Un explorador buscaba un tesoro custodiado por dragones en Inglaterra. Al frotar una piedra arcoíris, se desmayó y despertó entre criaturas fantásticas como duendes y gnomos. Ellos le dijeron que conocían al dragón que los llevaría al tesoro, donde apareció un vampiro, pero fue derrotado usando luz y ajo. El explorador obtuvo el tesoro y lo usó para ayudar a los pobres.