Barbara McClintock descubrió elementos reguladores de la expresión génica y elementos transponibles mientras estudiaba el maíz, lo que la llevó a descubrir el proceso de transposición genómica en la década de 1940 y 1950. Su trabajo pionero en cartografía y mapeo genético del maíz resultó en el primer mapa de ligamiento de ese genoma y eventualmente le valió el Premio Nobel.