Una ama de llaves, una criada y una cocinera robaron el anillo del rey. El rey ofreció una recompensa para quien encontrara el anillo. Un marinero llamado Grillo se hizo pasar por adivino para conseguir comida. Grillo identificó a las tres mujeres culpables basándose en quién le llevaba la comida. La cocinera le dio dinero a Grillo para que no le contara al rey, y puso el anillo en el buche de un pavo. Grillo llevó al rey al pavo y recuper

1. Un ama de llaves, una criada y una cocinera robaron una vez un anillo del rey. El rey que deseaba recuperarlo, puso un anuncio que decía: “Se busca Adivino”

2. Un pobre marinero hambriento llamado grillo vio el anuncio y pensó: “ es una manera de concebir tres comidas al día” fue a ver al rey y afirmo que era adivino.

3. El rey le contó a Grillo lo de su anillo desaparecido y le rogó que usara sus facultades para encontrarlo.

4. A la mañana siguiente, el ama de llaves le trajo el desayuno. Grillo, que sólo pensaba en sus tres comidas murmuró: “ ¡Aquí hay una!”. La culpable ama de llaves salió huyendo. Al mediodía, la criada le trajo el almuerzo. Grillo, que todavía estaba muy hambriento, dijo: “Aquí esta la segunda”. La criada se fue, temblando de miedo. A la hora de la cenar, la cocinera le llevo su comida. Grillo dijo con satisfacción. “¡Y aquí la tercera!”. La cocinera se arrojó a los pies de Grillo. “¡Por favor, señor, tenga piedad! ¡Le daré cincuenta monedas si no le cuenta al rey que nosotras robamos el anillo!”.

5. Grillo, que era una persona sumamente inteligente cuando su estomago estaba lleno, se rio y dijo: “Dame el dinero y pon el anillo en el buche del pavo”.

6. Entonces Grillo fue a ver al rey. “Ya se donde esta su anillo ,anunció. Vamos al jardín”. Cuando llegaron allí, Grillo señaló al pavo. “Cortad su cabeza y mirad en su buche”. Cuando la cabeza del pavo fue cortada, allí, efectivamente, estaba el anillo del rey.

7. El rey colmó de regalos a Grillo y dio una fiesta para que todos sus amigos pudieran conocer a ese maravilloso adivino.

8. “Preguntadle cualquier cosa, dijo el rey. Seguro que lo sabe”. Uno de los invitados cogió un grillo y, volviéndose hacia Grillo, preguntó: “¿Qué tengo en mis manos?”. Grillo no tenia ni idea. “Venga”, decían los amigos del rey. “Es demasiado Fácil”, tartamudeó.

9. Grillo, lo vio todo perdido. “Pobre Grillo”, suspiró. El invitado abrió sus manos ¡y salto el grillo! El rey, orgulloso, hizo rico a Grillo, y tuvo tres comidas al día el resto de su vida. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.