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La Importancia de la Inteligencia Emocional en el
Ámbito Laboral.
Introducción.
Quiero escribir sobre la Inteligencia emocional dentro de la esfera laboral
porque me parece que como habilidad es de alta relevancia y por tanto
vale la pena profundizar en sus diversos aspectos.
Se ha demostrado que varias de las características de la Inteligencia
emocional frecuentemente están presentes en la personalidad de líderes
quienes promueven y logran el éxito de las empresas, esto lo podemos ver
sobre todo en el mundo globalizado y cambiante de nuestros días donde la
competencia se ha incrementado y los líderes se han tenido que ir
reinventando.
Pienso que a la Inteligencia Emocional como aptitud, dentro del ámbito
laboral no se le ha dado la importancia práctica que merece, muchas
empresas no hacen mención alguna en los perfiles que desarrollan para
sus diferentes puestos y tampoco a la hora de plantear búsquedas ya sea
por competencias o no para sus procesos de contratación.
Cierto es que en ocasiones se incluye sutilmente en algunas competencias
como podrían ser la orientación al resultado, o la gestión de equipos.
Quienes estamos en contacto con la empresa, sabemos que hay
organizaciones más y menos exitosas, y que dentro de las mismas existen
áreas o departamentos con mejores resultados, me resulta un reto el inferir
el por qué una empresa o departamento de la misma puede resultar más
exitoso que el resto.
Puedo aventurar que en aquellas más exitosas entre otras cosas hay un
líder emocionalmente inteligente detrás. Más aún, estoy segura que esa
persona cuenta con una Inteligencia Emocional altamente desarrollada.
En algún artículo leí que un head hunter en E.U afirmaba que los CEO son
contratados por el IQ intelectual y sus habilidades comerciales y
despedidos por las fallas en el IQ Emocional.

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No podría estar más de acuerdo con este colega. Basada en mi experiencia
dentro de las empresas cuando he estado en contacto para apoyarles a
buscar talento y me están explicando detalles de algún perfil, pocas veces
se enfatizan aspectos que son inherentes a lo emocional, el énfasis se pone
en técnicas que se piensan acercan más al buen resultado.
Suele suceder que cuando pregunto a qué se debe que se vaya a suplir a tal
o cual director, la explicación que escucho tiene que ver con el no
resultado de la persona que se va a suplir; Pocas veces abundan en temas
relacionados a la esfera emocional, “no dio el resultado” es la respuesta más
frecuente.
Cuando insisto un poco busco hacerlo vía el estilo de gestión y respuestas
como “parecía tan apegado al perfil de liderazgo que tenemos”, son las
más frecuentes, resulta que al indagar más, en realidad, la gestión fue un
fracaso y fue debido a temas variados que involucran mucho más de lo que
uno pensaría la esfera emocional.
¿Qué falló? En varias de las ocasiones al contratar talento, hubo énfasis en
el IQ intelectual y poco o casi nada en el IQ emocional. Ahí empezaron los
problemas, no había trabajo en equipo, estaba ausente la empatía, el clima
laboral se volvió tirante, en fin, pocas veces se trata de falta de
conocimientos o de competencias técnicas.
Espero que leer esta reflexión permita mirar desde otro punto de vista la
importancia que tiene tomar en cuenta la Inteligencia emocional a la hora de
buscar aquellos líderes que forman parte de los equipos dentro de las
distintas organizaciones.

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¿Qué es la Inteligencia Emocional, por qué
rescatar el tema en este momento?
Las primeras raíces de la inteligencia emocional pueden rastrearse en los
tratados de Charles Darwin sobre la importancia de la expresión emocional
para la supervivencia y adaptación de los seres vivos con el medio ambiente.
Una definición más actual la define así: La inteligencia emocional, agrupa al
conjunto de habilidades psicológicas que permiten apreciar y expresar de
manera equilibrada nuestras propias emociones, entender las de los demás,
y utilizar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro
comportamiento. Resultando en la mayoría de las ocasiones una
competencia que nos permite poner toda la gama de emociones a trabajar a
nuestro favor.
El término Inteligencia Emocional ha resultado una especie de tendencia en
diversas esferas del desarrollo humano, esto desde hace al menos poco
más de una década y la empresa por supuesto no ha escapado a ello.
Daniel Goleman (de muchas formas padre de la Inteligencia Emocional)
realizó una investigación en la cual obtuvo información de 600 compañías
dentro de diversos tipos de industrias, todas empresas exitosas y de las
cuales se tomaron en cuenta aspectos importantes de desempeño, él quería
determinar que tenían en común esas organizaciones que en mayor o menor
medida eran exitosas.
¿Qué encontró?
Todas coincidían en varios factores:
A) Equilibrio en aspectos financieros y humanos.

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B) Claridad en la estrategia de la organización.
C) Énfasis en la comunicación.
D) Búsqueda del establecimiento de una comunicación clara y de
establecer relaciones funcionales hacia adentro y hacia el exterior
de la organización.
E) Fuerte clima de colaboración y apoyo entre los empleados.
F) Tendencia al aprendizaje en equipo y a la innovación de competencias
y recursos.
Resulta claro que en estas organizaciones no se descuida ninguna de las
esferas importantes, las capacidades técnicas y del conocimiento y la
capacidad de gestionar equipos por parte de los líderes de las distintas
empresas están presentes. Y esto apoya la tesis de la importancia de la
esfera emocional dentro de las empresas.
Es importante resaltar que Para Goleman autor del best seller Inteligencia
Emocional, al elegir líderes no se trata de descuidar alguna de las áreas
tradicionalmente importantes, le parece relevante tomar en consideración la
esfera del conocimiento con habilidades tales como resolver problemas ,
desarrollar estrategias, promover productos o servicios, analizar estados
financieros etc. que resultan de la esfera logìca-analìtica.
Sin embargo, le resulta tan o más importante considerar ámbitos de la esfera
emocional como:
• Las relaciones al interior de la empresa,
• Orientación a formar equipo siendo empático, buen escucha, orador,
ético que pueda predicar con el ejemplo.
• Buscar ser un Líder con mucho empuje, orientado al reto, al resultado,
con elevado sentido común y capaz de convencer de las metas e ideas
de la empresa.
• Confiable que pueda oscilar entre el jefe y el amigo, que demuestre
equilibrio entre la vida personal y la empresarial, y resulte un ser con
claros valores de vida, alguien a quien seguir e imitar.
Si utilizamos el término Inteligencia Emocional, podemos reflexionar en el
concepto yendo más allá de lo que es inherente a la definición ya
mencionada. Vamos al ámbito laboral y pensemos en colaboradores que la
poseen.

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Podemos hablar de un ejecutivo que tiene desarrollada la inteligencia
emocional, cuando transforma en su entorno los problemas en
oportunidades, esta es una característica y muy importante, conflictos
dentro de las organizaciones se dan por diversas causas externas e internas.
A esta competencia se le denomina “resiliencia”, consiste en la capacidad
de sobreponerse a la adversidad, creciendo a partir de ella.
Un empleado así, no se deja abatir por la frustración, al contrario, utiliza
la intuición y la confianza para salir adelante y buscar llegar a metas y
objetivos.
Las personas eminentemente racionales que no dan cabida, a la
información que proviene de otras fuentes como la emocional y que
necesitan la lógica y lo empírico para entender la realidad, difícilmente serán
grandes líderes, emprendedores y exitosos. En el emprender hay mucho de
intangible, de apuesta al riesgo, y de relevancia ante lo intuitivo
Resulta claro que las empresas han cambiado, hay mucha más competencia
en la esfera económica mundial, por tanto, se requiere que las
organizaciones estén lideradas por ejecutivos capaces de formar equipos,
con talento para motivar y auto motivarse, que no decaigan ante las crisis,
muy al contrario, que sepan reinventarse una y otra vez.
Todas estas competencias mencionadas en el párrafo anterior, pertenecen
a la esfera emocional, y resulta que hoy día donde el empleo es algo incierto
y donde los dueños o socios de las distintas organizaciones necesitan
poner la mirada más que nunca en las competencias de los ejecutivos a
quienes contratan, hablar de Inteligencia Emocional es algo sumamente
importante.
Me parece relevante, que los Directores de las empresas junto con sus
responsables en las áreas de negocios y de Recursos Humanos, valoren
las diferentes aplicaciones de la Inteligencia emocional en los equipos
dentro de sus organizaciones.
¿Cómo Hacerlo?
En principio, podría ser que a la hora de elegir a los líderes, busquen gente
que además de estar preparada y cuente con las diferentes competencias
técnicas estipuladas para cada posición, se busque que sean inteligentes
emocionalmente hablando, es decir: empáticos, adaptables, creativos y

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motivadores. Este tipo de habilidades les permitirán sin duda gestionar
mejor a sus equipos y lograr los objetivos planteados por su organización.
Sé que después de tantos años priorizando la esfera cognitiva sobre la
emocional, no es tan fácil, sin embargo, debemos reconocer que se ha
demostrado que resulta importante y útil.
No es fácil encontrar ejecutivos emocionalmente destacados incluso, no sé
si sabemos buscarlos.
No es que quiera entrar en el desánimo, sucede que imagino a un cliente
diciéndome “Quiero un director de marketing digital, que domine tal y cual
programa y sepa de redes sociales y de monitoreo y también que sea
sumamente inteligente emocionalmente hablando, recuerda que gestionará
equipos muy especiales”
¿Qué hacer, dónde buscar? ¿Habrá tales ejecutivos?
Durante muchos años se ha destacado la relevancia de la esfera lógico
matemática, es usual que los profesionistas hayan enfatizado dentro de sus
formaciones competencias inherentes a esas esferas y no a las emocionales.
La buena noticia, que nos da Goleman, es que la Inteligencia Emocional se
puede aprender y desarrollar.
Por tanto quienes buscamos talento también podremos aprender a detectar
ejecutivos que cuenten con ella.
Hay herramientas y son las que nos pueden apoyar con la capacitación a
profesionistas y posteriormente a quienes buscamos nos apoyen en la
detección de este talento, enumeremos algunas:
• Autoconocimiento: Solo conociéndonos a fondo a nosotros mismos,
podremos conocer a los demás, tratemos de buscar diferencias
entre los valores y las creencias racionales y aquellas totalmente
irracionales, creo que es en esta diferencia donde hay que fomentar
el equilibrio y la capacidad de reflexionar.
• Autocontrol: Es ideal mantener un sano y balanceado control de uno
mismo. Buscar el equilibrio con una actitud positiva,
fomentando la comunicación abierta para con los otros, sean
compañeros de empresa, o no, es básico, erradicar
pensamientos que causan estrés, ( pensamientos catastróficos)
donde resulta mejor idea buscar los pensamientos positivos
que nos orienten a buenos resultados.
• Asertividad: Actuar logrando establecer un vínculo comunicativo

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basándose en intereses o necesidades propios , donde se puedan
expresar sentimientos, sin ansiedad y también ejercer derechos
propios sin negar los de los demás. Lo que resulta de esto es lograr
lo que uno se propone con eficacia reforzando siempre una imagen
positiva de la empresa, de los pares o del líder.
• Empatía: Se refiere la capacidad para comprender a fondo la forma en
que otro individuo siente. Esta capacidad puede desembocar en una
mejor comprensión de sus acciones o de su manera de decidir
determinadas cuestiones. La empatía nos otorga la habilidad para
comprender los requerimientos, actitudes, sentimientos, reacciones y
problemas de los otros, dándonos la capacidad de ponernos en su lugar
y enfrentando del modo más adecuado las reacciones emocionales.
Hay investigaciones que utilizando el concepto de inteligencia emocional
aplicado al trabajo, demuestra que quienes alcanzan altos niveles dentro de
las organizaciones poseen un gran control de sus emociones, están
frecuentemente motivados y son generadores de entusiasmo. Saben
trabajar en equipo, tienen iniciativa y logran influir en los estados de ánimo
de sus compañeros.
Capacitarnos o alfabetizarnos en competencias como está seguro nos harán
mucho más exitosos en el ámbito laboral es muy importante la capacidad
de adaptación, las nuevas condiciones en las empresas modernas nos lo
exigen, la necesidad del autocontrol en situaciones de estrés y la
importancia de ser honesto, íntegro y responsable.
Los gerentes más eficaces, son emocionalmente inteligentes debido a su
claridad de objetivos, a la confianza que tienen en sí mismos, también a
que pueden considerar la capacidad que han desarrollado para influir
positivamente en sus equipos, es como que saben 'leer' los sentimientos
ajenos y pueden encauzarlos.
Al plantearse la inteligencia emocional como un sinónimo de carácter,
personalidad o habilidades que tienen su traducción en conductas
manifestadas, tanto a nivel de pensamientos, reacciones fisiológicas y
conductas observables, ya sean estas aprendidas o con posibilidades de
ser aprendidas, es seguro que estas facilitan la gestión de las relaciones
humanas de las personas, parecería ser una habilidad ideal e
indispensable para cualquier ejecutivo que colabore al interior de una
organización
Estoy segura que la inteligencia emocional en el ámbito laboral, es la
herramienta que se necesita para trabajar con humanidad y eficacia. Es

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seguro que mientras más empleados la posean, mejor será el clima laboral y
mucha más exitoso el resultado de la organización.
Las aptitudes humanas constituyen la mayor parte de los ingredientes que
llevan a la excelencia laboral, muy especial y directamente, al liderazgo.
Se puede afirmar por tanto, que el coeficiente intelectual requiere de la
inteligencia emocional, para el desempeño laboral sobresaliente.
No puedo afirmar que sin una serie de competencias técnicas y contando
solo con la inteligencia emocional es suficiente para destacar e impulsar a
nuestras empresas, es una suerte de combinación donde la esfera
intelectual es relevante pero no excluyente de la emocional.
¿Què no es Inteligencia Emocional?
Ojo y mucho ojo, la inteligencia emocional no significa simplemente ser
simpático. Al contrario, muchas veces se trata de enfrentar directamente a
alguien para hacerle ver una verdad urgente, es probable que esta no
necesariamente le guste y que seguramente quisiera no ver.
La inteligencia emocional no significa dar rienda suelta a los sentimientos, y
sacarlo todo afuera. Lo que significa es algo distinto, es poseer una
habilidad para manejar los sentimientos y poder expresarlos
adecuadamente, con efectividad y permitiendo que las persones trabajen sin
roces en busca de una meta común.
No significa, ser un ser débil, o llorón, es una habilidad que logra poner a
trabajar nuestras emociones incluso en la esfera laboral a nuestro servicio y
puede aprovechar nuestras competencias técnicas con mucha más
eficiencia.
No es algo de género, aunque parece ser que las mujeres en promedio
tienen mayor conciencia de sus emociones, son más empáticas y por tanto
más aptas para las relaciones interpersonales y que los hombres son más
optimistas y seguros de sí mismos, se adaptan con más facilidad y manejan
mejor el estrés. Ambos podemos ser igual de competentes emocionalmente
hablando. En función de la inteligencia emocional total, no hay diferencia entre los
sexos.
Finalmente no son los genes los que determinan nuestro nivel de inteligencia
emocional, tampoco se desarrolla solo en la infancia. A diferencia del Coeficiente
Intelectual que después de la adolescencia cambia muy poco, la inteligencia
emocional, parece ser aprendida en gran parte y continua desarrollándose a medida
que avanzamos por la vida y aprendemos de nuestras experiencias: es decir, que
nuestra aptitud, en ese sentido puede continuar creciendo.

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Conclusiones
Las personas podemos ser más inteligentes emocionalmente hablando a
medida que aprendemos a manejar nuestras propias emociones e
impulsos, nos motivamos y desarrollamos mejor la habilidad empática y
social, ese desarrollo en la inteligencia emocional se llama madurez.
Cada día son más las empresas para las que fomentar las habilidades de la
inteligencia emocional resulta muy importante, buscan con ello gestionar
mejor a los equipos, y reconocen que no se compite frente a otras
empresas solo con productos, sino con una excelente gestión de equipos.
Resulta paradójico afirmar que mientras más compleja es la posición, más
importante es la inteligencia emocional, aunque sólo sea porque la
deficiencia en estas facultades puede dificultar la aplicación de las
competencias técnicas y el intelecto que posea cualquier líder.
Un ejecutivo que posee Inteligencia emocional es altamente probable que
ame su trabajo, con ello seguramente es alguien que puede convertir en
retos las vicisitudes que en toda empresa existen. Si es así, muy
probablemente logre:
• Ayudar a los demás a desarrollarse.
• Percibir claramente las necesidades de desarrollo ajenas y fomentar sus
aptitudes.
• Tendrá orientación hacia el servicio y podrá enseñarlo.
• Sabrá Prever, reconocer y satisfacer las necesidades del cliente.
Buscará Aprovechar la diversidad. Y con ello podrá cultivar oportunidades a
través de diferentes tipos de personas
• Poseerá conciencia política por lo que podrá Interpretar las corrientes
emocionales de un grupo y sus relaciones de poder.
• Contará con un buen número de habilidades sociales
• Influencia. Será muy hábil para aplicar tácticas sumamente efectivas
para la persuasión.

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• Comunicación, Será capaz de escuchar abiertamente y transmitir
mensajes claros y convincentes.
• Liderazgo. Como líder abierto podrá Inspirar y guiar a grupos e
individuos.
• Catalizador de cambio. Será el agente ideal para Iniciar o gestionar el
cambio.
• Establecer vínculos desarrollar las relaciones a todo nivel en la
organización.
Pronóstico
La aptitud definida como Inteligencia Emocional cada vez será más valorada.
Día con día se buscará que existan más ejecutivos emocionalmente
inteligentes que podrán encontrar los sentimientos ubicados detrás de los
problemas, sabrán llegar a los conflictos importantes que dificultan muchas
veces los avances en las diversas empresas y darles la vuelta.
Habrá más líderes emocionalmente competentes que serán promotores del
crecimiento, donde su genuino interés por los demás generará una suerte
de lealtad, que permitirá instaurar cambios, revisiones a las políticas,
procesos y en fin muchas veces a la cultura de las organizaciones con
resultados muy exitosos.
Los empresarios concordarán que los líderes mejor recibidos por los
equipos, son expertos en captar señales emocionales, ya que gracias a ello
pueden comunicar excelentemente ideas que son escuchadas por los
demás, saben cómo hacerlo y qué decir, así logran influir asertivamente en
los demás. Y buscarán atraer más como ellos para sus equipos.
El verdadero signo de inteligencia no es el conocimiento sino la
imaginación.’ Daniel Goleman, “Emotional Intelligence” pág. 80 1995)
Miriam Becerra Acosta