El agua tiene una gran importancia en el cristianismo. Representa la purificación en los rituales judíos y se usa en varios sentidos figurados en la Biblia, como peligro, fuerza, descanso y paz. También simboliza la insurgencia de las naciones impías y los sentimientos de dolor. En el cristianismo, el agua representa la purificación del alma a través de Jesucristo.
1. EL AGUA EN EL CRISTIANISMO
REALIZADO POR CELSO Y JOSE
2. LA IMPORTANCIA DEL AGUA PARA EL
CRISTIANISMO
•
Primero, «agua» es una de las sustancias básicas originales. Este es su significado
cuando aparece por vez primera, en Gn 1.2: «Y el Espíritu de Dios se movía sobra la
faz de las aguas». En Gn 1.7 Dios separó las «aguas» de encima de las «aguas»
debajo (cf. Éx 20.4) de la bóveda celeste (lvp). Segundo, el vocablo representa
aquello que está dentro de un pozo, por ejemplo, «agua» para beber (Gn 21.19). Las
«aguas vivas» son las que fluyen: «Cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle …
hallaron un pozo de aguas vivas» (Gn 26.19). Al Agua que se bebe en la prisión se le
denomina «Agua de aflicción»: «Echad a este en la cárcel, y mantenedle con pan de
angustia y con Agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz» (1 R 22.27). Job 9.30
habla de Agua de nieve: «Aunque me lave con aguas de nieve, y limpie mis manos
con la limpieza misma».
•
Tercero, mayim puede representar figuradamente cualquier líquido: «Dios nos ha
destinado a perecer, y nos ha dado a beber aguas de hiel, porque hemos pecado
contra Jehová» (Jer 8.14). La frase, en 2 R 18.27, mereglayim («Agua de los pies»)
significa orina: «¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu
señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su propio
estiércol y beber su propia orina con vosotros?» (cf. Is 25.10).
3. • Cuarto, en el culto de Israel el «agua» se vertía o rociaba (no se
sumergía a nadie) simbolizando la purificación. Es así como Aarón y
sus hijos debían lavarse ritualmente con «agua» como parte del rito
de consagración al sacerdocio: «Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la
puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua» (Éx 29.4).
Ciertas partes del animal sacrificado debían lavarse con «agua»
durante el culto: «Y lavará con Agua los intestinos y las piernas» (Lv
1.9). Los ritos israelitas a veces incluían «Agua santificada»: «Luego
tomará el sacerdote del Agua santa en un vaso de barro; tomará
también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del
tabernáculo y lo echará en el agua» (Nm 5.17). En el ritual de Israel
también se usaban «aguas amargas»: «Y hará el sacerdote estar en pie
a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y
pondrá en sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de
celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que
acarrean maldición» (Nm 5.18). Esta era «agua» que causaba
maldición y amargura a quien la bebía (Nm 5.24).
4. • Quinto, en nombres propios el vocablo se usa en relación con
fuentes, arroyos o mares, y las regiones que están en el vecindario
inmediato de estas aguas: «Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano
sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus
estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan
en sangre» (Éx 7.19).
5. •
•
Sexto, el término se usa en sentido figurado de muchas maneras. Mayim alude al peligro o aflicción:
«Envió de lo alto y me tomó; me sacó de las muchas aguas» (2 S 22.17). En 2 S 5.20 Mayim representa
una fuerza que irrumpe: «Quebrantó Jehová a mis enemigos delante de mí, como corriente
impetuosa». Las «muchas aguas» pueden referirse a la insurgencia de las naciones impías en contra de
Dios: «Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas» (Is 17.13). El vocablo, por
tanto, describe un ímpetu violento y sobrecogedor: «Se apoderarán de él terrores como de aguas;
torbellino lo arrebatará de noche» (Job 27.20). En otros pasajes «agua» se usa para representar la
timidez: «Por lo que el corazón de ellos desfalleció y vino a ser como agua» (Jos 7.5). Relacionado un
poco con este sentido está la connotación de «transitorio»: «Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de
ella como de aguas que pasaron» (Job 11.16). En Is 32.2 «agua» representa refrigerio: «Y será aquel
varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de Agua en
tierras de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa». Los remansos apacibles o las
aguas quietas simbolizan el descanso y la paz: «Junto a aguas de reposo me pastoreará» (Sal 23.2). Se
usan términos semejantes para describir los encantos de la esposa como «aguas de vida» o «aguas
vivificantes»: «Bebe el Agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo» (Pr 5.15). El «agua»
derramada representa derramamiento de sangre (Dt 12.16), ira (Os 5.10), justicia y juicio (Am 5.24) y
sentimientos de dolor (Job 3.24).
«aguas profundas, océano; abismos, Agua subterránea, aguas, diluvios y torrentes». Se encuentran
cognados de esta palabra en ugarítico, acádico (desde Ebla, alrededor de 2400—2250 a.C.) y arábigo. En
las 36 veces que aparece el término es en su mayoría en pasajes poéticos en todos los períodos
históricos.
6. • El término representa las «aguas profundas» cuyas superficies se congelan
por el frío: «Las aguas se endurecen a manera de piedra, y se congela la
faz del abismo» (Job 38.30). En Sal 135.6 tehoÆm significa el océano en
oposición a los mares: «Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y
en la tierra, en los mares y en todos los abismos [en todos los océanos]»
(cf. Sal 148.7s).
• El vocablo se refiere de manera particular a los torrentes profundos o
fuentes de las aguas. Cuando los marineros se aventuran al mar en medio
de una violenta tormenta, «suben a los cielos, descienden a los abismo»
(Sal 107.26). Esta es una expresión hiperbólica o de exageración
poética, pero presenta los «abismos» como lo contrario a los cielos. Este
énfasis está bien presente en el Cántico de Moisés, en donde el término
representa la amenaza de las «profundidades». Los «abismos», que
siempre han existido (sin ser eternos), son un elemento de la naturaleza
esencialmente peligroso: «Los abismos los cubrieron; descendieron a las
profundidades como piedra» (Éx 15.5). Por otro lado, tehoÆm puede
significar nada más que «aguas profundas» en las que los objetos pesados
se hunden rápidamente.
7. • TehoÆm puede representar también una fuente inacabable de
Agua o, a manera de comparación poética, de bendición: «Con
bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que
está debajo» (Gn 49.25). En estos casos el término se refiere a
«aguas subterráneas» que siempre están disponibles: que se
podían explotar cabando pozos de los que brotaban manantiales y
que formaban parte de las aguas debajo de océanos, lagos, mares y
ríos. Esto fue lo que Dios abrió junto con las aguas por encima de la
bóveda celeste (Gn 7.11; cf. 1.7) y que más tarde cerró para
terminar el gran diluvio (Gn 8.2; cf. Sal 37.7; 104.6; Ez 26.19). En
tales contextos la palabra denota un «montón de aguas»: «Él junta
como montón las aguas» (Sal 33.7).
• En Gn 1.2 (primer caso del término) tehoÆm se refiere a «todas las
aguas» que en el comienzo cubrían todo el globo terrestre: «Las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo» (cf. Pr 3.20; 8.24, 27–28).
8. Sacado De :
• http://www.wikicristiano.org/diccionariobiblico/423/agua/, http://loveparaguay.wordp
ress.com/gif-animacion/