LA ESPIRITUALIDAD, ES UN DESPERTAR DE LA CONCIENCIA DIVINA QUE ESTA DENTRO DE NOSOTROS, IMPULSÁNDONOS A PROFUNDIZAR EN NUESTRO CONOCIMIENTO INTERIOR PARA CONOCERNOS Y PERFECCIONARNOS AL EXPERIMENTAR A TRAVES DE NUESTRO ESPÍRITU LA COMÚN UNIÓN DE TODOS LOS SERES Y TODAS LAS COSAS. EL MÍSTICISMO "ES EL DINAMISMO INTERNO DE TODA ACTIVIDAD SOLIDARIA Y CREATIVA DEL CRISTIANISMO LAICO. CREA PERSONAS DE INCANSABLE ENTREGA A LOS DEMÁS, CAPACES DE TRANSFORMAR A LAS PERSONAS Y LA SOCIEDAD, YA QUE HACE VIVIR AL SUJETO EN CONSCIENTE Y OPERATIVA COMUNICACIÓN CON LA FUENTE DE LA VIDA MISMA: EL MUNDO DEL ESPÍRITU."
GUÍA PARA EL REZO DEL SANTO ROSARIO, tamaño cuartilla A5 .pdf
Espiritualidad laica
1. ESPIRITUALIDAD LAICA:
La espiritualidad laica tiene como meta, disolver el ego rebasando
su necesidad de perpetuarse y perdurar, identificándose con el
espíritu; de tal modo que dejemos de ser impulsados por los
sentidos materiales y seamos impulsados espiritualmente; es
decir, su meta es alcanzar la supra humanidad, transformando los
hombres, en súper hombres espiritualmente evolucionados. La
herramienta para lograr la transformación trascendental de la
humanidad, es la practica de la virtud y el misticismo.
Platón en sus diálogos abordó el cuestionamiento sobre "si la
virtud puede ser enseñada" (Protagoras). Y Aristóteles, en su
metafísica, al abordar el problema del alma truncada, sostuvo que
"los defectos no están incrustados en el fondo del alma
inmadura, sino que son sintomáticos de la falta de ejercicio de las
virtudes opuestas a esos defectos"; y que es posible madurar
disolviendo los rasgos negativos del perfil del alma inmadura,
practicando las virtudes opuestas a esos defectos, hasta alcanzar
el perfil de humanidad perfecta o trascendencia humana.
La paideia griega tenía como propósito educar a la juventud en la
virtud (desarrollo de la espiritualidad), la sabiduría (cuidado de la
verdad, estudiando la física, la lógica y la axiología), y el cultivo
de sí (mediante la práctica continua de ejercicios físicos y
espirituales, a efecto de prevenir y curar las enfermedades del
cuerpo y el alma); la oratoria y la retórica o arte discursivo para
atacar o defender una causa o litigio en la tribuna pública, y
dirimir eficazmente los asuntos que se dan en la administración y
gobierno de las polis, a efecto de alcanzar la sociedad perfecta.
El educador, utilizando el discurso filosófico y la discusión de
casos y ejemplos prácticos, más que informar trataba de inducir
transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la
sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes
opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma, a
efecto de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos)
La vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo, ilustra lo que es la
trascendencia humana y como alcanzarla llevando una vida en el
2. bien y la verdad. Y por su autentico valor pedagógico, el apóstol
Felipe introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo
(posteriormente enriquecida por San Basilio, San Gregorio, San
Agustín y San Clemente de Alejandría, con el pensamiento de los
filósofos greco romanos: Aristóteles, Cicerón, Diógenes,
Isócrates, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,), a fin de
alcanzar la trascendencia humana imitando a Cristo , y la
sociedad perfecta (Reino de Dios) practicando el activismo social
intenso. La tradición mística occidental, estuvo siempre
influenciada por el Platonismo.
Los padres alejandrinos, Clemente y Orígenes fundadores de la
teología mística y simbólica, influenciados por la obra de Platón,
escribieron sobre tres etapas del camino místico interior. Estas
tres etapas que definen los misterios cristianos, también las
recogió Gregorio de Niza y más tarde Dionisio Areopagita. Santa
Teresa decía que los místicos cristianos se imaginaban su
camino hacia el éxtasis o experiencia de trascendencia como una
escalera al cielo que debería remontarse paso a paso. Esta escala
de la perfección, tenía tres estados principales; el primero se
llamaba la vida purgativa, el segundo la vida iluminativa y el
tercero la vida unitiva, que representaba el estado de la perfecta
contemplación.
La vida purgativa necesita lógicamente una autodisciplina o
ascetismo, ya que requiere del aislamiento de las cosas de este
mundo para interiorizarse y auscultarse, haciendo un examen de
conciencia identificando nuestros defectos o rasgos negativos
que son la causa de nuestros pecados, para extinguirlos
practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos, hasta
lograr el perfil de humanidad perfecta. Practica que promueve la
iglesia entre sus seguidores:
“Los pecados que llamamos mortales son siete: Primero,
Soberbia. El segundo, Avaricia. El tercero, Lujuria. El cuarto, Ira.
El quinto, Gula. El sexto, Envidia. El séptimo, Pereza. Contra
estos siete vicios hay siete virtudes: Contra Soberbia, Humildad.
Contra Avaricia, Largueza. Contra Lujuria, Castidad. Contra Ira,
Paciencia. Contra Gula, Abstinencia. Contra Envidia, Caridad. Y
contra Pereza, Diligencia”
3. Al inició de nuestro conocimiento interior, a medida que
profundizamos en la oscuridad de los laberintos de la mente,
psíquicamente experimentamos vivencias perturbadoras que nos
obligan a asirnos fuertemente de la mano de Cristo siguiendo su
vida ejemplo y enseñanzas para encontrar la salida.
Hay ocasiones en que en nuestra vida cotidiana emerge
inesperadamente el fenómeno espiritual de la transformación
humana que provoca la extinción del ego viejo o muerte mística,
mediante un doloroso proceso psíquico que nos lleva a
deambular por la noche oscura donde no paramos de sufrir hasta
eliminar todo apego, mordaza, dualismo, que nos impedían
liberarnos de los viejos parámetros, creencias o dogmas
equivocados que condicionaban nuestra vieja forma de ser.
Provocando comportamientos superficiales o automatismos que
nos impulsaban sin darnos cuenta al distorsionar la realidad que
percibíamos. Impidiendo al ego nuevo renacer de sus cenizas,
para dejar de sufrir creciendo espiritualmente hasta alcanzar la
quietud de la mente en las turbulencias de la vida o paz interior
antesala de la iluminación. Vida iluminativa necesaria para sanar
las heridas profundas que emergen a nuestra conciencia,
experimentando psíquicamente las vivencias traumáticas que nos
acontecieron para poder afrontarlas al conocer la respuesta de la
sabiduría interna a nuestros cuestionamientos y problemáticas
intensas que nos hacen sufrir.
La vida unitiva o éxtasis místico, no sólo es la meta, sino el fruto
sagrado de la disciplina remota necesaria para inducir el éxtasis
místico, donde a través de nuestro espíritu experimentamos la
común unión de todos los seres y todas las cosas existentes en
el universo existencial, manifestado e in-manifestado. Intimidad
abismal profunda que nos revela el contenido de los arcanos que
dan respuesta a nuestros interrogantes existenciales, de la cual
emergemos transformados con los rasgos de una personalidad
empática integralmente relacionada con nuestro entorno que nos
impulsa a servir a los demás al experimentar en carne propia el
dolor ajeno sin que podamos evitarlo.
4. Lo cual nos permite caer en cuenta que: La espiritualidad es un
despertar de la conciencia divina que esta dentro de nosotros,
impulsándonos a practicar el bien, a profundizar en nuestro
conocimiento interior y a perfeccionarnos. El misticismo, es la
búsqueda intensa de la experiencia trascendental. Y :
“La mística, es el dinamismo interno de toda actividad solidaria y
creativa del cristianismo. Crea personas de incansable entrega a
los demás, capaces de transformar a las personas y la sociedad;
ya que hace vivir al sujeto en consciente y operativa
comunicación con la fuente misma de la vida, a través de la
experiencia trascendental de la común unión espiritual de todos
los seres y todas la cosas" Que contribuye a la elevación de la
dignidad y del hombre a través de su esfuerzo y conducta, en su
lucha por un mundo mejor, sin importar raza, religión o
nacionalidad; y constituye el centro del mensaje universal de
Cristo sobre la posibilidad del hombre de alcanzar la
trascendencia humana y la sociedad perfecta o supra humanidad,
practicando la virtud en todos sus actos.
El misticismo laico, no esta atado a los dogmas religiosos, y por
ello esta abierto al estudio, practicas y experiencias del
misticismo universal, sin dejar de ser cristianos; sobre todo
después de haber sido iniciados en el conocimiento espiritual, al
haber sido levemente iluminados experimentando psíquicamente
el vértigo que provoca el relevo de la conciencia física por la
conciencia espiritual, mirándonos frente a frente en el espejo del
alma contemplándonos con los ojos recién abiertos de la mente
con ternura y admiración.
Experiencia que se induce en la meditación profunda
cuestionando ¿Quien Soy, Yo?. Fruto de la disciplina remota que
cambia la fe esperanza, por la fe certeza al haber experimentado
la realidad del mundo espiritual; marcando un parte aguas en
nuestra vida, propiciando nuevas experiencias espirituales que
nos habilita y compromete a criticar y denunciar las injusticias
sociales y las falsas doctrinas y dogmas de la fe, que han
impedido a la humanidad desarrollarse espiritualmente.
5. Después de haber recibido gratuitamente este privilegio, es
necesario tener presente el siguiente anatema anónimo para
evitar vanagloriarnos: “Conocer la LUZ no significa ser iluminado.
Conocer la bondad no significa ser bueno. Conocer la Enseñanza
no significa ser sabio. Conocer el camino no significa que este ha
sido recorrido. Y a pesar de haber dado el primer paso en la
dirección correcta: No soy un iluminado, no soy un ser
evolucionado, no soy sabio y a tientas intento recorrer el camino
que tuve en suerte encontrar. El solo hecho de "saber" lo que hay
al final del camino, me motiva pese a mi imperfección, a seguir
con esfuerzo hacia la meta de mi propia perfección, a fin de no
ser la nota discordante en el concierto universal de todos los
seres y todas las cosas...”
“La comprensión de los fenómenos espirituales que se dan en
los estados alterados de la mente, nos ayudan formular terapias
para sanar el alma de sus heridas profundas y propiciar
trasformaciones convenientes para si mismo y la sociedad,
mediante prácticas terapéuticas que armonizan el cuerpo, la
mente y el espíritu. Y por ello, son de interés primordial del
misticismo, el budismo, el cristianismo, el hinduismo, el sufismo,
la filosofía clásica y moderna, la psicología clínica, los
educadores y los terapistas”.
Ni Cristo, ni sus discípulos y sus seguidores, fueron sacerdotes.
Fue un Gran Iniciado plenamente iluminado y divinizado. Su vida
pública fue ejemplo de lo que es una vida digna y abnegada al
servicio de los más necesitados, practicando el altruismo el
misticismo y el activismo social intensos, a fin de alcanzar la
trascendencia humana y la sociedad perfecta.
Cristo adoptó una actitud crítica frente al gobierno teocrático de
los príncipes de la Sinagoga, denunciando la opresión del pueblo
con pretexto del culto. Criticó las enseñanzas sagradas que
ensalzan anti valores, aduciendo que son valores dictados por
Dios como la ley del Talión, las Leyes de la guerra dictadas por
Moisés en el Deuteronomio (Diatriba contra el puritanismo
hipócrita de los sacerdotes y escribas de la Sinagoga).
6. También criticó el legalismo religioso, señalando que: “El culto,
los dogmas y las practicas sagradas, están hechas para servir al
hombre y, no para que el hombre las siga ciegamente”; y propone
como alternativa el amor al prójimo, mediante la empatia, el
altruismo, la misericordia, el perdón de las ofensas y la no
beligerancia; y pone como ejemplo a seguir la parábola del
samaritano, el perdón de la adultera impidiendo ser lapidada
hasta la muerte, diciendo a la multitud que el que no tenga
mancha alguna, arroje la primera piedra, etc.
La doctrina de la no beligerancia, expuesta magistralmente por
Cristo, fue aplicada por Mahatma Gandhi para liberar a la India del
Imperialismo Ingles:
“Sabéis que La Ley del Talión, enseña: “ojo por ojo, diente por
diente”
Por lo contrario, Yo os enseño “No hagáis resistencia al agravio”.
Antes bien: Si alguien golpea tu mejilla derecha, preséntale la
mejilla izquierda.
Si alguien te quiere despojar de tu túnica, ofrécele también tu
capa.
Si alguien te forzare a seguirlo mil pasos, acompañarlo dos
tantos.
Al que te pida, dale, y no os neguéis, al que te pida un préstamo.
También os han dicho: “Aborrezcan a vuestros enemigos
gentiles, y amad a vuestro pueblo”.
Yo os digo: Amad a vuestros enemigos. Haced bien a los que os
aborrecen. Y orad por los que os persiguen y calumnian. Imitad
así a vuestro Padre celestial, el cual hace nacer el sol sobre
buenos y malos; y hace llover, sobre justos y pecadores.
¿Cómo olvidar aquella respuesta de Mahatma Gandhi cuando le
cuestionaron sobre los factores que destruyen al hombre?
Señalaba siete causas: la Política sin principios, el Placer sin
compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin aplicación,
los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin
caridad. Lo cual, nos lleva a aclarar dos cuestiones importantes,
sobre la fe y la sanación interior:
“La fe, sin la certeza de la razón, es cretinismo.
La fe certeza, se conoce por sus frutos
7. La fe, sin la experiencia de lo trascendente, es una esperanza
vana que narcotiza el alma.
La fe, centrada en el misticismo, es certeza que despierta el alma.
La fe, sin obras de misericordia, debilita y mata el alma.
La fe, centrada en la práctica intensa del amor misericordioso,
alimenta y sana el alma.
La fe, sin activismo ni acción social, propicia la injusticia,
retrasando el reino de Dios.
La fe, centrada en el activismo y la acción social intensa, propicia
la resolución de las problemáticas sociales, y la llegada del reino
de Dios o sociedad perfecta.
Y para que nuestra fe, no sea vana, es importantísimo utilizar el
discernimiento antes de creer que la Biblia es palabra de
Dios”.
"La sanación, es un viaje hacia el centro de nuestro ser interior,
que nos armoniza de alma mente y cuerpo, disolviendo nuestras
adicciones, apegos, traumas, miedos y complejos.
Sanación, es seguir a Cristo abrazando nuestra cruz.
Sanación, es no tener miedo ante el infortunio, recordando que no
estamos solos ni aislados, a causa de la conexión, unidad e
interdependencia existente entre todos los seres y cosas del
universo espiritual.
Sanación, es aceptar con entereza y afrontar con determinación
los retos incruentos y momentos álgidos que nos depara el
destino, recordando que nuestro espíritu es invencible y esta
presto a luchar por nosotros, si confiamos en su victoria.
Sanación, es tener la sabiduría necesaria para aceptar lo que no
podemos cambiar, y saber que es lo que debemos cambiar
Sanación, es abrir lo que está cerrado, ablandar lo que se ha
endurecido y obstruye.
Sanación, es evitar culpar y rechazar la culpa.
Sanación, es aprender a amar a nuestro prójimo como a nosotros
mismos."
La libertad religiosa demarca el ámbito del cristianismo primitivo.
Tertuliado señaló que la libertad religiosa, es un derecho humano
que permite a todos los ciudadanos encontrar su propio camino
de salvación de acuerdo a sus propias creencias y posibilidades.
La religión es una profesión personal que no debe perturbar ni
8. imponerse por la fuerza a otra. Lactancio opinaba que “No hay
nada tan voluntario como la religión; ya que esta se anula, si es
ejercida o profesada contra la propia voluntad” (Maimónides:
Epístola sobre la conversión forzosa)
La secularización del mundo, es una exigencia ineludible del
cristianismo. J. B. Metz lo expresa asi: “La secularización del
mundo, es un acontecimiento esencialmente cristiano, que surge
de sus entrañas, aunque difiere de alguna de sus distintas
expresiones históricas, no los toma como antagonismos, sino
como afluentes que nacen de la libertad de pensamiento que
están destinadas a converger mediante la tolerancia, el respeto y
la buena voluntad (GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS, Y PAZ EN
LA TIERRA A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD).
Los cristianos de hoy, debemos vivir una mundanidad santa,
luchando por un mundo mejor. La carta a Diogneto, escrita en el
siglo III, instruye a sus seguidores, sobre la mundanidad santa,
que deben vivir las comunidades cristianas dispersas en las
provincias greco romanas:
"Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el
lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres.
Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar
insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal
no ha sido inventado gracias al talento y especulación de
hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza
basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte,
siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el
vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan
muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos,
increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros;
toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo
como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero
están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se
casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que
conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
9. Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero
su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y
con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos
los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y
con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos;
carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les
sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su
justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia,
y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son
castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se
alegran como si se les diera la vida. Los judíos los combaten
como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los
mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su
enemistad”.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo
que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida
por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se
encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma
habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos
viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está
encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven
visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne
aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio
alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el
mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de
ellos, porque se oponen a sus placeres.
El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la
aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El
alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene
unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el
mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la
trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal;
también los cristianos viven como peregrinos en moradas
corruptibles, mientras esperan la incorrupción celestial. El alma
se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también
los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y
más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del
que no les es lícito desertar."