La autora narra su trágica historia a la edad de 15 años tras perder a su hermana y casi todo lo que tenía a los 10 años. Su familia tuvo que escapar de su pueblo natal luego de que su hermana fuese atacada y comida por cocodrilos mientras pescaba con su padre, y de que su vecindario fuese quemado por hombres desconocidos. Años después, la autora logró estudiar y conseguir un trabajo en el banco local, donde espera algún día abrir su propio banco para ayudar a los demás

1. A mis escasos 15 años, yo ya sabía lo que muchas personas apenas aprenden a los 40, 50 o que simplemente cuando llegaban no hacían nada por salir de ella, yo sabía que era perder una hermana, que era casi como perder la vida, que era perderlo todo en una sola noche. A mis escasos 15 años yo ya estaba trabajando, la verdad esto no me molestaba pues yo trabajaba en un lugar que me fascinaba, un sitio en el cual cuando creciera me encantaría seguir allí, ese sitio era el Banco Popular; no era muy grande, pues para tan pequeño pueblo como lo era villa Dinero, no se necesitaba uno más grande. Este era un pueblo atravesado por un rio caudaloso, bordeado por hermosas y grandes montañas, pero lo más hermoso de Villa Dinero era las flores y el banco, había flores de todos los tamaños y colores, la que más me gustaba era la catleya, la cual era una combinación perfecta entre morado, blanco y rosado.<br />Tal vez se preguntaran como yo siendo tan joven había pasado por tantas cosas; pues bueno se los contaré:<br />Todo sucedió cuando yo tenía 10 años, mi padre era un pescador que diariamente madrugaba y en su barca se sumía en lo más profundo del rio a pescar, siempre regresaba alrededor de las 6 de la tarde, cuando ya el sol había caído. El día en que todo sucedió fue un día muy normal, mi padre madrugó como lo hacía diariamente, solo que este día lo acompañaría mi hermana mayor, para aprender el oficio de la pesca; para la mala suerte de mi papa no tuvo hijo varón, sino dos niñas. Este día me quedé en casa con mi mama, ayudándole como lo hacía siempre en los oficios de la casa. Me organicé y preparé los cuadernos para dirigirme hacia la escuela; la señorita Cristina, mi profesora hoy nos enseñaría lo que era un banco y las distintas actividades bancarias con que este cuenta.<br />Siempre me iba las 8 de la mañana y regresaba alrededor de las 12:30 y la 1 de la tarde Ese día llegué a mi casa, una casa no muy grande pero eso si muy humilde, cuando llegué a mi casa a las 12:45 de la tarde, me dispuse a almorzar y luego con una emoción que esparcía por todo lado, me dirigí hacia mi madre para contarle los nuevos conocimientos que había adquirido en mi jornada escolar, le conté lo que era un banco el cual viene del germánico bank, asiento de madera que usaban quienes se dedicaban al oficio de cambiar o prestar dinero. A partir de la Edad Media se comenzó a llamar así a las primeras casas o establecimientos en<br />los que se realizaban esas actividades, también le conté lo que era una Cuenta de ahorro que es un servicio que ofrecen los bancos para guardar dinero, lo que era una cuenta corriente que es el servicio que ofrecen los bancos para guardar dinero y movilizarlo fácilmente, le conté lo que era un crédito y que venia del latín credere, que quiere decir creer o fiarse de alguien. Se llama así a las distintas maneras en que los bancos prestan dinero a sus clientes, por un tiempo determinado; me emocione mucho al contarle lo que era el interés que era la cantidad que pagan o cobran los bancos a sus clientes, por guardarles o prestarles dinero.<br /> Luego de haber compartido con mi madre mis nuevos conocimientos, me dispuse a recostarme por un rato. Cuando de repente tocaron la puerta, mi mama fue a abrirla, porque aunque éramos una familia humilde, siempre nos habíamos caracterizado por ser personas muy amables, siempre dispuestas a ayudar y a dar lo poco o mucho que tuviéramos. La que tocaba la puerta era Sofía, nuestra vecina, hoy contaba con una cara de preocupación y tristeza que la invadía, ella siempre se había caracterizado por irradiar su alegría y entusiasmo; ¡Mónica!, grito lo siento mucho; mi mama mostraba una cara de confusión; cálmate Sofía, dime ¿que es lo que pasa?; tu esposo y María están pedidos, mi esposo que hoy ha salido con ellos, dice que se internaron en lo más profundo y recóndito del rio, y que hasta ahora no han salido.<br /> Esto era algo extraño pues siempre a las 4 de la tarde mi padre y sus compañeros ya estaban en tiempo de regreso, eran las 5 de la tarde y ni mi padre ni mi hermana mostraban señales de vida. Mi madre, cambió su cara de confusión por una de tristeza y soledad; ¡Paulina! grito en una voz ahogada mi madre; corrí a la entrada y mi madre me miró con esos ojos tan intensos y tan atrapantes que poseía.<br />Alrededor de las 8 de la noche llegó mi padre, estaba malherido, pero mi hermana María no estaba con él<br />-Nos han atacado los cocodrilos y se han comido a tu hermana María.; todo el pueblo empezó a llorar y mi padre se echaba la culpa por todo.<br />Esa misma noche llegaron unos señores y le prendieron fuego al barrio, todo esto sucedió frente a mis ojos; vi como esos hombres acabaron con más de la mitad del barrio: mis padres corrían y yo no entendía nada. Gracias a Dios, logramos escapar en un carro en compañía de unos vecinos, pero lo perdimos todo.<br />Al llegar al pueblo siguiente Villa Corazón, nos hospedamos en casa de unos viejos amigos de mi padre, allí permanecimos alrededor de 2 años, en este pueblo pude culminar mis estudios primarios.<br />Hoy 5 años después de esta tragedia, aun me pregunto por qué nos sucedió aquello, porque esos hombres le hicieron tanto daño a Villa Dinero, porque los cocodrilos se comieron a mi hermana María; pero no encuentro respuestas.<br />pero no se entristezcan, no todo es tan malo. Gracias a Dios pude estudiar un poco acerca de las actividades bancarias y hoy poseo un buen puesto en el banco principal del pueblo, mi padre y mi madre todavía viven y son felices, pues hace poco, mi madre concibió un hijo varón. <br />Quien creyera que yo terminaría apisonándome tanto por las finanzas, la verdad sueño con montar mi propio banco y así ayudar a todos lo que lo necesiten.<br />Paola Ramírez y Sara González<br /> <br />