1. VACUNA CONTRA EL VPH
El virus del papiloma humano (VPH) es un virus que afecta a diferentes partes del cuerpo. La
infección genital es la infección de transmisión sexual (ITS) más común a nivel global, incluyendo
al 75-80% de la población mundial de todas las edades (1). El virus puede permanecer en la piel
y desarrollar verrugas. Esto incrementa el riesgo de cáncer y para prevenirlo tenemos diversos
tipos de vacunas. Todas pueden proteger contra los tipos de alto riesgo, incluyendo al 16 y al 18,
que causan la mayoría de cánceres.(2)
El VPH infecta solo las células epiteliales y depende de su diferenciación para completar su ciclo
vital. Este infecta al epitelio a través de la extensión lateral de las células basales que acompañan
a la herida. Desgraciadamente, para los tipos de alto riesgo, la proteína E6 y la E7 son muy
efectivas en bloquear reguladores negativos del ciclo celular que provocan que las células
infectadas nunca maduren. Esto desemboca en inestabilidad genómica, que transforma una
célula infectada en una cancerosa invasiva. Ambas anulan a TP53 y a las proteínas del
retinoblastoma respectivamente, previniendo la apoptosis.
El desarrollo del cáncer también se ve influido por la evasión de la respuesta inmune. E6 reduce
la expresión de CDH1 sobre la superficie de las células epiteliales, disminuyendo la capacidad de
presentación de antígenos. E7 reduce la expresión de TAP1, previniendo la activación de
linfocitos T citotóxicos. Tanto E6 como E7 inhiben la transcripción de receptores Toll-Like 9. Los
anticuerpos anti-L1 se relacionan con infección persistente. A pesar de ello, la mayoría de
infecciones son eliminadas en menos de un año.(3)
Se han desarrollado múltiples tipos de vacunas. La mayoría tienen como objetivo a las proteínas
E6 y E7, desarrollando antígenos de las mismas para las células presentadoras de antígeno (APC)
con vistas a activar a los linfocitos CD8+ y CD4+. El problema es que los antígenos deben ser
digeridos por proteasomas para dividirse en péptidos más pequeños antes de ser presentados
a moléculas MHC de clase I de las APC, y solo unos pocos contienen la secuencia de fragmento
antigénico que pueda unirse a las moléculas MHC. La mayoría de ellas están dirigidas contra la
proteína E7.
Existen vacunas basadas en vectores vivos como bacterias (L. monocytogenes o L. bacillus) o
virus (adenovirus) que son muy inmunógenas, pero comprometen a los inmunodeprimidos.
También las hay basadas en péptidos (muy seguras, estables y fáciles de producir) o en ácidos
nucleicos.(4)
Las vacunas que se encuentran disponibles en la mayoría de países para la profilaxis del virus
son: Gardasil (tetravalente), Cervarix (bivalente) y Gardasil-9 (nonavalente). Fueron producidas
por una tecnología recombinante de ADN, utilizando las proteínas HLPV1 de la cápside, que se
ensamblan en las formas no infecciosas del virus, y no contiene ni ADN viral ni partículas vivas
del VPH. La primera generación fue de Gardasil y se aprobó en el 2006.(2)
Para Gardasil y Cervarix, la forma de proteger se presupone que se relaciona con la inducción de
anticuerpos que neutralicen el virus. No obstante, esto no se ha demostrado formalmente en la
especie humana, aunque indudablemente los anticuerpos se correlacionan con la respuesta
inmune. La reactividad cruzada entre diferentes tipos de vacunas no es predominante.
2. Es por eso que los efectos terapéuticos de estas vacunas provienen de los adyuvantes que
causan la respuesta Th2, con activación de Il-10, que recluta a los linfocitos T CD4+, que a su vez
aumentan la respuesta CD8; o bien, que la expresión de células L1 positivas en la capa suprabasal
del epitelio no sean visibles. Para el futuro se están centrado los esfuerzos en desarrollar nuevas
vacunas cuyo objetivo sea la cápside menor L2, que se replica mucho menos que la L1, pero que
sigue siendo esencial para la infectividad del virus(5). La Gardasil-9 es activa frente al 6, 11, 16,
18, 31, 33, 45, 52 y 58, que son responsables del 90% de los cánceres de cérvix en el mundo.
La mayoría de los efectos adversos que incluyen estas vacunas son nauseas, fiebre, dolor
abdominal, dolor de cabeza y reacciones locales (algunas de las cuales resultaron en
hospitalizaciones prolongadas)(6). De todas maneras las reacciones sistémicas rara vez se
observan después de la vacunación.(2)
Se hizo un estudio de cohortes en Madrid sobre la vacunación con Gardasil de niñas de 11-14
años que inició en el año 2007 y finalizó en el 2018 (cuando esas niñas cumplían 25 y debían
comenzar con el screening) que demostró la reducción de la prevalencia de la infección por el
tipo 6 y 16 en el grupo que si se vacunó, además de un descenso en las alteraciones citológicas
provocadas por el 16(7).
En mujeres jóvenes (9-15 años) se demostró que un calendario vacunal basado en dos dosis
respondía de manera muy similar a uno compuesto por tres. En hombres la vacunación con la
tetravalente pareció ser efectiva en la prevención de verrugas y lesiones genitales externas. La
tetravalente y la nonavalente en mujeres jóvenes ofrecieron eficacias similares en la prevención
de lesiones precancerosas y cáncer.(8)
Para finalizar, aún se deben superar numerosas barreras como los altos costes de vacunación,
la inaccesibilidad y la falta de suministro o las condiciones de transporte. Es más, no hay
conocimiento público acerca de las lesiones provocadas por el virus y del programa de
vacunación nacional en países de pocos recursos. A pesar de todo, el mayor reto continua siendo
el hecho de que las vacunas no protegen contra todos los tipos de VPH.(2)
3. 1. Sci-Hub | Diagnosis of Transient/Latent HPV Infections - A Point of View! Archives of
Medical Research | 10.1016/j.arcmed.2018.10.004 [Internet]. [cited 2023 Dec 1].
Available from: https://sci-hub.se/10.1016/j.arcmed.2018.10.004
2. Yousefi Z, Aria H, Ghaedrahmati F, Bakhtiari T, Azizi M, Bastan R, et al. An Update on
Human Papilloma Virus Vaccines: History, Types, Protection, and Efficacy. [cited 2023
Dec 1]; Available from: www.frontiersin.org
3. Crosbie EJ, Einstein MH, Franceschi S, Kitchener HC. Human papillomavirus and cervical
cancer. Vol. 382, The Lancet. Elsevier B.V.; 2013. p. 889–99.
4. Yang A, Farmer E, Wu TC, Hung CF. Perspectives for therapeutic HPV vaccine
development.
5. Biological Chemistry “Just Accepted” Papers.
6. Soliman M, Oredein O, Dass CR. I IJ JM MC CM M Update on Safety and Efficacy of HPV
Vaccines: Focus on Gardasil.
7. Hernandez-Aguado JJ, Sánchez Torres DÁ, Martínez Lamela E, Aguión Gálvez G, Sanz
Espinosa E, Pérez Quintanilla A, et al. Quadrivalent Human Papillomavirus Vaccine
Effectiveness after 12 Years in Madrid (Spain). Vaccines (Basel). 2022 Mar 1;10(3).
8. Sci-Hub | Comparison of different human papillomavirus (HPV) vaccine types and dose
schedules for prevention of HPV-related disease in females and males. Cochrane
Database of Systematic Reviews | 10.1002/14651858.cd013479 [Internet]. [cited 2023
Dec 1]. Available from: https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1002/14651858.cd013479