1. 20 | Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
Luis Machín
El reconocido actor de vasta trayectoria en teatro, cine y
televisión terminó de hacer después de un año“La última sesión
de Freud”.La obra que lo tuvo de protagonista junto a Jorge
Suárez cumplió más de 300 funciones en la Av.Corrientes y
recibió el aplauso de todo el medio artístico.
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ENTREVISTA!
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De chico iba mucho al
circo y soñaba con ser payaso.
Pese a no provenir de una familia
de artistas frecuentaba también
muchos teatros de Rosario y dis-
frutaba cada vez que lo llevaban
a ver espectáculos de títeres…
Vueltas del destino, años más
tarde Luis Machín interpretó co-
mo actor a recordados villanos
de ficción de televisión y repre-
sentó incluso a algunos reales
como Jorge Rafael Videla o el
propio Adolf Hitler.
“Siempre quiero actuar. Es una
actividad que me contiene mu-
cho y la ejerzo desde que tengo
16 años.Me convoca,me organi-
za, me completa. La verdad que
me fascina”, dice hoy el presti-
gioso actor.
El actor viene de protagonizar
con Jorge Suárez “La última
sesión de Freud”, una obra di-
rigida y adaptada por Daniel
Veronese que se centra en una
discusión entre el legendario
psicoanalista Dr. Sigmud Freud y
el brillante académico C.S. Lewis
en tiempos de la segunda guerra
mundial. ¿Los temas? la existen-
cia de Dios, el amor, el sexo y el
significado de la vida.
a!: La obra toca temas polémicos…
LM: Pasa por todos los grandes in-
terrogantes de la vida. La posibilidad
de cruzar pensamientos tan distintos
en relación a temas tan importantes
como el hecho de si hay vida después
de la muerte, hace que la obra sea
para cualquier ser humano que se
precie de sentirse vivo. Pero ha ve-
nido a vernos también gente con el
rosario en la mano. Hubo un grupo
que vino con remeras con la cara de
Jesucristo. También sacerdotes. El
propio padre Farinello. En ese senti-
do es muy conmovedor ver lo que le
pasa a la gente con la obra.
a!:A pesar de que no se trata de una
comedia, el público se ríe mucho
también ¿Por qué pensás que se da
esto?
LM: Por un lado Freud era un perso-
naje muy ácido que tenía un humor
muy particular. Y por otro si bien uno
puede pensar que hay temas que son
serios y profundos… la mejor mane-
ra de aceptarlos muchas veces es a
través de la risa. Hay momentos que
son muy dramáticos. Freud está a
punto de morir y tiene unos accesos
de tos importantes. Sin embargo,
ante esas situaciones que uno supo-
ne son dramáticas… muchas veces
la gente se ríe. Es un escape y me
parece muy sano que lo haga, por-
que a través de la risa uno acepta un
montón de cosas. No en vano dicen
eso de que “después de Freud no
existe el chiste”.
a!: Últimamente el psicoanálisis es
un tema que ha tenido mucho éxito
en la ficción. Por nombrar algunos
casos: En terapia, Tratame bien,
Vulnerables...
LM: El tema tiene una gran convo-
catoria, pero eso no quiere decir [+]
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que siempre que se plantee vaya a
haber una gran repercusión. Sino
todas las obras irían en ese sentido.
Habría un avivado que diría “vamos
con esto que tenemos un público ga-
rantizado”. Yo creo que en este caso
se ha combinado un elenco que so-
mos nosotros dos que funciona muy
bien, con una dirección que ha tenido
una gran capacidad para organizar
un texto que hecho de otra manera
bien podría haber sido un pelotazo.
a!: ¿Por qué?
LM: Podría no haber tenido di-
namismo. Me parece que hemos
encontrado una buena forma de que
esto pase al público de manera más
entretenida y no sea solo la escucha,
porque para eso uno lee el libro y es
suficiente. El teatro tiene otra magia
que está íntimamente ligada a lo
que hacemos los actores a través de
nuestros cuerpos.
a!: En este tipo de obras protagoni-
zadas únicamente por dos actores,
¿se da una especie de duelo actoral?
LM: Claro. Uno cuando hace teatro
-y en general cuando actúa- trata de
elevar la poética a su máxima expre-
sión y busca que la medida sea alta.
Ahí se puede llegar a decir que se
produce una especie de duelo o “es-
padachineo” entre los dos actores.
Un “hagamos de esto un juego” que
resulte interesante. Se establecen
competencias y se redobla la apues-
ta todo el tiempo con el otro. Es algo
absolutamente legal que se debe
propiciar. En la política, por ejemplo,
en los últimos tiempos se dice que
la confrontación no sirve. A mí me
parece todo lo contrario, que es lo
que posibilita crecer. Nosotros todas
las noches confrontamos. Es una
palabra a la que no hay que temerle.
ENTREVISTA!
a!: ¿Los políticos toman cosas de la
actuación?
LM: Nos han robado mucho. Algunos
bien y otros muy mal. Uno que está
muy entrenado en estas lides… ve
los hilos cuando están mal maneja-
dos. Más allá de los pensamientos
y las ideologías está la construcción
de los personajes que ellos hacen
de sí mismos para poder llevarla
adelante… y en eso no difieren tanto
de los actores. Lo que pasa es que
no tienen formación. Entonces pre-
valece la ideología a cómo ponen el
cuerpo en funcionamiento para de-
fender esa ideología. Y ahí es cuando
se ven los hilos. Pero así y todo uno
también les cree.
a!: En este último tiempo te ha toca-
do interpretar a distintos personajes
políticos e incluso también históri-
cos.
LM: He hecho a Perón, San Martín.
También a Castelli. Me gusta leer su
historia y conocerlos profundamen-
te, pero a la hora de hacerlos me
baso más en lo que consiguieron, en
qué intereses tendían a favorecer y
en cómo ha quedado su imagen en
el reflejo popular. No soy un imi-
tador. Hice a Cavallo, un personaje
dantesco. A Videla… La mayoría los
compuse en un programa donde
éramos cuatro actores que inter-
pretábamos a todos los personajes,
entonces de repente hacía tres por
semana. He representado desde
aquellos que son más antipáticos y
sanguinarios, a otros que son mucho
más cercanos a mí en lo ideológico.
No es que le quito valor a la cons-
trucción del personaje que más
detesto o le dedico más tiempo al
que más quiero. El nivel de trabajo
y entrega va para los dos lados de la
misma manera. En el caso de Hitler
estuve estudiando alemán durante
meses para hacer una larga escena
hablada en ese idioma. Ese tipo de
cosas me resultan muy jugosas.
a!: A pesar de tener una formación
teatral te has destacado mucho en
televisión
LM: La televisión es un ámbito que
me gusta. Tiene algo muy des-
gastante que es la tira diaria en el
transcurso del año, pero ahí la cons-
trucción del personaje es muy en el
tiempo. Uno puede modificar, pegar
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Premios
Luis Machín recibió en 2004 el Premio
Martín Fierro al “Mejor actor de
reparto en Drama” por su papel en
Padre Coraje. En los años siguientes
fue nominado por su participación en
Criminal,Montecristo,El hombre que
volvió de la muerte, Los cuentos de
Fontanarrosa,Para vestir santos,Lo que
el tiempo nos dejó y Caín y Abel. En lo
que es televisión se destacó también
en otros éxitos recordados como Son
Amores y Tumberos.
Dentro de sus trabajos más considerados
en cine están el papel que interpretó en
Un oso rojo junto a Julio Chávez y el de
El astillero, por el cual obtuvo una no-
minación en 2001 al Premio Condor
de Plata.
Finalmente, en lo que tiene que ver con
el teatro, Luis Machín recibió en 2011
el Premio Konex por su “Trayectoria
comoactordeteatroenlaúltimadécada”.
volantazos, construir con el autor. Tiene un dinamismo
distinto. Igualmente, me parece que la televisión de
mercado está en una gran crisis…
a!: ¿Por qué?
LM: No quiero decir que vaya a desaparecer ni mucho
menos. La TV va a seguir y nos va a acompañar siempre.
Pero la televisión de mercado se rige por los puntos y eso
es algo que a los actores en determinado momento nos
pesa, porque incide en la continuidad o no de un progra-
ma. La medición del rating está basada en el encendido
de 500 televisores de Capital Federal. Uno puede enten-
der las proyecciones que se hacen pero hoy en día con
todo el desarrollo que tiene internet, mucha gente no ve
el programa en vivo sino que lo hace al otro día entrando
a la página del programa o a través de youtube. La forma
de ver ha cambiado muchísimo entonces la medición de
los programas se podría cambiar también. Habría que
estudiar eso. Para los actores es un poco ingrato. Las
historias muchas veces son interesantes y se ven trun-
cadas o terminan tomando el camino equivocado.
a!:¿Qué recuerdos tenés de aquella época en la te fuiste
de Rosario a vivir a Buenos Aires?
LM: Uno siente que el lugar en donde quisiera desarro-
llarse es aquel en el que nació y conoce a la gente y su
ideosincracia. Entonces el traslado resulta un poco for-
zado, no es natural. Pero bueno, después también está el
espíritu aventurero y juvenil. Hubo que aprender a tomar
el subte que va para una dirección y no para la otra… fue-
ron años complejos con esos condimentos de aventura y
realismo que hacen que la vida tenga otro sentido. Hoy
hace más de veinte años que vivo en Buenos Aires. Ø
Junto a Jorge Suárez en “La última sesión de Freud”