2. La reaparición del
Ejército Revolucionario
del Pueblo Insurgente
(ERPI) y la búsqueda de
una coordinación con
otros grupos armados,
configura un nuevo
escenario que reconoce
diferentes aristas y
vertientes.
3. Los últimos comunicados de Tendencia Democrática
Revolucionaria (TDR) se referencian hacia el mismo lugar,
y en la conferencia de prensa ofrecida por el Comando
Justiciero 28 de Junio (CJ-28), el capitán Silvano subrayó
la vocación de confluencia junto a la Nueva Brigada
Campesina de Ajusticiamiento y hasta con el mismo
Ejército Popular Revolucionario (EPR), no así con el
ERPI.
4. La experiencia de la Coordinadora Guerrillera Nacional
José María Morelos (Fuerzas Armadas Revolucionarias
del Pueblo, Ejército Villista Revolucionario del Pueblo y
CJ-28), es uno de los antecedentes inmediatos de
construcción conjunta. Sin embargo, la realidad que
enfrentan las organizaciones supone un 'salto cualitativo'
5. los grupos clandestinos del EPR son a menudo frágiles y
aún cuando se reconocen por su alta ideologización y
cohesión interna están sujetos a la dispersión de sus
integrantes. Los esfuerzos por la conjunción de
actividades también reconoce esta necesidad de superar
la intrascendencia, como una forma de respuesta a la
fragmentación, que los vuelve invisibles a los ojos sociales
y objeto de la más violenta persecución, represión y
aniquilamiento.
6. El proceso de ruptura posterior -del ERPI se conoce su
existencia a partir de la masacre de El Charco, en junio
de 1998-, provocó la formación de otros grupos distintos
a los que originalmente confluyeron en el EPR. (La
Coordinadora José María Morelos no es ajena a la
dinámica de las escisiones y posterior reunificación
alrededor de nuevas entidades.)
7. Pero el largo proceso del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN), que concluyó con la
traición del Senado en materia de derechos y cultura
indígena y su posterior ratificación por parte de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, obliga a los
insurgentes a volver la mirada sobre los zapatistas,
pues de esta experiencia se desprende la cancelación
de los espacios institucionales a la vez que revitaliza la
estrategia clandestina y armada.
8.
9. las condiciones objetivas que sustentan la lucha
armada, el 'caldo de cultivo' de la guerrilla, aún
continúan vigentes. Las condiciones económicas y
sociales que impera en el estado reconoce un
agravante fundamental: la persistencia de situaciones
políticas y la persistencia del autoritarismo, cacicazgos,
la militarización y la violación a los derechos humanos
que encuentra en las comunidades indígenas los
sectores más vulnerables.