El hombre sobrevivió a un naufragio y terminó varado en una isla desierta. Construyó un refugio para sobrevivir, pero este se quemó. Se desesperó y le reclamó a Dios, pero al día siguiente fue rescatado gracias a la señal de humo que vieron del incendio. Aunque a veces las cosas salen mal, Dios siempre actúa a nuestro favor incluso en momentos de dolor.
1. El Dios de los imposibles “ Después de un naufrágio, el único sobreviviente agradeció a Dios por estar vivo, y por haber logrado agarrarse a parte de los destrozos y entonces, quedarse flotando.
2. Este único sobreviviente fue a parar en una pequeña isla deshabitada, fuera de cualquier ruta de navegación, y él agradeció nuevamente. Con mucha dificultad y restos de los destrozos, él logró armar un pequeño abrigo para protegerse del sol, de la lluvia, de los animales y también para guardar sus pocas pertenencias que le sobraron. Y como siempre agradeció.
3. En los siguintes días, cada alimento que lograba cazar o agarrar, el hombre agradecía. Pero, un día cuando regresaba de buscar sus alimentos, encontró su abrigo ardiendo en llamas, envuelto en altas nubes de humo. Terriblemente desesperado él se indignó. Gritaba llorando: “Lo peor aconteció, perdí todo Dios, ¿porqué me has hecho esto?” dijo el hombre, y lloró hasta sentirse muy cansado y durmió profundamente.
4. Al día siguiente, muy temprano, el hombre se despertó con el sonido de un navio, el cual se acercaba a él.
5. “ Hemos venido a rescatarlo”, dijeron. “ ¿Cómo supieron que yo estaba Aquí perdido?” Preguntó el hombre muy sorprendido. “ Fácil, miramos su señal de humo señor”.
6. Es común sentir desanimo e incluso desesperación, cuando las cosas salen mal. Pero, Dios siempre actua a nuestro favor, aún en los momentos de dolor y sufrimiento. Recuerde: Si algún día su único abrigo ardierá en llamas, eso puede ser la señal del humo la cual hará llegar hasta usted, La Gracia Divina de Dios.