El euro se ha depreciado frente al dólar en los últimos años debido a varios factores. Estados Unidos tiene un superávit comercial con Europa que genera demanda de dólares. Además, la Reserva Federal ha subido las tasas de interés más rápido que el Banco Central Europeo, haciendo que los inversionistas compren dólares. También, la guerra en Ucrania ha perjudicado la economía europea mientras que Estados Unidos es vista como un refugio financiero más estable. La depreciación del euro puede estimular las exportaciones europeas pero
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¿POR QUÉ SE DEPRECIA EL EURO?
Manfred Nolte
El euro y el dólar valen ahora lo mismo, tras dos décadas de encarecimiento del
primero sobre el segundo, y la tendencia, según los analistas, es que la divisa
americana siga revalorizándose en términos de la europea. O lo que es
exactamente lo mismo: que la moneda del viejo continente continúe
depreciándose en términos del billete estadounidense. El tipo de cambio es un
precio. El precio de una moneda en términos de otra moneda.
Al analizar la evaluación del tipo de cambio dólar/euro debemos referirnos
necesariamente a la evolución de cada una de dichas monedas en términos
relativos de la otra. Indagar las causas de la subida de una en términos de la otra
significa analizar idénticamente las razones de la bajada de la otra en términos de
la una, en términos de la primera. A ello se dedican las líneas que siguen.
Agregaremos que la apreciación del dólar va más allá de lo simbólico y puede
representar un factor desestabilizador de la economía mundial en la frágil
coyuntura que nos rodea.
Comenzaremos recordando que el 1 de enero de 2002, primer día de curso legal
de la nueva moneda europea, un euro se cambió por 0,9038 dólares. No fue hasta
julio de 2002 cuando el euro superó la paridad con el dólar en el mercado y así se
ha mantenido en esta situación de forma sostenida. El 15 de julio de 2008 el euro
alcanzó su máximo valor máximo, al cambiarse un europor 1,5990 dólares en los
mercados internacionales de divisas. Por su volumen transaccional y carácter
vehicular, el dólar y el euro son consideradas las dos divisas más importantes del
planeta. Representan el 60% y el 20% de las reservas globales, respectivamente.
A principios de 2021 el euro comenzó su declive desde la cotización de 1,23
dólares hasta la paridad alcanzada la semana pasada.
Si queremos hablar de razones de la evolución del tipo de cambio, que ya ha
quedado dicho que es un precio, debemos indagar las razones de variación de tal
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precio. Y todo precio viene formado por la conjunción de la oferta y de la
demanda.
¿Qué factores de la oferta y la demanda han confluido en el precio del dólar y en
qué dirección han actuado?
El primer factor es comercial. Si la balanza comercial de un país es superavitaria
respecto de otro, su moneda tiende a revalorizarse porque hay un exceso de
demanda de esa moneda en virtud del superávit. Es el caso que analizamos. El
superávit de balanza en favor de Estados Unidos implica que compradores netos
europeos generan demanda marginal de dólares contra euros: el dólar sube. Con
la guerra de Ucrania, Alemania y la Eurozona en su conjunto se han deteriorado
desapareciendo su superávit comercial tradicional. El encarecimiento de la
energía ha lastrado la competitividad de la zona euro y las sanciones a Rusia han
eliminado uno de los mercados pujantes de la eurozona.
La segunda causa reside en el arbitraje financiero que surge en búsqueda de una
mayor rentabilidad ofrecida por tipos de interés más altos. El cambio de la
política monetaria estadounidense hacia una retirada de los estímulos
monetarios más temprana y radical que la europea con una subida de tipos de
interés más agresiva está provocando la compra de dólares que incide en su
revalorización. Los mercados de futuros con posiciones vendedoras de euros
facilitarán la depreciación adicional del euro frente al dólar. Los tenedores de
posiciones cortas de dólares se hallan, lógicamente, en una situación
comprometida.
El tercer componente es de naturaleza especulativa o previsional. Los Estados
Unidos se erigen una y otra vez en el refugio financiero del planeta frente a la
inestabilidad que aqueja a Europa como consecuencia de la invasión rusa y la
implosión y dependencia de las materias primas y energéticas. Esta demanda
adicional de dólares incide en su apreciación.
Existe un cuarto factor en la determinación del tipo de cambio representado por
la intervención de los bancos centrales en apoyo de su moneda. Este aspecto que
ha jugado un papel estelar en otras circunstancias carece de relieve en los
momentos actuales porque implicaría un drenaje sin límite de las reservas de
dólares del Banco Central europeo, de las que los brokers especializados y los
grandes bancos darían cuenta en un breve espacio de tiempo.
Enunciadas las razones de la nueva paridad no nos queda sino repetir el juicio
arriba expresado. La situación no es inocua o indiferente. Evidentemente existen
algunos beneficiarios de la situación: los potenciales compradores americanos de
bienes y servicios europeos. Y la promesa en la zona euro de que una divisa débil
estimulará sus exportaciones y con ello su producción y su empleo.
Pero como efecto impacto, la fortaleza del dólar inyecta en el sistema un
componente de volatilidad, agrava las cuentas exteriores de las economías
emergentes altamente endeudas en dólares, alimenta la inflación y resulta un
elemento restrictivo para los flujos internacionales de capital.