El documento describe la lucha por el sufragio femenino y la evolución de los roles de género desde el siglo XIX hasta la década de 1970. Inicialmente, las mujeres ganaron el derecho al voto en muchos países occidentales después de la Primera Guerra Mundial debido a sus contribuciones durante la guerra. Sin embargo, en las décadas posteriores se promovió fuertemente el ideal de la mujer como ama de casa. A partir de la década de 1960, el movimiento feminista de la "Segunda Ola" cuestionó esta visión
2. Sufragio femenino
La realidad económica y política de la Primera y Segunda Guerras Mundiales y de sus
consiguientes posguerras, obligó a que la sociedad incorporara al escenario público a
madres y esposas. Su concurso fue decisivo en el esfuerzo económico durante la guerra.
La consecución del derecho de voto fue un reconocimiento colectivo a los méritos
acumulados. En 1869, el Territorio de Wyoming se convirtió en el primer estado de
EE.UU. donde se instauró el «sufragio igual» (sin diferencias de género) aunque no el
sufragio universal (no podían votar hombres ni mujeres de piel oscura).
1893: Nueva Zelanda 1945: Italia
1902: Australia 1946: Japón
1906: Finlandia 1952: Bolivia
1915: Dinamarca 1952: Grecia
1918: Irlanda y Rusia 1957: Colombia
1918/28: Gran Bretaña 1963: Kenia
1919: Alemania 1965: EEUU (desde 1920 mujeres
1929: Ecuador blancas)
1931/77: España 1971: Suiza
1931/74: Portugal 1984: Liechtenstein
1934: Cuba y Turquía 1986: África central
1944: Francia 2003: Afganistán
2006: Kuwait
3. La crisis
La conquista del sufragio femenino culmina efectivamente
en las sociedades occidentales (con la excepción de las
dictaduras) tras la Segunda Guerra Mundial. A partir de
entonces se producen sustanciales transformaciones en la
organización y el desarrollo de las funciones del Estado en
las sociedades capitalistas… pero se considera que en el
campo de la igualdad entre hombres y mujeres el principal
obstáculo está superado, y las mujeres, con el ejercicio del
derecho al voto, ya son “ciudadanas plenas”.
El feminismo sufragista se desarticula. Se desarrollan
numerosas campañas (publicidad, cine, revistas,
radionovelas,…) que apelan a las bondades del ideal
tradicional de esposa, madre y ama de casa.
4. La “nueva mujer”
Los modelos de mujer “independiente” que se
experimentaron en la década de los 30, en los 40 y los
50 cambiaron, tanto en el cine como en la publicidad y
las revistas:
“Frente a la soltera independiente de los años treinta
apareció la simpática madre de cuatro hijos de los años
50, Katherine Hepburn o Doris Day. En la televisión,
cuya influencia se iba extendiendo sin cesar, el modelo
de mujer que pudiendo hacer de todo decide hacer de
ama de casa, tuvo ejemplos sobresalientes en series de
gran éxito (por ejemplo, “Embrujadas”)” (Valcárcel,
2010).
5. LA VERSIÓN ACADÉMICA: T. PARSONS
Diferenciación sexual de funciones en la
“familia conyugal”
SISTEMA OCUPACIONAL: FAMILIA CONYUGAL:
Asignación MERITOCRÁTICA Asignación ADSCRIPTIVA de
de funciones funciones
Status, derechos y obligaciones Status, derechos y obligaciones
según el LOGRO DIFERENCIAL por la PERTENENCIA
Normas UNIVERSALES de Normas PARTICULARES de
actividad funcional actividad funcional
6. Diferenciación sexual de funciones en la “familia
conyugal”: T. PARSONS (1998)
HOMBRES: ROL MUJERES: ROL
INSTRUMENTAL EXPRESIVO
Tenacidad Afectuosidad
Agresividad Obediencia
Curiosidad Apreciación de la simpatía
Ambición
Aprobación de los adultos
Previsión
Jovialidad
Responsabilidad
Originalidad
Amabilidad
Espíritu competitivo Amigabilidad hacia los adultos y
Confianza en sí mismo los niños
7. “Desde un punto de vista estructural, el aspecto fundamental de la separación de las
funciones de los dos sexos parece centrarse en el sistema ocupacional. La función fe·
menina dominante es la del ama de casa, esposa y madre, especialmente en los
sectores de clase media, estructuralmente cruciales en nuestra sociedad. Aparte del
problema práctico, extremadamente importante, de ver cómo se puede cuidar
adecuadamente del hogar y de los hijos, este hecho tiene una consecuencia
importantísima: impide que los cónyuges compitan entre sí en la esfera
ocupacional, es decir, en una esfera que para el hombre norteamericano es,
junto con la atracción que pueda ejercer sobre las mujeres, el foco más
importante de sus sentimientos de valor personal y de confianza en sí mismo.
En este sector de la sociedad, la inmensa mayoría de las mujeres que trabajan en
empleos remunerados son solteras o casadas que no viven sujetas a las relaciones
familiares normales. La tendencia de las mujeres a entrar en las carreras
ocupacionales superiores ha experimentado una notable reducción; por ejemplo, la
proporción de mujeres en las profesiones médica y jurídica ha permanecido
constante durante más de una generación. Sólo una minoría de estas mujeres
dedicadas al ejercicio de una carrera asumen las responsabilidades familiares
normales, entre ellas el cuidado de los niños. Finalmente, la inmensa mayoría de las
mujeres de la clase media que trabajan fuera de casa lo hacen en un simple empleo y
no ejercen una carrera propiamente dicha. Este empleo no les permite, normalmente,
competir con los hombres del mismo status social y, en general, no produce unos
ingresos familiares comparables a los de éstos." (Parsons, 1998)
8. Betty Friedan:
“La mística de la feminidad”
B. FRIEDAN en "La mística de la feminidad" (1963) cuestiona estos
planteamientos defendiendo que lo que hacía falta era reformar, cambiar la
identidad y las expectativas de las mujeres. Según esta autora, la "mística
femenina" -esto es, la idea de que las mujeres pueden encontrar satisfacción
exclusivamente en el rol tradicional de esposas y madres- ha llevado a que las
mujeres se sientan vacías y miserables, por lo que abogaba abiertamente por la
necesidad de que se salieran del ámbito exclusivo del trabajo doméstico y se
incorporaran a la esfera pública. Esta mística implicaba que las mujeres
renunciaran a ejercer sus nuevos derechos.
Con esta obra tiene lugar la conformación contemporánea de la
perspectiva feminista liberal, suscrita por numerosas activistas y teóricas
que, a pesar de divisiones y debates entre ellas, coinciden en considerar que el
objetivo más importante de la liberación de las mujeres es la igualdad sexual o,
como también se le suele denominar, la justicia de género.
9. Estado del Bienestar
El concepto de Estado de bienestar aparece en 1879 de
la mano de la corriente socialista alemana. Sin
embargo, este concepto cayó en desuso y tuvo una
significación negativa en Alemania tras el fracaso de la
República de Weimar hasta bien entrados los años
cincuenta del pasado siglo.
Asimismo, también hacia 1900 el término bienestar
(welfare) se utilizó en Gran Bretaña para referirse a la
política social de intervención del Estado para mejorar
las condiciones de vida de la clase trabajadora.
10. Estado del Bienestar
A finales de los años treinta del siglo XX se utiliza el término
welfare en Gran Bretaña como un modo de hacer política en el
marco de la democracia y opuesta al fascismo. El término
conectó con el programa de reorganización de la seguridad social
británica impulsado por William Beveridge ante el Parlamento
británico en 1942, es decir en plena guerra (y como contrapartida
a los esfuerzos de la población ante la guerra, lo que debe ser
entendido también como una política de cohesión social ante
una situación de riesgos y sacrificios). Posteriormente, estas
políticas de bienestar se extendieron con los gobiernos laboristas
entre 1945 y 1951.
Teoría económica keynesiana: impulso a la demanda con la
intervención del Estado.
11. Estado del Bienestar
Prácticamente, si bien desde finales del siglo XIX el Estado viene
generando sus primeros actos determinantes como legislador en
el ámbito laboral y social, no se plantea en todo este tiempo la
intervención en el ámbito de la reproducción, en el que no se
concibe que pueda (ni deba) ejercer funciones como instancia
de legitimación, coordinación y arbitraje de las relaciones entre
hombres y mujeres en este campo, tal como lo asume en el
campo de la producción y el consumo.
Esto supone no asumir la necesidad de integrar la igualdad en la
legislación ni impulsar un proceso de institucionalización de los
derechos de las mujeres. El estado del Bienestar, que responde a
una función como institución de integración social, centra ésta
en la población activa (que se define por su participación en la
producción, no en la reproducción).
12. Transformaciones sociales
Los discursos sobre la “feliz ama de casa”, sin embargo,
empiezan a diluirse en unas sociedades en las que se
van produciendo trascendentales transformaciones en
las condiciones de vida, en tres grandes ámbitos:
familia, trabajo y educación. (Scanlon, 1988)
13. Familia y ciclo vital
Expectativas de una vida más larga para las mujeres y
con más tiempo sin centrarse en la maternidad:
Mayor acceso a la contracepción
Planificación familiar: reducción del nº de partos,
concentrándose en los primeros años del matrimonio,
menor peligro de mortandad femenina.
Aumento de la escolaridad: liberación de tiempo de
trabajo doméstico.
Familia más pequeña y más inestable que la familia
tradicional: crecen los divorcios y las familias
monopa(ma)rentales, que ponen en entredicho la sujeción
de la mujer a la esfera doméstica exclusivamente.
14. Educación
El modelo de sistemas educativos organizados desde el
principio de la igualdad de oportunidades va creando
las condiciones para la expansión de la presencia de las
mujeres primero en la enseñanza secundaria y
posteriormente en las universidades.
15. Trabajo
Años 50: crecimiento del sector servicios (educación,
sanidad, comercio), que empieza a generar una
demanda de empleo femenino.
Incremento progresivo del trabajo asalariado
femenino.
Muchas mujeres empiezan a experimentar prácticas
discriminatorias en el mercado de trabajo, así como
grandes dificultades para conciliar el trabajo
asalariado con el trabajo doméstico.
16. Décadas de los 60 y 70
En las propias sociedades desarrolladas el Estado de Bienestar empieza a
mostrar su rostro oculto: la marginación a la que somete a numerosos
colectivos (colectivos de raza negra, mujeres, desempleados,…) que no han
podido integrarse plenamente en lo que en última instancia pasó a jugar un
papel central: sus objetivos productivos, y no tanto distributivos.
Quien no trabaja o no ha trabajado no tiene derecho a acceder a la Seguridad
Social, o ese derecho es subsidiario (porque el cónyuge o alguno de los padres
es o ha sido trabajador). Quedan excluidos, pues, los no trabajadores ; aquí
habría que incluir no sólo a los niños y ancianos, que por razones obvias no
pueden ser trabajadores, sino también, y especialmente, a buena parte de la
juventud, mujeres y miembros de las minorías étnicas (Rodríguez Guerra,
2006).
Estas exclusiones están en la base de lo que Muguerza (1990) ha definido como
el surgimiento de una “crítica libertaria”: Estallido de movimientos sociales, de
mujeres, de grupos étnicos, de derechos civiles,…, que se enfrentan
críticamente a los postulados del propio Estado de Bienestar, en reclamación de
mayores cuotas de libertades civiles, de igualdad de oportunidades y de
democratización.
17. La “Segunda Ola” (USA)
Punto de partida: mujeres que participan en los
movimientos sociales de protesta, que empiezan a
generar grupos específicos de mujeres que van
tomando consciencia de sus singularidades frente a los
demás grupos (pacifistas, hippies, estudiantes,…):
Objetivos transversales, no sectoriales.
Relaciones complejas dentro de los demás colectivos: en
ellos aprenden la participación política, sirviéndoles de
semillero para el desarrollo de la autonomía y la
confianza en sí mismas, pero con dificultades: liderazgos
masculinos excluyentes, aceptación del sexismo y la
división sexual del trabajo en las organizaciones,
centralidad en las desigualdades de clase y desprecio
frente al sexismo como conflicto central.
(Sánchez Muñoz, 2001)
18. Aparecen las organizaciones (USA)
Feminismo “reformista”:
1966: National Organization of Women (NOW), presidida por Betty
Friedan (“feminismo reformista”): concentró su trabajo en presionar al
Gobierno defendiendo la igualdad de derechos, incidiendo en la
eliminación de barreras legales para la plena incorporación de las mujeres a
la esfera pública.
1971: National Women’s Political Causcus (NWPC) (fomento de la
participación femenina en la política nacional y federal)
Dentro de los movimientos de protesta:
1967: : Chicago Women’s Liberation Union (de inspiración socialista), The
New York Radical Women (de inspiración “radical”).
1968: CELL, WITCH
1969: Redstokings
En 1970, el movimiento comienza a denominarse “WOMEN’S LIB”: de la
igualdad a la “liberación”.
19. Women’s Lib
Se configura un movimiento que desde sus inicios se
divide en cuestiones como la AUTONOMÍA, la
relación con el resto de movimientos de protesta, y la
articulación de la lucha de las mujeres con las demás
luchas sociales. La principal división se da entre las
“radicales” y las “políticas”.
En principio, se diferencian explícitamente del
sufragismo, que abre el debate sobre si el objetivo del
movimiento es la “igualdad” o la “liberación”. (Scanlon,
1988; Sánchez Muñoz, 2001)
20. Grupos de “Autoconciencia”
Impulsados por el “feminismo radical”, entendidos
como una nueva forma de actuación y participación
política.
Impulsaban el encuentro entre mujeres y para mujeres,
en un proceso de “autoconciencia”, en el que
distinguían 4 fases:
Abrir los sentimientos individuales hacia las demás
integrantes del grupo,
Compartir las experiencias
Analizarlas
Abstraer y elaborar la teoría.
21. Grupos de “Autoconciencia”
“Política de la experiencia”: análisis de la sociedad
desde la perspectiva de la experiencia personal, que
constituía un elemento central del análisis de la
opresión. El feminismo es “la reconstrucción crítica y
colectiva del significado de la experiencia social de la
mujer, tal y como la viven las mujeres”.
22. Grupos de “Autoconciencia”
Innovación Limitaciones
Formas no jerárquicas de ¿Terapia o política?
organización, autonomía. Ineficacias en la toma de
Lo personal es político en sí decisiones
mismo: no hace falta hablar Falsa unidad (“sororidad”):
del Estado y sus políticas. las mujeres no nos peleamos
Sin fronteras entre temas Ausencia de líderes
privados y públicos. Representatividad
Formas creativas de protesta. Exceso de tiempo en la
Creación de nuevos espacios participación
políticos: redes, centros de (Sánchez Muñoz, 2001)
atención a mujeres,
cooperativas, colectivos
editoriales y de cine,…
23.
24. Guerra Civil
La guerra civil, y después la Dictadura, interrumpen el
proceso de incorporación de las mujeres españolas a la
actividad política.
Comunistas y Anarquistas: la guerra como oportunidad
para la “revolución social”, apuesta por el ideal de “mujer
nueva” independiente y emancipada.
Dos organizaciones:
Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA), luego Mujeres
contra la Guerra y el Fascismo (1933), que aglutinaba a
militantes del PCE, socialistas y republicanas.
Mujeres Libres (1936-1939): anarquistas.
(Morcillo Gómez, 1988; Moreno Sardá, 1988)
25. Mujeres en el bando
republicano
Milicianas, aunque se ven excluidas del frente cuando se
constituye el “Ejército Popular de la República”. Durante el
conflicto no se pone en cuestión la división sexual del
trabajo.
Situadas en la “retaguardia”: guardar puestos de trabajo de
los soldados, labores asistenciales (guarderías, sanitarias,
talleres de costura, asilos), recaudación de fondos y acción
educativa y cultural, incluyendo en el caso de “Mujeres
Libres”, la “reforma sexual” (control de natalidad,
prevención de enfermedades venéreas, prostitución,
educación sexual, aborto,…).
En muchas ocasiones, con estas mujeres se realizaron
prácticas de “botín sexual” por los militares golpistas.
27. Mujeres en el bando fascista
Dos tipos de organizaciones:
Falangista: la “Sección Femenina” (1934)
Católica: “Mujeres de la Acción Católica”.
La intervención de las mujeres se realiza, desde 1937, a
través del “Auxilio Social”, cuyo fin a largo plazo es
hacerse con el control de los servicios sociales del
Estado.
Desarrollan labores de retaguardia, en este caso
entendidas como el papel que corresponde a la mujer
“católica y falangista”.
28. 18 puntos de la mujer de Falange
(Morcillo Gómez, 1988)
29. Dictadura franquista: años
cuarenta
REPRESIÓN de mujeres antifranquistas:
Al menos 30.000 detenidas políticas, y cerca de un millar
condenadas a muerte y ajusticiadas.
Responden en estas condiciones como pueden: huelgas
de hambre en las prisiones, participación en la
resistencia.
Muchas “mujeres de presos”, que organizan comisiones y
grupos de apoyo denunciando su situación.
(Moreno Sardá, 1988)
30. Años 50: modernización
“Guerra fría“: Estados Unidos entabla relaciones con la dictadura franquista e inicia
una política de colaboración y apoyo político y económico al Régimen. Estrategia de
“lavar la cara” del Régimen adoptando formas supuestamente democráticas.
Se inicia el proceso de industrialización que sepultará la preeminencia del sector
agrario en la economía española. Hasta 1957, se produce por vez primera un cierto
crecimiento económico (se llegan a alcanzar los niveles de renta de la preguerra, se
suprimen las cartillas de racionamiento,...), pero con grandes desequilibrios que
llevan a las primeras movilizaciones obreras (1956).
La estructura social se ve significativamente modificada a lo largo de la década:
Hegemonía de los intereses de la burguesía industrial sobre los de los sectores
latifundistas y agrarios;
Emigración de las zonas rurales a las más industrializadas (Madrid, Euskadi, Catalunya) y
al extranjero;
“Urbanización" de las zonas más ricas del Estado.
Se incrementa la escolarización, con gran predominio eclesial en la enseñanza
primaria y secundaria, pero en las universidades se dan las primeras protestas
estudiantiles (1956).
Empieza producirse un divorcio entre el discurso propagandístico del
égimen y la "mentalidad media” del país.
31. Años 60: desarrollismo…
Progresivo agotamiento del modelo económico, pero también
político e ideológico, del Régimen, que inicia un proceso de
“reformas” tecnocráticas lideradas por el Opus Dei.
Nuevo discurso justificativo: el "desarrollismo" y el
"consumismo“. La nueva ideología va a ser la "desideologización“.
Crecimiento económico: aceleración de la industrialización,
terciarización (turismo) y apertura al exterior.
Cambian las formas de trabajo y de vida, incluso las
mentalidades.
Aumentan los conflictos sociales y políticos ampliándose a
sectores profesionales y de “clase media”.
La oposición empieza a reorganizarse (CCOO).
Se impulsa un cierto asociacionismo en el Régimen:
“asociaciones de amas de casa”
32. Años 60: empieza la crisis
Aumenta la escolarización de las mujeres (sobre todo en la clase
media): 45% del alumnado de bachillerato, 35% de PREU, aumento de
estudiantes de los “estudios de grado” (magisterio, enfermería,…) y
mayor presencia en las carreras de “Letras” (36%).
Comienza a aumentar la tasa de “actividad” femenina: del 15,8% en
1950 al 24% en 1970. Se eliminan algunas medidas discriminatorias en
el ámbito laboral.
Empiezan a publicarse estudios que ponen en evidencia la desigualdad
de las mujeres: escasa cualificación, acceso aún limitado a la plena
escolarización, predominio del matrimonio como medio de promoción
social,…
Comienzan cambios de mentalidad frente al “autoritarismo patriarcal”
del “cabeza de familia” en los espacios domésticos y públicos.
Desmembramiento y nuclearización de la familia. “Tecnologización”
del trabajo doméstico.
(Folguera, 1988)
33. Años 60: empieza la actividad
Se empiezan a realizar “Asambleas de Mujeres”: presos políticos,
carestía de la vida, condiciones de vida en los barrios,…
En 1965 se celebra la I Asamblea General del PCE, en la cual se
crea el MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO DE MUJERES, que exige
en su programa la incorporación de las mujeres al mercado
laboral, el acceso a la enseñanza, el derecho a la atención
sanitaria, control de la natalidad e igualdad jurídica entre
hombres y mujeres.
…Se conoce el “Mayo del 68”.
Algunas mujeres urbanas, profesionales e ilustradas expresan su
preocupación por la problemática de las mujeres públicamente.
Se crean algunos grupos de estudios, publicaciones
clandestinas,…
(Moreno Sardá, 1988)
34. Años 70: el cambio social
Cambios en la familia: caída acelerada de la fecundidad y la
nupcialidad, demanda de planificación familiar…
Cambios en la escolarización: establecimiento legal de la
escolarización obligatoria (sin distinción de sexo) hasta los
14 años.
Sigue avanzando la población activa femenina.
1975: Año Internacional de la Mujer, declarado por la ONU,
a partir de la I Conferencia Internacional de la Mujer
(México, 1975) y el primer Encuentro de ONGs (Berlín,
1975). Las organizaciones antifranquistas se replantean su
abandono de la causa feminista, si bien en el Régimen se
asume con desgana.
(Folguera, 1988)
35. El movimiento feminista
6,7 y 8 de Diciembre de 1975: I Jornadas por la Liberación
de la Mujer. Debate central: la participación feminista en la
política.
27-30 de Mayo de 1976: Jornades Catalanes de la Dona
(4000 mujeres). Aportación principal: se aprueba una
plataforma reivindicativa feminista, que marca objetivos
que empiezan a ser asumidos por numerosos grupos y
organizaciones que empiezan a constituirse por todo el
Estado.Comienzan las movilizaciones específicas: contra la
penalización del adulterio.
Diciembre de 1979: Jornadas de Granada (división
“feminismo de la igualdad”/”feminismo de la diferencia”).
(Moreno Sardá, 1988; Uría, P., 2009)
36. El movimiento feminista en la
Transición
Dos tipos de organizaciones: vinculadas a partidos,
sindicatos, asociaciones de vecinos, etc. (doble
militancia); y organizaciones independientes.
Se aglutinan en “Plataformas”: Coordinadora de
Organizaciones Feministas de Barcelona, Asamblea de
Mujeres de Euskadi, Plataforma de Organizaciones
Feministas de Madrid,… En 1977 se crea la
COORDINADORA DE ORGANIZACIONES
FEMINISTAS DEL ESTADO ESPAÑOL. (Uría, 2009)
Organizaciones de carácter asambleario, sin jerarquías
ni cargos, que se proclaman independientes de los
partidos y de las instituciones.
37. El movimiento feminista
Movimiento de denuncia y reivindicativo:
Elecciones/Constitución/participación política
Revisión del Código Penal (aborto, adulterio)
Leyes reguladoras del matrimonio
Divorcio
Aborto libre y gratuito
Igualdad laboral
Coeducación, educación sexual
Libertades y derechos afectivos y sexuales:
anticoncepción, planificación familiar, lesbianismo
Violencia contra las mujeres
38. Canarias
1968: se crea en Gran Canaria un grupo de discusión para
“luchar contra la desigualdad de las mujeres en la sociedad
canaria”.
1975: surge el movimiento feminista organizado:
“Mujeres Democráticas” (GC)
Frente de Liberación de la Mujer Canaria (TFE)
1977:
Asociación de Mujeres Canarias (GC)
Organización Democrática de Mujeres (TFE)
Estos grupos se unifican en 1980 en la COORDINADORA
FEMINISTA DE CANARIAS (vinculada a la Coordinadora
Estatal) (Monzón Perdomo, 2009)
39. Años 80: consolidación
Diversificación de los grupos y organizaciones: junto a
organizaciones generales, aparecen otras dedicadas a temas y
sectores específicos (educación, pacifismo, atención a víctimas
de violencia,…). En Canarias, “Solidaridad Democrática”,
“Isadora Duncan”, “Harimaguada”,…
Implicación del movimiento feminista en otros movimientos
sociales: pacifismo, ecología, crisis del trabajo, desarrollo y
solidaridad internacional…
Se crean las “Secretarías de la Mujer” en los sindicatos.
Se inicia la institucionalización en España de las políticas de
igualdad: en 1983 se crea el Instituto de la Mujer, por el primer
gobierno socialista.
Reformas legales: Ley de Divorcio y Despenalización del aborto.
Segunda Conferencia Internacional de la Mujer: Nairobi, 1985.
(Monzón Perdomo, 2009; Uría, 2009)
40. Años 80: la reflexión
A nivel estatal se acomete la celebración de diversas
jornadas que sirven para la reflexión y formulación de
nuevas reivindicaciones y espacios de intervención:
1981: Jornadas por el Derecho al Aborto
1983: Jornadas de Sexualidad
1985: Jornadas “Diez años de movimiento feminista”
1987: Jornadas de Lesbianismo
1988: Jornadas contra la violencia machista
41. Años 90: reflexión y renovación
Consolidación de las políticas gubernamentales: políticas de “Acción
Positiva”, transversalidad, violencia de género, “empoderamiento”, al
amparo de los acuerdos de la Conferencia de Beijing (1995).
Nuevos temas para el movimiento, con divisiones y debates intensos:
pornografía, prostitución, lesbianismo, transexualidad, derechos
afectivos y sexuales, derechos de las parejas del mismo sexo, diversidad,
globalización neoliberal,… Pero resurgen viejos problemas: aborto,
divorcio, violencia de género, derechos laborales,…
Profesionalización en temas de género: profesionales de la salud, del
derecho, de la educación, trabajo social, investigación,…
Se retoma la celebración de jornadas estatales: en 1993, se celebran las
Jornadas “Juntas y a por todas” y en 2000 “Feminismo es…y será”.
Nuevas formas de organización: trabajo en red (en Canarias:
Plataforma 8 de Marzo, Foro contra la Violencia de Género).
Se crea en Canarias el ICM (Instituto Canario de la Mujer, 1994)
42. Bibliografía
Folguera, P. (1988): “De la Transición política a la democracia. La evolución del feminismo en España
durante el periodo 1975-1988”, en Folguera, P. (ed.): El feminismo en España: dos siglos de historia,
Madrid, Pablo Iglesias, pp. 111-131.
Friedan, B. (1974): La mística de la feminidad, Madrid, Júcar.
Monzón Perdomo, M.E. (2009): “Los derechos de ciudadanía de las mujeres. Una revisión histórica
(Parte II)”, Máster Universitario en Estudios Feministas, Políticas de Igualdad y Violencia de Género.
Universidad de La Laguna.
Morcillo Gómez, A. (1988): “Feminismo y lucha política durante la II República y la Guerra Civil”, en
Folguera, P. (ed.): El feminismo en España: dos siglos de historia, Madrid, Pablo Iglesias, pp. 56-83.
Moreno Sardá, A. (1988): “ La réplica de las mujeres al franquismo”, en Folguera, P. (ed.): El feminismo
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Muguerza, J. (1990): Desde la perplejidad, madrid, FCE.
Parsons, T. (1998): “La estructura social de la familia”, en Fromm, E., Horkheimer, M. y otros: La
Familia, Barcelona, Península, pp. 31-65.
Rodríguez Guerra, J. (2006): La transformación de la sociedad salarial y la centralidad del trabajo,
Madrid, Talasa.
Sánchez Muñoz, C. (2001): “Feminismo liberal, radical y socialista”, en Varias Autoras: Feminismos,
Madrid, Alianza Universidad.
Scanlon, G. (1988): “Orígenes y evolución del movimiento feminista contemporáneo”, en Folguera, P.
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Uría, P. (2009): El feminismo que no llegó al poder, Madrid, Talasa.
Valcárcel, A. (2010): “La memoria colectiva y los retos del feminismo”, en Varias Autoras: Tres textos de
historia de las ideas feministas, http://creatividadfeminista.org
43. Vídeos
Documental De toda la vida, www.rebeldemule.org
Koska, S.: Mujeres en pié de guerra.
RTVE: La Transición (capítulo 4),
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100407/transi
cion-capitulo-4/739186.shtml
RTVE: Informe Semanal. El adulterio,
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20080922/inform
e-semanal-adulterio/321649.shtml