Jesús empieza su misión predicando el reino de Dios. ¿Qué significa este reino? ¿Cómo lo entendían los judíos del siglo I? ¿Qué entendemos nosotros hoy? En esta presentación veremos cómo Jesús anuncia este reino misterioso, cuyos rasgos va desvelando poco a poco, a menudo con parábolas y comparaciones.
3. «Convertíos, porque el reino de Dios está
cerca.» Y Jesús recorría toda Galilea,
enseñando en las sinagogas y proclamando la
buena noticia del reino.
Mateo 4, 17. 23
4. Israel considera a Dios su único rey.
El reino de Dios: adorador, justo, piadoso, próspero.
Juan Bautista hablaba de un reino futuro y del juicio.
Jesús habla en presente y de la salvación.
7. Jesús lo explica por medio de parábolas.
La semilla sembrada en el campo (Mateo 13, 24-30).
El tesoro escondido, la perla preciosa (Mateo 13, 44-45).
Un banquete de bodas del rey (Mateo 22, 1-4).
10. Está dentro y fuera de nosotros.
Es ahora, pero aún no del todo, y será en el futuro.
No está en un lugar concreto: país, institución, iglesia.
No está en el más allá, sino aquí.
11. El reino de Dios es como un
hombre que echa la semilla en
la tierra. Tanto si duerme
como si está despierto, la
semilla, sin que él sepa cómo,
germina y crece...
Marcos 4, 26-27
13. El reino de Dios es alegría y fiesta.
Jesús lo compara a un banquete de bodas (Mt 22, Lc 14).
Dios quiere nuestra felicidad y plenitud.
«Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva» (Is 65, 17).
16. El reino sufrirá rechazo y ataques desde el principio.
El adversario no son los otros, sino Satán.
Jesús se enfrenta a él sin contemplaciones: ¡Sal fuera!
El mal cohabitará con el reino hasta el fin (Mt 13, 24-30).
17. El trigo y la cizaña:
Dejad que crezcan
juntas hasta la
siega.
Mateo 13, 24-30
20. El reino es de Dios: un paraíso sin Dios sería un infierno.
El rey no es un tirano vengador, ni un ser distante.
El rey es Padre: amor incondicional, compasión, libertad.
Busca a los pecadores, no quiere perder a ninguno.
23. El reino trae la salud del cuerpo: curación.
Y la salud del alma: liberación, perdón.
El reino potencia la salud y la dignidad del ser humano.
24. Si por el dedo de Dios
echo a los demonios,
es señal que el reino
de Dios ha llegado
hasta vosotros.
Lucas 11, 20
26. Jesús lleva el reino de Dios a los pobres.
Las gentes sencillas acogen el mensaje (Lc 10, 21).
El reino dignifica, libera y apoya los pobres y oprimidos.
27. No temas, pequeño
rebaño, porque Dios
ha tenido a bien daros
el reino. Vended
vuestros bienes y dad
limosna... Donde está
vuestro tesoro, allí
está vuestro corazón.
Lucas 12, 32-34
30. Para entrar en el reino hay que nacer de nuevo (Jn 2, 1-14).
El reino pide entrega total y compromiso (Mc 10, 17-30).
Entrar en el reino supone un cambio de vida (Lc 19, 1-10).
Quien quiera seguirme, tome su cruz... (Mc 10, 29-31).
31. El joven rico:
Se fue entristecido,
porque tenía muchos
bienes.
Marcos 10, 17-22
32. Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué obtendremos?
Marcos 10, 29-31
34. El reino es una realidad misteriosa: es y aún no es.
La semilla está plantada: con el tiempo crecerá.
San Pablo: el reino se está pariendo y el mundo gime con
los dolores del parto (Romanos 8, 22).
Jesús apremia, con urgencia y esperanza, a trabajar por el
reino (Lucas 10, 2).
35. La mies es mucha, pero
los obreros son pocos.
rogad al dueño de la mies
que envíe obreros a su
mies. ¡Andad!
Lucas 10, 2
36. Los fariseos le preguntaron cuándo iba a llegar
el reino de Dios. Él respondió: La llegada del
reino de Dios no será espectacular. No se dirá:
Está aquí o allá, porque el reino de Dios está en
medio de vosotros.
Lucas 17, 20-21