1. MARIA ANGULA
PERSONAJES: Narrador, María, Manuel, muerto, vecina, dos
amigas, cuatro cargadores.
ESCENOGRAFIA: Una casa con una mesa, dos sillas, una cama,
un anafre y un espejo.
MATERIALES: Cacerola, anafre, cerillos, tripas, plato, cuchara y
tlayuda.
(Mientras María cuchichea con las amigas, al oído)
NARRADOR: María Angula era una niña alegre y vivaracha, hija de
un hacendado de Cayambe. Le encantaban los chismes y se divertía
llevando cuentos entre sus amigos para hacerlos pelear. Por esto la
llamaban la mete pleitos, la lengua larga o la chismosa.
(Las amigas pelean por culpa de María)
(Mientras María sentada en una silla se arregla las uñas y se mira al
espejo)
NARRADOR: Así María Angula creció 16 años dedicada a fabricar
líos con la vida de los vecinos, y nunca se dio tiempo para aprender
a organizar la casa o preparar sabrosas comidas.
(Entra Manuel vestido con corbata y trae un portafolios en la mano)
NARRADOR: Cuando María Angula se casó, comenzaron sus
problemas. El primer día Manuel, le pidió que preparara una sopa
de pan con menudencias y ella no sabía cómo hacerla.
2. MANUEL: ¡María! ¡Mi amor! ¿Me podrías preparar una sopita de
pan con menudencias? Es que vengo muerto de hambre (lanza el
portafolios a la mesa).
MARIA: Claro mi rey, ahorita te la preparo (Toma el anafre y trata
de encenderlo, se quema las manos y lo intenta de nuevo hasta que
lo logra).
(Pone una cacerola, le pone agua, sal y…)
MARIA: ¿Y ahora qué sigue? ¡Ay dios que hago!
MANUEL: (sentado frente a la mesa) ¡María! ¿Pasa algo?
MARIA: No tesoro, no pasa nada (se acuerda de doña Mercedes y
sale a buscarla).
MARIA: (melosa) Vecinita, vecinita, ¿usted sabe preparar la sopa de
pan con menudencias?
MERCEDES: Claro, doña Mariquita, claro. Verá, se remojan dos
panes en una taza de leche, luego se ponen en el caldo y antes de
que hierva se le echan las menudencias.
MARIA: (despectiva) ¿Así nomás se le hace?
MERCEDES: Si, vecina.
MARIA: Ahh, si así se hace la sopa de pan con menudencias, yo
también sabía (sale sin despedirse para no olvidar la receta).
NARRADOR: Al día siguiente la historia se repite.
MANUEL: Oye Mariquita, ¿me podrías preparar unas tlayudotas
oaxaqueñas?
3. MARIA: Si ¡claro! (sale corriendo a buscar a Doña Mercedes).
MARIA: Mechita, ¿usted sabe preparar las tlayudas oaxaqueñas?
MERCEDES: Claro chula; tomas la tortilla y la untas con asientos, le
agregas frijol, aguacate, queso, cecina, y la pones al anafre a que se
cueza.
MARIA: ¿Y eso es todo? Entonces yo también lo sabía preparar
tortillas oaxaqueñas (sale).
MANUEL: (come).
NARRADOR: Cómo esto sucedía todas las mañanas, la señora
Mercedes se puso molesta. María Angula siempre salía con el
mismo cuento: “Ahh, si así nomás se hace el seco de chivo, yo
también sabía; ahh, si así nomás se hace el chile de librillo, yo
también sabía. Por eso, quiso darle una lección y, al otro día…
MANUEL: Querida esposa. Quiero que me prepares para la
merienda un caldo de tripas con hígado.
MARIA: (se queda pensando) ¡Qué haré! ¡Qué haré! (sale en busca
de Doña Mercedes).
MARIA: Doña Merceditas…
MERCEDES: ¿Qué se le ofrece señora María?
MARIA: Nada mechita, mi marido desea para la merienda un caldo
de tripitas con hígado, y yo…
MERCEDES: (Interrumpiendo) Umm, eso es refácil. Verá, se va el
cementerio llevando un cuchillo muy afilado, después espera a que
llegue el último muerto del día y le saca las tripas, en su casa las
4. lava y luego las cocina con agua, sal, cebolla y la deja hervir diez
minutos y ya está.
MARIA: Ahh, si así nomás se hace el caldo de tripas, yo también
sabía.
(María se va al cementerio, en eso llegan con un muerto y en
cuanto se va la gente le saca las tripas con un cuchillo).
MARIA: (cocina las tripas).
MARIA: (sirve la comida) ¡Manuel! ¡Vente a merendar!
MANUEL: (se acerca a la mesa y come) Que rico te quedó esto, eres
la mejor cocinera (chupándose los dedos).
MANUEL: ¿Sabes que…? Hoy me tocó trabajar de noche; así que vas
a dormir solita y mañana temprano regreso.
MARIA: No te preocupes mi amor, ¡cuídate! (sale Manuel y María
se acuesta y tapa de pies a cabeza).
(El muerto sale del ataúd y camina lentamente para donde está
María).
MUERTO: ¡María Angula! ¡María Angula! ¡Devuélveme mis tripas
que te robaste de mi santa tumba! (avanza y repite)
MUERTO: (se detiene frente a la puerta y luego abre lentamente)
MUERTO: ¡María Angula! ¡María Angula! Devuélveme mis tripas
que te robaste de mi santa tumba (entrando).
MARIA: (se levanta, ve al muerto y del susto se desmaya)
5. MUERTO: ¡María Angula! ¡María Angula! Devuélveme mis tripas
que te robaste de mi santa tumba (la jala de los pies y la arrastra).
FIN