El documento presenta una historia sobre un hacendado que contrata a un hombre pequeño como empleado a pesar de su extraña respuesta durante la entrevista de trabajo. Cuando llega una tormenta, el hacendado intenta despertar al empleado para que ayude a asegurar las cosas, pero el empleado le dice que puede dormir cuando sopla el viento. El hacendado sale enfadado pero descubre que el empleado ya había asegurado todo antes de dormir, demostrando que podía dormir cuando soplaba el viento porque ya había tomado las acciones neces
1. Información extraída de un trabajo del Dr. Roberto .F Ré Medico especialista en Psiquiatría Prof. Universitario en Medicina Director y Fundador de Red Sanar Emoción-Acción Acción-Emoción Lic. Nora O. Martínez Arias
2. El hacendado y el labrador Hace algunos años, un hacendado poseía tierras a lo largo del litoral del Sur Atlántico. Constantemente anunciaba estar precisando empleados.
3. La mayoría de las personas estaban poco dispuestas a trabajar en campos a lo largo del Atlántico. Temían las horribles tempestades que barrían aquella región, haciendo estragos en las construcciones y las plantaciones.
4. Buscando nuevos empleados, el recibió muchos rechazos. Finalmente, un hombre bajo y delgado, de edad media se aproximó al hacendado
5. -¿Usted es un buen labrador? Le preguntó el hacendado -Bueno, yo puedo dormir cuando el viento sopla, le respondió el pequeño hombre
6. Bastante confuso con la respuesta, el hacendado, desesperado por ayuda, lo empleó. Este pequeño hombre trabajó bien en todo el campo, manteniéndose ocupado desde el amanecer hasta el anochecer.
7. Y el hacendado estaba satisfecho con el trabajo del hombre. Pero entonces, una noche, el viento sopló ruidosamente
8. El hacendado saltó de la cama, tomó una lámpara y corrió hasta el alojamiento del empleado. Sacudió al pequeño hombre y le gritó: -¡Levántate! Una tempestad está llegando! - Amarra las cosas antes que sean arrastradas!
9. El hombre pequeño se dio vuelta en la cama y le dijo firmemente. -No señor. Yo ya le dije: Yo puedo dormir cuando el viento sopla Enfurecido de negativa emoción por la respuesta, el hacendado estuvo tentado a despedirlo inmediatamente.
10. En vez de eso, se apresuró a salir y defenderse de la tempestad. Del empleado se ocuparía después. Pero, para su asombro, encontró que todas las parvas de heno habían sido cubiertas con lonas firmemente atadas al suelo
11. Las vacas estaban bien protegidas en el granero, los pollos en el gallinero, y todas las puertas muy bien trabadas. Las ventanas bien cerradas y aseguradas. Todo estaba amarrado. Nada podría ser arrastrado.
12. El hacendado entonces entendió lo que su empleado le había querido decir Y retornó a su cama. Para dormir, también, cuando el viento soplaba…
13. Emoción-Acción Acción-Emoción ¿Qué crees que significa la historia con relación al título de la presentación? Reflexiona… “A toda acción… corresponde una reacción…”