1. FUENTE: BRANKO MILANOVIC
EL MALESTAR DE LAS CLASES MEDIAS.
Manfred Nolte
Tirando de hemeroteca particular he topado con un interesante artículo de
Christophe Guilluy, aparecido en el diario El País de hace casi un año, el 7 de
noviembre de 2020. El escrito lleva por título “Sobre las ruinas de la clase media,
el resurgir de la gente corriente” y en el se advierte entre otras muchas
consideraciones que el capitalismo, artífice de progresos incalculables, es
asimétrico y ha distribuido desigualmente sus frutos y bondades. En particular se
hace hincapié en la evolución económica de las clases medias en la era de la
globalización, en la percepción de la equidad en el progreso alcanzado y en las
reacciones políticas desatadasen los últimos tiempos. Según el intelectual francés
el proyecto social más ambicioso de la historia, el de la clase media occidental,
habría concluido. La lectura del artículo me ha evocado igualmente algunas
consideraciones del estudio estelar acerca de la distribución de la rentaen el auge
capitalista previo a la gran crisis de 2008, del que es autor Branko Milanovic.
Guilluy -geógrafo de profesión- sostiene que, debido a los vientos desfavorables
que les han azotado, las clases medias están huyendode las ciudades, aspectoeste
del que no parece haber evidencia estadística alguna y que tampoco responde a
la intuición al sentido común. Muy al contrario, el ascenso irreversible de las
grandes urbes constituye un dogma, que ningún estudioso de las ciudades
descarta y que se erige en un horizonte aparentemente irreversible.
No obstante lo cual el geógrafo galo advierte que “la gente corriente, hoy, puede
invertir el curso de la historia. Lo ha demostrado la clase obrera británica al
imponer el Brexit o, en Francia, el movimiento de los chalecos amarillos, que
debilitó de forma duradera a Emmanuel Macron con sus reivindicaciones de
justicia social”. Para agregar que “ahora, al recomponerse y defender el bien
2. común, la gente corriente está permitiendo que salgamos de ese callejón sin
salida social. Por eso, en lugar de considerarlo un peligro, ese renacimiento debe
considerarse una oportunidad. Aunque escierto que las masas populares, a veces,
utilizan títeres populistas para decir que existen, eso no significa que estén
buscando un aprendiz de dictador sino, sobre todo, una oferta política.”
Determinar con precisión qué son las clases medias resulta una tarea compleja.
No solo difiere el concepto entreregiones y países, en los que un mismo morfotipo
socioeconómico puede clasificarse de diferente manera según sus rentas,
formación, valores y ambiciones relativas, aunque, dentro de la relatividad, en
todas incluiría un determinado nivel de confort, alejado de la pobreza. Una
definición aceptable sería aquella que considerase clase media al tercio de la
sociedad que se encuentra en el centro de la distribución de renta, aquellos
hogares que se encuentran entre el percentil 30 y 60. La OCDE clasifica
como clase media a aquellos hogares con una renta entre el 75% y el 200% de la
renta media poblacional.
Sea como fuere, el economista serbio-estadounidense Branco Milanovic, experto
mundial en desigualdad ha realizado una amplia investigación acerca de la
distribución de las rentas mundiales anteriores a la crisis de 2008, en la que
asume el concepto intuitivo de ‘clase media de los países desarrollados’. Según
Milanovic este segmento poblacional incluiría entre el 80 y el 95% de los
percentiles de rentapoblacional mundial. A ello se refiereen adelante esteescrito.
El investigador serbio ex Banco Mundial concluye que los beneficios de la
globalización no se han distribuido homogéneamente. Sus ganadores más
evidentes son los percentiles 20 a 70 de la distribución global de ingresos, lo que
refleja la ingente masa de ciudadanos que ha salido de la pobreza en China y que
conforma una nueva gran clase media mundial. Pero Milanovic reconoce que
otros no han mejorado prácticamente nada, como ocurre con los situados entre
los percentiles 75 a 95 las referidas clases medias de los países desarrollados.
Aquí reaparece la tesis de Christophe Guilluy: la reacción de estas clases medias
tiene nombres concretos: Brexit, Trump, Chalecos amarillos y una amplia gama
de populismos de derechas y de izquierdas que surgen del empobrecimiento
relativode las clases medias de los países ricos: un buen segmento de electorado.
La conclusión está generalmente asumida. Las naciones deben recuperar parte
de la soberanía cedida a los movimientos de liberalización global, y enfrentarse a
los grandes problemas que las nuevas tecnologías acarrean para el empleo y los
salarios, revirtiendo en alguna medida la deslocalización industrial. La
productividad sectorial también ha jugado un papel determinante desviando
cadenas de producción hacia latitudes más eficientes.
Encaramos una nueva era. Los fondos de recuperación europeo deben sustentar
estas ideas.