2. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Son la libertad de mercado, la iniciativa privada
en tanto que búsqueda del beneficio y la
reducción del Estado, tres de los pilares en los
que se sustenta el ideario del capital. Que la
interferencia del Estado es una traba para el
mercado debe entenderse principalmente desde
la perspectiva de la restricción de los beneficios
en forma de impuestos, preferentemente, y en el
exceso legislativo de los mercados que impiden o
dificultan que la iniciativa privada pueda verse
plasmada
3. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• La forma en la que el Estado deja de ser una
traba viene a articularse, según el recetario
neoliberal, en la privatización de empresas
estatales, en la restricción presupuestaria y la
desregulación de mercados que bien pudieran
proteger a sectores amplios de la población.
Esto convierte al Estado, quizás, en resto, en
garante de la libre competencia, la cual
vendría a ser como el lubricante que engrasa
las distintas partes de la maquinaria.
4. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Pero fue mediante el proceso de privatizaciones en el
que el monopolio estatal pasó a manos de intereses
privados, legitimados por una liberalización que rezaba
competencia interempresarial, pero que no era sino
monopolio privado. Hay que tener en cuenta de que
estos intereses privados habían obtenido poder de
compra en actividades en las que el Estado ya no
estaba presente, de modo que adquieren un nuevo
territorio de explotación desde posiciones
ventajosas, en la medida en que se encuentran con
empresas desarrolladas y sin apenas competencia.
5. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Que empresas antes estatales pasen a manos
privadas supone un trasvase del poder de la
política a lo privado; lo cual significa que el
ejercicio del poder se realiza con el fin del
beneficio propio, lo cual a su vez supone el
aniquilamiento de facto del interés general o
público. ¿Qué ocurre cuando se aniquila el
interés general? Primero, que el contrato social
sobre el que se legitiman los Estados queda
invalidado, lo que a su vez deja sin efecto los
derechos adquiridos a través del contrato.
6. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Cierto es que desde el discurso legitimador del
capitalismo se intenta enmascarar la invalidación
del contrato social; especialmente a través del
discurso democrático, articulado a través del
sistema de elecciones. Con este
enmascaramiento se consigue legitimar el
componente policial y militar de los Estados,
como necesarios para defender los intereses
privados, especialmente de las grandes
corporaciones surgidas tras las privatizaciones
(prueba de ello son las recientes aventuras
neocolonialistas).
7. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Asimismo, dado que la invalidación del contrato social
puede legitimar el uso de la violencia a las partes
perjudicadas, con el enmascaramiento se pretende
mantener esta posibilidad alejada, mientras de facto
todo lo inundan por la violencia de la creciente
competitividad. Así pues, por un lado nos encontramos
con monopolios privados en los que se concentra el
poder y por otro democracias fantasma, de presencia
poderosa, pero sin cuerpo, en la medida en que
ocultan la ruptura del contrato social; como arco en el
que se desarrolla la economía y el poder de mercado
capitalistas.
8. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Puede que dentro de
este arco hubo una vez
una tregua de
clases, formalizada a
través de la
construcción del
llamado estado del
bienestar, de tal modo
que la validez del
contrato social no
pudiera ponerse en
duda.
9. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Cabe pensar que ahí se perfeccionaron los
mecanismos de enmascaramiento, especialmente
con el desarrollo de las industrias del
entretenimiento, que prepararon la siguiente fase
de desmantelamiento de los Estados, una vez la
concentración corporativa fue ampliando su
espectro. Caracteriza está siguiente fase la
dificultad por la que los mecanismos de
enmascaramiento están atravesando. Internet en
este sentido ha venido a cuestionar el monopolio
discursivo que ya estaba formalizado a través de
la televisión y la prensa escrita tradicional.
10. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• Ahora bien, el desmoronamiento de los
mecanismos de enmascaramiento también se
produce justo cuando la competitividad se
concentra en la reducción de costes laborales y
sociales, como modo de aumentar el margen de
beneficios (sin que ello suponga una modificación
del precio final) o para pagar las deudas
corporativas, y que se articulan sin concesiones
con el abaratamiento de la mano de obra, ya sea
mediante deslocalizaciones, ya sea mediante
reducción de plantilla, ya sea pagando salarios
miserables, etc.
11. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• En este sentido, la realidad se está
imponiendo a la ficción, o en otras
palabras, hay una disfunción entre la
información enmascaradora y la realidad, en
la que, por ejemplo, se han visto gobiernos
denominados como socialistas tomar té y
rendir pleitesía a los grandes nombres
corporativos, mientras otros recibían una
carta de embargo o la anulación del subsidio
por desempleo.
12. LA POLÍTICA CAPITALISTA
• La inmediatez de lo real se impone al discurso, en la
medida en que nos podemos encontrar un día durmiendo
en un parque tapado por las noticias de periódicos pasados
mientras recibimos notificación del colegio electoral al que
pertenecemos. Esta apelación a lo real es una apelación a
la supervivencia, en la medida en que gran parte del
sustento que proporcionaba el estado del bienestar se ha
esfumado, de tal modo que se han esfumado algunas
comodidades que mullían el consumo de
propaganda, como por ejemplo, quedarse sin vivienda o sin
tele. Y el mundo visto desde la intemperie tiene una
demanda primaria, que es, al modo spinoziano, perseverar
en el ser.