1. Grupo 7
Silvia Moreno Barrio
Carla Posada Pardal
Elena Cortijo Fernández
EL ESTIIGMA DEL FUNCIIONARIIO
EL EST GMA DEL FUNC ONAR O
►INTRODUCCIÓN
En tiempos de paro hay muchos que muestran en ocasiones cierto
“desprecio” hacia los funcionarios. En este trabajo, por medio de un caso real
nos acercamos a la realidad de una funcionaria. En la mayoría de los casos
hablamos sin conocer, pensamos que un funcionario disfruta de grandes
ventajas frente a otro trabajador. Olvidamos que también el funcionario tiene
desventajas como el reconocimiento de méritos laborales que pasa en muchos
casos a un segundo plano. Por ello lo que en ocasiones parece un puesto
idílico con un sueldo fijo, excedencias, etc tiene como todo un fondo que
analizar.
►CASO:
Carmen, de 54 años, trabaja como funcionaria para el estado español en el
Ministerio de Justicia, en el cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa.
Anteriormente era tramitadora en el mismo ministerio y promocionó al cuerpo
de gestión. Hasta este momento toda su vida laboral como funcionaria era
satisfactoria, pero todo cambió cuando, al ascender, le trasladaron a un
pequeño pueblo de Toledo, estando su residencia en Madrid.
Todos los días supone una odisea llegar hasta este lugar, ya que debe recorrer
algo más de 100 km al día, sin que nadie le retribuya ni gastos de gasolina ni
de tiempo perdido. Aunque esto no es el principal problema que Carmen
manifiesta. Cuando llegó allí se encontró, por un lado con que el juzgado
estaba totalmente colapsado de trabajo, y por el otro, que la mayoría de la
gente es interina, con lo cual sus compañeros cesan constantemente,
encontrándose con gente nueva cada poco tiempo. Esto supone que Carmen
deba paralizar su trabajo para enseñar a los nuevos, lo que hace que aumente
el volumen de trabajo y de estrés para Carmen. A parte de esto, el ambiente
laboral deja bastante que desear, ya que la Juez (jefa de Carmen) es
extremadamente prepotente y continuamente la recrimina, usando incluso
palabras mal sonantes o vejaciones que influyen en su estado anímico. Tanto
es así, que aún sólo llevando en el puesto algo más de un año ya ha
necesitado una baja por estrés de algo más de 4 meses. Pero, su situación no
ha variado desde entonces y Carmen continúa en un estado de estrés que
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2. afecta tanto a nivel profesional como familiar. La única salida que ve factible es
esperar a que pasen los 11 meses que le restan para poder concursar en el
siguiente concurso de traslado, abandonando así esta situación, pero no
solucionando el problema, ya que éste recaerá en algún otro compañero.
►DESARROLLO:
El síndrome del funcionario, nos ha llamado la atención, porque por lo general,
la sociedad no espera que este colectivo pueda sufrir de ningún síndrome
debido a su trabajo, ya que se suele considerar que no tengan estrés, ni
puedan tener síndromes determinados, ni nada parecido, para que esto se
entienda, me ha parecido muy interesante explicar 3 circunstancias, que a
nuestro juicio, influyen bastante en que se de este síndrome del funcionario:
La función de la persona es atender las demandas de personas que le
vienen a ver (clientes, usuarios, etc.), y vienen continuamente durante
toda la jornada laboral, durante largos periodos de tiempo. Por ejemplo,
una persona atendiendo una cola.
El servicio que se realiza es necesario para el usuario, tiene poca opción
de cambiar de proveedor o decidir dejarlo. Por ejemplo, un trámite que
no se puede evitar.
Los usuarios lo son una sola vez, no son recurrentes. Por ejemplo, la
venta de entradas en el cine.
Por suerte, solo es una minoría la que entra en ésta dinámica, de manera que
vean a los usuarios que requieren de ellos o que necesitan que les solucionen
trámites, o problemas, de un mero trabajo, que los vean como una simple carga
que hay que quitarse de encima, en lugar de plantearlo como que tienen que
satisfacer sus necesidades en su ámbito.
En los usuarios que utilizan la web para tratar con los funcionarios esto a veces
se acentúa, ya que el usuario se convierte en un mero número, pero insistimos
que por suerte, es solo una minoría.
Para evitar esto, nosotras como pedagogas realizamos una serie de
recomendaciones, en primer lugar, dirigidas a la sociedad, y más tarde al
funcionario:
Dirigidas a la sociedad:
o No dejarse infundir por los rumores, ya que nos generan una
predisposición a pensar que “todos los funcionarios son iguales”,
cuando en realidad, sólo actúa de esta manera una minoría. De
esta manera evitaremos la propagación del estigma que sufre
este colectivo.
o Ser conscientes del esfuerzo tan grande que se requiere para
poder optar a estas plazas, de manea que no cualquiera puede
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3. entrar, y que, volvemos a decir que es una minoría, la que gracias
al “enchufe” o a otros métodos poco lícitos, consiguen plazas
públicas.
o Debemos ser conscientes también de que las personas que
ocupan estos cargos no están exentos del estrés ni de estos
síndromes, ya que son personas que se desgastan igual que
nosotros.
o Se deben prever estos problemas con formación en las escuelas
a cerca de las funciones y desempeños del funcionario público, ya
que con un conocimiento de causa temprano,
Dirigidas al funcionario:
o Que no se sientan menospreciados por las generalidades
realizadas por el desempeño de esta minoría.
o Deben pensar en los retos a los que se tuvieron que enfrentar
para poder llegar a donde están, y que por ello son perfectamente
válidos.
o Ser conscientes de que sólo se trata de una minoría, y por tanto,
no es algo aplicable a todos los funcionarios.
o Exigir en el plan de prevención de riesgos laborales que haya un
mecanismo de actuación para paliar el síndrome del quemado y
el síndrome del funcionario.
Con todo esto, nosotras pensamos que se debe de dar una concienciación
plena por las dos partes, ya que con estas recomendaciones, creemos que
disminuiría mucho este síndrome, y sobre todo algo que es peor, y que ocurre
a menudo, y que es la estigmatización de todo el cuerpo funcionarial por culpa
de una minoría que no responde a lo que se supone que debería ser su trabajo.
Aún así, nos parecería adecuado realizar un programa de desarrollo y mejora
de la asertividad en este colectivo, ya que creemos que esto ayudaría mucho a
que llevasen mejor esta situación y su día a día.
►CONCLUSION:
Una gran parte de la población desearía formar parte de la administración
pública. En ocasiones olvidamos que para ello debemos prepararnos unas
oposiciones, lo que implica una inversión de tiempo (con constancia) y dinero
(mediante el pago de academias).
Lo cierto es que lo que todos queremos es una mejor calidad de vida y si
luchamos por una oposición para llegar a ser funcionario esperaremos un
respeto por parte de la sociedad. Nos gustaría que los funcionarios no sientan
ganas de “pedir perdón” por tener el trabajo que tienen.
Al igual que todos los trabajadores, no todos incumplen con su trabajo, quizá la
minoría que si está en este grupo sea muy resaltada en la sociedad.
3
4. Es algo en lo que todos debemos poner de nuestra parte. Siendo objetivos y
no intentando estigmatizar a los funcionarios sino intentar ponerse en su
situación.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.xavierpaz.com/el-sindrome-del-funcionario/
http://www.csi-
csif.net/larioja/modules/mod_local/universidad/INFORMA%20CSI-
CSIF%2031%20marzo%20retribuciones%20y%20accion%20social%20d
ef.pdf
http://www.acaip.info/info/burnout_2.html
Hernández-Martín, L., Fernández-Calvo, B., Et. Al., Artículo de
Investigación del International Journal of Clinical and Health Psychology.
“El syndrome de Burnout en funcionarios de vigilancia de un centro
penitenciario” ISSN 1697-2600. 2006, Vol. 6, Nº 3, pp. 599-611.
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