«Sólo me permiten darle un beso al llegar y al salir»
1. AL DÍADV8 DOMINGO, 3 DE MAYO DE 2009
JAVIER PEÑALBA
Tanya Ibar, esposa de Pablo, pre-
so en el corredor de la muerte en
Estados Unidos, asegura que su
marido ha recuperado la esperan-
za de vivir una vida en libertad.
La denuncia realizada hace unos
meses desde una cadena de tele-
visión estadounidense por una
persona que atribuye a un hom-
bre llamado William Ortiz el tri-
ple crimen por el que Pablo fue
condenado ha llevado a un juez
a ordenar la revisión de algunos
aspectos relacionados con el caso.
De momento, el magistrado ha
pedido que se compruebe si las
huellas y muestras de ADN que
se hallaron en el escenario del
crimen se corresponden con las
de Ortiz. Si así fuese, Pablo Ibar
habría ganado una gran batalla
en su camino hacia la libertad.
– ¿Cómo se encuentra la familia
tras las últimas decisiones de los
jueces?
– Estamos bien. Después de las
medidas que el magistrado adop-
tó la semana pasada, estamos
muy esperanzados. Sin embargo,
somos plenamente conscientes
de que aún nos queda un largo
camino por delante.
– ¿Y qué dice Pablo?
– Pablo está entusiasmado con
todo esto. A veces dice que aho-
ra mismo se siente como si estu-
viera en un sueño.
– ¿Tienen confianza en que las
pruebas que se van a practicar
próximamente demostrarán la ino-
cencia de Pablo?
– Tenemos que recordar que con
eso no se tiene nada garantizado
en el estado de Florida. Pablo te-
nía un ADN que le excluía y nin-
guna de sus huellas dactilares
coincidían con las de la escena
del crimen, pero aún y todo fue
declarado culpable. Así que no
puedo decir que esté confiada,
pero pido a Dios que la gente vea
finalmente la verdad: que Pablo
es inocente y que las nuevas prue-
bas lo pondrán en libertad.
–¿Qué sintió su marido cuando
supo que un testigo relacionaba
a William Ortiz con el triple ase-
sinato?
– Creo que al principio Pablo es-
taba conmocionado. No se creía
lo que estaba pasando. Sé que en-
tonces se echó a llorar. Por fin se
sabría que la persona que en rea-
lidad había cometido el crimen
estaba en la calle y que acabarían
por ponerle en libertad.
– ¿Conocía o conoce Pablo a Wi-
lliam Ortiz?
– No, Pablo nunca ha coincidido
con William Ortiz. Ni le conoce.
–¿Saben ustedes quién es William
Ortiz?
– No, no le conocemos de nada,
ni sabemos quién es.
– Y la persona que hizo la denun-
cia por televisión, ¿la conocen?
– No, tampoco conocemos al hom-
bre que ofreció su testimonio en
la televisión.
– Dice que Pablo está mucho más
animado.
– Sí, Pablo está mejor anímica-
mente ahora, aunque sabemos
que aún queda un largo camino
por recorrer. Pablo sabe que el
proceso en el que estamos inmer-
sos requiere su tiempo. Por eso
tenemos que ser realistas y tener
los pies sobre la tierra.
La noche de autos
– ¿Qué les transmite el abogado
sobre todo lo que está acontecien-
do?
– Ha dejado muy claro que él está
trabajando sobre todos los aspec-
tos y que esto va a costar algo de
tiempo y de dinero. No va a ser
algo inmediato. Son muchos los
frentes en los que está trabajan-
do ahora mismo y no va a desis-
tir hasta que Pablo esté en casa.
– ¿Para cuándo cree que habrá
una decisión?
– No estoy segura. Rezo con la es-
peranza de que llegue cuanto an-
tes. Quiero a mi marido en casa.
– Si las pruebas demuestran que
Ortiz estuvo en la casa de los crí-
menes, ¿qué sucederá con Pablo?
– No estoy muy segura de lo que
ocurrirá a corto plazo, pero sé
que con el tiempo volverá a casa.
No me imagino cómo pueden te-
ner a Pablo en la cárcel si las
pruebas demuestran que Ortiz es
el asesino.
– Pablo siempre ha negado su par-
ticipación en el crimen. Recuér-
denos dónde se encontraba aquel
día.
– Pablo estaba en mi casa el día
en que se cometió el delito. Mi
madre y mi hermana mayor se
habían ido a Irlanda para su gra-
duación. Nos habían dejado a mi
hermana y a mí con uno de mis
primos en casa. Pablo pasó la no-
che conmigo aprovechando que
mi madre no estaba. A la maña-
na siguiente Heather, mi herma-
na pequeña, descubrió a Pablo en
mi cama. Y se lo dijo a mi primo.
Éste nos avisó entonces que para
cuando volviera de dejar a mi
«Sólo me permiten darle
un beso al llegar y al salir»
TANYA IBAR ESPOSA DE PABLO IBAR, PRESO EN EE UU
La esposa de Pablo Ibar dice que
el sobrino de Urtain ha recobrado
la esperanza de una vida en libertad
Tanya, en una imagen tomada durante el juicio de apelación. /EFE
«Pablo a veces dice
que ahora se siente
como si estuviera
en un sueño»
«Tenemos que
ser realistas, aún
queda un largo
camino por recorrer»
«Sólo se puede
mantener una relación
así si realmente crees
en la otra persona»