El documento describe cómo la digitalización de la vida ha llevado a una nueva sociedad de vigilancia en la que grandes empresas y gobiernos recopilan y almacenan datos personales de forma rutinaria sin que los individuos sepan exactamente qué información se recoge o cómo se usa. Aunque la vigilancia solía estar limitada a grupos específicos, ahora es la norma a medida que las instituciones utilizan métodos cada vez más sofisticados para cosificar a las personas en códigos de datos.