Este documento es una oda al hipster bogotano donde el autor expresa su agradecimiento por las contribuciones de los hipsters a la ciudad. Señala que gracias a los hipsters hay más ofertas culturales, musicales, gastronómicas y negocios innovadores. También menciona que los hipsters han traído más conciertos y festivales a la ciudad y que impulsan el emprendimiento y la creatividad. El autor concluye resaltando las iniciativas inclusivas de los hipsters y diciendo que solo ha visto cosas buenas en lo que hac
1. ! 3 DE JULIO DE 2012
EL HIPSTER
Oda al hipster bogotano
Por: Miguel Ortiz Betancur
Luego
de
mis
burlas
constantes,
de
mis
críti-‐
cas
arbitrarias
contra
la
tribu
hipster
criolla,
aquí
está
mi
oda
a
quienes
hacen
su
esencia.
Podré
no
adoptar
muchas
de
sus
modas,
pero
consumo
bastante
su
música.
Me
molestan
los
que
andan
en
sus
!ixie
bikes
por
los
andenes,
pero
sueño
con
una
ciudad
que
pudiera
reco-‐
rrer
en
bicicleta
o
en
mi
hipsterísimo
kick-‐
scooter.
Detesto
la
rumba,
pero
estoy
seguro
de
que
la
pasaría
muy
bien
en
un
sitio
donde
no
fuera
malo
pedir
buena
música,
algo
más
que
aguardiente,
y
gente
en
plan
distinto
a
sudar,
rosarse,
emborracharse
y
darse
en
la
jeta.
Gracias
a
los
hipsters,
estas
cosas
están
pasando.
Gracias
a
los
hipsters
hoy
ser
diseñador
de
A
los
hipsters
bogotanos
no
les
debo
sino
moda
es
buen
negocio.
Tener
un
bar
híbrido
un
gran
agradecimiento
por
tantos
buenos
con
un
sello
disquero,
una
emisora
web,
o
un
ratos
que
me
dan,
sus
pintas
y
su
modo
de
ha-‐ restaurante
que
cocine
por
amor
y
no
por
blar
me
han
dado
horas
de
risa.
Pero
lo
que
plata,
son
sueños
realizables
para
el
que
no
más
aprecio
es
su
emprendimiento,
gracias
a
quiere
sentarse
en
una
oQicina.
Basta
con
dar
ellos
la
oferta
cultural,
gastronómica,
musical,
una
vuelta
por
Chapinero
Alto
para
ver
digital,
la
moda
y
la
forma
de
trabajar
en
la
sus
excelentes
negocios
que
se
multiplican,
ciudad
está
cambiando
para
nuestra
dicha.
el
barrio
mejora,
dan
ganas
de
salir,
de
ir
a
los
cafés
y
de
explorar
las
actividades
que
orga-‐
Gracias
a
los
hipsters
los
conciertos
se
tripli-‐ nizan
los
colectivos
artísticos
que
recuperan
caron,
son
empresarios
y
público
para
las
las
viejas
casonas,
impidiendo
que
se
con-‐
buenas
bandas.
Ellos
trajeron
a
Interpol,
viertan
en
moles
de
apartamentos
para
fami-‐
Kings
of
Convenience,
Justice,
y
decenas
de
lias
de
matados.
excelentes
grupos
con
boletas
a
precio
real-‐
mente
justo.
Me
gusta
de
sus
conciertos
y
fes-‐ Para
los
hipsters
tener
una
empresa
de
pelí-‐
tivales
esa
onda
amable
donde
la
gente
está
culas,
postres
y
velas,
es
posible
y
rentable.
en
paz,
y
en
lugar
de
“guaro”
venden
agua
y
La
sede
puede
ser
una
casa
o
un
grupo
en
Fa-‐
manzanas.
cebook,
y
si
hay
que
reunirse
pueden
trabajar
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en
cualquier
café,
ojalá
administrado
por
otro
noble
hipster
para
hacer
alianzas
y
vender
allí
los
postres
y
proyectar
las
películas.
Si
no
hay
para
comprar
las
sillas
del
bar,
las
pueden
ha-‐
cer
de
cartón
con
diseño
y
funcionalidad
asombrosos.
Gracias
a
los
hipsters
hoy
se
puede
considerar
dedicarse
a
lo
que
se
quiere,
no
auto-‐convencerse
de
que
un
traba-‐
jo
de
mierda
es
fantástico,
o
es
una
“bendi-‐
ción”.
Eso
mejora
el
ambiente
de
la
ciudad,
ha-‐
ce
circular
cosas
diferentes,
y
estoy
seguro
de
que
ayuda
a
aliviar
la
codicia
y
envidia
de
este
pueblo.
Los
hipsters
no
se
meten
en
política,
en
lugar
de
criticar
hacen
cosas
reales.
Entendieron
que
la
plata
no
corrompe
por
sí
sola,
y
que
puede
ser
usada
para
hacer
un
gran
bien
y
ga-‐
nar
con
ello
más
plata
sin
vender
el
alma
a
la
bestia
capitalista.
Son
la
evolución
perfecta
del
movimiento
hippie,
castrado
por
la
política,
la
cocaína,
las
corbatas
y
los
bebés.
¡Gracias
queridos
hipsters!
envidio
y
admiro
su
valentía.
Gracias
por
hacer
esos
pic-‐nics/
concierto
en
el
lote
de
atrás
de
mi
casa,
un
ba-‐
surero
que
volvieron
parque
sin
pedir
nada
a
cambio.
Me
seguiré
burlando
de
sus
pintas,
pero
apoyaré
sus
nobles
y
valiosas
causas,
sus
conciertos
y
exposiciones,
sus
restaurantes
vegetarianos
y
sus
películas
independientes.
Espero
que
sigan
usando
su
cheveridad
para
mejorar
esta
ciudad
inhóspita
y
violenta
por
tradición.
Valoro
sus
iniciativas
incluyentes,
sus
talleres
de
máscaras
con
los
niños,
y
con-‐
cluyo
que
en
todo
lo
que
hacen,
solo
he
visto
cosas
buenas.
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