1. GRUPO 1
Bermejo Fdez-Nieto, Javier
Pérez Droguett, Patricia
Sanz Jiménez, Alba
CONFESIONES DE UN WORKAHOLIC
INTRODUCCIÓN
El término “workaholic” se refiere a las personas adictas al trabajo.
Surgió a finales de los años 60 en Estados Unidos y se popularizó en 1971 con
la publicación del libro “Confesiones de un workaholic” del psicólogo Wayne
Oates el cual vinculó el comportamiento de un alcohólico con el de un
trabajador obsesivo, como el mismo nombre lo indica.
Un workaholic es aquella persona que tiene por prioridad el trabajo. Si tenemos
en cuenta que una persona adulta en edad laboral pasa gran parte de su día en
una oficina, es normal que el trabajo ocupe su mente alrededor de 10 horas al
día, pero los workaholics llevan las cosas al extremo.
El pensamiento obsesivo del adicto al trabajo, es inquisitivo, tiene
manías de perfección y simetría, presagios, necesidad de control y de ir más
allá de las cosas, de verificar todo y de asegurarse de que no exista ninguna
equivocación ni deficiencia en su tarea.
Sufre todas estas cuestiones y pierde mucho tiempo en cosas
redundantes, chequeos innecesarios, pruebas, verificaciones, revisiones,
controles, tareas que le demandan un tiempo adicional que excede el horario
normal de trabajo, por su necesidad de estar seguro de todo, de despejar
cualquier duda y por el temor de una equivocación impensada.
Una particularidad de
la adicción al trabajo que la
diferencia de otras
adicciones es que se la
sociedad alaba y
recompensa a la gente por
trabajar en exceso, esto
casi nunca sucede con
otras adicciones, de ahí la
dificultad de reconocer a la
persona que padece esta
patología.
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2. CASO PRÁCTICO
Nuestra empresa Good Work presenta una nueva tarea.
Adolfo Pérez Lázaro, ha recurrido a nosotros por problemas personales,
según dice él mismo por ser adicto a su trabajo.
Acude a nuestro Centro, con poca convicción, sin ímpetu de ser ayudado,
únicamente por recomendación de su propia mujer.
El sujeto, tiene 51 años, es ejecutivo de una gran multinacional en la que
lleva trabajando 34 años. Ha ido optando a mejores puestos gracias a su
esfuerzo y su constancia; constancia que por otra parte le ha traído hasta
nuestras manos.
Tras una primera toma de contacto con él, sabemos que ama su trabajo, no
cumple con los horarios establecidos en la empresa, pues a pesar de tener que
entrar a su puesto de trabajo a las 09:00 am, él acude a las 08:00am, y a su
vez, su jornada, que ha de terminar a las 18:00 pm, se alarga a diario hasta las
21:00pm como mínimo.
Es cierto que su puesto, presenta una gran
complejidad, ya que tiene a su cargo a más de 30
empleados.
Nos cuenta también que los fines de semana
visita su correo electrónico corporativo de manera
constante con el fin de estar al tanto de cualquier
incidencia que pueda haber dentro de su
departamento.
Confiesa que en sus 34 años dentro de la empresa, siempre ha dado todo lo
que podía, incluso lo que no llegaba a abarcar.
Tras tres sesiones con Adolfo, descubrimos que sus manías son muy
peculiares; por ejemplo, no puede salir de casa sin revisar su agenda personal
mientras desayuna en su casa. Tampoco deja que su móvil se quede sin
batería -“Lo cargo cuando le quedan 3 rayitas, no vaya a ser que me quede
incomunicado con mi empresa”- Asegura que su situación en casa, está
empezando a resquebrajarse, su mujer le acusa de no prestar la atención
necesaria tanto a ella, como a sus hijos, por no hablar de las tareas del hogar.
Adolfo tiene una gran reputación dentro de su empresa, todo su
departamento admira su labor, y su constancia, y eso, hemos descubierto, que
le hace fuerte.
Tras varias sesiones más, seguimos descubriendo a este ejecutivo. Nos
reunimos en el gabinete y concluimos en que esta persona presenta un caso
de adicción al trabajo, es decir, es un workaholic.
Como medidas educativas, que reestructuren sus comportamientos,
llegamos a varias conclusiones:
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3. -Necesita abstraerse.
-Debe reeducar sus gustos y preferencias personales en búsqueda de
inquietudes.
-Es necesario planificar una estrategia metapersonal de la que se
autoabastezca.
Para ello, trabajamos en sesiones, en las que se utilizan recursos algo
particulares, como son los afectivos, centrados sobre todo en situaciones
familiares.
Planificamos ejercicios en los que tenga que elegir por ejemplo entre su mujer
o su trabajo, entre sus hijos o su BlackBerry.
Pasadas algunas sesiones, observamos que Adolfo, va entendiendo su
situación.
El gran argumento que nosotros utilizamos, es el hecho de que la vida
laboral y la familiar no tienen por qué ser totalmente incompatibles.
Marcamos unas pautas algo severas, como por ejemplo aconsejar apagar su
teléfono los fines de semana, o limitar su conexión a su correo personal, una
vez al día durante los mismos.
Pero sobre todo nuestra labor, va enfocada a reeducar su rol laboral. Para
ello, trabajamos con situaciones hipotéticas en las que Adolfo ha de poner
remedio, intercalando aspectos familiares y laborales. Tras utilizar varios casos,
el sujeto debe de concluir con una valoración.
Pasados unos meses, la mejora en Adolfo es obvia, se siente más liberado
y no por ello ha dejado de lado su trabajo, sigue luchando por conciliar su vida
laboral y familiar, pero poco a poco lo está consiguiendo.
Su adicción al trabajo, ha
pasado a convertirse en una
obligación, acorde a su estátus
y posición dentro de su
empresa, pero no trasciende a
su vida personal.
Adolfo utiliza las pautas que en
Good Work le hemos marcado,
y siente que los resultados son
satisfactorios.
Lo más importante para las personas que sufren esta patología, es concebir
la vida laboral como una simple obligación y no como algo que les mantiene
con vida.
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4. CONCLUSIONES
Lo que es obvio en la sociedad que nos acontece, sobre todo en las
sociedades industrializadas como la nuestra, es que el trabajo es de suma
importancia para la supervivencia, al menos económicamente hablando. Para
vivir necesitamos un puesto de trabajo donde prestemos unas servicios y a
cambio se nos compense con una salario y a partir de esta base hay personas
que prefieres unas profesiones que otras, se forman para un determinado
puesto u otro bien sea por gustos, por vocación o, simplemente, por la
compensación económica.
Hay que pensar que el trabajar, además de necesario, tiene un prestigio
socialmente reconocido y ya no el trabajo en si, sino la profesión que
desempeñes y lo reconocida que esté ésta.
De aquí nace el problema de
lo que nos gusta estar reconocidos
por nuestro alrededor gracias a
nuestra labor olvidándonos del
reconocimiento como persona en sí
y centrando éste en nuestros
méritos laborales.
Hay personas que se ciñen su vida únicamente a la relación laboral por
alguna razón, económica, por falta de inseguridad, por valorar únicamente lo
material, por la necesidad de ser reconocidos constantemente, por demostrase
así mismo su valía, etc. Y de aquí nacen los adicto-laborales o “workaholism”; a
la vista está que este tipo de adicción, aunque no esté relacionada con ninguna
sustancia nociva, es tan perjudicial como cualquier otra.
Relacionando el tema con la asignatura que cursamos Evaluación de
programas, centros y profesores, decir que es importante, al igual que en tema
anterior, tener en cuenta las necesidades del capital humano de una
organización además de definidas las funciones de cada componente; no
cegarse con la persona que “saca” todo el trabajo adelante puesto que esto
puede tener consecuencias fatales a largo plazo tanto para la empresa y en
peor grado para el trabajador.
Es importante encontrar el equilibrio entre la vida laboral y la vida
externa a ésta, es decir, hay que encontrar el equilibrio entre el trabajo y las
relaciones afectivas sin llevar al extremo ninguna de ellas con el fin de evitar
tanto la adicción al trabajo como el pasotismo.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.eluniversal.com/estampas/anteriores/210609/salud.shtml
http://es.wikipedia.org/wiki/Workah%C3%B3lico
http://www.terra.com/salud/articulo/html/sal19408.htm
4
http://www.senderosdeproductividad.com/2009/10/13/como-saber-si-soy-un-workaholico-cap-23-el-
problema-texto/