2. La playa estaba desierta, el mar no
bañaba ningún pie…
Es una mañana de finales de agosto, las
nubes cubren el cielo y de vez en cuando
una fina lluvia llora los fines del verano.
Sólo algún atrevido se ha metido en el
agua. Una agua clara donde algunos
pececillos e hilos de alga bailan su
danza…
Los niños de la escuela de surf
preparan sus planchas y sus velas.
Mientras los barcos esperan que el
cielo abran sus cortinas, para poder
navegar,
Sólo las gaviotas sobrevuelan el agua
y algún viandante bordea la arena.
Todo es paz
3. Al fondo, incrustada entre las rocas y los
matorrales dormía una tienda de campaña
quechua.
Por el camino de planchas de madera se
oye el ruido de una moto que se detiene
ante la tienda. De allí salen tres personas
que han pasado la noche frente al mar.
Preguntas, respuesta, discusiones……
Apuntes, notas. Tras la primera moto
llega una segunda y uno más con
uniforme de policía local de a pie y
„aconseja‟ a los dos jóvenes que le
acompañen.
Mientras , el mayor, envuelve la
quechua, lía sus enseres que los
coloca en el carrito y sigue „dialogando‟
Los viandantes pasan
4. Arriba, en el césped y el banco un señor
mayor con su perro pregunta al policía de
uniforme si puede dejar allí al perro para
poder bañarse. La respuesta del „agente‟
le dice : “No está autorizado”.
El dueño, „resignado‟ lo comenta con un
recién salido del agua. No hay nadie en la
playa, el animal no puede quedar atado…
¿Qué hacer? El recién bañado se ofrece a
quedarse con el perro mientras se baña.
Tímido, el dueño del perro acepta la oferta.
Se desviste y se dirige a la playa
„abarrotada‟. Mientras, el otro bañísta se
ocupa de Willy, 6 meses de perro.
El animal lo acepta pero no deja de mirar a
su amo y tira del cordel porque quiere bajar a
la playa con su dueño. Unos minutos de tira y
afloja. Hasta que feliz y tranquilo ve venir a
su amo.