Variables prospectivas……………………………………………………………..73
7.2.3. Modelo 3: Variables psicosociológicas……………………………………………………...77
7.2.4. Modelo Final…………………………………………………………………………………………...80
8. CONCLUSIONES…………………………………………………………….……………………………………………………...83
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………….…………………………………………………………..86
4
PRESENTACIÓN
Este trabajo se inserta dentro del cuarto módulo del Máster en Metodología
de la Investigación en Ciencias Sociales: Innovaciones y Aplicaciones (10 ECTS) (en
adelante, MICCSS) y tiene como finalidad acreditar que el estudiante ha adquirido
los conocimientos y competencias asociados al título de Máster. De acuerdo con la
normativa establecida en la Memoria Oficial del Máster en MICCSS este trabajo
debe consistir en la elaboración y presentación pública de una investigación
llevada a cabo por el alumno en la que se hará especial hincapié en la metodología
empleada para la recogida y análisis de los datos.
Este trabajo ha sido realizado a lo largo del tercer cuatrimestre (septiembre
2012 - febrero 2013) bajo la dirección de Santiago Míguez González, Profesor
Titular de Ciencia Política y de la Administración y Coordinador del Máster Oficial
en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales y con las sugerencias
metodológicas de Raimundo Otero Enríquez, Profesor del Taller de Análisis
Multivariante del Máster Oficial en Metodología de la Investigación en Ciencias
Sociales. Agradecer a ellos dos las aportaciones y sugerencias realizadas para la
elaboración de este trabajo.
Resumen: Las elecciones generales de noviembre de 2011 se celebran después de
una legislatura marcada por la situación de crisis económica y el drama del paro. El
gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero fue superado por esta situación llevando
al PSOE a obtener la derrota electoral más grande de su historia. El Partido Popular
dirigido por Mariano Rajoy se alzó con el gobierno con una victoria por mayoría
absoluta sin precedentes en su partido. Este resultado se tradujo en el triunfo del
llamado voto económico-racional en una doble vertiente. Por un lado, el severo
castigo que sufrió el PSOE se debió básicamente a su gestión económica y se
tradujo en una pérdida de más de cuatro millones de votos. Por otro lado, el triunfo
del PP se basó en la creencia del electorado en que este partido conseguiría
cambiar la situación, especialmente en el ámbito del desempleo. Este trabajo
ahondará en ambas vertientes buscando una explicación empírica de este
resultado con el paraguas teórico del voto económico-racional.
Palabras clave: voto económico, voto retrospectivo, voto prospectivo, elecciones
generales 2011, desempleo, crisis económica.
5
INTRODUCCIÓN
Las elecciones generales celebradas en noviembre de 2011 citaron en las
urnas a algo más de treinta y cinco millones y medio de españoles, setecientos mil
más que en las elecciones de 2008. De todos los electores convocados los que
acudieron a las urnas fueron veinticinco millones y medio de votantes, un 6,7%
menos que en las anteriores elecciones generales. El número de votos en blanco y
declarados nulos fue de algo más de trescientos mil en ambos casos. La fuerza más
votada fue el Partido Popular con 10.866.566 votos, seguida del PSOE que obtuvo
7.003.511 votos. En tercer lugar, Izquierda Unida con 1.686.040 votos, quinientos
mil más que UPyD que obtuvo 1.143.225 votos quedando en cuarto lugar. CiU
obtuvo 1.015.691 votos y el PNV se vio superado en diez mil votos por la otra
fuerza nacionalista vasca, AMAIUR, que recogió 333.628 votos. (www.min.gob,
2011)
Estas elecciones -las undécimas de la democracia actual- supusieron un
vuelco electoral únicamente superado por el conseguido por Felipe González en
1982. Este brusco cambio se refleja en mayor medida en la nueva distribución de
escaños dentro del Parlamento, con la pérdida de 59 actas por parte del PSOE y la
ganancia de 32 por parte de PP que ahora ostenta 186 diputados, consiguiendo
una mayoría absoluta sin precedentes dentro de su partido, superando a la
conseguida por José María Aznar en marzo del año 2000. El Partido Popular fue la
fuerza más votada en 45 de las 52 provincias, cediendo solo en Cataluña, País
Vasco – a excepción de Álava- y la provincia de Sevilla, que queda como único
feudo socialista.
El contexto en el que se celebraron estas elecciones estuvo dominado por la
precaria situación económica del país, machacada por la recesión y el incesante
aumento del desempleo. El número de parados desde el comienzo de la legislatura
aumentó en más de 3 millones situando a España a la cabeza de la Unión Europea
en materia de desempleo. La galopante recesión económica no hace más que
aumentar con un crecimiento negativo medio del 1% anual. Uniendo a todo ello el
plan de ajuste presupuestario de la Administración Pública para hacer frente a la
6
crisis de deuda, que tiene como consecuencia principal el recorte de la inversión en
sectores sensibles para la población.
En este trabajo analizaremos los resultados de las elecciones de noviembre
de 2011 desde la perspectiva del votante, buscando que factores han incidido en su
decisión final, especialmente en los de índole económica. Intentaremos
comprender el por qué de este cambio electoral tan brusco partiendo de la
hipótesis del voto económico-racional. Consideramos que el cambio de gobierno se
produce a raíz de las evaluaciones retrospectivas que el votante realiza del
gobierno socialista y su gestión de la crisis y el empleo. A su vez, las esperanzas en
una salida de la crisis bajo un gobierno de centro-derecha encarnado en el Partido
Popular, hacen de la evaluación prospectiva otro factor determinante. En esta
elección, la ideología queda relegada a un segundo lugar, lo que supone el triunfo
del voto por motivos económicos después de dos legislaturas de gobierno
socialista. El objetivo que persigue este trabajo tiene una doble vertiente: por un
lado indagaremos en los determinantes que, desde nuestra perspectiva,
propiciaron la decisión de votar al Partido Popular y, por otro lado, trataremos de
determinar los factores que incidieron en el cambio de voto dentro del electorado
socialista.
La fuente documental que utilizaremos en esta investigación es el estudio
pánel 7711 que el CIS elaboró para las elecciones generales de 2011, formado por
dos encuestas, una preelectoral (Estudio 2915) y otra postelectoral (Estudio 2920)
con una muestra de algo más de 6000 casos.
El trabajo comienza con una recapitulación sobre los diferentes modelos
teóricos de votante propuestos desde la investigación del comportamiento
electoral. Repasaremos los llamados modelos psicológico, sociológico y racional y,
en especial, las aportaciones de autores como Dalton, Fiorina o Downs, entre otros.
En un segundo capítulo realizaremos un repaso histórico de las diferentes
elecciones celebradas hasta el momento en la democracia española y sus
condicionantes principales, con el objetivo de contextualizar históricamente el
electorado y las fuerzas políticas de este país.
7
Posteriormente narraremos el transcurso de la legislatura 2008-2011 y los
principales acontecimientos surgidos en este período y que jugarán un factor clave
en los comicios del 20-N.
En el plano empírico, se realizará una explicación pormenorizada de todo el
proceso metodológico, desde la selección de variables hasta la elaboración de los
diferentes modelos de regresión logística y la explicación de esta técnica.
Realizaremos también un análisis descriptivo de los resultados de la
encuesta y de las variables que más nos interesan, por un lado con la muestra
general, y por otro con la submuestra de los votantes del PSOE en 2008.
Finalmente, se analizarán todos los modelos de regresión logística para ambas
muestras y sus resultados, estableciendo las conclusiones pertinentes al respecto.
El trabajo terminará con unas conclusiones que resumen los principales hallazgos
de la investigación.
8
1. MODELOS DE VOTANTE
Las primeras investigaciones realizadas acerca del comportamiento
electoral a partir de los años cuarenta del pasado siglo, tenían como paraguas
científico, la sociología y a la psicología social, representados por la corriente
teórica proveniente de la escuela de Columbia, con los trabajos de Paul Lazarsfeld a
la cabeza. Estos modelos se centraron en un principio, en investigar la influencia de
los medios de comunicación en las decisiones de los electores a través de la
propaganda y la persuasión. Posteriormente, esta creencia se tornó a raíz de un
estudio panel realizado en 1940 durante las elecciones presidenciales
estadounidenses, concluyendo la escasa influencia de los medios, en favor del
refuerzo de cleavages ya existentes. Estos cleavages, como la clase o la religión, son
heredados a través de la familia y la posición social, lo que crea una predisposición
política o partidista anclada en el tiempo, desechando cualquier tipo de
racionalidad en la decisión del voto. Es en este punto, donde las variables
sociológicas comienzan a ganar peso (Torcal & Montero, 2007, pág. 17).
Pronto empezaron a surgir limitaciones a este modelo. Investigaciones
posteriores demostraron que este modelo explicaba una proporción de voto muy
pequeña, especialmente en contextos electorales poco polarizados, lo que le
incapacitaba para determinar los cambios electorales (Dalton & Wattenberg,
1993). Ante esta situación, los investigadores de la universidad de Michigan
decidieron dar un giro metodológico con la publicación de American Voter,
introduciendo en el análisis electoral el modelo psicosociológico del voto. No fue
una ruptura total con el modelo de Columbia, sino que más bien una extensión ante
las limitaciones que ofrecía. Lo que decidieron los investigadores, encabezados por
Campbell, fue introducir en el análisis las actitudes partidistas, caracterizadas en
los posicionamientos acerca de los diferentes temas, candidatos, partidos y grupos
sociales; dando especial énfasis a la identificación de partido. Es decir, la decisión
de votar a uno y otro partido, vendría determinada por las predisposiciones
psicológicas del elector, que le sirven de mecanismo de interpretación de las
diferentes dinámicas existentes dentro de la política nacional (Torcal & Montero,
2007, pág. 18).
El modelo psicosociológico de la escuel
principios, tal como los exponen Harrop y Miller. En síntesis, éstos pueden
resumirse como sigue:
A) La mayoría de los electores tienen g
hacia un partido, el cual es heredado a través de la familia.
B) La identificación con un partido permite al elector hacer frente a la información
política y saber a qué partido votar. Por lo tanto, la identificació
no sólo directamente en el voto sino también indirectamente en la percepción de
las políticas, los candidatos y los vínculos entre los partidos y grupos sociales.
C) La identificación de partido se refuerza con el paso del tiempo
periodos de grandes realineamientos, los cambios en la identificación partidista
suelen ser personales, reflejan alteraciones en las condiciones de vida de los
miembros del grupo de referencia, a menudo asociados con la movilidad geográfica
o social.
D) Los electores que están influenciados por las fuerzas a corto plazo pueden llegar
a votar contra el partido con el que se identifican, pero, por lo general,
conservarán su identificación partidista y volverán a votarle en las elecciones
siguientes, en lo que se conoce como “tendencia al hogar”.
9
El modelo psicosociológico de la escuela de Michigan se basa en cinco
principios, tal como los exponen Harrop y Miller. En síntesis, éstos pueden
A) La mayoría de los electores tienen generalmente un sentimiento de afinidad
hacia un partido, el cual es heredado a través de la familia.
) La identificación con un partido permite al elector hacer frente a la información
política y saber a qué partido votar. Por lo tanto, la identificación partidista influye
no sólo directamente en el voto sino también indirectamente en la percepción de
las políticas, los candidatos y los vínculos entre los partidos y grupos sociales.
C) La identificación de partido se refuerza con el paso del tiempo
periodos de grandes realineamientos, los cambios en la identificación partidista
suelen ser personales, reflejan alteraciones en las condiciones de vida de los
miembros del grupo de referencia, a menudo asociados con la movilidad geográfica
D) Los electores que están influenciados por las fuerzas a corto plazo pueden llegar
el partido con el que se identifican, pero, por lo general,
conservarán su identificación partidista y volverán a votarle en las elecciones
en lo que se conoce como “tendencia al hogar”.
a de Michigan se basa en cinco
principios, tal como los exponen Harrop y Miller. En síntesis, éstos pueden
eneralmente un sentimiento de afinidad
) La identificación con un partido permite al elector hacer frente a la información
n partidista influye
no sólo directamente en el voto sino también indirectamente en la percepción de
las políticas, los candidatos y los vínculos entre los partidos y grupos sociales.
C) La identificación de partido se refuerza con el paso del tiempo. Excepto en
periodos de grandes realineamientos, los cambios en la identificación partidista
suelen ser personales, reflejan alteraciones en las condiciones de vida de los
miembros del grupo de referencia, a menudo asociados con la movilidad geográfica
D) Los electores que están influenciados por las fuerzas a corto plazo pueden llegar
el partido con el que se identifican, pero, por lo general,
conservarán su identificación partidista y volverán a votarle en las elecciones
10
E) La distribución de la identificación de partido en el proceso electoral
proporciona una base desde la cual se calcula el voto normal y el resultado
esperado si las fuerzas a corto plazo no favorecen a otros partidos. Los
realineamientos transformarán la votación normal, pero ello ocurre con muy poca
frecuencia (Harrop & Miller, 1987, págs. 133-134).
Ambos modelos, el de Columbia y el de Michigan, tienen como denominador
común, la creencia en la incapacidad de los votantes para juzgar de manera
racional las acciones del gobierno, así como para dominar aspectos abstractos de la
política que les permitan actuar en consecuencia. En suma, para ambos modelos,
los votantes son considerados como sujetos cognitivamente limitados.
En palabras de Harrop y Miller, el enfoque sociológico rechaza el énfasis
individualista de la identificación de partido y los modelos de la elección racional.
Los sociólogos apuntan al grupo de referencia de los votantes como factor decisivo.
La sociología electoral se aproxima a las teorías que defienden que los diferentes
grupos sociales votan por determinados partidos, tomando ambos como
principales unidades de análisis. Esto último se conoce como prejuicio sociológico,
el cual consiste en afirmar que las acciones de los partidos son producto de las
demandas de los diferentes grupos sociales que representan. En este caso, los
partidos políticos son considerados como manifestaciones en el ámbito político de
las divisiones sociales (Panebianco, 1982). Esta interpretación se basa en la
posición social del grupo de referencia y en la supuesta relación de afinidad con un
determinado partido político. Los logros obtenidos por este enfoque son
incuestionables, no obstante sus variables más características: clase, religión, edad
y similares, pueden ser interpretadas como una causa de las decisiones de voto,
pero nunca como una consecuencia final de este tipo de decisiones. Un votante
puede variar de opción política en una elección, incluso cambiar su identificación
con un partido, pero lo que no puede variar es su edad o clase social. (Harrop &
Miller, 1987, págs. 157-158).
Tras la revisión realizada del voto psicosociológico en The American Voter,
aparece la concepción económica-racional del votante, que difiere de la visión
irracional del votante, que tanto la escuela de Columbia, como la de Michigan
defendían. V.O. Key, fue el primero en ofrecer esta nueva línea de investigación
11
dentro del llamado voto por temas. Para este autor los votantes sí actúan de
manera racional, aunque con escasa información teniendo la capacidad de
posicionarse en los diferentes temas, siempre y cuando el contexto político lo
permitiese, además de realizar evaluaciones prospectivas y retrospectivas previas
a la decisión del voto (Torcal & Montero, 2007, págs. 20-21).
También se insertan dentro de esta corriente los estudios de M. Fiorina,
acerca del voto prospectivo y retrospectivo. El autor realiza un esbozo de modelo de
elección de partido, en el cual integra las nociones usuales de identificación de
partido, voto retrospectivo y voto por temas en una regla única de decisión. Del
modelo concluye la existencia de bajas correlaciones entre las posiciones sobre
temas específicos y la decisión final del voto. En sus conclusiones resalta también
la importancia general de la identificación de partido para el comportamiento
electoral y el por qué de sus variaciones a través del tiempo, así como el
reforzamiento de la misma con la experiencia política en ciertas sociedades y no en
otras. El modelo probado por Fiorina se centra en los cambios en la identificación
partidista temporal. El autor no vincula directamente la identificación de partido
con la decisión de voto. El modelo se basa principalmente en las continuas
evaluaciones retrospectivas que hace el votante de las actuaciones y promesas de
los partidos. Este modelo permite variar de identificación de partido
continuamente. Aspectos como las ventajas del candidato saliente o la importancia
de las cualidades personales de los candidatos también son señalados por el autor
en las conclusiones del modelo (Fiorina, 1977, págs. 340-343).
La teoría de la elección racional formulada por Anthony Downs, supuso el
principal avance dentro de este enfoque. Para Downs, cada votante se comporta
racionalmente en todo momento, ya que persigue sus fines con el mínimo empleo
de recursos escasos y sólo emprende acciones en las que el ingreso marginal
excede el coste marginal. Cada ciudadano estima la utilidad o renta que obtendría
de las acciones que espera de cada partido si estuviera en el poder en el siguiente
período electivo. Votará por el que considere que le proporcionará la mayor
utilidad con su acción gubernamental. En este sentido, el primer factor que influye
en la estimación del comportamiento efectivo de cada partido no son las promesas
sobre el futuro, expresadas en campaña, sino su hacer durante el período
12
inmediatamente anterior. El autor sostiene que la escasa adquisición de
información por parte de los ciudadanos a la hora de decidir su voto, es un acto
racional ya que su obtención es costosa. El ingreso marginal de la emisión del voto
es siempre superior a su coste, por lo tanto el obtener poca información para
decidir el voto es un acto racional, ya que los beneficios obtenidos, y la capacidad
de influencia en el resultado son insignificantes. Los posibles beneficios obtenidos
de una elección no dependerán del nivel de información, ya que son comunes a la
sociedad y no pueden ser obtenidos individualmente, lo que repercute
negativamente en la participación (Downs, 1957, págs. 96-98).
A pesar de los importantes avances conseguidos por la teoría de la elección
racional en el campo del comportamiento político fueron muchos los
investigadores que dudaron de la capacidad del individuo para manejarse de
manera racional dentro de la política, siendo demostrado esto último con la
aportación de estudios empíricos que así lo reflejaban (Kahneman & Tversky,
1984) (Thaler, 1992).
Surge entonces, en los años noventa un nuevo modelo que supone una
atenuación al formulado por Downs, basado en la capacidad heurística del
individuo. El punto de partida de este nuevo modelo es diferente al modelo de
Downs, pero sus conclusiones nos son tan diferentes. Downs consideraba al
votante como un calculador omnisciente con unos extraordinarios recursos
analíticos, los cuales le permitían decidir su voto de manera racional. Sin embargo,
en este nuevo modelo los individuos utilizan atajos cognitivos que permiten
sintetizar y simplificar racionalmente la información recibida aunque no se tenga
un conocimiento exhaustivo del tema en cuestión. Las decisiones políticas de los
individuos resultan de la combinación de aprendizaje e información externa, lo que
permite establecer una serie de atajos que permiten entender aspectos de la
política y formar un punto de vista propio, determinando así aquello que le puede
favorecer políticamente. Downs tenía en cuenta en su teoría parte de estos atajos –
identificación de partido, ideología, pasado reciente- pero desde un punto de vista
de racionalidad perfecta y no heurístico. Estos atajos cognitivos pueden clasificarse
en cinco grandes grupos: (1) la identificación con un partido, (2) la ideología, (3)
los resultados de encuestas, (4) las características personales de un político y (5) el
13
apoyo o el respaldo de organizaciones (Lau & Redlawsk, 2006). Esta teoría
también se conoce como de racionalidad limitada, y difiere de la teoría de la
elección racional en el trato de la información. La teoría de la elección racional, en
los procesos de decisión individual e información no requiere ningún
planteamiento sobre los decisores o los receptores, puesto que todos los
comportamientos se explican en función de mensajes o señales procedentes del
ambiente. Sin embargo, la asunción de racionalidad limitada en los procesos de
decisión de los individuos convierte en esencial el estudio de la atención e
interpretación que los votantes prestan a la información (Taber, Lodge, & Glather,
2001, pág. 198). Es decir, según la heurística, el ciudadano medio no es que sea
irracional, sino que las limitaciones de sus capacidades para obtener la
información y los medios que le permitan tomar una decisión, le hacen
racionalmente limitado. En este punto, es donde gana importancia el estudio de los
mecanismos cognitivos de procesamiento de información de los ciudadanos,
influidos por el contexto y el ambiente concreto en el que se inserten. Por esto
último, es considerado un modelo adicional de voto y no una teoría en sí misma.
(Torcal & Montero, 2007, págs. 22-25).
Antes de terminar este apartado, haremos referencia al modelo propuesto
por Dalton en su libro Citizen Politics in Western Democracies, escrito en 1998.
Dalton recurre a una explicación muy gráfica con el llamado embudo de causalidad,
que nos sirve para nuestro trabajo, ya que en él aparecen factores determinantes
del voto que analizaremos en la parte empírica. Aspectos como las condiciones
económicas y políticas, las acciones de gobierno, los candidatos o las opiniones
acerca de los diferentes temas que aparecen en el embudo propuesto por Dalton
son abordados de manera directa e indirecta en nuestro trabajo.
Dalton afirmaba que las limitaciones de un enfoque puramente sociológico
de la votación desviaron la atención a los investigadores a modelos de votación
basados en factores psicológicos. Mientras que las divisiones sociales pueden
definir la estructura general de alineamientos partidistas, Dalton defendía que el
comportamiento ciudadano del elector depende más de las actitudes y
percepciones de cada individuo. La mayoría de las elecciones no se presentan
como conflictos por la escisión de alineamientos históricos, sino que tratan
14
problemas más contemporáneos. Los ciudadanos emiten juicios sobre qué partido
representa mejor sus intereses, siendo estas percepciones las que guían su
conducta individual. Considera que las actitudes hacia los temas y candidatos de
las elecciones son un elemento necesario en cualquier modelo de voto, y que éstas
son cambiantes, y su incorporación a un modelo de votación ayuda a explicar la
estabilidad y el cambio en los patrones de votación.
Este modelo sociopsicológico describe el proceso de votación en términos
de un embudo de causalidad. En la boca del embudo se encuentran las condiciones
socioeconómicas que generan las grandes divisiones políticas de la sociedad: la
estructura económica, las divisiones sociales, tales como la raza o la religión, y las
alineaciones históricas, como la división Norte-Sur en los Estados Unidos. Estos
factores influyen en la estructura del sistema de partidos pero están muy lejos de
las decisiones de voto de los ciudadanos.
A medida que avanzamos en el embudo causal, las condiciones socio-
económicas influyen en el grupo social y en las orientaciones básicas de valor. Por
ejemplo, las condiciones económicas pueden unir a un individuo a una clase social,
o las identidades regionales se pueden formar en respuesta a las desigualdades
Fuente: R. Dalton. Citizen Politics in Western Democracies. 1998
15
sociales y políticas. Así, las condiciones sociales se traducen en actitudes que
pueden influir directamente en el comportamiento político del individuo.
El embudo se estrecha aún más como causa de las lealtades de grupo,
mientras que los valores están relacionados con actitudes más explícitamente
políticas. Angus Campbell y sus colegas explicaron las decisiones individuales de
votación, en términos de tres actitudes: la tendencia partidista, dictámenes e
imágenes de candidatos. Estas creencias son las más próximas a las decisiones de
voto y por lo tanto tienen un impacto directo y muy fuerte en la votación.
Aunque el embudo de la causalidad parece bastante simple para los
estándares contemporáneos de la ciencia social, representa un gran avance
conceptual para la investigación de votación. Este modelo proporciona una
herramienta heurística útil para organizar los factores que influyen en el
comportamiento electoral. Con el fin de entender las decisiones de voto, uno tiene
que reconocer la relación causal entre los muchos factores involucrados. El
extremo ancho del embudo, representa grandes condiciones sociales propios de
los conflictos de la estructura política, pero están temporalmente y
psicológicamente muy alejadas de la decisión de voto real.
A medida que avanzamos en el embudo, la atención se desplaza a los
factores que son explícitamente políticos, implican creencias individuales, y están
más próximas a la elección de votación. Las características sociales se perciben
como un aspecto importante del proceso de votación, pero su principal influencia
está en la formación de las actitudes políticas, la mayoría de los efectos directos de
las características sociales de votación están mediados por las disposiciones
actitudinales. Las actitudes, a su vez, dependen de las lealtades de grupo y
orientaciones de valor del individuo, así como los estímulos externos, tales como
los amigos, los medios de comunicación, las acciones de Gobierno, y las actividades
de la campaña. En el embudo de causalidad hay un lugar para cada elemento del
proceso de votación, y cada elemento se entiende en términos de su relación con
los demás.
Además del valor heurístico del modelo, el enfoque sociopsicológico tiene
mucho éxito en la predicción de las decisiones de voto. Las actitudes hacia los
16
partidos, las cuestiones y los candidatos de las elecciones están psicológicamente
muy cerca de la decisión de voto real y por lo tanto están estrechamente
relacionadas con las opciones de voto.
El modelo socio-psicológico ha definido un paradigma de comportamiento
electoral que ha estructurado nuestra forma de pensar acerca de las elecciones y
de cómo los investigadores analizan el proceso de votación. Los elementos básicos
del modelo se han probado y aplicado en diversos países (Dalton, 1988, págs. 177-
180).
2. LA INVESTIGACIÓN ELECTORAL EN ESPAÑA
La investigación electoral en España es de reciente tradición. Las
discontinuidades políticas e históricas no han permitido que los estudios
electorales se desarrollasen a la par de los demás países occidentales. La ausencia
de elecciones durante el largo período franquista propició esta situación.
Tras las primeras elecciones democráticas de 1977 aparecieron los
primeros trabajos, los cuales fueron en aumento con el paso de las sucesivas
elecciones y la consolidación democrática. En un primer momento estos estudios
se caracterizaron por su carácter meramente descriptivo, sin obtener conclusiones
del todo claras. A este entusiasmo descriptivo, se une la deficiencia de los datos
electorales oficiales y la ausencia de una mínima infraestructura de investigación.
Después de esta etapa inicial, el grupo de investigadores se ha reducido
debido a la necesidad de profesionalización y seguimiento continuo que requieren
este tipo de estudios. Además la sucesión de acontecimientos de los primeros años
de la democracia –intento de golpe de estado en 1981 o el cambio en el sistema de
partidos en 1982- dificultó en gran medida la especialización de los diferentes
investigadores electorales. La existencia de un sistema multinivel de competencia
electoral, supuso la dispersión de los esfuerzos y objetos de la investigación.
En los años noventa, la investigación electoral sigue estando poco
desarrollada. Los temas de investigación caen en aproximaciones muy genéricas o
demasiado especializadas, careciendo estos estudios de continuidad en el tiempo.
17
Es en esta época donde los estudios con datos de encuestas han sido más
frecuentes, especialmente a nivel nacional. La importancia de las fuentes
documentales proporcionadas por el CIS, tuvieron mucho que ver en la
implantación de los enfoques individuales en la investigación electoral.
A finales de los noventa los estudios monográficos comienzan a extenderse
pero aún siguen siendo escasos, dependen mucho de la iniciativa del investigador,
careciendo en la mayoría de los casos de continuidad.
Ya en el nuevo siglo, las diferentes investigaciones utilizan en la gran
mayoría de los casos técnicas cuantitativas y cualitativas de mayor rigor científico.
Los métodos multivariantes aplicados al comportamiento electoral aparecen en
numerosos estudios, los cuales empiezan a realizarse de manera temporal y en
grupos de investigación más especializados. A pesar de este avance, la producción
científica sigue siendo escasa en relación a otros países occidentales.
2.1. Los estudios del voto económico en España
En este subepígrafe haremos mención a algunas de las investigaciones
realizadas al amparo de la teoría del voto racional- económico en España,
Latinoamerica y Europa. En el caso español este tipo de trabajos tuvieron su punto
álgido tras las elecciones de 2000, las cuales supusieron la primera victoria
rotunda del voto económico.
El trabajo de Marta Fraile titulado El voto económico en las elecciones de
1996 y 2000: una comparación, parte de la hipótesis del voto económico para las
elecciones de 1996 y 2000, con la peculiaridad de introducir también el voto de
políticas sociales. La autora concluye como la gestión de la economía ayuda a
explicar tanto la derrota del PSOE como la victoria del PP en el 2000. Los
resultados obtenidos indican que el efecto del voto económico prospectivo y
retrospectivo fue más importante en las elecciones de 2000 que en las de 1996. El
efecto del voto económico fue distinto en ambas elecciones. En 1996 sirvieron de
castigo a los socialistas y las de 2000 premiaron la gestión económica del PP. El
castigo socialista no se debió únicamente a cuestiones económicas, los casos de
corrupción y el desgaste de sus líderes fueron factores decisivos. Sin embargo, la
18
victoria del PP en el 2000 se debió exclusivamente a la gestión de la economía y a
las expectativas creadas.
Otra publicación al respecto realizada por Marta Fraile, es su libro Cuando la
economía entra en las urnas. El voto económico en España (1979-1996). En el
analiza las reacciones de los electores ante los programas económicos y sociales
desarrollados en España bajo la hipótesis del voto económico. Concluye como la
importancia de este tipo de voto y las evaluaciones retrospectivas van en aumento
según se consolida la democracia.
El artículo escrito por Ignacio Lago Peñas y Santiago Lago Peñas, titulado
Descentralización y voto económico en España, analiza el voto económico en
contextos descentralizados. El análisis que realizan de los resultados electorales
nacionales y autonómicos en España entre 1982 y 2008 les ha permitido constatar
la existencia de contaminación electoral entre los dos niveles territoriales y que
tiene lugar desde el nacional al regional, y no al revés. Las diferencias autonómicas
en la situación económica en términos de PIB, paro e inflación, no explican que al
partido en el gobierno nacional le vaya mejor o peor en las elecciones generales en
las Comunidades Autónomas. Es decir, la suerte electoral del gobierno nacional se
juega en el ámbito nacional, no en los autonómicos. Los factores nacionales
desempeñan un papel relevante en las elecciones autonómicas a costa de los
factores propios de cada Comunidad Autónoma. De este modo, un menor voto
económico en las elecciones autonómicas (basado en temas autonómicos) que en
las generales (basado en temas nacionales), significa un menor control electoral en
las primeras que en las segundas.
Por otro lado, Vladimir G. Gramacho, en su artículo Partidos Políticos versus
Voto económico examina la hipótesis de Maravall y Przeworski (2001) según la
cual la influencia del voto económico tiene una relación inversa con el arraigo de
los partidos políticos Esta expectativa es investigada en tres contextos: el mandato
de Cardoso en Brasil en 1999 y en 2002, el gobierno de Frei en 1999 y de Lagos en
2005 en Chile, y el mandato de Aznar en España (2004). Los resultados
presentados en este trabajo sugieren que allí donde los partidos políticos están
más consolidados y arraigados en la sociedad el voto económico fue limitado de
19
modo muy importante, especialmente en España. Por otro lado, en Brasil, donde
los partidos políticos están menos consolidados, el impacto del voto económico
pareció ser más importante. En Chile, sin embargo, los resultados sugieren que los
partidos de la Concertación (sobre todo el PDC y el PPD) tienen mayor influencia
sobre la formación de la opinión de sus simpatizantes. Dicho de otro modo, sus
partycues parecen ser más eficaces, aunque necesiten la ayuda del contexto
económico real para influenciar favorablemente sus bases.
Otra investigación en el ámbito del voto económico es la realizada por
Agustí Bosch y Clara Riba, Coyuntura económica y voto en España, 1985 -1996. El
artículo presenta un modelo de popularidad para el Gobierno español entre 1985 y
1996, elaborado con datos trimestrales procedentes de encuestas del CIS, de la UE
y datos económicos procedentes de la OCDE y del INE. Los resultados enfatizan la
gran influencia que tuvieron algunas variables de la coyuntura macroeconómica,
en especial el desempleo, sobre la popularidad del Gobierno socialista, pero sobre
todo la influencia que ejercieron las percepciones subjetivas sobre esta coyuntura
macroeconómica. El efecto de tales percepciones es mucho más rápido que el de la
economía objetiva. Además, también revelan la influencia de algunas variables
políticas como el carisma del presidente, la adhesión a la CE, la guerra de Kuwait y
el escándalo Filesa.
También Laia Balcels-Ventura, en su paper Elecciones y acountability
económica de los gobiernos: un estudio transnacional del voto al incumbent en la
Unión Europea, realiza un análisis del voto económico desde la perspectiva del
accountability económico de los gobiernos. Para ello analiza 135 elecciones en los
países de la UE desde 1970 a 2001, del que concluye que los factores
macroeconómicos no explican las ganancias o pérdidas electorales, a excepción de
la variación en la tasa de desempleo, la cual puede ser anulada con altos niveles de
gasto público. También afirma que en el caso de gobiernos de coalición, la
atribución de responsabilidades no guarda relación con el peso del partido en
dicha coalición, como tampoco con el factor ideológico.
20
En definitiva, el esfuerzo de los investigadores en búsqueda de la
explicación del comportamiento electoral es indudable. Los estudios en los
diferentes niveles así lo constatan. No obstante parece existir una ausencia de
continuidad y coordinación entre todos ellos, lo que dificulta su consolidación en
España.
3. CONDICIONANTES DEL VOTO EN LAS DIFERENTES
ELECCIONES DE LA DEMOCRACIA. 1977-2008.
En este epígrafe realizaremos un repaso cronológico de las diferentes
elecciones de la democracia española y sus contextos, con el objetivo de
introducirnos en la realidad electoral española y sus diferentes idas y venidas
desde la caída de la dictadura franquista. Este recuerdo nos sirve para
contextualizar el plano histórico que precede a la elección que nosotros
analizaremos en este trabajo y que en cierta medida influye en el aspecto
psicológico del votante. También es de gran utilidad para conocer los
determinantes históricos del voto en España lo que nos da algunas ideas sobre qué
aspectos indagar en nuestro análisis de las elecciones generales de 2011. El
siguiente resumen se ha realizado íntegramente a partir del libro Las razones del
voto en la España democrática, 1977-2008, escrito por Juan Jesús González y
Fermín Bouza en 2009 y editado por la editorial Catarata. Este libro realiza un
flashback sobre las razones del voto muy detallado y de fácil comprensión que nos
permite introducirnos en la realidad histórica que nos ocupa.
Comenzaremos hablando de las elecciones de la transición (1977) que se
caracterizaron por el fuerte papel que jugaron los diferentes líderes, tanto en la
derecha (UCD y AP) como en la izquierda (PSOE Y PCE). El proceso transitorio
previo, se llevó a cabo en exclusiva por las diferentes élites políticas. La breve
experiencia democrática de los años 30, caracterizada por la excesiva polarización
y la política de bloques, provocó que dichas élites realizasen un ejercicio de
memoria colectiva para no volver a caer en los mismos errores de antaño. El
dilema entre reforma y ruptura fue fruto de discusión entre las diferentes fuerzas,
aún con ello, la pauta general seguida fue la de la moderación y el consenso. De
21
todo este proceso se excluyó deliberadamente, y de forma ciertamente razonada, a
las clases obreras y en consecuencia a los sindicatos y demás movimientos
sociales. Este último hecho, más conocido como “desmovilización popular”, tenía
como objetivo que la inexperiencia democrática y el posicionamiento político
heredado en gran medida de la etapa pre-franquista por parte de la mayoría de la
masa social y los diferentes movimientos, no frustrasen el clima de negociación y
consenso actuando como agentes polarizadores y de confrontación (Míguez, 1990).
El punto de partida de todo este proceso es el referéndum sobre la Reforma
Política de Noviembre de 1976, el cual supuso el primer ejercicio democrático del
electorado español de donde se pueden sacar las primeras conclusiones acerca de
las estrategias de decisión de los “nuevos votantes”. La participación alcanzó el
78%, con una respuesta a favor del sí de un 94%, un resultado muy contundente
pero que no refleja los posicionamientos propugnados por las diferentes fuerzas
políticas. La oposición antifranquista, de izquierda y rupturista en un inicio, pidió a
sus simpatizantes que optaran por la abstención. Por otro lado la UCD de Adolfo
Suárez realizó una campaña a favor del “si” y de la reforma, por lo que estos
resultados se pueden entender como una victoria aplastante del propio Suárez.
Nada más lejos de la realidad, si es cierto que la campaña de Suárez fue muy bien
planteada y obtuvo un fuerte calado en la sociedad pre-democrática española, pero
lo que ocurrió realmente fue que los españoles que se dirigieron a las urnas
realizaron un ejercicio de memoria colectiva, votando a favor de una reforma que
parecía alejarse de la experiencia republicana de corte rupturista y de fatal
desenlace. Los electores rechazaron las peticiones a la abstención, aún cuando
provenían de los propios partidos de los que se sentían simpatizantes y que
posteriormente votarían en las elecciones de 1977. Nos encontramos por lo tanto
en estos primeros comicios, ante un voto de carácter racional, dejando posiciones
ideológicas a un lado, especialmente en los votantes de izquierda que hicieron
oídos sordos a las proclamas abstencionistas. Aún con ello, la información de la que
disponían los electores era escasa y de dudosa fiabilidad, por lo que podemos
hablar también de un cierto ingrediente de voto deferente, propio de la
inexperiencia democrática heredada de la etapa pre-democrática, caracterizado
por el miedo y la cautela.
22
Con este escenario previo se celebran las primeras elecciones
constituyentes el 15 de Junio de 1977, cuyo objetivo recaía en la formación de un
arco parlamentario en el que se representasen las diferentes fuerzas políticas que
posteriormente participarían en la redacción de la nueva constitución.
Anteriormente a la elección, se produjo un hecho importante que diluyó el dilema
reforma-ruptura y dio otro cáliz diferente a las elecciones, la legalización del
Partido Comunista, que suponía a la vez un “guiño democrático” del centro-
derecha y su aceptación por parte de todos dentro del nuevo juego. De las
elecciones saldría victoriosa la UCD de Adolfo Suárez, en gran medida gracias a su
bandera moderada y reformista, y no menos a un sistema electoral que le
beneficiaba notoriamente en las provincias sobrerrepresentadas. Los partidos de
izquierda obtuvieron un número de votos que no se correspondía con la notable
diferencia de escaños con la UCD. Por lo tanto, parece claro que el triunfo de la
moderación era claro (hecho que se corroborará definitivamente en las siguientes
elecciones) en una sociedad con una estructura social desarrollada e
industrializada que había alcanzado en los años sesenta y setenta un status y unas
oportunidades de promoción social sin precedente alguno, y que no se querían ver
truncadas con una ruptura total que recordaba al descalabro de los años treinta.
Pese a la victoria de la UCD, cabe también señalar el relativo éxito
conseguido por el PSOE dentro del centro-izquierda, erigiéndose como partido
mayoritario en esta parte del espectro, especialmente gracias a su estrategia de
moderación y de alejamiento del PCE, suceso similar al llevado a cabo por la UCD
que dejo a un lado la vieja guardia franquista insertada en AP. De ahí gran parte de
su éxito.
La constitución de las nuevas Cortes supuso un punto de inflexión
importante en el proceso transitorio, sentándose las bases del consenso y de una
negociación constitucional sin sobresaltos. Para ello fue necesario reducir el papel
político de numerosos actores sociales, especialmente el ejército, la iglesia y las
organizaciones obreras, los cuales en un ejercicio de responsabilidad se ciñeron a
su campo natural de actuación sin interferir en el ámbito político de forma
polarizadora.
23
Es de vital importancia reseñar el contexto económico de crisis en el que se
insertó el nacimiento de la nueva aventura democrática. La crisis energética de
1973, apenas tuvo incidencia en la economía española durante sus primeros
coletazos, debido principalmente a la fase de gran expansión en la que se
encontraba la economía española en las épocas del tardofranquismo. Los primeros
años de la transición fueron tranquilos en este aspecto, pero una vez se
comenzaron a asentar las bases políticas del sistema democrático y su aceptación
social era mayoritaria, la crisis económica se empezó a dejar sentir. Esto provocó la
primera crisis de gobierno (dimisiones incluidas) de la democracia, un gobierno
que había priorizado más la política que la economía en estos años, obligado por
las circunstancias históricas en las que se encontraba. Ante la incesante escalada
de la inflación (30%), el gobierno comunicó a los diferentes agentes sociales la
gravedad de la situación, lo que conllevó a la firma de los Pactos de la Moncloa con
los diferentes partidos, en el que se suscribía un programa de austeridad, en el que
se fijaba la moderación salarial y una reforma fiscal. Uno de los efectos principales
que provocaron estas medidas fue la reducción de los niveles de satisfacción
democrática entre los ciudadanos, que en una gran mayoría de los casos veían
como se producía el primer frenazo salarial de su vida laboral. Esto último se vio
claramente reflejado en el aumento de los niveles de abstención en las elecciones
de 1979. La conclusión que se deriva de esto último es la inexistencia de
afectividad por parte de los españoles hacia las instituciones democráticas, las
cuales son percibidas de manera instrumental y juzgadas a partir de una cuenta de
resultados más que por su valor democrático.
Ante esta situación de incertidumbre nos encontramos en un momento de
atascamiento, en el que las dos principales fuerzas ni avanzan ni retroceden. El
PSOE por su parte no supo aprovechar la mala situación económica para alzarse
con el gobierno, ya que su pauta de moderación y consenso no era percibida de
manera cien por cien explícita por parte de los ciudadanos, debido a la dualidad de
un discurso que cabalgaba entre la revolución y la moderación. Por lo tanto, UCD
revalidó la victoria de 1977 y comenzó una nueva legislatura caracterizada por el
desmembramiento de la propia UCD y la total renovación del PSOE que le alzaría al
poder en las próximas elecciones.
24
Como se mencionó al final del anterior epígrafe, la legislatura que
comenzaba después de las elecciones de 1979 sirvió de alfombra roja para la
posterior victoria por mayoría absoluta del PSOE en las elecciones de 1982. El
descalabro interno de la UCD y el realineamiento que sufrió el PSOE fueron los
factores clave. Por un lado, la UCD sufrió un proceso de autodestrucción de
magnitudes considerables debido principalmente a dos motivos. El primero fue la
división interna en el seno del partido, en dicho seno convivían diferentes familias
políticas que se disputaban el poder interno y que no disponían de una hoja de
ruta común que les hiciese ser un partido fuerte y estable, por lo que las divisiones
eran insuperables. El segundo motivo viene de fuera, en la relación con los actores
externos teóricamente próximos a su base social, Iglesia y patronal. Fueron
numerosos los enfrentamientos con ambos, en el caso de la Iglesia alcanzó su
momento álgido con el debate sobre la Ley del Divorcio. Por su parte la patronal
jamás se vio identificada políticamente con la UCD como portavoz de sus
reivindicaciones, las cuales quedaron relegadas a un segundo plano, siendo
prioritario en ese momento atar los cabos sueltos del entramado constitucional.
Es en este punto donde el PSOE encuentra el escenario perfecto para su
irrupción. Parecía evidente, tras las dos elecciones previas, que el grueso del
espectro electoral se encontraba mayoritariamente en el centro y que sería este el
terreno donde se ganasen las elecciones. La estrategia del PSOE, se basó en un
realineamiento ideológico hacia el centro, dejando atrás las posiciones marxistas y
abrazando a la socialdemocracia europea, a la vez que consiguió reducir a la
mínima expresión la influencia del PCE en el electorado de izquierda.
Además de estos dos factores no se puede obviar, que gran parte de la
victoria socialista vino marcada por la mala gestión del gobierno de Suárez en casi
todos sus ámbitos de actuación (economía, Estado de las Autonomías, terrorismo,
etc.), y también por las sucesivas derrotas de la UCD en las primeras elecciones
autonómicas.
Con esta tesitura se celebraron las elecciones de 1982 con resultado
abrumador para el PSOE en las que la ideología se erigió como factor determinante
en la decisión del voto de los españoles. El PSOE se hizo con el centro del espectro
político obteniendo la mayoría más importante de la democracia (202 diputados),
25
absorbiendo votantes tanto de los partidos situados más a la izquierda (PCE) como
del centro (UCD), registrándose un altísimo índice de volatilidad electoral.
La incapacidad de la derecha para reorganizarse en un frente común facilitó
que se sucediesen las sucesivas mayorías absolutas y que el PSOE se erigiese como
partido hegemónico. El descalabro de UCD unido al posicionamiento de AP
excesivamente anclado en la derecha y con una base social de clase alta, generó en
el electorado un sentimiento de apatía. La distancia ideológica de ambos partidos
era insalvable, lo que provoco el rechazo mutuo entre los votantes de ambos
partidos. Hasta que la derecha no consiguió reorganizarse el PSOE no fue
desbancado de su posición de dominio.
La etapa socialista en sus primeros años, se caracterizó por la normalización
del proyecto democrático y por la implementación de políticas estructurales más
que ideológicas. Estas políticas estabilizadoras tuvieron como punto cumbre la
integración de España en la Comunidad Europea. La valoración de la situación
política alcanzó en esta primera etapa unos niveles de aceptación que nunca se
volvieron a repetir. Mientras tanto, la derecha española seguía a la deriva y sin un
proyecto claro, con AP todavía anclado en posiciones alejadas del centro. En la
segunda legislatura socialista (1986-1989) se empezaron a hacer visibles los
efectos de la integración europea. El crecimiento de la economía fue muy fuerte al
igual que el aumento del gasto público, mejorando con respecto a la legislatura
anterior la percepción de la situación económica. Paralelamente la derecha estaba
sufriendo un proceso de reconversión, intentando aglutinar a todo el espectro del
centro-derecha optando por un posicionamiento más centrado y moderado. El
proceso se culminó con la refundación de Alianza Popular en el nuevo Partido
Popular y un nuevo giro estratégico.
Por lo tanto, la travesía del PSOE en el gobierno estaba siendo tranquila y
sin sobresaltos, nada hacía presagiar que se pudiese desbancar al PSOE de su
condición de partido hegemónico. Fue a partir de las elecciones municipales de
1987 cuando esta tendencia empezó a tornarse paulatinamente y que terminaría
con la ajustada victoria de 1993. La integración europea no solo trajo consigo el
crecimiento económico y el aumento del gasto social, sino que también se produjo
un aumento considerable de la presión fiscal, en consonancia con los demás países
26
europeos. Como cabría esperar, estas medidas no son del agrado del ciudadano
medio, que fue retirando poco a poco su confianza en el gobierno, alentado a su vez
por las rebajas fiscales prometidas por el nuevo Partido Popular liderado por José
María Aznar.
Con este estado de cosas, irrumpen de nuevo en la vida política los
sindicatos, los cuales se habían mantenido al margen hasta el momento. La
intención del PSOE de reformar el mercado de trabajo y el sistema de pensiones, se
topó de frente con las demandas sindicales. Esta confrontación tuvo como
momento cumbre la huelga general de diciembre de 1988, convocada por UGT
(sindicato afín al PSOE) y que supuso un éxito sin precedentes, paralizando el país
como nunca antes se había logrado. El efecto inmediato fue la pérdida de
credibilidad de las clases trabajadoras hacia el gobierno, alentados por UGT que
dejó de pedir el voto para el PSOE por primera vez. Ante la ausencia de una fuerte
oposición política, ésta fue ejercida mayoritariamente por los sindicatos, lo que
provocó un debilitamiento total del factor ideológico, algo que tenía un claro
perjudicado, el PSOE.
La huelga general de 1988 marcó el comienzo del fin de la hegemonía
socialista, produciéndose a posteriori un proceso de polarización política y
mediática totalmente nuevo en la reciente historia democrática. Por un lado, la
refundación del PP trajo consigo una estrategia de confrontación constante que
sirvió de acicate contra el gobierno socialista. La línea de José María Aznar se
caracterizó por la política del escándalo y del descrédito hacia el gobierno,
ahogado por los numerosos casos de corrupción. Por otro lado, la liberalización del
mercado mediático provocó que las diferentes fuerzas políticas buscaran
deliberadamente controlar los nuevos conglomerados, produciendo alineamientos
político-mediáticos que potenciarán los niveles de polarización. Por lo tanto, es en
esta etapa de la historia democrática donde los medios de comunicación empiecen
a jugar un papel primordial en la contienda partidista, suponiendo el germen de la
polarización política de este país.
La liberalización televisiva tuvo un notable efecto en la campaña de 1993, la
irrupción de los nuevos medios de comunicación se vio reforzada con el descrédito
que sufrió la televisión pública, debido al uso abusivo de la misma por parte del
27
gobierno. A su vez, la celebración de los diferentes debates electorales en estos
nuevos medios, tuvo como consecuencia un aumento de la personalización y de la
importancia asociada al liderazgo.
En es en este nuevo contexto, donde el Partido Popular inicia su estrategia
que le acercaría al PSOE en 1993 y que le daría el gobierno en 1996. La habilidad
de los populares recayó en la utilización de los medios como mecanismo de des-
ideologización. Su acción se centró en el descrédito constante hacia el gobierno,
utilizando el triángulo paro-corrupción-despilfarro como eje central de su discurso
político. El objetivo que perseguían era que el votante medio realizase un ejercicio
de evaluación de la gestión del gobierno y que en su decisión incidiese un
componente de carácter racional.
La etapa final del gobierno socialista se puede considerar la crónica de una
muerte anunciada, si bien consiguió alargar la agonía hasta 1996. Tras la victoria
de 1989, en la que el PSOE mantuvo la mayoría absoluta pero perdió el 5% de sus
diputados, los casos de corrupción inundaron al partido y las divisiones internas
fueron más que evidentes, con el consiguiente coste electoral. Felipe González se
vio superado por las disputas internas, a lo que se le unió el primer debate
electoral en el que fue severamente derrotado. Esto último fue contrarrestado en el
segundo debate, en el que Felipe González hizo apología de las políticas sociales,
señalando a las propuestas de Aznar como “neoliberales” y de “grave peligro para
su mantenimiento” debido a su “programa oculto”, algo que le hizo remontar y que
a la postre le daría la ajustada victoria de 1993.
El desarrollo del Estado del Bienestar durante la etapa socialista fue el
primer baluarte de Felipe González, del que se vieron beneficiados numerosos
colectivos sociales, entre los que destacan los pensionistas, parados y estudiantes.
Esto produce un efecto significativo en la dinámica de la volatilidad electoral. Si
bien en los primeros años ochenta su principal base social eran los trabajadores,
con el aumento de la presión fiscal y de la redistribución, son los colectivos
mencionados anteriormente los que se constituyen ahora como su principal base y
los que le dieron la victoria en 1993.
28
En esta coyuntura política, totalmente perjudicial para el PSOE, a la vez que
el contexto de recesión económica suponía un lastre aún mayor, tienen lugar las
denominadas elecciones de la alternancia. Las impopulares medidas de
desregulación laboral llevadas a cabo por el gobierno de Felipe González, que
tuvieron como consecuencia principal un aumento considerable de la precariedad
laboral (especialmente en los jóvenes), se tradujeron en un voto de castigo por
parte de su propio electorado que a la postre daría el gobierno al PP. Aun así, la
victoria del PP fue mucho más ajustada de lo esperada y el castigo de los votantes
socialistas al PSOE, fue menor de lo que los miembros del Partido Popular
auguraban. Esto último se explica por el miedo que algunos electores socialistas
tenían del Partido Popular, el cual no explicitaba concretamente su programa
electoral dejando que las propuestas más impopulares y de corte neoliberal fueran
proclamadas por actores afines, como la banca o la patronal, algo que el PSOE
vendió como el “programa oculto” del PP y el desmantelamiento de los derechos
sociales conseguidos en la etapa socialista. A todo esto se le une la incapacidad del
PP de aglutinar a los votantes socialistas más desencantados, debido
principalmente a la dureza de su discurso contra el gobierno socialista, con
continuas descalificaciones, que hicieron que dichos votantes no se pasasen a lo
que los propios populares llamaron “nueva mayoría”.
Por lo tanto, el PP ganaría las elecciones con un ajustado margen, lo que le
obligó a tener que buscar apoyos en otras formaciones, en este caso los partidos
nacionalistas (CiU y PNV). Esto conllevó un giro por parte del gobierno del PP que
optó por una estrategia encuadrada en el diálogo social, dejando a un lado sus
intenciones de carácter neoliberal, algo que a posteriori le favorecería
indudablemente en los comicios del 2000. En los primeros años de la legislatura
1996-2000, las diferencias entre PP y PSOE en intención de voto eran mínimas,
produciéndose un empate técnico durante 1997 y 1998. Esto último hacía pensar
que la victoria de 1996 suponía un paréntesis en la historia democrática española,
pero el devenir de la legislatura provocó que esta creencia se tornase falsa. El
anteriormente mencionado diálogo social del que se abanderó Aznar, le sirvió para
crear un clima de paz social y de confianza general que no se recordaba desde los
años dorados de la etapa socialista. El acercamiento a los sindicatos y a los
diferentes sectores de la sociedad civil en términos de negociación realizados por
29
el gobierno del PP (llegando a importantes acuerdos con sindicatos y patronal), se
alejaba de la coyuntura de confrontación que había vivido el gobierno de Felipe
González en las dos últimas legislaturas. La percepción de la situación política por
parte de los ciudadanos había mejorado considerablemente, debido
principalmente a la mejora de la percepción de la situación económica que sirvió
de vagón de arrastre para la primera. La situación económica general del país
había mejorado considerablemente, en especial a lo que el paro se refiere. Aun así
el empate técnico existente entre PP y PSOE seguiría vigente, manteniéndose el
componente ideológico como factor principal, quedando aún el componente
racional de decisión en un segundo plano.
Con esta dinámica se llegó a la campaña electoral del año 2000, en la que se
enfrentaron la estrategia del PP, que incitaba a la evaluación por parte del votante
de la gestión del gobierno y de la oposición a la hora de decidir a quién votar, y la
del PSOE que apelaba a la ideología, hecho que se ve claramente reflejado con el
pacto asignado con IU para concurrir juntos a las elecciones con la intención de
aglutinar a toda la izquierda y conformarse en un frente común que denunciaba la
derechización del Partido Popular. Esta estrategia resultó fallida, ya que como se
observó durante la legislatura, los indicadores demoscópicos sobre la situación
económica serían los que jugaron el papel más importante en la decisión de voto.
También hay que unir a esto el proceso de centralización llevado a cabo por el PP
una vez en el gobierno, lo que hizo que se redujese el miedo de muchos votantes
hacia la posibilidad de una política fuerte en el plano neoliberal del PP.
En el plano ideológico, la mayoría de los votantes siguieron autoubicándose
más cerca del PSOE que del PP, aunque sí es cierto que esta cercanía se redujo con
respecto a las anteriores elecciones. Por otro lado, las valoraciones hacia la gestión
del gobierno eran mucho mejores que las realizadas sobre la labor de oposición del
PSOE. Una gran mayoría de votantes se encontró ante el dilema de decidir entre su
proximidad ideológica o la evaluación racional del gobierno-oposición. Tal decisión
se resolvió en favor de esta última, obteniendo el Partido Popular una mayoría
absoluta para el centro-derecha sin precedentes en la democracia, en la que
supuso el indudable triunfo del voto económico-racional.
30
Con esta aplastante victoria del Partido Popular comienza la segunda
legislatura de la era Aznar marcada, como veremos más adelante, por la excesiva
polarización político-mediática. El gobierno del Partido Popular adoptó en esta
segunda legislatura, una nueva estrategia alejada de la que había llevado a cabo
después de la victoria de 1996, caracterizada por el diálogo social y la negociación
con todos los agentes de la sociedad española. Esta nueva estrategia se centró en
atender más a las demandas de sus bases sociales que los reclamos provenientes
del votante medio, adoptando posiciones más extremas que a la postre le
supondrían la pérdida del gobierno, culminada con el despropósito informativo
sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo. El efecto más inmediato de esta
nueva dinámica de polarización, radica en el cierre de filas que los votantes más
ideológicos hacen entorno a los partidos con los que más simpatizan, provocando
que los votantes situados en el centro del espectro ideológico caigan en el rechazo
y el cinismo hacia los políticos, “todos son iguales”. Por lo tanto, el clima de
confrontación y amenazas constantes entre ambos bandos perjudicaba en mayor
medida al Partido Popular, ya que como hemos visto anteriormente, en una
hipotética batalla ideológica el PSOE sale más favorecido, debido a que el votante
medio en España se ha situado siempre más próximo al PSOE en la escala de
autoubicación ideológica.
Es cierto, que las elecciones del 14 de marzo de 2004 se celebraron en un
clima marcado por los atentados terroristas acaecidos 3 días antes en Madrid, por
lo que podemos intuir que la coyuntura en la que se insertaban dichos comicios fue
el factor clave en la decisión final de los votantes. Pero también no es menos cierto,
que las diversas acciones llevadas a cabo por el gobierno de Aznar durante la
legislatura crearon un ambiente previo que facilitó tales resultados. Los errores del
gobierno Popular radicaron en una serie de aspectos que señalaremos a
continuación. El primero de ellos fue la denominada política de “déficit cero”, en la
que se redujo el gasto social en un momento en el que la entrada de inmigrantes
era masiva, con la consecuente pérdida de calidad de los servicios públicos, algo
que no fue bien recibido por la mayoría de la sociedad española. En segundo lugar,
la ruptura del diálogo social, especialmente con los sindicatos, adoptando medidas
de forma unilateral como el famoso “decretazo”, que supuso la convocatoria de una
huelga general en el momento en el que España ostentaba la presidencia de la
31
Unión Europea. Por último, el alineamiento entorno a la figura de George Bush y
su esquizofrénica política internacional contra el terror, plasmada en la Guerra de
Irak, que Aznar apoyó y que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles no
dudó en posicionarse en contra, tomando las calles de todas las ciudades del país.
En el terreno económico, el PP seguía siendo el partido mejor valorado, pese a que
las reducciones fiscales realmente no habían tenido el efecto deseado en el
ciudadano medio, que aportaba más de lo que recibía. Todo este carrusel de
decisiones tuvo como consecuencia la pérdida del centro por parte del Partido
Popular
Con este panorama se llega a la campaña electoral del año 2004, en la que el
papel de los medios de comunicación fue decisivo, especialmente los días
posteriores a los atentados del 11 de marzo. Rajoy y Zapatero llegaron a los
comicios empatados en cuanto a la valoración de líderes se refiere, si bien la
intención de voto era mayor para el Partido Popular. El PSOE concurrió a las
elecciones con la crisis del tripartito catalán acechando y con las dudas de los
votantes sobre la capacidad de gestión de Zapatero como un líder sólido. Pero
indudablemente, el hecho clave de esta campaña fueron los atentados de Madrid y
en especial la posterior vorágine informativa, en la que la claridad brilló por su
ausencia y los enfrentamientos entre los diferentes medios sobre la autoría de los
atentados fue la tónica general. Los días transcurridos entre el 11 de marzo y el 14
de marzo supusieron un hito en cuanto a la demanda informativa se refiere por
parte de los ciudadanos. El gobierno en su intento de achacar la autoría de los
atentados a ETA, cuando comenzaban a aflorar numerosas pruebas que indicaban
a Al-Qaeda como autor de los hechos, empezó a cavar su propia tumba. La
manipulación informativa llevada a cabo por el gobierno fue contrarrestada por los
medios de comunicación más próximos al PSOE, la SER y El País principalmente,
cuya oferta informativa en los días previos a la elección alcanzó unas dimensiones
tales, que jugaron un rol más que decisivo en la posterior victoria del PSOE de
Zapatero. La disyuntiva existente entre ideología y racionalidad en la campaña
electoral, acabó decantándose por la primera con el devenir de los
acontecimientos.
32
Zapatero se alzaría con la victoria con un margen de 16 escaños,
comenzando una nueva legislatura que tuvo como primera medida la retirada de
las tropas de Irak, una de sus promesas electorales. A ello le siguieron diferentes
avances en materia de derechos sociales (matrimonio homosexual, cheque bebé,
Ley de Dependencia, etc.), atendiendo a las demandas propias de su base social. El
votante de izquierda más ideológico se comenzaba a identificar con las políticas de
Zapatero como nunca antes lo había hecho. Pero no todo fue un camino de rosas,
como en todas las legislaturas también existen espinas, y la principal de ellas fue la
total falta de dominio por parte del Partido Socialista de la agenda pública. Esta
estuvo dominada por aspectos que venían de fuera del gobierno y que no fueron
propuestas en el debate público por parte del gobierno: el Estatut catalán, la
política antiterrorista y la Ley de Memoria Histórica.
Por partes, la propuesta de reforma del Estatut catalán provenía del Partido
Socialista de Cataluña, a la que el principal partido de la oposición se opuso
radicalmente quedando fuera de cualquier tipo de negociación. Zapatero en la
campaña de 2004 se había comprometido a apoyar el texto y no le quedo más
remedio que ceder ante las presiones provenientes del PSC de Maragall y sentarse
a negociar. Un texto fuertemente criticado desde la prensa madrileña y que supuso
uno de los puntos fuertes de confrontación de la legislatura. En segundo lugar, la
política antiterrorista, vino marcada por la tregua indefinida propuesta por ETA y
que indudablemente el gobierno secundó. Zapatero busco deliberadamente vender
el proceso de paz, sentándose a negociar un alto al fuego definitivo con ETA, que
fracasaría con el atentado de Barajas en 2006. Por último, La Ley de Memoria
Histórica, propuesta por sus socios de Gobierno, IU y ERC, de la que rápidamente
se abanderaría el gobierno de Zapatero, y que pronto tuvo respuesta en la derecha,
acusándolo de “remover las entrañas del franquismo” una vez que según el PP, el
proceso estaba más que olvidado y superado. Ante estos tres hechos claves, nos
presentamos a una dinámica de polarización, en la que los tres temas estrella de la
legislatura eran percibidos de manera muy diferente entre los dos principales
partidos del hemiciclo, en la que la confrontación y los posicionamientos radicales
acerca de estos temas crearon un fuerte clima de crispación. Hay que señalar
también, que en materia económica se produjeron unos buenos resultados, los
cuales el gobierno de Zapatero no supo vender adecuadamente, ni colocar en el
33
centro de la agenda pública, pese a que las valoraciones demoscópicas en cuanto a
la situación económica eran favorables y en crescendo. Posteriormente estas
percepciones se vieron algo mitigadas por la mala percepción política ciudadana a
consecuencia de la excesiva polarización.
Por lo tanto, el transcurso de la legislatura se basó en la polarización acerca
de los temas anteriormente mencionados, presentándose a priori una campaña
electoral con un fuerte componente ideológico. Las elecciones de 2008 se
celebraron con una cierta incertidumbre acerca del resultado. La dinámica de
polarización provocó por un lado, el giro del PSOE hacia la izquierda haciéndole
ganar votos por este lado, favorecido a su vez por la dura estrategia del PP que
hace que el electorado de izquierda se movilice en mayor medida. Por otro lado las
concesiones realizadas por el gobierno de Zapatero a las “periferias nacionalistas”,
le hicieron ganar un buen número de votos en el País Vasco y Cataluña. Estos dos
últimos hechos compensan la pérdida de votos en el centro del espectro ideológico,
votantes más pragmáticos que veían como los problemas de su agenda personal no
eran atendidos por las principales fuerzas políticas, problemas como la
inmigración que presentaba unos altos índices de preocupación ciudadana y que
apenas formaron parte de la contienda electoral. Al final, el PSOE revalidaría el
gobierno gracias al componente ideológico presente en la decisión del voto, y ante
el miedo que provocó en el electorado socialista una vuelta a un gobierno del PP
más derechizado, que el PSOE se encargó de explotar durante la campaña.
4. RESUMEN DE LA SEGUNDA LEGISLATURA DEL
GOBIERNO DE ZAPATERO.
Las elecciones del 9 de marzo de 2008, se saldan con una victoria del PSOE,
aumentando su porcentaje de voto en un 1,1% respecto a las anteriores elecciones,
y con el 44,4% de los votos. Por su parte el PP incrementó su voto en un 2,1%,
pasando del 38,3% al 40,4%. Los dos principales partidos aumentan su porcentaje
de voto en contraposición a las demás formaciones políticas que ven reducido su
número de votos, especialmente las fuerzas nacionalistas. El gobierno de Zapatero
34
ante esta nueva situación torna sus alianzas parlamentarias, acercándose a CiU
para obtener la mayoría y poder sacar adelante las diferentes propuestas,
principalmente los Presupuestos Generales del Estado. Este hecho fue denunciado
por sus anteriores socios parlamentarios (IU y ERC), acusando a Zapatero de
realizar concesiones a la derecha (Lorente Ferrer, 2012, págs. 15-16).
Como es bien sabido, la última legislatura de Zapatero, se caracterizó por la
irrupción de la crisis económica, y más concretamente la crisis de deuda pública, lo
que provocó que en la mitad de la legislatura se diese un giro radical a la política
económica. Los bandazos del gobierno en este ámbito fueron numerosos. En una
primera fase, con el estallido de la crisis internacional a raíz de la quiebra de
Lehman Brothers, no dudó en sacar pecho en los diversos foros económicos
mundiales, afirmando que la economía española era una de las que tenía mayor
proyección en cuánto a renta per cápita de Europa y que no se vería afectada en
gran medida, ya que –en palabras de Zapatero- “España probablemente tenga el
sistema financiero más sólido del mundo”. Nada más lejos de la realidad, la
situación económica de España empezaba a empeorar y la explosión de la “burbuja
inmobiliaria” era inminente. Las organizaciones económicas supranacionales
empezaban a alertar de la preocupante situación de España. En una segunda fase,
el gobierno recurrió a diferentes eufemismos para no mencionar la palabra “crisis”.
Palabras como “crecimiento negativo” o “desaceleración económica” formaron
parte de sus discursos, lo que provocó una ruptura entre Zapatero y una opinión
pública que comenzaba a verse afectada por esta situación, en la que la destrucción
de empleo indefinida empezaba a gestarse. No fue hasta julio de 2008, cuando el
presidente del gobierno pronunciaría esa palabra que empezaría a formar parte de
nuestras vidas hasta hoy mismo, “crisis”, España estaba en crisis.
El crecimiento económico que había sufrido en las dos décadas anteriores
se había basado en el sector de la construcción. Esta expansión se vio favorecida
por la permisiva política monetaria del Banco Central Europeo -en la que la
evolución de los tipos de interés tuvo una constante tendencia a la baja- y la
liberalización del suelo llevada a cabo en la era Aznar unido a las desgravaciones
fiscales de vivienda. El gobierno socialista no fue capaz, o no quiso explotar la
35
burbuja, algo que había prometido en campaña, la cual acabó reventando en sus
propias manos (Sanchez-Cuenca, 2012, pág. 71).
Habían pasado escasamente seis meses desde la victoria socialista y la
percepción de la situación económica por parte de los ciudadanos no paraba de
empeorar, el barómetro del CIS del mes de septiembre de 2008 mostraba como las
percepciones malas o muy malas eran ya muy superiores a las regulares o buenas.
El efecto de esta percepción se vio reflejado en el barómetro del siguiente mes en
el que se dio una situación de empate técnico en cuanto a estimación de voto al
PSOE y al PP (39,7%), manteniéndose esta tendencia con pequeñas variaciones
hasta julio de 2009, donde el cambio electoral se consolidaría debido al retroceso
del PSOE.
En esta coyuntura de crisis el gobierno de Zapatero fue poco a poco
engullido por la misma. Las derrotas electorales en Galicia y en las europeas
reflejaban el cambio que se estaba a producir en el electorado. Este electorado
empezaba a presentar unos niveles de abstención bastante preocupantes, en
especial para el partido socialista, ya que la mayoría de esta abstención provenía
de sus votantes de 2008.
Con la crisis instalada, su efecto inmediato y más desgarrador fue el
incesante aumento de los niveles de paro en España alcanzando tasas superiores al
20%, con un paro juvenil en la barrera del 50% y con unas previsiones de futuro
nada halagüeñas. La preocupación de los españoles ante esta situación no dejó de
crecer, el paro ha sido señalado durante toda la legislatura como el principal
problema para los españoles, su crecimiento no ha cesado, pasando del 43,8% del
comienzo de la legislatura al 83% en el momento de la elección de 2011. La
situación económica es percibida como el segundo problema, creciendo en un
principio al mismo ritmo del paro, despegándose de este a partir del segundo
semestre de 2008, cuando la destrucción de empleo,-especialmente en el sector de
la construcción-empieza ser un problema real y no solo de percepción. El
porcentaje de desempleados asciende al 10,44% (www.ine.es, 2013).
Ante esta situación, el gobierno decide en poner en marcha un paquete de
medidas de corte keynesiano, con la intención de contrarrestar el ciclo económico
36
de recesión en el que se encontraba España. En total fueron cuatro puntos del PIB
los que el gobierno dedicó al conocido como Plan E (Plan Español para el Estímulo
de la Economía y el Empleo), 50.000 millones de euros que consiguieron frenar la
caída pero no volcar la situación, la crisis de deuda que empezaba a gestarse fue el
principal motivo de ello (Sanchez-Cuenca, 2012, pág. 74).
La situación de quiebra total de Grecia tuvo un efecto contagio en las demás
economías periféricas de la Unión Europea. Países como Irlanda, Portugal, Italia o
España se vieron en una crisis de financiación a consecuencia de la
desestabilización en la que estaba inmersa la moneda única, entrando en escena un
término totalmente nuevo para la sociedad española, la temida “prima de riesgo”.
Las dificultades de financiación de España en los mercados internacionales y los
diferentes ataques especulativos que estaba recibiendo, levantaron la voz de
alarma en la Unión Europea, concretamente en el eje franco-alemán. Merkel y
Sarkozy comenzaron a promulgar a raíz del rescate heleno el dogma de la
austeridad dentro de la eurozona, presionando a los países con más dificultades a
tomar mediadas de estabilización consistentes en la reducción del gasto público y
el control del déficit obligando a los países a seguir una hoja de ruta en este
sentido. Esto obligó al gobierno de Zapatero a presentar en Mayo de 2009 ante las
Cortes Generales un programa de ajuste y de reducción del gasto. Entre estas
medidas destacan la congelación de las pensiones, la reducción en un 5% de los
salarios de los funcionarios, la supresión del cheque-bebé, un recorte de seis mil
millones en inversión pública y de seiscientos millones en la ayuda al desarrollo, y
la eliminación de la retroactividad a los pagos de la dependencia. El gobierno
intentó vender este ajuste afirmando que los pilares del Estado del Bienestar no se
habían tocado, algo que no tuvo calado en la opinión pública. El abandono de las
políticas socialdemócratas tuvo un coste electoral elevado para el PSOE (Sanchez-
Cuenca, 2012, págs. 76-80).
Ante este panorama, el Partido Popular seguía aumentando su distancia
con el PSOE, según el barómetro del CIS del mes de julio el PP ya se situaba 4
puntos por delante del PSOE en intención de voto y con tendencia al alza. Los
demás partidos políticos también crecían en intención de voto, la sangría del
electorado socialista era total, desperdigándose por todas las demás formaciones.
37
El año 2010 no terminaría con el plan de ajuste, en septiembre fue aprobada
la reforma del mercado de trabajo. Esta reforma tuvo como medida principal la
reducción de la indemnización del despido a 33 días por año trabajado. Se
caracterizó por un aumento de la flexibilización tanto en la contratación como en el
despido. Ante esta situación, los sindicatos fueron a la huelga el 29 de septiembre,
Zapatero se encontraba ante la misma situación que González en 1988, si bien en
este caso, la convocatoria fue de dudoso éxito y la aprobación por parte de los
ciudadanos se situaba por debajo del 25%. Las medidas de 2010, no consiguieron
reducir el aumento del paro, por lo que el gobierno aprobó en 2011 nuevas
medidas centradas en la facilitación de los ERE y en la flexibilización de la
negociación colectiva.
El abandono por parte del gobierno de sus principios socialdemócratas era
total, a finales de 2010, la distancia con el PP en intención de voto ascendía a los 6
puntos. Ante esta situación Zapatero anuncia en Abril de 2011 que no se
presentará a la reelección, en un momento en el que la diferencia ante el PP era de
7 puntos. El desgaste de Zapatero era total. Tras este anuncio llegan las elecciones
municipales de Mayo de 2011, que vaticinaron la futura victoria Popular por
mayoría absoluta en noviembre de ese mismo año. Los populares ganaron estas
elecciones con una ventaja de algo menos del 10% de los votos emitidos sobre el
PSOE. En este punto los socialistas se encontraban en una isla, las luchas por la
secretaría general entre Rubalcaba y Chacón estaban muy vivas, la sucesión de
Zapatero estaba en el aire. No sería hasta julio cuando Rubalcaba fue proclamado
Secretario General del PSOE y candidato a la presidencia tras un proceso convulso,
en el que las elecciones primarias de las que tanto se abanderó el PSOE durante
años brillo por su ausencia. El llamado por muchos “dedazo” tuvo un efecto muy
negativo en el electorado socialista, esta ausencia de democracia en la elección del
Secretario General no fue bien recibida por la base social del partido.
La legislatura tocaba a su fin, pero aún habría tiempo para que el gobierno
socialista tomase una medida más, de gran calado y que terminó por hundir al
PSOE aún más si cabe. En agosto de 2009, tras las presiones provenientes de
Europa y más concretamente de Berlín, el Gobierno realiza una reforma de la
Constitución de carácter urgente –sin precedentes en la democracia española-
38
prohibiendo el déficit estructural en condiciones normales, poniendo un techo de
gasto a todas las administraciones públicas limitando el endeudamiento de las
mismas. España había perdido gran parte de su soberanía económica cediendo a
las presiones externas y entregándose al proyecto de austeridad promovido desde
la cancillería alemana y el FMI, dejando en papel mojado cualquier futura política
socialdemócrata de aumento del gasto público en contextos expansivos.
La campaña electoral estuvo dominada por la situación económica general y
el paro. De nada sirvió a los socialistas el anuncio por parte de ETA del fin de la
lucha armada el 20 de octubre a tan sólo quince días del comienzo de la campaña
electoral. En estos momentos, el terrorismo ya no era percibido como uno de los
principales problemas para los españoles. Al comienzo de la legislatura suponía
para el 35,1% el principal problema de este país, en los momentos previos a la
elección solo el 3,7% lo percibía como el principal problema.
La gestión del gobierno socialista y sus malos resultados económicos fue el
principal tema de debate que utilizó el Partido Popular en campaña, además de
autoproclamarse como el partido de la “buena economía”-rememorando los éxitos
económicos de la era Aznar- y del empleo. Por su parte el PSOE, apeló a la defensa
de sus políticas sociales y de los diferentes pilares del Estado del Bienestar que
tanto habían fomentado en la primera etapa de Zapatero pero que luego fueron
degradando en la segunda legislatura. Representativo de esta estrategia es el
slogan de campaña con el que concurrieron a las elecciones, “pelea por lo que
quieres”, en clara alusión a la sanidad, la educación y las políticas sociales.
El resultado final de las elecciones fue una amplísima mayoría absoluta
para el Partido Popular, la segunda más amplia de la democracia solo por detrás de
la conseguida por Felipe González en 1982. El descalabro socialista fue total
obteniendo sus peores resultados de la democracia. El PP obtuvo un total de
10.830.683 votos, lo que se traduce en 186 escaños, por su parte el PSOE perdió un
total de 59 escaños quedándose en 110, lo que en votos significa una pérdida de
4.315.455 votos (Gráfico 4.1).
Las demás fuerzas políticas aumentaron su representación, reduciendo el
bipartidismo en la Cámara Baja en 18 diputados. El que más creció fue Izquierda
Unida que pasó de 2 diputados a 11, obteniendo de nuevo grupo parlamentario
propio, igual que UPyD que aumentó de 1 a 5 diputados. CiU pasó de 10 diputados
a 16 y BNG, ERC Y Coalición Canari
representación en 1 diputado, quedándose en 5 por los 6 de la anterior legislatura.
La gran irrupción la protagoniza la izquierda abertxale, AMAIUR consigue en el
País Vasco ser la fuerza nacionalista más vota
traduce en 7 diputados.
primera vez en el congreso con 1 diputado. El arco parlamentario queda
constituido de la siguiente manera:
GRÁFICO 4.1. VOTOS 2008 vs. VOTOS 2011
GRÁFICO 4.2. PARLAMENTO 2011
39
Las demás fuerzas políticas aumentaron su representación, reduciendo el
la Cámara Baja en 18 diputados. El que más creció fue Izquierda
Unida que pasó de 2 diputados a 11, obteniendo de nuevo grupo parlamentario
igual que UPyD que aumentó de 1 a 5 diputados. CiU pasó de 10 diputados
a 16 y BNG, ERC Y Coalición Canario se mantuvieron con 2. El PNV vio reducida su
representación en 1 diputado, quedándose en 5 por los 6 de la anterior legislatura.
La gran irrupción la protagoniza la izquierda abertxale, AMAIUR consigue en el
País Vasco ser la fuerza nacionalista más votada con 333.368 votos, lo que se
. Por último FAC, COMPROMÍS y GBAI irrumpen por
primera vez en el congreso con 1 diputado. El arco parlamentario queda
constituido de la siguiente manera:
GRÁFICO 4.1. VOTOS 2008 vs. VOTOS 2011
GRÁFICO 4.2. PARLAMENTO 2011
Las demás fuerzas políticas aumentaron su representación, reduciendo el
la Cámara Baja en 18 diputados. El que más creció fue Izquierda
Unida que pasó de 2 diputados a 11, obteniendo de nuevo grupo parlamentario
igual que UPyD que aumentó de 1 a 5 diputados. CiU pasó de 10 diputados
o se mantuvieron con 2. El PNV vio reducida su
representación en 1 diputado, quedándose en 5 por los 6 de la anterior legislatura.
La gran irrupción la protagoniza la izquierda abertxale, AMAIUR consigue en el
da con 333.368 votos, lo que se
Por último FAC, COMPROMÍS y GBAI irrumpen por
primera vez en el congreso con 1 diputado. El arco parlamentario queda
40
En conclusión, la victoria del Partido Popular se debe principalmente al
fracaso del gobierno PSOE que durante la última legislatura fue engullido por la
crisis económica y el aumento de los niveles de paro durante los últimos 3 años y
medio. Las elecciones coincidieron en el tiempo con la peor valoración del
gobierno de Zapatero en toda la legislatura, un 66,3% de los ciudadanos
consideraba mala o muy mala la gestión del gobierno, según el barómetro del CIS
del mes de octubre. La nueva constitución del Parlamento español dota al PP de
una mayoría absoluta sin precedentes en su historia que le permite gobernar en
solitario sin la necesidad de pactar con los nacionalismos periféricos de centro-
derecha. Por lo tanto el nuevo gobierno tiene vía libre para llevar a cabo las
reformas que considere oportuno con el único objetivo de sacar al país de la
penosa situación económica en la que se encuentra.
5. PROCESO TÉCNICO-METODOLÓGICO
En los próximos epígrafes, procederé a la explicación de todo el proceso
técnico-metodológico llevado a cabo en este trabajo. Como es sabido la intención
que se persigue es demostrar empíricamente cuales han sido los determinantes
principales en la decisión del voto que posibilitó la victoria del Partido Popular en
las elecciones generales de 2011, así como los que provocaron la fuga de votos del
PSOE con respecto a las elecciones de 2008.
Los diferentes análisis llevados a cabo en este trabajo tienen como fuente el
Estudio Pánel 7711 del CIS, elaborado para las elecciones generales de 2011, en el
cuál se realizaron dos encuestas(estudios 2915 y 2920), una preelectoral en
octubre de 2011 y otra postelectoral realizada en noviembre-diciembre de 2011.
La muestra final de este estudio es de 6.082 casos -los que respondieron a ambas
encuestas- y nos permite realizar análisis de carácter longitudinal utilizando
ambos estudios como una sola unidad de análisis.
Para analizar el Estudio Panel 7111, he utilizado como herramienta principal
la técnica de análisis de regresión logística. Esta técnica tiene como objetivo
principal determinar que variables nos permiten pronosticar la pertenencia a un
grupo. Este análisis se diferencia del discriminante en que nos permite trabajar con
variables independientes categóricas, por lo que podemos conocer características
propias de los votantes. Sien
regresión logística binaria en el que la
pronosticar, debe ser necesariamente dicotómica. Las
las que pretendemos pronosticar las difere
covariables en el análisis de regresión logística. En sucesivos apartados, explicaré
cuales han sido las variables escogidas para dicho análisis, tanto las variables
dependientes como las independientes.
Con este análisis obtenemos una serie de pesos o coeficientes que nos
informan sobre la capacidad de cada variable independiente de diferenciar ambos
grupos y nos permiten establecer pronósticos de clasificación de sujetos.
El análisis de regresión logística
en que realiza sus predicciones utilizando funciones comprendidas entre un
mínimo y un máximo, ya que la
no puede extenderse ilimitadamente como en un modelo linea
valores pronosticados nunca se alejan de un mínimo y un máximo. La ecuación de
la curva logística con una variable independiente adopta la siguiente formulación,
con su consiguiente representación:
41
variables independientes categóricas, por lo que podemos conocer características
propias de los votantes. Siendo más exactos, plantearemos una serie de análisis de
regresión logística binaria en el que la variable dependiente que pretendemos
pronosticar, debe ser necesariamente dicotómica. Las variables independientes
las que pretendemos pronosticar las diferencias entre los grupos, se denominan
covariables en el análisis de regresión logística. En sucesivos apartados, explicaré
cuales han sido las variables escogidas para dicho análisis, tanto las variables
dependientes como las independientes.
isis obtenemos una serie de pesos o coeficientes que nos
informan sobre la capacidad de cada variable independiente de diferenciar ambos
grupos y nos permiten establecer pronósticos de clasificación de sujetos.
regresión logística se diferencia del análisis de
en que realiza sus predicciones utilizando funciones comprendidas entre un
mínimo y un máximo, ya que la variable dependiente al ser categórica y dicotómica,
no puede extenderse ilimitadamente como en un modelo lineal. Por lo tanto los
valores pronosticados nunca se alejan de un mínimo y un máximo. La ecuación de
con una variable independiente adopta la siguiente formulación,
con su consiguiente representación:
GRÁFICO 5.1.
Curva Logística.
variables independientes categóricas, por lo que podemos conocer características
do más exactos, plantearemos una serie de análisis de
que pretendemos
variables independientes con
ncias entre los grupos, se denominan
covariables en el análisis de regresión logística. En sucesivos apartados, explicaré
cuales han sido las variables escogidas para dicho análisis, tanto las variables
isis obtenemos una serie de pesos o coeficientes que nos
informan sobre la capacidad de cada variable independiente de diferenciar ambos
grupos y nos permiten establecer pronósticos de clasificación de sujetos.
encia del análisis de regresión lineal
en que realiza sus predicciones utilizando funciones comprendidas entre un
al ser categórica y dicotómica,
l. Por lo tanto los
valores pronosticados nunca se alejan de un mínimo y un máximo. La ecuación de
con una variable independiente adopta la siguiente formulación,
En esta investigación se realizarán un total de ocho análisis diferentes,
cuatro para cada objetivo, de los cuales tres son previos al modelo final que tendrá
como pretensión predecir
se realizará un análisis con
y uno último con variables psicosociológicas
variable que tenga mayor poder de explicación, para posteriormente introducirlas
en un modelo final que nos permita contrastar nuestra hipótesis inicial, así como
conocer que factor ha incidido más en el voto: el retrospectivo, el prospectivo o el
psicosociológico.
5.1. Estrategia de elaboración de los modelos
La formulación de la
modelación de las variables independientes. La selección de las mismas, siguiendo
la literatura existente, se puede realizar atendiendo a dos criterios:
estadística y modelación sustantiv
cada vez es más común la combinación de ambos. El primero de ellos se
caracteriza por introducir únicamente las variables que tienen una capacidad de
predicción estadísticamente significativa, valorando la me
ajuste, buscando el modelo más parsimonioso. El criterio principal radica en
42
En esta investigación se realizarán un total de ocho análisis diferentes,
cuatro para cada objetivo, de los cuales tres son previos al modelo final que tendrá
como pretensión predecir la orientación del voto. Es decir, para ambos objetivos
rá un análisis con variables retrospectivas, otro con variables prospectivas
variables psicosociológicas. De cada uno de ellos extraeré la
variable que tenga mayor poder de explicación, para posteriormente introducirlas
que nos permita contrastar nuestra hipótesis inicial, así como
conocer que factor ha incidido más en el voto: el retrospectivo, el prospectivo o el
GRÁFICO 5.2
1. Estrategia de elaboración de los modelos
de la regresión logística necesita de una estrategia de
modelación de las variables independientes. La selección de las mismas, siguiendo
se puede realizar atendiendo a dos criterios:
modelación sustantiva. Ambos criterios no son excluyentes, de hecho
cada vez es más común la combinación de ambos. El primero de ellos se
caracteriza por introducir únicamente las variables que tienen una capacidad de
predicción estadísticamente significativa, valorando la mejora en la bondad de
ajuste, buscando el modelo más parsimonioso. El criterio principal radica en
Variable con mayor
capacidad de
predicción
Variable con mayor
capacidad de
predicción
Variable con mayor
capacidad de
predicción
En esta investigación se realizarán un total de ocho análisis diferentes,
cuatro para cada objetivo, de los cuales tres son previos al modelo final que tendrá
la orientación del voto. Es decir, para ambos objetivos
, otro con variables prospectivas
. De cada uno de ellos extraeré la
variable que tenga mayor poder de explicación, para posteriormente introducirlas
que nos permita contrastar nuestra hipótesis inicial, así como
conocer que factor ha incidido más en el voto: el retrospectivo, el prospectivo o el
regresión logística necesita de una estrategia de
modelación de las variables independientes. La selección de las mismas, siguiendo
se puede realizar atendiendo a dos criterios: modelización
. Ambos criterios no son excluyentes, de hecho
cada vez es más común la combinación de ambos. El primero de ellos se
caracteriza por introducir únicamente las variables que tienen una capacidad de
jora en la bondad de
ajuste, buscando el modelo más parsimonioso. El criterio principal radica en
Las elecciones generales de 2011 y la mayoría absoluta del pp  el triunfo del voto racional económico-tfm_ sergio rodríguez
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  • 1. Febrero-2013 TRABAJO DE FIN DE MÁSTER LAS 201 UNIVERSIDADE DE A CORUÑA FACULTADE DE SOCIOLOXÍA MÁSTER EN METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACION EN CIENCIAS SOCIALES: INNOVACIONES Y APLICACIONES 1 2013 | Sergio Rodríguez Fernández LAS ELECCIONES GENERALES 2011 Y LA MAYORÍA ABSOLUTA DEL PP: EL TRIUNFO DEL VOTO RACIONAL-ECONÓMICO UNIVERSIDADE DE A CORUÑA FACULTADE DE SOCIOLOXÍA MÁSTER EN METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACION EN CIENCIAS : INNOVACIONES Y Sergio Rodríguez Fernández GENERALES DE ABSOLUTA VOTO ECONÓMICO
  • 2. 2 Santiago Míguez González, Doctor en Derecho y Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Sociología de la Universidad de A Coruña, HAGO CONSTAR: Que el trabajo que presenta D. Sergio Rodríguez Fernández con el título de Las elecciones generales de 2011 y la mayoría absoluta del PP: el triunfo del voto racional-económico, reúne las condiciones necesarias para poder ser leído como Trabajo de Fin de Máster al demostrar un adecuado dominio de las competencias teóricas y metodológicas propias del máster. A Coruña, 30 de enero de 2013 Fdo.: Santiago Míguez González
  • 3. 3 ÍNDICE PRESENTACIÓN…………………………………………………………………………………………………………….…………...4 INTRODUCCIÓN…………………………………………….…………………………………………………………………………...5 1. MODELOS DE VOTANTE………………………………………………………………………………………………………...8 2. LA INVESTIGACIÓN ELECTORAL EN ESPAÑA……………………………………………………………………….16 2.1. La investigación del voto racional-económico en España……………………………………………17 3. CONDICIONANTES DEL VOTO EN LAS DIFERENTES ELECCIONES DE LA DEMOCRACIA. 1997- 2008………………………………………………………………………………………………………………………………..……….20 4. RESÚMEN DE LA SEGUNDA LEGISLATURA DEL GOBIERNO ZAPATERO. 2008-2011…….……33 5. PROCESO METODOLÓGICO………………………………………………………………………………………………….40 5.1. Estrategia de elaboración de los modelos…………………………………………………………………..42 5.2. Variables introducidas en los modelos……………………………………………………………………….44 5.2.1. Primer bloque de análisis: Voto al Partido Popular…………….……………………..44 5.2.2. Segundo bloque de análisis: Voto al PSOE por parte de su electorado de 2008…………………………………………………………………….………………………………………….46 6. ANÁLISIS DESCRIPTIVO………………………….……………………………………………………………………………49 7. ANÁLISIS DE LOS MODELOS…………………………………………….…………………………………………………..51 7.1. PRIMER BLOQUE: Voto al Partido popular…………………………………………………………….…..51 7.1.1. Modelo 1: Variables retrospectivas………………………………………………………….51 7.1.2. Modelo 2: Variables prospectivas…………………………………………………………….58 7.1.3. Modelo 3: Variables psicosociológicas……………………………………………………...61 7.1.4. Modelo Final……………………………………………………………………………………….…..65 7.2. SEGUNDO BLOQUE: Voto al PSOE por parte de su electorado de 2008………..………………..69 7.2.1. Modelo 1: Variables retrospectivas…………………………………………………………..69 7.2.2. Modelo 2: Variables prospectivas……………………………………………………………..73 7.2.3. Modelo 3: Variables psicosociológicas……………………………………………………...77 7.2.4. Modelo Final…………………………………………………………………………………………...80 8. CONCLUSIONES…………………………………………………………….……………………………………………………...83 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………….…………………………………………………………..86
  • 4. 4 PRESENTACIÓN Este trabajo se inserta dentro del cuarto módulo del Máster en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales: Innovaciones y Aplicaciones (10 ECTS) (en adelante, MICCSS) y tiene como finalidad acreditar que el estudiante ha adquirido los conocimientos y competencias asociados al título de Máster. De acuerdo con la normativa establecida en la Memoria Oficial del Máster en MICCSS este trabajo debe consistir en la elaboración y presentación pública de una investigación llevada a cabo por el alumno en la que se hará especial hincapié en la metodología empleada para la recogida y análisis de los datos. Este trabajo ha sido realizado a lo largo del tercer cuatrimestre (septiembre 2012 - febrero 2013) bajo la dirección de Santiago Míguez González, Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración y Coordinador del Máster Oficial en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales y con las sugerencias metodológicas de Raimundo Otero Enríquez, Profesor del Taller de Análisis Multivariante del Máster Oficial en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales. Agradecer a ellos dos las aportaciones y sugerencias realizadas para la elaboración de este trabajo. Resumen: Las elecciones generales de noviembre de 2011 se celebran después de una legislatura marcada por la situación de crisis económica y el drama del paro. El gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero fue superado por esta situación llevando al PSOE a obtener la derrota electoral más grande de su historia. El Partido Popular dirigido por Mariano Rajoy se alzó con el gobierno con una victoria por mayoría absoluta sin precedentes en su partido. Este resultado se tradujo en el triunfo del llamado voto económico-racional en una doble vertiente. Por un lado, el severo castigo que sufrió el PSOE se debió básicamente a su gestión económica y se tradujo en una pérdida de más de cuatro millones de votos. Por otro lado, el triunfo del PP se basó en la creencia del electorado en que este partido conseguiría cambiar la situación, especialmente en el ámbito del desempleo. Este trabajo ahondará en ambas vertientes buscando una explicación empírica de este resultado con el paraguas teórico del voto económico-racional. Palabras clave: voto económico, voto retrospectivo, voto prospectivo, elecciones generales 2011, desempleo, crisis económica.
  • 5. 5 INTRODUCCIÓN Las elecciones generales celebradas en noviembre de 2011 citaron en las urnas a algo más de treinta y cinco millones y medio de españoles, setecientos mil más que en las elecciones de 2008. De todos los electores convocados los que acudieron a las urnas fueron veinticinco millones y medio de votantes, un 6,7% menos que en las anteriores elecciones generales. El número de votos en blanco y declarados nulos fue de algo más de trescientos mil en ambos casos. La fuerza más votada fue el Partido Popular con 10.866.566 votos, seguida del PSOE que obtuvo 7.003.511 votos. En tercer lugar, Izquierda Unida con 1.686.040 votos, quinientos mil más que UPyD que obtuvo 1.143.225 votos quedando en cuarto lugar. CiU obtuvo 1.015.691 votos y el PNV se vio superado en diez mil votos por la otra fuerza nacionalista vasca, AMAIUR, que recogió 333.628 votos. (www.min.gob, 2011) Estas elecciones -las undécimas de la democracia actual- supusieron un vuelco electoral únicamente superado por el conseguido por Felipe González en 1982. Este brusco cambio se refleja en mayor medida en la nueva distribución de escaños dentro del Parlamento, con la pérdida de 59 actas por parte del PSOE y la ganancia de 32 por parte de PP que ahora ostenta 186 diputados, consiguiendo una mayoría absoluta sin precedentes dentro de su partido, superando a la conseguida por José María Aznar en marzo del año 2000. El Partido Popular fue la fuerza más votada en 45 de las 52 provincias, cediendo solo en Cataluña, País Vasco – a excepción de Álava- y la provincia de Sevilla, que queda como único feudo socialista. El contexto en el que se celebraron estas elecciones estuvo dominado por la precaria situación económica del país, machacada por la recesión y el incesante aumento del desempleo. El número de parados desde el comienzo de la legislatura aumentó en más de 3 millones situando a España a la cabeza de la Unión Europea en materia de desempleo. La galopante recesión económica no hace más que aumentar con un crecimiento negativo medio del 1% anual. Uniendo a todo ello el plan de ajuste presupuestario de la Administración Pública para hacer frente a la
  • 6. 6 crisis de deuda, que tiene como consecuencia principal el recorte de la inversión en sectores sensibles para la población. En este trabajo analizaremos los resultados de las elecciones de noviembre de 2011 desde la perspectiva del votante, buscando que factores han incidido en su decisión final, especialmente en los de índole económica. Intentaremos comprender el por qué de este cambio electoral tan brusco partiendo de la hipótesis del voto económico-racional. Consideramos que el cambio de gobierno se produce a raíz de las evaluaciones retrospectivas que el votante realiza del gobierno socialista y su gestión de la crisis y el empleo. A su vez, las esperanzas en una salida de la crisis bajo un gobierno de centro-derecha encarnado en el Partido Popular, hacen de la evaluación prospectiva otro factor determinante. En esta elección, la ideología queda relegada a un segundo lugar, lo que supone el triunfo del voto por motivos económicos después de dos legislaturas de gobierno socialista. El objetivo que persigue este trabajo tiene una doble vertiente: por un lado indagaremos en los determinantes que, desde nuestra perspectiva, propiciaron la decisión de votar al Partido Popular y, por otro lado, trataremos de determinar los factores que incidieron en el cambio de voto dentro del electorado socialista. La fuente documental que utilizaremos en esta investigación es el estudio pánel 7711 que el CIS elaboró para las elecciones generales de 2011, formado por dos encuestas, una preelectoral (Estudio 2915) y otra postelectoral (Estudio 2920) con una muestra de algo más de 6000 casos. El trabajo comienza con una recapitulación sobre los diferentes modelos teóricos de votante propuestos desde la investigación del comportamiento electoral. Repasaremos los llamados modelos psicológico, sociológico y racional y, en especial, las aportaciones de autores como Dalton, Fiorina o Downs, entre otros. En un segundo capítulo realizaremos un repaso histórico de las diferentes elecciones celebradas hasta el momento en la democracia española y sus condicionantes principales, con el objetivo de contextualizar históricamente el electorado y las fuerzas políticas de este país.
  • 7. 7 Posteriormente narraremos el transcurso de la legislatura 2008-2011 y los principales acontecimientos surgidos en este período y que jugarán un factor clave en los comicios del 20-N. En el plano empírico, se realizará una explicación pormenorizada de todo el proceso metodológico, desde la selección de variables hasta la elaboración de los diferentes modelos de regresión logística y la explicación de esta técnica. Realizaremos también un análisis descriptivo de los resultados de la encuesta y de las variables que más nos interesan, por un lado con la muestra general, y por otro con la submuestra de los votantes del PSOE en 2008. Finalmente, se analizarán todos los modelos de regresión logística para ambas muestras y sus resultados, estableciendo las conclusiones pertinentes al respecto. El trabajo terminará con unas conclusiones que resumen los principales hallazgos de la investigación.
  • 8. 8 1. MODELOS DE VOTANTE Las primeras investigaciones realizadas acerca del comportamiento electoral a partir de los años cuarenta del pasado siglo, tenían como paraguas científico, la sociología y a la psicología social, representados por la corriente teórica proveniente de la escuela de Columbia, con los trabajos de Paul Lazarsfeld a la cabeza. Estos modelos se centraron en un principio, en investigar la influencia de los medios de comunicación en las decisiones de los electores a través de la propaganda y la persuasión. Posteriormente, esta creencia se tornó a raíz de un estudio panel realizado en 1940 durante las elecciones presidenciales estadounidenses, concluyendo la escasa influencia de los medios, en favor del refuerzo de cleavages ya existentes. Estos cleavages, como la clase o la religión, son heredados a través de la familia y la posición social, lo que crea una predisposición política o partidista anclada en el tiempo, desechando cualquier tipo de racionalidad en la decisión del voto. Es en este punto, donde las variables sociológicas comienzan a ganar peso (Torcal & Montero, 2007, pág. 17). Pronto empezaron a surgir limitaciones a este modelo. Investigaciones posteriores demostraron que este modelo explicaba una proporción de voto muy pequeña, especialmente en contextos electorales poco polarizados, lo que le incapacitaba para determinar los cambios electorales (Dalton & Wattenberg, 1993). Ante esta situación, los investigadores de la universidad de Michigan decidieron dar un giro metodológico con la publicación de American Voter, introduciendo en el análisis electoral el modelo psicosociológico del voto. No fue una ruptura total con el modelo de Columbia, sino que más bien una extensión ante las limitaciones que ofrecía. Lo que decidieron los investigadores, encabezados por Campbell, fue introducir en el análisis las actitudes partidistas, caracterizadas en los posicionamientos acerca de los diferentes temas, candidatos, partidos y grupos sociales; dando especial énfasis a la identificación de partido. Es decir, la decisión de votar a uno y otro partido, vendría determinada por las predisposiciones psicológicas del elector, que le sirven de mecanismo de interpretación de las diferentes dinámicas existentes dentro de la política nacional (Torcal & Montero, 2007, pág. 18).
  • 9. El modelo psicosociológico de la escuel principios, tal como los exponen Harrop y Miller. En síntesis, éstos pueden resumirse como sigue: A) La mayoría de los electores tienen g hacia un partido, el cual es heredado a través de la familia. B) La identificación con un partido permite al elector hacer frente a la información política y saber a qué partido votar. Por lo tanto, la identificació no sólo directamente en el voto sino también indirectamente en la percepción de las políticas, los candidatos y los vínculos entre los partidos y grupos sociales. C) La identificación de partido se refuerza con el paso del tiempo periodos de grandes realineamientos, los cambios en la identificación partidista suelen ser personales, reflejan alteraciones en las condiciones de vida de los miembros del grupo de referencia, a menudo asociados con la movilidad geográfica o social. D) Los electores que están influenciados por las fuerzas a corto plazo pueden llegar a votar contra el partido con el que se identifican, pero, por lo general, conservarán su identificación partidista y volverán a votarle en las elecciones siguientes, en lo que se conoce como “tendencia al hogar”. 9 El modelo psicosociológico de la escuela de Michigan se basa en cinco principios, tal como los exponen Harrop y Miller. En síntesis, éstos pueden A) La mayoría de los electores tienen generalmente un sentimiento de afinidad hacia un partido, el cual es heredado a través de la familia. ) La identificación con un partido permite al elector hacer frente a la información política y saber a qué partido votar. Por lo tanto, la identificación partidista influye no sólo directamente en el voto sino también indirectamente en la percepción de las políticas, los candidatos y los vínculos entre los partidos y grupos sociales. C) La identificación de partido se refuerza con el paso del tiempo periodos de grandes realineamientos, los cambios en la identificación partidista suelen ser personales, reflejan alteraciones en las condiciones de vida de los miembros del grupo de referencia, a menudo asociados con la movilidad geográfica D) Los electores que están influenciados por las fuerzas a corto plazo pueden llegar el partido con el que se identifican, pero, por lo general, conservarán su identificación partidista y volverán a votarle en las elecciones en lo que se conoce como “tendencia al hogar”. a de Michigan se basa en cinco principios, tal como los exponen Harrop y Miller. En síntesis, éstos pueden eneralmente un sentimiento de afinidad ) La identificación con un partido permite al elector hacer frente a la información n partidista influye no sólo directamente en el voto sino también indirectamente en la percepción de las políticas, los candidatos y los vínculos entre los partidos y grupos sociales. C) La identificación de partido se refuerza con el paso del tiempo. Excepto en periodos de grandes realineamientos, los cambios en la identificación partidista suelen ser personales, reflejan alteraciones en las condiciones de vida de los miembros del grupo de referencia, a menudo asociados con la movilidad geográfica D) Los electores que están influenciados por las fuerzas a corto plazo pueden llegar el partido con el que se identifican, pero, por lo general, conservarán su identificación partidista y volverán a votarle en las elecciones
  • 10. 10 E) La distribución de la identificación de partido en el proceso electoral proporciona una base desde la cual se calcula el voto normal y el resultado esperado si las fuerzas a corto plazo no favorecen a otros partidos. Los realineamientos transformarán la votación normal, pero ello ocurre con muy poca frecuencia (Harrop & Miller, 1987, págs. 133-134). Ambos modelos, el de Columbia y el de Michigan, tienen como denominador común, la creencia en la incapacidad de los votantes para juzgar de manera racional las acciones del gobierno, así como para dominar aspectos abstractos de la política que les permitan actuar en consecuencia. En suma, para ambos modelos, los votantes son considerados como sujetos cognitivamente limitados. En palabras de Harrop y Miller, el enfoque sociológico rechaza el énfasis individualista de la identificación de partido y los modelos de la elección racional. Los sociólogos apuntan al grupo de referencia de los votantes como factor decisivo. La sociología electoral se aproxima a las teorías que defienden que los diferentes grupos sociales votan por determinados partidos, tomando ambos como principales unidades de análisis. Esto último se conoce como prejuicio sociológico, el cual consiste en afirmar que las acciones de los partidos son producto de las demandas de los diferentes grupos sociales que representan. En este caso, los partidos políticos son considerados como manifestaciones en el ámbito político de las divisiones sociales (Panebianco, 1982). Esta interpretación se basa en la posición social del grupo de referencia y en la supuesta relación de afinidad con un determinado partido político. Los logros obtenidos por este enfoque son incuestionables, no obstante sus variables más características: clase, religión, edad y similares, pueden ser interpretadas como una causa de las decisiones de voto, pero nunca como una consecuencia final de este tipo de decisiones. Un votante puede variar de opción política en una elección, incluso cambiar su identificación con un partido, pero lo que no puede variar es su edad o clase social. (Harrop & Miller, 1987, págs. 157-158). Tras la revisión realizada del voto psicosociológico en The American Voter, aparece la concepción económica-racional del votante, que difiere de la visión irracional del votante, que tanto la escuela de Columbia, como la de Michigan defendían. V.O. Key, fue el primero en ofrecer esta nueva línea de investigación
  • 11. 11 dentro del llamado voto por temas. Para este autor los votantes sí actúan de manera racional, aunque con escasa información teniendo la capacidad de posicionarse en los diferentes temas, siempre y cuando el contexto político lo permitiese, además de realizar evaluaciones prospectivas y retrospectivas previas a la decisión del voto (Torcal & Montero, 2007, págs. 20-21). También se insertan dentro de esta corriente los estudios de M. Fiorina, acerca del voto prospectivo y retrospectivo. El autor realiza un esbozo de modelo de elección de partido, en el cual integra las nociones usuales de identificación de partido, voto retrospectivo y voto por temas en una regla única de decisión. Del modelo concluye la existencia de bajas correlaciones entre las posiciones sobre temas específicos y la decisión final del voto. En sus conclusiones resalta también la importancia general de la identificación de partido para el comportamiento electoral y el por qué de sus variaciones a través del tiempo, así como el reforzamiento de la misma con la experiencia política en ciertas sociedades y no en otras. El modelo probado por Fiorina se centra en los cambios en la identificación partidista temporal. El autor no vincula directamente la identificación de partido con la decisión de voto. El modelo se basa principalmente en las continuas evaluaciones retrospectivas que hace el votante de las actuaciones y promesas de los partidos. Este modelo permite variar de identificación de partido continuamente. Aspectos como las ventajas del candidato saliente o la importancia de las cualidades personales de los candidatos también son señalados por el autor en las conclusiones del modelo (Fiorina, 1977, págs. 340-343). La teoría de la elección racional formulada por Anthony Downs, supuso el principal avance dentro de este enfoque. Para Downs, cada votante se comporta racionalmente en todo momento, ya que persigue sus fines con el mínimo empleo de recursos escasos y sólo emprende acciones en las que el ingreso marginal excede el coste marginal. Cada ciudadano estima la utilidad o renta que obtendría de las acciones que espera de cada partido si estuviera en el poder en el siguiente período electivo. Votará por el que considere que le proporcionará la mayor utilidad con su acción gubernamental. En este sentido, el primer factor que influye en la estimación del comportamiento efectivo de cada partido no son las promesas sobre el futuro, expresadas en campaña, sino su hacer durante el período
  • 12. 12 inmediatamente anterior. El autor sostiene que la escasa adquisición de información por parte de los ciudadanos a la hora de decidir su voto, es un acto racional ya que su obtención es costosa. El ingreso marginal de la emisión del voto es siempre superior a su coste, por lo tanto el obtener poca información para decidir el voto es un acto racional, ya que los beneficios obtenidos, y la capacidad de influencia en el resultado son insignificantes. Los posibles beneficios obtenidos de una elección no dependerán del nivel de información, ya que son comunes a la sociedad y no pueden ser obtenidos individualmente, lo que repercute negativamente en la participación (Downs, 1957, págs. 96-98). A pesar de los importantes avances conseguidos por la teoría de la elección racional en el campo del comportamiento político fueron muchos los investigadores que dudaron de la capacidad del individuo para manejarse de manera racional dentro de la política, siendo demostrado esto último con la aportación de estudios empíricos que así lo reflejaban (Kahneman & Tversky, 1984) (Thaler, 1992). Surge entonces, en los años noventa un nuevo modelo que supone una atenuación al formulado por Downs, basado en la capacidad heurística del individuo. El punto de partida de este nuevo modelo es diferente al modelo de Downs, pero sus conclusiones nos son tan diferentes. Downs consideraba al votante como un calculador omnisciente con unos extraordinarios recursos analíticos, los cuales le permitían decidir su voto de manera racional. Sin embargo, en este nuevo modelo los individuos utilizan atajos cognitivos que permiten sintetizar y simplificar racionalmente la información recibida aunque no se tenga un conocimiento exhaustivo del tema en cuestión. Las decisiones políticas de los individuos resultan de la combinación de aprendizaje e información externa, lo que permite establecer una serie de atajos que permiten entender aspectos de la política y formar un punto de vista propio, determinando así aquello que le puede favorecer políticamente. Downs tenía en cuenta en su teoría parte de estos atajos – identificación de partido, ideología, pasado reciente- pero desde un punto de vista de racionalidad perfecta y no heurístico. Estos atajos cognitivos pueden clasificarse en cinco grandes grupos: (1) la identificación con un partido, (2) la ideología, (3) los resultados de encuestas, (4) las características personales de un político y (5) el
  • 13. 13 apoyo o el respaldo de organizaciones (Lau & Redlawsk, 2006). Esta teoría también se conoce como de racionalidad limitada, y difiere de la teoría de la elección racional en el trato de la información. La teoría de la elección racional, en los procesos de decisión individual e información no requiere ningún planteamiento sobre los decisores o los receptores, puesto que todos los comportamientos se explican en función de mensajes o señales procedentes del ambiente. Sin embargo, la asunción de racionalidad limitada en los procesos de decisión de los individuos convierte en esencial el estudio de la atención e interpretación que los votantes prestan a la información (Taber, Lodge, & Glather, 2001, pág. 198). Es decir, según la heurística, el ciudadano medio no es que sea irracional, sino que las limitaciones de sus capacidades para obtener la información y los medios que le permitan tomar una decisión, le hacen racionalmente limitado. En este punto, es donde gana importancia el estudio de los mecanismos cognitivos de procesamiento de información de los ciudadanos, influidos por el contexto y el ambiente concreto en el que se inserten. Por esto último, es considerado un modelo adicional de voto y no una teoría en sí misma. (Torcal & Montero, 2007, págs. 22-25). Antes de terminar este apartado, haremos referencia al modelo propuesto por Dalton en su libro Citizen Politics in Western Democracies, escrito en 1998. Dalton recurre a una explicación muy gráfica con el llamado embudo de causalidad, que nos sirve para nuestro trabajo, ya que en él aparecen factores determinantes del voto que analizaremos en la parte empírica. Aspectos como las condiciones económicas y políticas, las acciones de gobierno, los candidatos o las opiniones acerca de los diferentes temas que aparecen en el embudo propuesto por Dalton son abordados de manera directa e indirecta en nuestro trabajo. Dalton afirmaba que las limitaciones de un enfoque puramente sociológico de la votación desviaron la atención a los investigadores a modelos de votación basados en factores psicológicos. Mientras que las divisiones sociales pueden definir la estructura general de alineamientos partidistas, Dalton defendía que el comportamiento ciudadano del elector depende más de las actitudes y percepciones de cada individuo. La mayoría de las elecciones no se presentan como conflictos por la escisión de alineamientos históricos, sino que tratan
  • 14. 14 problemas más contemporáneos. Los ciudadanos emiten juicios sobre qué partido representa mejor sus intereses, siendo estas percepciones las que guían su conducta individual. Considera que las actitudes hacia los temas y candidatos de las elecciones son un elemento necesario en cualquier modelo de voto, y que éstas son cambiantes, y su incorporación a un modelo de votación ayuda a explicar la estabilidad y el cambio en los patrones de votación. Este modelo sociopsicológico describe el proceso de votación en términos de un embudo de causalidad. En la boca del embudo se encuentran las condiciones socioeconómicas que generan las grandes divisiones políticas de la sociedad: la estructura económica, las divisiones sociales, tales como la raza o la religión, y las alineaciones históricas, como la división Norte-Sur en los Estados Unidos. Estos factores influyen en la estructura del sistema de partidos pero están muy lejos de las decisiones de voto de los ciudadanos. A medida que avanzamos en el embudo causal, las condiciones socio- económicas influyen en el grupo social y en las orientaciones básicas de valor. Por ejemplo, las condiciones económicas pueden unir a un individuo a una clase social, o las identidades regionales se pueden formar en respuesta a las desigualdades Fuente: R. Dalton. Citizen Politics in Western Democracies. 1998
  • 15. 15 sociales y políticas. Así, las condiciones sociales se traducen en actitudes que pueden influir directamente en el comportamiento político del individuo. El embudo se estrecha aún más como causa de las lealtades de grupo, mientras que los valores están relacionados con actitudes más explícitamente políticas. Angus Campbell y sus colegas explicaron las decisiones individuales de votación, en términos de tres actitudes: la tendencia partidista, dictámenes e imágenes de candidatos. Estas creencias son las más próximas a las decisiones de voto y por lo tanto tienen un impacto directo y muy fuerte en la votación. Aunque el embudo de la causalidad parece bastante simple para los estándares contemporáneos de la ciencia social, representa un gran avance conceptual para la investigación de votación. Este modelo proporciona una herramienta heurística útil para organizar los factores que influyen en el comportamiento electoral. Con el fin de entender las decisiones de voto, uno tiene que reconocer la relación causal entre los muchos factores involucrados. El extremo ancho del embudo, representa grandes condiciones sociales propios de los conflictos de la estructura política, pero están temporalmente y psicológicamente muy alejadas de la decisión de voto real. A medida que avanzamos en el embudo, la atención se desplaza a los factores que son explícitamente políticos, implican creencias individuales, y están más próximas a la elección de votación. Las características sociales se perciben como un aspecto importante del proceso de votación, pero su principal influencia está en la formación de las actitudes políticas, la mayoría de los efectos directos de las características sociales de votación están mediados por las disposiciones actitudinales. Las actitudes, a su vez, dependen de las lealtades de grupo y orientaciones de valor del individuo, así como los estímulos externos, tales como los amigos, los medios de comunicación, las acciones de Gobierno, y las actividades de la campaña. En el embudo de causalidad hay un lugar para cada elemento del proceso de votación, y cada elemento se entiende en términos de su relación con los demás. Además del valor heurístico del modelo, el enfoque sociopsicológico tiene mucho éxito en la predicción de las decisiones de voto. Las actitudes hacia los
  • 16. 16 partidos, las cuestiones y los candidatos de las elecciones están psicológicamente muy cerca de la decisión de voto real y por lo tanto están estrechamente relacionadas con las opciones de voto. El modelo socio-psicológico ha definido un paradigma de comportamiento electoral que ha estructurado nuestra forma de pensar acerca de las elecciones y de cómo los investigadores analizan el proceso de votación. Los elementos básicos del modelo se han probado y aplicado en diversos países (Dalton, 1988, págs. 177- 180). 2. LA INVESTIGACIÓN ELECTORAL EN ESPAÑA La investigación electoral en España es de reciente tradición. Las discontinuidades políticas e históricas no han permitido que los estudios electorales se desarrollasen a la par de los demás países occidentales. La ausencia de elecciones durante el largo período franquista propició esta situación. Tras las primeras elecciones democráticas de 1977 aparecieron los primeros trabajos, los cuales fueron en aumento con el paso de las sucesivas elecciones y la consolidación democrática. En un primer momento estos estudios se caracterizaron por su carácter meramente descriptivo, sin obtener conclusiones del todo claras. A este entusiasmo descriptivo, se une la deficiencia de los datos electorales oficiales y la ausencia de una mínima infraestructura de investigación. Después de esta etapa inicial, el grupo de investigadores se ha reducido debido a la necesidad de profesionalización y seguimiento continuo que requieren este tipo de estudios. Además la sucesión de acontecimientos de los primeros años de la democracia –intento de golpe de estado en 1981 o el cambio en el sistema de partidos en 1982- dificultó en gran medida la especialización de los diferentes investigadores electorales. La existencia de un sistema multinivel de competencia electoral, supuso la dispersión de los esfuerzos y objetos de la investigación. En los años noventa, la investigación electoral sigue estando poco desarrollada. Los temas de investigación caen en aproximaciones muy genéricas o demasiado especializadas, careciendo estos estudios de continuidad en el tiempo.
  • 17. 17 Es en esta época donde los estudios con datos de encuestas han sido más frecuentes, especialmente a nivel nacional. La importancia de las fuentes documentales proporcionadas por el CIS, tuvieron mucho que ver en la implantación de los enfoques individuales en la investigación electoral. A finales de los noventa los estudios monográficos comienzan a extenderse pero aún siguen siendo escasos, dependen mucho de la iniciativa del investigador, careciendo en la mayoría de los casos de continuidad. Ya en el nuevo siglo, las diferentes investigaciones utilizan en la gran mayoría de los casos técnicas cuantitativas y cualitativas de mayor rigor científico. Los métodos multivariantes aplicados al comportamiento electoral aparecen en numerosos estudios, los cuales empiezan a realizarse de manera temporal y en grupos de investigación más especializados. A pesar de este avance, la producción científica sigue siendo escasa en relación a otros países occidentales. 2.1. Los estudios del voto económico en España En este subepígrafe haremos mención a algunas de las investigaciones realizadas al amparo de la teoría del voto racional- económico en España, Latinoamerica y Europa. En el caso español este tipo de trabajos tuvieron su punto álgido tras las elecciones de 2000, las cuales supusieron la primera victoria rotunda del voto económico. El trabajo de Marta Fraile titulado El voto económico en las elecciones de 1996 y 2000: una comparación, parte de la hipótesis del voto económico para las elecciones de 1996 y 2000, con la peculiaridad de introducir también el voto de políticas sociales. La autora concluye como la gestión de la economía ayuda a explicar tanto la derrota del PSOE como la victoria del PP en el 2000. Los resultados obtenidos indican que el efecto del voto económico prospectivo y retrospectivo fue más importante en las elecciones de 2000 que en las de 1996. El efecto del voto económico fue distinto en ambas elecciones. En 1996 sirvieron de castigo a los socialistas y las de 2000 premiaron la gestión económica del PP. El castigo socialista no se debió únicamente a cuestiones económicas, los casos de corrupción y el desgaste de sus líderes fueron factores decisivos. Sin embargo, la
  • 18. 18 victoria del PP en el 2000 se debió exclusivamente a la gestión de la economía y a las expectativas creadas. Otra publicación al respecto realizada por Marta Fraile, es su libro Cuando la economía entra en las urnas. El voto económico en España (1979-1996). En el analiza las reacciones de los electores ante los programas económicos y sociales desarrollados en España bajo la hipótesis del voto económico. Concluye como la importancia de este tipo de voto y las evaluaciones retrospectivas van en aumento según se consolida la democracia. El artículo escrito por Ignacio Lago Peñas y Santiago Lago Peñas, titulado Descentralización y voto económico en España, analiza el voto económico en contextos descentralizados. El análisis que realizan de los resultados electorales nacionales y autonómicos en España entre 1982 y 2008 les ha permitido constatar la existencia de contaminación electoral entre los dos niveles territoriales y que tiene lugar desde el nacional al regional, y no al revés. Las diferencias autonómicas en la situación económica en términos de PIB, paro e inflación, no explican que al partido en el gobierno nacional le vaya mejor o peor en las elecciones generales en las Comunidades Autónomas. Es decir, la suerte electoral del gobierno nacional se juega en el ámbito nacional, no en los autonómicos. Los factores nacionales desempeñan un papel relevante en las elecciones autonómicas a costa de los factores propios de cada Comunidad Autónoma. De este modo, un menor voto económico en las elecciones autonómicas (basado en temas autonómicos) que en las generales (basado en temas nacionales), significa un menor control electoral en las primeras que en las segundas. Por otro lado, Vladimir G. Gramacho, en su artículo Partidos Políticos versus Voto económico examina la hipótesis de Maravall y Przeworski (2001) según la cual la influencia del voto económico tiene una relación inversa con el arraigo de los partidos políticos Esta expectativa es investigada en tres contextos: el mandato de Cardoso en Brasil en 1999 y en 2002, el gobierno de Frei en 1999 y de Lagos en 2005 en Chile, y el mandato de Aznar en España (2004). Los resultados presentados en este trabajo sugieren que allí donde los partidos políticos están más consolidados y arraigados en la sociedad el voto económico fue limitado de
  • 19. 19 modo muy importante, especialmente en España. Por otro lado, en Brasil, donde los partidos políticos están menos consolidados, el impacto del voto económico pareció ser más importante. En Chile, sin embargo, los resultados sugieren que los partidos de la Concertación (sobre todo el PDC y el PPD) tienen mayor influencia sobre la formación de la opinión de sus simpatizantes. Dicho de otro modo, sus partycues parecen ser más eficaces, aunque necesiten la ayuda del contexto económico real para influenciar favorablemente sus bases. Otra investigación en el ámbito del voto económico es la realizada por Agustí Bosch y Clara Riba, Coyuntura económica y voto en España, 1985 -1996. El artículo presenta un modelo de popularidad para el Gobierno español entre 1985 y 1996, elaborado con datos trimestrales procedentes de encuestas del CIS, de la UE y datos económicos procedentes de la OCDE y del INE. Los resultados enfatizan la gran influencia que tuvieron algunas variables de la coyuntura macroeconómica, en especial el desempleo, sobre la popularidad del Gobierno socialista, pero sobre todo la influencia que ejercieron las percepciones subjetivas sobre esta coyuntura macroeconómica. El efecto de tales percepciones es mucho más rápido que el de la economía objetiva. Además, también revelan la influencia de algunas variables políticas como el carisma del presidente, la adhesión a la CE, la guerra de Kuwait y el escándalo Filesa. También Laia Balcels-Ventura, en su paper Elecciones y acountability económica de los gobiernos: un estudio transnacional del voto al incumbent en la Unión Europea, realiza un análisis del voto económico desde la perspectiva del accountability económico de los gobiernos. Para ello analiza 135 elecciones en los países de la UE desde 1970 a 2001, del que concluye que los factores macroeconómicos no explican las ganancias o pérdidas electorales, a excepción de la variación en la tasa de desempleo, la cual puede ser anulada con altos niveles de gasto público. También afirma que en el caso de gobiernos de coalición, la atribución de responsabilidades no guarda relación con el peso del partido en dicha coalición, como tampoco con el factor ideológico.
  • 20. 20 En definitiva, el esfuerzo de los investigadores en búsqueda de la explicación del comportamiento electoral es indudable. Los estudios en los diferentes niveles así lo constatan. No obstante parece existir una ausencia de continuidad y coordinación entre todos ellos, lo que dificulta su consolidación en España. 3. CONDICIONANTES DEL VOTO EN LAS DIFERENTES ELECCIONES DE LA DEMOCRACIA. 1977-2008. En este epígrafe realizaremos un repaso cronológico de las diferentes elecciones de la democracia española y sus contextos, con el objetivo de introducirnos en la realidad electoral española y sus diferentes idas y venidas desde la caída de la dictadura franquista. Este recuerdo nos sirve para contextualizar el plano histórico que precede a la elección que nosotros analizaremos en este trabajo y que en cierta medida influye en el aspecto psicológico del votante. También es de gran utilidad para conocer los determinantes históricos del voto en España lo que nos da algunas ideas sobre qué aspectos indagar en nuestro análisis de las elecciones generales de 2011. El siguiente resumen se ha realizado íntegramente a partir del libro Las razones del voto en la España democrática, 1977-2008, escrito por Juan Jesús González y Fermín Bouza en 2009 y editado por la editorial Catarata. Este libro realiza un flashback sobre las razones del voto muy detallado y de fácil comprensión que nos permite introducirnos en la realidad histórica que nos ocupa. Comenzaremos hablando de las elecciones de la transición (1977) que se caracterizaron por el fuerte papel que jugaron los diferentes líderes, tanto en la derecha (UCD y AP) como en la izquierda (PSOE Y PCE). El proceso transitorio previo, se llevó a cabo en exclusiva por las diferentes élites políticas. La breve experiencia democrática de los años 30, caracterizada por la excesiva polarización y la política de bloques, provocó que dichas élites realizasen un ejercicio de memoria colectiva para no volver a caer en los mismos errores de antaño. El dilema entre reforma y ruptura fue fruto de discusión entre las diferentes fuerzas, aún con ello, la pauta general seguida fue la de la moderación y el consenso. De
  • 21. 21 todo este proceso se excluyó deliberadamente, y de forma ciertamente razonada, a las clases obreras y en consecuencia a los sindicatos y demás movimientos sociales. Este último hecho, más conocido como “desmovilización popular”, tenía como objetivo que la inexperiencia democrática y el posicionamiento político heredado en gran medida de la etapa pre-franquista por parte de la mayoría de la masa social y los diferentes movimientos, no frustrasen el clima de negociación y consenso actuando como agentes polarizadores y de confrontación (Míguez, 1990). El punto de partida de todo este proceso es el referéndum sobre la Reforma Política de Noviembre de 1976, el cual supuso el primer ejercicio democrático del electorado español de donde se pueden sacar las primeras conclusiones acerca de las estrategias de decisión de los “nuevos votantes”. La participación alcanzó el 78%, con una respuesta a favor del sí de un 94%, un resultado muy contundente pero que no refleja los posicionamientos propugnados por las diferentes fuerzas políticas. La oposición antifranquista, de izquierda y rupturista en un inicio, pidió a sus simpatizantes que optaran por la abstención. Por otro lado la UCD de Adolfo Suárez realizó una campaña a favor del “si” y de la reforma, por lo que estos resultados se pueden entender como una victoria aplastante del propio Suárez. Nada más lejos de la realidad, si es cierto que la campaña de Suárez fue muy bien planteada y obtuvo un fuerte calado en la sociedad pre-democrática española, pero lo que ocurrió realmente fue que los españoles que se dirigieron a las urnas realizaron un ejercicio de memoria colectiva, votando a favor de una reforma que parecía alejarse de la experiencia republicana de corte rupturista y de fatal desenlace. Los electores rechazaron las peticiones a la abstención, aún cuando provenían de los propios partidos de los que se sentían simpatizantes y que posteriormente votarían en las elecciones de 1977. Nos encontramos por lo tanto en estos primeros comicios, ante un voto de carácter racional, dejando posiciones ideológicas a un lado, especialmente en los votantes de izquierda que hicieron oídos sordos a las proclamas abstencionistas. Aún con ello, la información de la que disponían los electores era escasa y de dudosa fiabilidad, por lo que podemos hablar también de un cierto ingrediente de voto deferente, propio de la inexperiencia democrática heredada de la etapa pre-democrática, caracterizado por el miedo y la cautela.
  • 22. 22 Con este escenario previo se celebran las primeras elecciones constituyentes el 15 de Junio de 1977, cuyo objetivo recaía en la formación de un arco parlamentario en el que se representasen las diferentes fuerzas políticas que posteriormente participarían en la redacción de la nueva constitución. Anteriormente a la elección, se produjo un hecho importante que diluyó el dilema reforma-ruptura y dio otro cáliz diferente a las elecciones, la legalización del Partido Comunista, que suponía a la vez un “guiño democrático” del centro- derecha y su aceptación por parte de todos dentro del nuevo juego. De las elecciones saldría victoriosa la UCD de Adolfo Suárez, en gran medida gracias a su bandera moderada y reformista, y no menos a un sistema electoral que le beneficiaba notoriamente en las provincias sobrerrepresentadas. Los partidos de izquierda obtuvieron un número de votos que no se correspondía con la notable diferencia de escaños con la UCD. Por lo tanto, parece claro que el triunfo de la moderación era claro (hecho que se corroborará definitivamente en las siguientes elecciones) en una sociedad con una estructura social desarrollada e industrializada que había alcanzado en los años sesenta y setenta un status y unas oportunidades de promoción social sin precedente alguno, y que no se querían ver truncadas con una ruptura total que recordaba al descalabro de los años treinta. Pese a la victoria de la UCD, cabe también señalar el relativo éxito conseguido por el PSOE dentro del centro-izquierda, erigiéndose como partido mayoritario en esta parte del espectro, especialmente gracias a su estrategia de moderación y de alejamiento del PCE, suceso similar al llevado a cabo por la UCD que dejo a un lado la vieja guardia franquista insertada en AP. De ahí gran parte de su éxito. La constitución de las nuevas Cortes supuso un punto de inflexión importante en el proceso transitorio, sentándose las bases del consenso y de una negociación constitucional sin sobresaltos. Para ello fue necesario reducir el papel político de numerosos actores sociales, especialmente el ejército, la iglesia y las organizaciones obreras, los cuales en un ejercicio de responsabilidad se ciñeron a su campo natural de actuación sin interferir en el ámbito político de forma polarizadora.
  • 23. 23 Es de vital importancia reseñar el contexto económico de crisis en el que se insertó el nacimiento de la nueva aventura democrática. La crisis energética de 1973, apenas tuvo incidencia en la economía española durante sus primeros coletazos, debido principalmente a la fase de gran expansión en la que se encontraba la economía española en las épocas del tardofranquismo. Los primeros años de la transición fueron tranquilos en este aspecto, pero una vez se comenzaron a asentar las bases políticas del sistema democrático y su aceptación social era mayoritaria, la crisis económica se empezó a dejar sentir. Esto provocó la primera crisis de gobierno (dimisiones incluidas) de la democracia, un gobierno que había priorizado más la política que la economía en estos años, obligado por las circunstancias históricas en las que se encontraba. Ante la incesante escalada de la inflación (30%), el gobierno comunicó a los diferentes agentes sociales la gravedad de la situación, lo que conllevó a la firma de los Pactos de la Moncloa con los diferentes partidos, en el que se suscribía un programa de austeridad, en el que se fijaba la moderación salarial y una reforma fiscal. Uno de los efectos principales que provocaron estas medidas fue la reducción de los niveles de satisfacción democrática entre los ciudadanos, que en una gran mayoría de los casos veían como se producía el primer frenazo salarial de su vida laboral. Esto último se vio claramente reflejado en el aumento de los niveles de abstención en las elecciones de 1979. La conclusión que se deriva de esto último es la inexistencia de afectividad por parte de los españoles hacia las instituciones democráticas, las cuales son percibidas de manera instrumental y juzgadas a partir de una cuenta de resultados más que por su valor democrático. Ante esta situación de incertidumbre nos encontramos en un momento de atascamiento, en el que las dos principales fuerzas ni avanzan ni retroceden. El PSOE por su parte no supo aprovechar la mala situación económica para alzarse con el gobierno, ya que su pauta de moderación y consenso no era percibida de manera cien por cien explícita por parte de los ciudadanos, debido a la dualidad de un discurso que cabalgaba entre la revolución y la moderación. Por lo tanto, UCD revalidó la victoria de 1977 y comenzó una nueva legislatura caracterizada por el desmembramiento de la propia UCD y la total renovación del PSOE que le alzaría al poder en las próximas elecciones.
  • 24. 24 Como se mencionó al final del anterior epígrafe, la legislatura que comenzaba después de las elecciones de 1979 sirvió de alfombra roja para la posterior victoria por mayoría absoluta del PSOE en las elecciones de 1982. El descalabro interno de la UCD y el realineamiento que sufrió el PSOE fueron los factores clave. Por un lado, la UCD sufrió un proceso de autodestrucción de magnitudes considerables debido principalmente a dos motivos. El primero fue la división interna en el seno del partido, en dicho seno convivían diferentes familias políticas que se disputaban el poder interno y que no disponían de una hoja de ruta común que les hiciese ser un partido fuerte y estable, por lo que las divisiones eran insuperables. El segundo motivo viene de fuera, en la relación con los actores externos teóricamente próximos a su base social, Iglesia y patronal. Fueron numerosos los enfrentamientos con ambos, en el caso de la Iglesia alcanzó su momento álgido con el debate sobre la Ley del Divorcio. Por su parte la patronal jamás se vio identificada políticamente con la UCD como portavoz de sus reivindicaciones, las cuales quedaron relegadas a un segundo plano, siendo prioritario en ese momento atar los cabos sueltos del entramado constitucional. Es en este punto donde el PSOE encuentra el escenario perfecto para su irrupción. Parecía evidente, tras las dos elecciones previas, que el grueso del espectro electoral se encontraba mayoritariamente en el centro y que sería este el terreno donde se ganasen las elecciones. La estrategia del PSOE, se basó en un realineamiento ideológico hacia el centro, dejando atrás las posiciones marxistas y abrazando a la socialdemocracia europea, a la vez que consiguió reducir a la mínima expresión la influencia del PCE en el electorado de izquierda. Además de estos dos factores no se puede obviar, que gran parte de la victoria socialista vino marcada por la mala gestión del gobierno de Suárez en casi todos sus ámbitos de actuación (economía, Estado de las Autonomías, terrorismo, etc.), y también por las sucesivas derrotas de la UCD en las primeras elecciones autonómicas. Con esta tesitura se celebraron las elecciones de 1982 con resultado abrumador para el PSOE en las que la ideología se erigió como factor determinante en la decisión del voto de los españoles. El PSOE se hizo con el centro del espectro político obteniendo la mayoría más importante de la democracia (202 diputados),
  • 25. 25 absorbiendo votantes tanto de los partidos situados más a la izquierda (PCE) como del centro (UCD), registrándose un altísimo índice de volatilidad electoral. La incapacidad de la derecha para reorganizarse en un frente común facilitó que se sucediesen las sucesivas mayorías absolutas y que el PSOE se erigiese como partido hegemónico. El descalabro de UCD unido al posicionamiento de AP excesivamente anclado en la derecha y con una base social de clase alta, generó en el electorado un sentimiento de apatía. La distancia ideológica de ambos partidos era insalvable, lo que provoco el rechazo mutuo entre los votantes de ambos partidos. Hasta que la derecha no consiguió reorganizarse el PSOE no fue desbancado de su posición de dominio. La etapa socialista en sus primeros años, se caracterizó por la normalización del proyecto democrático y por la implementación de políticas estructurales más que ideológicas. Estas políticas estabilizadoras tuvieron como punto cumbre la integración de España en la Comunidad Europea. La valoración de la situación política alcanzó en esta primera etapa unos niveles de aceptación que nunca se volvieron a repetir. Mientras tanto, la derecha española seguía a la deriva y sin un proyecto claro, con AP todavía anclado en posiciones alejadas del centro. En la segunda legislatura socialista (1986-1989) se empezaron a hacer visibles los efectos de la integración europea. El crecimiento de la economía fue muy fuerte al igual que el aumento del gasto público, mejorando con respecto a la legislatura anterior la percepción de la situación económica. Paralelamente la derecha estaba sufriendo un proceso de reconversión, intentando aglutinar a todo el espectro del centro-derecha optando por un posicionamiento más centrado y moderado. El proceso se culminó con la refundación de Alianza Popular en el nuevo Partido Popular y un nuevo giro estratégico. Por lo tanto, la travesía del PSOE en el gobierno estaba siendo tranquila y sin sobresaltos, nada hacía presagiar que se pudiese desbancar al PSOE de su condición de partido hegemónico. Fue a partir de las elecciones municipales de 1987 cuando esta tendencia empezó a tornarse paulatinamente y que terminaría con la ajustada victoria de 1993. La integración europea no solo trajo consigo el crecimiento económico y el aumento del gasto social, sino que también se produjo un aumento considerable de la presión fiscal, en consonancia con los demás países
  • 26. 26 europeos. Como cabría esperar, estas medidas no son del agrado del ciudadano medio, que fue retirando poco a poco su confianza en el gobierno, alentado a su vez por las rebajas fiscales prometidas por el nuevo Partido Popular liderado por José María Aznar. Con este estado de cosas, irrumpen de nuevo en la vida política los sindicatos, los cuales se habían mantenido al margen hasta el momento. La intención del PSOE de reformar el mercado de trabajo y el sistema de pensiones, se topó de frente con las demandas sindicales. Esta confrontación tuvo como momento cumbre la huelga general de diciembre de 1988, convocada por UGT (sindicato afín al PSOE) y que supuso un éxito sin precedentes, paralizando el país como nunca antes se había logrado. El efecto inmediato fue la pérdida de credibilidad de las clases trabajadoras hacia el gobierno, alentados por UGT que dejó de pedir el voto para el PSOE por primera vez. Ante la ausencia de una fuerte oposición política, ésta fue ejercida mayoritariamente por los sindicatos, lo que provocó un debilitamiento total del factor ideológico, algo que tenía un claro perjudicado, el PSOE. La huelga general de 1988 marcó el comienzo del fin de la hegemonía socialista, produciéndose a posteriori un proceso de polarización política y mediática totalmente nuevo en la reciente historia democrática. Por un lado, la refundación del PP trajo consigo una estrategia de confrontación constante que sirvió de acicate contra el gobierno socialista. La línea de José María Aznar se caracterizó por la política del escándalo y del descrédito hacia el gobierno, ahogado por los numerosos casos de corrupción. Por otro lado, la liberalización del mercado mediático provocó que las diferentes fuerzas políticas buscaran deliberadamente controlar los nuevos conglomerados, produciendo alineamientos político-mediáticos que potenciarán los niveles de polarización. Por lo tanto, es en esta etapa de la historia democrática donde los medios de comunicación empiecen a jugar un papel primordial en la contienda partidista, suponiendo el germen de la polarización política de este país. La liberalización televisiva tuvo un notable efecto en la campaña de 1993, la irrupción de los nuevos medios de comunicación se vio reforzada con el descrédito que sufrió la televisión pública, debido al uso abusivo de la misma por parte del
  • 27. 27 gobierno. A su vez, la celebración de los diferentes debates electorales en estos nuevos medios, tuvo como consecuencia un aumento de la personalización y de la importancia asociada al liderazgo. En es en este nuevo contexto, donde el Partido Popular inicia su estrategia que le acercaría al PSOE en 1993 y que le daría el gobierno en 1996. La habilidad de los populares recayó en la utilización de los medios como mecanismo de des- ideologización. Su acción se centró en el descrédito constante hacia el gobierno, utilizando el triángulo paro-corrupción-despilfarro como eje central de su discurso político. El objetivo que perseguían era que el votante medio realizase un ejercicio de evaluación de la gestión del gobierno y que en su decisión incidiese un componente de carácter racional. La etapa final del gobierno socialista se puede considerar la crónica de una muerte anunciada, si bien consiguió alargar la agonía hasta 1996. Tras la victoria de 1989, en la que el PSOE mantuvo la mayoría absoluta pero perdió el 5% de sus diputados, los casos de corrupción inundaron al partido y las divisiones internas fueron más que evidentes, con el consiguiente coste electoral. Felipe González se vio superado por las disputas internas, a lo que se le unió el primer debate electoral en el que fue severamente derrotado. Esto último fue contrarrestado en el segundo debate, en el que Felipe González hizo apología de las políticas sociales, señalando a las propuestas de Aznar como “neoliberales” y de “grave peligro para su mantenimiento” debido a su “programa oculto”, algo que le hizo remontar y que a la postre le daría la ajustada victoria de 1993. El desarrollo del Estado del Bienestar durante la etapa socialista fue el primer baluarte de Felipe González, del que se vieron beneficiados numerosos colectivos sociales, entre los que destacan los pensionistas, parados y estudiantes. Esto produce un efecto significativo en la dinámica de la volatilidad electoral. Si bien en los primeros años ochenta su principal base social eran los trabajadores, con el aumento de la presión fiscal y de la redistribución, son los colectivos mencionados anteriormente los que se constituyen ahora como su principal base y los que le dieron la victoria en 1993.
  • 28. 28 En esta coyuntura política, totalmente perjudicial para el PSOE, a la vez que el contexto de recesión económica suponía un lastre aún mayor, tienen lugar las denominadas elecciones de la alternancia. Las impopulares medidas de desregulación laboral llevadas a cabo por el gobierno de Felipe González, que tuvieron como consecuencia principal un aumento considerable de la precariedad laboral (especialmente en los jóvenes), se tradujeron en un voto de castigo por parte de su propio electorado que a la postre daría el gobierno al PP. Aun así, la victoria del PP fue mucho más ajustada de lo esperada y el castigo de los votantes socialistas al PSOE, fue menor de lo que los miembros del Partido Popular auguraban. Esto último se explica por el miedo que algunos electores socialistas tenían del Partido Popular, el cual no explicitaba concretamente su programa electoral dejando que las propuestas más impopulares y de corte neoliberal fueran proclamadas por actores afines, como la banca o la patronal, algo que el PSOE vendió como el “programa oculto” del PP y el desmantelamiento de los derechos sociales conseguidos en la etapa socialista. A todo esto se le une la incapacidad del PP de aglutinar a los votantes socialistas más desencantados, debido principalmente a la dureza de su discurso contra el gobierno socialista, con continuas descalificaciones, que hicieron que dichos votantes no se pasasen a lo que los propios populares llamaron “nueva mayoría”. Por lo tanto, el PP ganaría las elecciones con un ajustado margen, lo que le obligó a tener que buscar apoyos en otras formaciones, en este caso los partidos nacionalistas (CiU y PNV). Esto conllevó un giro por parte del gobierno del PP que optó por una estrategia encuadrada en el diálogo social, dejando a un lado sus intenciones de carácter neoliberal, algo que a posteriori le favorecería indudablemente en los comicios del 2000. En los primeros años de la legislatura 1996-2000, las diferencias entre PP y PSOE en intención de voto eran mínimas, produciéndose un empate técnico durante 1997 y 1998. Esto último hacía pensar que la victoria de 1996 suponía un paréntesis en la historia democrática española, pero el devenir de la legislatura provocó que esta creencia se tornase falsa. El anteriormente mencionado diálogo social del que se abanderó Aznar, le sirvió para crear un clima de paz social y de confianza general que no se recordaba desde los años dorados de la etapa socialista. El acercamiento a los sindicatos y a los diferentes sectores de la sociedad civil en términos de negociación realizados por
  • 29. 29 el gobierno del PP (llegando a importantes acuerdos con sindicatos y patronal), se alejaba de la coyuntura de confrontación que había vivido el gobierno de Felipe González en las dos últimas legislaturas. La percepción de la situación política por parte de los ciudadanos había mejorado considerablemente, debido principalmente a la mejora de la percepción de la situación económica que sirvió de vagón de arrastre para la primera. La situación económica general del país había mejorado considerablemente, en especial a lo que el paro se refiere. Aun así el empate técnico existente entre PP y PSOE seguiría vigente, manteniéndose el componente ideológico como factor principal, quedando aún el componente racional de decisión en un segundo plano. Con esta dinámica se llegó a la campaña electoral del año 2000, en la que se enfrentaron la estrategia del PP, que incitaba a la evaluación por parte del votante de la gestión del gobierno y de la oposición a la hora de decidir a quién votar, y la del PSOE que apelaba a la ideología, hecho que se ve claramente reflejado con el pacto asignado con IU para concurrir juntos a las elecciones con la intención de aglutinar a toda la izquierda y conformarse en un frente común que denunciaba la derechización del Partido Popular. Esta estrategia resultó fallida, ya que como se observó durante la legislatura, los indicadores demoscópicos sobre la situación económica serían los que jugaron el papel más importante en la decisión de voto. También hay que unir a esto el proceso de centralización llevado a cabo por el PP una vez en el gobierno, lo que hizo que se redujese el miedo de muchos votantes hacia la posibilidad de una política fuerte en el plano neoliberal del PP. En el plano ideológico, la mayoría de los votantes siguieron autoubicándose más cerca del PSOE que del PP, aunque sí es cierto que esta cercanía se redujo con respecto a las anteriores elecciones. Por otro lado, las valoraciones hacia la gestión del gobierno eran mucho mejores que las realizadas sobre la labor de oposición del PSOE. Una gran mayoría de votantes se encontró ante el dilema de decidir entre su proximidad ideológica o la evaluación racional del gobierno-oposición. Tal decisión se resolvió en favor de esta última, obteniendo el Partido Popular una mayoría absoluta para el centro-derecha sin precedentes en la democracia, en la que supuso el indudable triunfo del voto económico-racional.
  • 30. 30 Con esta aplastante victoria del Partido Popular comienza la segunda legislatura de la era Aznar marcada, como veremos más adelante, por la excesiva polarización político-mediática. El gobierno del Partido Popular adoptó en esta segunda legislatura, una nueva estrategia alejada de la que había llevado a cabo después de la victoria de 1996, caracterizada por el diálogo social y la negociación con todos los agentes de la sociedad española. Esta nueva estrategia se centró en atender más a las demandas de sus bases sociales que los reclamos provenientes del votante medio, adoptando posiciones más extremas que a la postre le supondrían la pérdida del gobierno, culminada con el despropósito informativo sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo. El efecto más inmediato de esta nueva dinámica de polarización, radica en el cierre de filas que los votantes más ideológicos hacen entorno a los partidos con los que más simpatizan, provocando que los votantes situados en el centro del espectro ideológico caigan en el rechazo y el cinismo hacia los políticos, “todos son iguales”. Por lo tanto, el clima de confrontación y amenazas constantes entre ambos bandos perjudicaba en mayor medida al Partido Popular, ya que como hemos visto anteriormente, en una hipotética batalla ideológica el PSOE sale más favorecido, debido a que el votante medio en España se ha situado siempre más próximo al PSOE en la escala de autoubicación ideológica. Es cierto, que las elecciones del 14 de marzo de 2004 se celebraron en un clima marcado por los atentados terroristas acaecidos 3 días antes en Madrid, por lo que podemos intuir que la coyuntura en la que se insertaban dichos comicios fue el factor clave en la decisión final de los votantes. Pero también no es menos cierto, que las diversas acciones llevadas a cabo por el gobierno de Aznar durante la legislatura crearon un ambiente previo que facilitó tales resultados. Los errores del gobierno Popular radicaron en una serie de aspectos que señalaremos a continuación. El primero de ellos fue la denominada política de “déficit cero”, en la que se redujo el gasto social en un momento en el que la entrada de inmigrantes era masiva, con la consecuente pérdida de calidad de los servicios públicos, algo que no fue bien recibido por la mayoría de la sociedad española. En segundo lugar, la ruptura del diálogo social, especialmente con los sindicatos, adoptando medidas de forma unilateral como el famoso “decretazo”, que supuso la convocatoria de una huelga general en el momento en el que España ostentaba la presidencia de la
  • 31. 31 Unión Europea. Por último, el alineamiento entorno a la figura de George Bush y su esquizofrénica política internacional contra el terror, plasmada en la Guerra de Irak, que Aznar apoyó y que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles no dudó en posicionarse en contra, tomando las calles de todas las ciudades del país. En el terreno económico, el PP seguía siendo el partido mejor valorado, pese a que las reducciones fiscales realmente no habían tenido el efecto deseado en el ciudadano medio, que aportaba más de lo que recibía. Todo este carrusel de decisiones tuvo como consecuencia la pérdida del centro por parte del Partido Popular Con este panorama se llega a la campaña electoral del año 2004, en la que el papel de los medios de comunicación fue decisivo, especialmente los días posteriores a los atentados del 11 de marzo. Rajoy y Zapatero llegaron a los comicios empatados en cuanto a la valoración de líderes se refiere, si bien la intención de voto era mayor para el Partido Popular. El PSOE concurrió a las elecciones con la crisis del tripartito catalán acechando y con las dudas de los votantes sobre la capacidad de gestión de Zapatero como un líder sólido. Pero indudablemente, el hecho clave de esta campaña fueron los atentados de Madrid y en especial la posterior vorágine informativa, en la que la claridad brilló por su ausencia y los enfrentamientos entre los diferentes medios sobre la autoría de los atentados fue la tónica general. Los días transcurridos entre el 11 de marzo y el 14 de marzo supusieron un hito en cuanto a la demanda informativa se refiere por parte de los ciudadanos. El gobierno en su intento de achacar la autoría de los atentados a ETA, cuando comenzaban a aflorar numerosas pruebas que indicaban a Al-Qaeda como autor de los hechos, empezó a cavar su propia tumba. La manipulación informativa llevada a cabo por el gobierno fue contrarrestada por los medios de comunicación más próximos al PSOE, la SER y El País principalmente, cuya oferta informativa en los días previos a la elección alcanzó unas dimensiones tales, que jugaron un rol más que decisivo en la posterior victoria del PSOE de Zapatero. La disyuntiva existente entre ideología y racionalidad en la campaña electoral, acabó decantándose por la primera con el devenir de los acontecimientos.
  • 32. 32 Zapatero se alzaría con la victoria con un margen de 16 escaños, comenzando una nueva legislatura que tuvo como primera medida la retirada de las tropas de Irak, una de sus promesas electorales. A ello le siguieron diferentes avances en materia de derechos sociales (matrimonio homosexual, cheque bebé, Ley de Dependencia, etc.), atendiendo a las demandas propias de su base social. El votante de izquierda más ideológico se comenzaba a identificar con las políticas de Zapatero como nunca antes lo había hecho. Pero no todo fue un camino de rosas, como en todas las legislaturas también existen espinas, y la principal de ellas fue la total falta de dominio por parte del Partido Socialista de la agenda pública. Esta estuvo dominada por aspectos que venían de fuera del gobierno y que no fueron propuestas en el debate público por parte del gobierno: el Estatut catalán, la política antiterrorista y la Ley de Memoria Histórica. Por partes, la propuesta de reforma del Estatut catalán provenía del Partido Socialista de Cataluña, a la que el principal partido de la oposición se opuso radicalmente quedando fuera de cualquier tipo de negociación. Zapatero en la campaña de 2004 se había comprometido a apoyar el texto y no le quedo más remedio que ceder ante las presiones provenientes del PSC de Maragall y sentarse a negociar. Un texto fuertemente criticado desde la prensa madrileña y que supuso uno de los puntos fuertes de confrontación de la legislatura. En segundo lugar, la política antiterrorista, vino marcada por la tregua indefinida propuesta por ETA y que indudablemente el gobierno secundó. Zapatero busco deliberadamente vender el proceso de paz, sentándose a negociar un alto al fuego definitivo con ETA, que fracasaría con el atentado de Barajas en 2006. Por último, La Ley de Memoria Histórica, propuesta por sus socios de Gobierno, IU y ERC, de la que rápidamente se abanderaría el gobierno de Zapatero, y que pronto tuvo respuesta en la derecha, acusándolo de “remover las entrañas del franquismo” una vez que según el PP, el proceso estaba más que olvidado y superado. Ante estos tres hechos claves, nos presentamos a una dinámica de polarización, en la que los tres temas estrella de la legislatura eran percibidos de manera muy diferente entre los dos principales partidos del hemiciclo, en la que la confrontación y los posicionamientos radicales acerca de estos temas crearon un fuerte clima de crispación. Hay que señalar también, que en materia económica se produjeron unos buenos resultados, los cuales el gobierno de Zapatero no supo vender adecuadamente, ni colocar en el
  • 33. 33 centro de la agenda pública, pese a que las valoraciones demoscópicas en cuanto a la situación económica eran favorables y en crescendo. Posteriormente estas percepciones se vieron algo mitigadas por la mala percepción política ciudadana a consecuencia de la excesiva polarización. Por lo tanto, el transcurso de la legislatura se basó en la polarización acerca de los temas anteriormente mencionados, presentándose a priori una campaña electoral con un fuerte componente ideológico. Las elecciones de 2008 se celebraron con una cierta incertidumbre acerca del resultado. La dinámica de polarización provocó por un lado, el giro del PSOE hacia la izquierda haciéndole ganar votos por este lado, favorecido a su vez por la dura estrategia del PP que hace que el electorado de izquierda se movilice en mayor medida. Por otro lado las concesiones realizadas por el gobierno de Zapatero a las “periferias nacionalistas”, le hicieron ganar un buen número de votos en el País Vasco y Cataluña. Estos dos últimos hechos compensan la pérdida de votos en el centro del espectro ideológico, votantes más pragmáticos que veían como los problemas de su agenda personal no eran atendidos por las principales fuerzas políticas, problemas como la inmigración que presentaba unos altos índices de preocupación ciudadana y que apenas formaron parte de la contienda electoral. Al final, el PSOE revalidaría el gobierno gracias al componente ideológico presente en la decisión del voto, y ante el miedo que provocó en el electorado socialista una vuelta a un gobierno del PP más derechizado, que el PSOE se encargó de explotar durante la campaña. 4. RESUMEN DE LA SEGUNDA LEGISLATURA DEL GOBIERNO DE ZAPATERO. Las elecciones del 9 de marzo de 2008, se saldan con una victoria del PSOE, aumentando su porcentaje de voto en un 1,1% respecto a las anteriores elecciones, y con el 44,4% de los votos. Por su parte el PP incrementó su voto en un 2,1%, pasando del 38,3% al 40,4%. Los dos principales partidos aumentan su porcentaje de voto en contraposición a las demás formaciones políticas que ven reducido su número de votos, especialmente las fuerzas nacionalistas. El gobierno de Zapatero
  • 34. 34 ante esta nueva situación torna sus alianzas parlamentarias, acercándose a CiU para obtener la mayoría y poder sacar adelante las diferentes propuestas, principalmente los Presupuestos Generales del Estado. Este hecho fue denunciado por sus anteriores socios parlamentarios (IU y ERC), acusando a Zapatero de realizar concesiones a la derecha (Lorente Ferrer, 2012, págs. 15-16). Como es bien sabido, la última legislatura de Zapatero, se caracterizó por la irrupción de la crisis económica, y más concretamente la crisis de deuda pública, lo que provocó que en la mitad de la legislatura se diese un giro radical a la política económica. Los bandazos del gobierno en este ámbito fueron numerosos. En una primera fase, con el estallido de la crisis internacional a raíz de la quiebra de Lehman Brothers, no dudó en sacar pecho en los diversos foros económicos mundiales, afirmando que la economía española era una de las que tenía mayor proyección en cuánto a renta per cápita de Europa y que no se vería afectada en gran medida, ya que –en palabras de Zapatero- “España probablemente tenga el sistema financiero más sólido del mundo”. Nada más lejos de la realidad, la situación económica de España empezaba a empeorar y la explosión de la “burbuja inmobiliaria” era inminente. Las organizaciones económicas supranacionales empezaban a alertar de la preocupante situación de España. En una segunda fase, el gobierno recurrió a diferentes eufemismos para no mencionar la palabra “crisis”. Palabras como “crecimiento negativo” o “desaceleración económica” formaron parte de sus discursos, lo que provocó una ruptura entre Zapatero y una opinión pública que comenzaba a verse afectada por esta situación, en la que la destrucción de empleo indefinida empezaba a gestarse. No fue hasta julio de 2008, cuando el presidente del gobierno pronunciaría esa palabra que empezaría a formar parte de nuestras vidas hasta hoy mismo, “crisis”, España estaba en crisis. El crecimiento económico que había sufrido en las dos décadas anteriores se había basado en el sector de la construcción. Esta expansión se vio favorecida por la permisiva política monetaria del Banco Central Europeo -en la que la evolución de los tipos de interés tuvo una constante tendencia a la baja- y la liberalización del suelo llevada a cabo en la era Aznar unido a las desgravaciones fiscales de vivienda. El gobierno socialista no fue capaz, o no quiso explotar la
  • 35. 35 burbuja, algo que había prometido en campaña, la cual acabó reventando en sus propias manos (Sanchez-Cuenca, 2012, pág. 71). Habían pasado escasamente seis meses desde la victoria socialista y la percepción de la situación económica por parte de los ciudadanos no paraba de empeorar, el barómetro del CIS del mes de septiembre de 2008 mostraba como las percepciones malas o muy malas eran ya muy superiores a las regulares o buenas. El efecto de esta percepción se vio reflejado en el barómetro del siguiente mes en el que se dio una situación de empate técnico en cuanto a estimación de voto al PSOE y al PP (39,7%), manteniéndose esta tendencia con pequeñas variaciones hasta julio de 2009, donde el cambio electoral se consolidaría debido al retroceso del PSOE. En esta coyuntura de crisis el gobierno de Zapatero fue poco a poco engullido por la misma. Las derrotas electorales en Galicia y en las europeas reflejaban el cambio que se estaba a producir en el electorado. Este electorado empezaba a presentar unos niveles de abstención bastante preocupantes, en especial para el partido socialista, ya que la mayoría de esta abstención provenía de sus votantes de 2008. Con la crisis instalada, su efecto inmediato y más desgarrador fue el incesante aumento de los niveles de paro en España alcanzando tasas superiores al 20%, con un paro juvenil en la barrera del 50% y con unas previsiones de futuro nada halagüeñas. La preocupación de los españoles ante esta situación no dejó de crecer, el paro ha sido señalado durante toda la legislatura como el principal problema para los españoles, su crecimiento no ha cesado, pasando del 43,8% del comienzo de la legislatura al 83% en el momento de la elección de 2011. La situación económica es percibida como el segundo problema, creciendo en un principio al mismo ritmo del paro, despegándose de este a partir del segundo semestre de 2008, cuando la destrucción de empleo,-especialmente en el sector de la construcción-empieza ser un problema real y no solo de percepción. El porcentaje de desempleados asciende al 10,44% (www.ine.es, 2013). Ante esta situación, el gobierno decide en poner en marcha un paquete de medidas de corte keynesiano, con la intención de contrarrestar el ciclo económico
  • 36. 36 de recesión en el que se encontraba España. En total fueron cuatro puntos del PIB los que el gobierno dedicó al conocido como Plan E (Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo), 50.000 millones de euros que consiguieron frenar la caída pero no volcar la situación, la crisis de deuda que empezaba a gestarse fue el principal motivo de ello (Sanchez-Cuenca, 2012, pág. 74). La situación de quiebra total de Grecia tuvo un efecto contagio en las demás economías periféricas de la Unión Europea. Países como Irlanda, Portugal, Italia o España se vieron en una crisis de financiación a consecuencia de la desestabilización en la que estaba inmersa la moneda única, entrando en escena un término totalmente nuevo para la sociedad española, la temida “prima de riesgo”. Las dificultades de financiación de España en los mercados internacionales y los diferentes ataques especulativos que estaba recibiendo, levantaron la voz de alarma en la Unión Europea, concretamente en el eje franco-alemán. Merkel y Sarkozy comenzaron a promulgar a raíz del rescate heleno el dogma de la austeridad dentro de la eurozona, presionando a los países con más dificultades a tomar mediadas de estabilización consistentes en la reducción del gasto público y el control del déficit obligando a los países a seguir una hoja de ruta en este sentido. Esto obligó al gobierno de Zapatero a presentar en Mayo de 2009 ante las Cortes Generales un programa de ajuste y de reducción del gasto. Entre estas medidas destacan la congelación de las pensiones, la reducción en un 5% de los salarios de los funcionarios, la supresión del cheque-bebé, un recorte de seis mil millones en inversión pública y de seiscientos millones en la ayuda al desarrollo, y la eliminación de la retroactividad a los pagos de la dependencia. El gobierno intentó vender este ajuste afirmando que los pilares del Estado del Bienestar no se habían tocado, algo que no tuvo calado en la opinión pública. El abandono de las políticas socialdemócratas tuvo un coste electoral elevado para el PSOE (Sanchez- Cuenca, 2012, págs. 76-80). Ante este panorama, el Partido Popular seguía aumentando su distancia con el PSOE, según el barómetro del CIS del mes de julio el PP ya se situaba 4 puntos por delante del PSOE en intención de voto y con tendencia al alza. Los demás partidos políticos también crecían en intención de voto, la sangría del electorado socialista era total, desperdigándose por todas las demás formaciones.
  • 37. 37 El año 2010 no terminaría con el plan de ajuste, en septiembre fue aprobada la reforma del mercado de trabajo. Esta reforma tuvo como medida principal la reducción de la indemnización del despido a 33 días por año trabajado. Se caracterizó por un aumento de la flexibilización tanto en la contratación como en el despido. Ante esta situación, los sindicatos fueron a la huelga el 29 de septiembre, Zapatero se encontraba ante la misma situación que González en 1988, si bien en este caso, la convocatoria fue de dudoso éxito y la aprobación por parte de los ciudadanos se situaba por debajo del 25%. Las medidas de 2010, no consiguieron reducir el aumento del paro, por lo que el gobierno aprobó en 2011 nuevas medidas centradas en la facilitación de los ERE y en la flexibilización de la negociación colectiva. El abandono por parte del gobierno de sus principios socialdemócratas era total, a finales de 2010, la distancia con el PP en intención de voto ascendía a los 6 puntos. Ante esta situación Zapatero anuncia en Abril de 2011 que no se presentará a la reelección, en un momento en el que la diferencia ante el PP era de 7 puntos. El desgaste de Zapatero era total. Tras este anuncio llegan las elecciones municipales de Mayo de 2011, que vaticinaron la futura victoria Popular por mayoría absoluta en noviembre de ese mismo año. Los populares ganaron estas elecciones con una ventaja de algo menos del 10% de los votos emitidos sobre el PSOE. En este punto los socialistas se encontraban en una isla, las luchas por la secretaría general entre Rubalcaba y Chacón estaban muy vivas, la sucesión de Zapatero estaba en el aire. No sería hasta julio cuando Rubalcaba fue proclamado Secretario General del PSOE y candidato a la presidencia tras un proceso convulso, en el que las elecciones primarias de las que tanto se abanderó el PSOE durante años brillo por su ausencia. El llamado por muchos “dedazo” tuvo un efecto muy negativo en el electorado socialista, esta ausencia de democracia en la elección del Secretario General no fue bien recibida por la base social del partido. La legislatura tocaba a su fin, pero aún habría tiempo para que el gobierno socialista tomase una medida más, de gran calado y que terminó por hundir al PSOE aún más si cabe. En agosto de 2009, tras las presiones provenientes de Europa y más concretamente de Berlín, el Gobierno realiza una reforma de la Constitución de carácter urgente –sin precedentes en la democracia española-
  • 38. 38 prohibiendo el déficit estructural en condiciones normales, poniendo un techo de gasto a todas las administraciones públicas limitando el endeudamiento de las mismas. España había perdido gran parte de su soberanía económica cediendo a las presiones externas y entregándose al proyecto de austeridad promovido desde la cancillería alemana y el FMI, dejando en papel mojado cualquier futura política socialdemócrata de aumento del gasto público en contextos expansivos. La campaña electoral estuvo dominada por la situación económica general y el paro. De nada sirvió a los socialistas el anuncio por parte de ETA del fin de la lucha armada el 20 de octubre a tan sólo quince días del comienzo de la campaña electoral. En estos momentos, el terrorismo ya no era percibido como uno de los principales problemas para los españoles. Al comienzo de la legislatura suponía para el 35,1% el principal problema de este país, en los momentos previos a la elección solo el 3,7% lo percibía como el principal problema. La gestión del gobierno socialista y sus malos resultados económicos fue el principal tema de debate que utilizó el Partido Popular en campaña, además de autoproclamarse como el partido de la “buena economía”-rememorando los éxitos económicos de la era Aznar- y del empleo. Por su parte el PSOE, apeló a la defensa de sus políticas sociales y de los diferentes pilares del Estado del Bienestar que tanto habían fomentado en la primera etapa de Zapatero pero que luego fueron degradando en la segunda legislatura. Representativo de esta estrategia es el slogan de campaña con el que concurrieron a las elecciones, “pelea por lo que quieres”, en clara alusión a la sanidad, la educación y las políticas sociales. El resultado final de las elecciones fue una amplísima mayoría absoluta para el Partido Popular, la segunda más amplia de la democracia solo por detrás de la conseguida por Felipe González en 1982. El descalabro socialista fue total obteniendo sus peores resultados de la democracia. El PP obtuvo un total de 10.830.683 votos, lo que se traduce en 186 escaños, por su parte el PSOE perdió un total de 59 escaños quedándose en 110, lo que en votos significa una pérdida de 4.315.455 votos (Gráfico 4.1).
  • 39. Las demás fuerzas políticas aumentaron su representación, reduciendo el bipartidismo en la Cámara Baja en 18 diputados. El que más creció fue Izquierda Unida que pasó de 2 diputados a 11, obteniendo de nuevo grupo parlamentario propio, igual que UPyD que aumentó de 1 a 5 diputados. CiU pasó de 10 diputados a 16 y BNG, ERC Y Coalición Canari representación en 1 diputado, quedándose en 5 por los 6 de la anterior legislatura. La gran irrupción la protagoniza la izquierda abertxale, AMAIUR consigue en el País Vasco ser la fuerza nacionalista más vota traduce en 7 diputados. primera vez en el congreso con 1 diputado. El arco parlamentario queda constituido de la siguiente manera: GRÁFICO 4.1. VOTOS 2008 vs. VOTOS 2011 GRÁFICO 4.2. PARLAMENTO 2011 39 Las demás fuerzas políticas aumentaron su representación, reduciendo el la Cámara Baja en 18 diputados. El que más creció fue Izquierda Unida que pasó de 2 diputados a 11, obteniendo de nuevo grupo parlamentario igual que UPyD que aumentó de 1 a 5 diputados. CiU pasó de 10 diputados a 16 y BNG, ERC Y Coalición Canario se mantuvieron con 2. El PNV vio reducida su representación en 1 diputado, quedándose en 5 por los 6 de la anterior legislatura. La gran irrupción la protagoniza la izquierda abertxale, AMAIUR consigue en el País Vasco ser la fuerza nacionalista más votada con 333.368 votos, lo que se . Por último FAC, COMPROMÍS y GBAI irrumpen por primera vez en el congreso con 1 diputado. El arco parlamentario queda constituido de la siguiente manera: GRÁFICO 4.1. VOTOS 2008 vs. VOTOS 2011 GRÁFICO 4.2. PARLAMENTO 2011 Las demás fuerzas políticas aumentaron su representación, reduciendo el la Cámara Baja en 18 diputados. El que más creció fue Izquierda Unida que pasó de 2 diputados a 11, obteniendo de nuevo grupo parlamentario igual que UPyD que aumentó de 1 a 5 diputados. CiU pasó de 10 diputados o se mantuvieron con 2. El PNV vio reducida su representación en 1 diputado, quedándose en 5 por los 6 de la anterior legislatura. La gran irrupción la protagoniza la izquierda abertxale, AMAIUR consigue en el da con 333.368 votos, lo que se Por último FAC, COMPROMÍS y GBAI irrumpen por primera vez en el congreso con 1 diputado. El arco parlamentario queda
  • 40. 40 En conclusión, la victoria del Partido Popular se debe principalmente al fracaso del gobierno PSOE que durante la última legislatura fue engullido por la crisis económica y el aumento de los niveles de paro durante los últimos 3 años y medio. Las elecciones coincidieron en el tiempo con la peor valoración del gobierno de Zapatero en toda la legislatura, un 66,3% de los ciudadanos consideraba mala o muy mala la gestión del gobierno, según el barómetro del CIS del mes de octubre. La nueva constitución del Parlamento español dota al PP de una mayoría absoluta sin precedentes en su historia que le permite gobernar en solitario sin la necesidad de pactar con los nacionalismos periféricos de centro- derecha. Por lo tanto el nuevo gobierno tiene vía libre para llevar a cabo las reformas que considere oportuno con el único objetivo de sacar al país de la penosa situación económica en la que se encuentra. 5. PROCESO TÉCNICO-METODOLÓGICO En los próximos epígrafes, procederé a la explicación de todo el proceso técnico-metodológico llevado a cabo en este trabajo. Como es sabido la intención que se persigue es demostrar empíricamente cuales han sido los determinantes principales en la decisión del voto que posibilitó la victoria del Partido Popular en las elecciones generales de 2011, así como los que provocaron la fuga de votos del PSOE con respecto a las elecciones de 2008. Los diferentes análisis llevados a cabo en este trabajo tienen como fuente el Estudio Pánel 7711 del CIS, elaborado para las elecciones generales de 2011, en el cuál se realizaron dos encuestas(estudios 2915 y 2920), una preelectoral en octubre de 2011 y otra postelectoral realizada en noviembre-diciembre de 2011. La muestra final de este estudio es de 6.082 casos -los que respondieron a ambas encuestas- y nos permite realizar análisis de carácter longitudinal utilizando ambos estudios como una sola unidad de análisis. Para analizar el Estudio Panel 7111, he utilizado como herramienta principal la técnica de análisis de regresión logística. Esta técnica tiene como objetivo principal determinar que variables nos permiten pronosticar la pertenencia a un grupo. Este análisis se diferencia del discriminante en que nos permite trabajar con
  • 41. variables independientes categóricas, por lo que podemos conocer características propias de los votantes. Sien regresión logística binaria en el que la pronosticar, debe ser necesariamente dicotómica. Las las que pretendemos pronosticar las difere covariables en el análisis de regresión logística. En sucesivos apartados, explicaré cuales han sido las variables escogidas para dicho análisis, tanto las variables dependientes como las independientes. Con este análisis obtenemos una serie de pesos o coeficientes que nos informan sobre la capacidad de cada variable independiente de diferenciar ambos grupos y nos permiten establecer pronósticos de clasificación de sujetos. El análisis de regresión logística en que realiza sus predicciones utilizando funciones comprendidas entre un mínimo y un máximo, ya que la no puede extenderse ilimitadamente como en un modelo linea valores pronosticados nunca se alejan de un mínimo y un máximo. La ecuación de la curva logística con una variable independiente adopta la siguiente formulación, con su consiguiente representación: 41 variables independientes categóricas, por lo que podemos conocer características propias de los votantes. Siendo más exactos, plantearemos una serie de análisis de regresión logística binaria en el que la variable dependiente que pretendemos pronosticar, debe ser necesariamente dicotómica. Las variables independientes las que pretendemos pronosticar las diferencias entre los grupos, se denominan covariables en el análisis de regresión logística. En sucesivos apartados, explicaré cuales han sido las variables escogidas para dicho análisis, tanto las variables dependientes como las independientes. isis obtenemos una serie de pesos o coeficientes que nos informan sobre la capacidad de cada variable independiente de diferenciar ambos grupos y nos permiten establecer pronósticos de clasificación de sujetos. regresión logística se diferencia del análisis de en que realiza sus predicciones utilizando funciones comprendidas entre un mínimo y un máximo, ya que la variable dependiente al ser categórica y dicotómica, no puede extenderse ilimitadamente como en un modelo lineal. Por lo tanto los valores pronosticados nunca se alejan de un mínimo y un máximo. La ecuación de con una variable independiente adopta la siguiente formulación, con su consiguiente representación: GRÁFICO 5.1. Curva Logística. variables independientes categóricas, por lo que podemos conocer características do más exactos, plantearemos una serie de análisis de que pretendemos variables independientes con ncias entre los grupos, se denominan covariables en el análisis de regresión logística. En sucesivos apartados, explicaré cuales han sido las variables escogidas para dicho análisis, tanto las variables isis obtenemos una serie de pesos o coeficientes que nos informan sobre la capacidad de cada variable independiente de diferenciar ambos grupos y nos permiten establecer pronósticos de clasificación de sujetos. encia del análisis de regresión lineal en que realiza sus predicciones utilizando funciones comprendidas entre un al ser categórica y dicotómica, l. Por lo tanto los valores pronosticados nunca se alejan de un mínimo y un máximo. La ecuación de con una variable independiente adopta la siguiente formulación,
  • 42. En esta investigación se realizarán un total de ocho análisis diferentes, cuatro para cada objetivo, de los cuales tres son previos al modelo final que tendrá como pretensión predecir se realizará un análisis con y uno último con variables psicosociológicas variable que tenga mayor poder de explicación, para posteriormente introducirlas en un modelo final que nos permita contrastar nuestra hipótesis inicial, así como conocer que factor ha incidido más en el voto: el retrospectivo, el prospectivo o el psicosociológico. 5.1. Estrategia de elaboración de los modelos La formulación de la modelación de las variables independientes. La selección de las mismas, siguiendo la literatura existente, se puede realizar atendiendo a dos criterios: estadística y modelación sustantiv cada vez es más común la combinación de ambos. El primero de ellos se caracteriza por introducir únicamente las variables que tienen una capacidad de predicción estadísticamente significativa, valorando la me ajuste, buscando el modelo más parsimonioso. El criterio principal radica en 42 En esta investigación se realizarán un total de ocho análisis diferentes, cuatro para cada objetivo, de los cuales tres son previos al modelo final que tendrá como pretensión predecir la orientación del voto. Es decir, para ambos objetivos rá un análisis con variables retrospectivas, otro con variables prospectivas variables psicosociológicas. De cada uno de ellos extraeré la variable que tenga mayor poder de explicación, para posteriormente introducirlas que nos permita contrastar nuestra hipótesis inicial, así como conocer que factor ha incidido más en el voto: el retrospectivo, el prospectivo o el GRÁFICO 5.2 1. Estrategia de elaboración de los modelos de la regresión logística necesita de una estrategia de modelación de las variables independientes. La selección de las mismas, siguiendo se puede realizar atendiendo a dos criterios: modelación sustantiva. Ambos criterios no son excluyentes, de hecho cada vez es más común la combinación de ambos. El primero de ellos se caracteriza por introducir únicamente las variables que tienen una capacidad de predicción estadísticamente significativa, valorando la mejora en la bondad de ajuste, buscando el modelo más parsimonioso. El criterio principal radica en Variable con mayor capacidad de predicción Variable con mayor capacidad de predicción Variable con mayor capacidad de predicción En esta investigación se realizarán un total de ocho análisis diferentes, cuatro para cada objetivo, de los cuales tres son previos al modelo final que tendrá la orientación del voto. Es decir, para ambos objetivos , otro con variables prospectivas . De cada uno de ellos extraeré la variable que tenga mayor poder de explicación, para posteriormente introducirlas que nos permita contrastar nuestra hipótesis inicial, así como conocer que factor ha incidido más en el voto: el retrospectivo, el prospectivo o el regresión logística necesita de una estrategia de modelación de las variables independientes. La selección de las mismas, siguiendo se puede realizar atendiendo a dos criterios: modelización . Ambos criterios no son excluyentes, de hecho cada vez es más común la combinación de ambos. El primero de ellos se caracteriza por introducir únicamente las variables que tienen una capacidad de jora en la bondad de ajuste, buscando el modelo más parsimonioso. El criterio principal radica en