El documento describe las observaciones de un practicante en una clase de sexto grado durante una semana. El practicante observa las interacciones entre los maestros, alumnos y el manejo de la clase. Nota que la maestra titular usa regaños y gritos frecuentes para controlar a los alumnos, pero también estrategias efectivas como asignar responsabilidades de liderazgo. El practicante enseña lecciones de español y ciencias con buenos resultados, aunque nota desafíos con la disciplina en la clase.
1. Lunes
Este día regresé al grupo de 6to B en la primaria Juan Escutia.
Cuando ingresé al salón los alumnos de inmediato se mostraron
interesados y respetuosos ante mí, la curiosidad les invadió, dando
pauta para que comenzaran a atacarme con preguntas respecto a mí
persona, no están acostumbrados a las visitas de extraños en el salón
(son muy herméticos).
La maestra dio su clase de manera normal, según los alumnos, pues
yo sólo pude observar regaños y gritos en el transcurso del día y los
alumnos respondían de manera “positiva” al trato, caí en cuenta que
los alumnos ya estaban acostumbrados a este tipo de situaciones.
La clase no se dio del todo amena y el día parecía estar pasando muy
lento. Había ocasiones en que la profesora perdía el control de su
alumnado (por el simple hecho de no estar haciendo nada), y los
alumnos representaban esta inconformidad a manera de gritos, barullo
y peleas. No opté por intervenir (pues la docente no me había dado la
autoridad para hacerlo), me limité a ver cómo se resolvía la situación
dentro del grupo, y, hasta que la profesora decidió que era bastante,
les puso un fin cargándolos de muchísima más tarea de la necesaria,
que a fin de cuentas todos dijeron que no la iban a hacer, que siempre
era lo mismo.
Hubo actividades y estrategias dentro del grupo que me parecieron
muy significativas para mi práctica docente, pues, a pesar de que la
maestra es novata en grupos superiores, ha sabido manejar a sus
alumnos que son parte de un contexto socioeconómico muy difícil.
2. ¿A qué me refiero con que los sabe manejar?, pues simplemente hace
actividades que pueden “perjudicar” la comodidad de los niños: En
primer lugar, cuando se encuentran muy inquietos y platicadores, la
profesora se dirige al pintarrón y escribe la palabra “Receso”, cuando
esto sucede, los alumnos comienzan a bajar el tono a los desastres
dentro del aula, más sin embargo, si esto persiste, la profesora
comienza a borrar letras e la palabra y cada letra resta cinco minutos a
su recreo. Es una manera rústica y burda para mantener a los
alumnos tranquilos, pero funciona y eso me gustó.
También la maestra tiene jefes de fila para cada mes, y ellos son
encargados de revisar la tarea, asistencia e higiene personal. Algo que
me llamó la atención es que la maestra destaca en estas tareas a los
alumnos con muy mal comportamiento y poco a poco se han ido
tranquilizando dentro del aula.
El día terminó de la manera en que comenzó, con una practicante muy
inestable pues no supe cómo manejar las situaciones que se me
presentaban, y a pesar de que la docente me dio la pauta de tener
confianza hacia con ella, no me atreví a interactuar mucho más con los
alumnos. No me di la oportunidad.
3. Martes
Este día la maestra no se presentó a clase, pues tuvo pequeños
percances y le pidió a otra maestra que fuera a suplirla. Este día yo
apliqué mi contenido de matemáticas de una manera práctica y rápida
pues la docente no me había informado de que estaría ausente, así
que, con la ayuda de la otra maestra suplente, abordamos mi
contenido de matemáticas con materiales dentro del aula (que la
verdad eran muy escasos pues la docente del aula no suele trabajar
con materiales didácticos).
Mi contenido se vio de manera fugaz y yo no esperaba que fuera así,
pues a pesar de que la maestra suplente no iba preparada, decidió
tomar mi tema para ayudarse ella misma y también dar clases.
No pude disfrutar de este contenido como yo quisiera pues obtuve
demasiada ayuda de la maestra, entonces decidí que trabajaría a la
par que ella.
Al finalizar con mi breve contenido se prosiguió con clases de español
y la maestra manejó totalmente la clase a su gusto, no era una mala
maestra ni mala persona, solo que se sentía más tranquila dando
clase frente a los niños que estar sentada, obtuve muy buena
información y consejos de ella sobre mis alumnos, pues no era la
primera vez que cuidaba ese grupo.
El día pasó de manera amena y tranquila, al parecer los alumnos se
encontraban más tranquilos con la inasistencia de la maestra y se
acercaron mucho a mi, en receso pude platicar con todas las alumnas,
4. contamos chistes y cuentos de terror, conocí un poquito más de ellas y
al igual ellas de mí.
5. Jueves
El día de hoy la puerta se cerró a las 8:10 a.m., pero nosotros nos
encontrábamos aún fuera del aula ya que los alumnos encargados del
aseo llegaron muy tarde y el salón aún no se encontraba en
condiciones de ser utilizado. Cuando ingresamos, la maestra como de
costumbre apunto todas las faltas hacia los niños y yo siento que sólo
los desanimó más.
No creo que una manera de iniciar viene l día sea a modo de regaños,
señales y gritos.
Todos guardamos silencio, muchos, incluyéndome, bajamos la cabeza
y escuchamos el discurso sobre la responsabilidad que la profesora
nos regalaba.
Aún creo que eso los desmotivaba mucho, los alumnos necesitan a
alguien que logre motivarlos en todos los aspectos posibles, no lo
contrario.
Al paso de un rato, los jefes de fila aún sumisos hacia la actitud de la
maestra, comenzaron sus labores con el grupo, y después de cierto
tiempo, la profesora decidió que todos cantaríamos una canción para
romper el hielo y la tensión que ya se había generado en el aula.
Esto era para que los niños no estuvieran tan tensos, pues tendrían
examen de ciencias naturales y no iba a funcionar mucho si estaban
todos cohibidos.
6. Poco a poco los niños se fueron soltando, cuando menos creí, nos
encontrábamos parados cantando “La Chivita”, una canción divertida y
simple, fácil de aprender, contagiosa y amena.
Más sin embargo, a pesar del esfuerzo de la maestra por desestrezar
a sus alumnos, los resultados de los exámenes no eran lo que se
esperaban.
Me tocó hacer de verdugo con los niños, ya que la profesora me pidió
de favor que revisara los exámenes y anotara los resultados.
Fue muy incómodo que los alumnos se acercaran a mis notas y
pudieran observar una calificación reprobatoria; el semblante les
cambiaba al instante y sólo chasqueaban la lengua. Esto no era lo que
ellos necesitaban.
Al regreso del receso ellos lograron olvidar el resultado de los
exámenes, y ahora me tocaba intervenir a mí. Comencé con mi
contenido de español, revisé la tarea que les había dejado encargado
la clase pasada, no fue muy difícil adentrarme con ellos o captar su
atención, pues parece que cada que me paro frente de todos se
sientan mágicamente. Les gustan los practicantes, son divertidos e
interesantes, dicen ellos, que siempre los sacamos de la rutina.
Al termino de la primera parte de mi contenido la maestra me pidió que
si podía proseguir con su contenido de la clase anterior.
¿Quién recuerda los pronombres personales? Pregunté como si no
fuera muy interesante. “¡Yo!” gritaron Brenda y Alondra levantando la
mano desesperadas.
7. Aproveché el entusiasmo de los alumnos para reafirmar el tema de la
conjunción de verbos, y, a pesar de que el tema no les había quedado
muy claro, mi reafirmación les ayudó mucho.
8. Viernes
Este día si he llegado un poco tarde, la maestra estaba a punto de
comenzar su clase cuando pedí permiso para pasar, el sentir de
inmediato 34 miradas sobre mí me puso muy nerviosa, parecía que
todos me analizaban y ponían un punto menos a la maestra Itzayana
por llegar tarde; “A todos nos puede pasar”, pensé, y la docente d
einmediato se dio vuelo fuera del aula, dejándome con los alumnos
para que yo pudiera seguir aplicando mis contenidos.
Hoy tocó aplicar ciencias naturales, la lección trata sobre las
relaciones sexuales a temprana edad y yo no sabía cómo comenzar
esa clase, no porque el tema me asuste o se me complique, sino
porque mis niños toman todo a broma y la seriedad con ellos sale
restando, no puedo tomar una clase en serio con ellos, ya que tengo
niños que no dejan avanzar mis clases.
Comencé mi clase de la manera más natural posible, necesitaba ser
seria y responsable, intentar no bromear y estar calmada.
Hablamos sobre lo que podría pasar si te embarazabas a temprana
edad, los riesgos y todo lo que conllevaba esta responsabilidad, los
alumnos se mostraron muy entusiasmados con este tema,
participaban, daban sus opiniones y contaban anécdotas y decían que
era horrible.
La clase se dio por si sola, ellos se dieron a la tarea de sacar adelante
la clase y yo pude aplicar mis actividades de manera satisfactoria, no
creía que todo sería tan fácil y de inmediato abordamos el material
9. didáctico que les llevaba preparado, expusieron casi por si solos, no
deseaban perderse nada de lo que estábamos investigando y
abordando en clase.
Sin que me diera cuenta ya había debates en el aula y aunque no
hubieran sido marcados en mi planificación, lo tomé como un punto
excelente pues se notaba que los alumnos de verdad se habían
quedado atrapados e interesados por este tema.
El producto final de esa parte del contenido fue que ellos me llevaran
un resumen y un dibujo de lo que ellos entendían por las relaciones
sexuales, sus riesgos y una reflexión del mismo tema.
Se les dejó de tarea el proyecto de parejas donde tenían que traer huevos
vestidos como bebés y esas parejas harían la función de padres.
El proyecto consistía en que los alumnos supieran lo que es tener ese
tipo de responsabilidad, así que asigné parejas y los dejé escoger lo
que quisieran traer. Se les pidió un diario de toda la próxima semana
la cual tendrían que escribir los sucesos con su pequeño huevo.
10. Lunes
Este día, el grupo de 6to “B” estuvo ausente del aula el 90% de mi
jornada en la primaria, entre artísticas, educación física e inglés, se me
escapó todo el tiempo que yo tenía planeado para ellos.
En artísticas, los alumnos se mostraron muy contentos y
concentrados, aquí me pude dar cuenta que ellos son manuales, les
gusta la manualidad y hacer cosas, además de que son muy limpios
para trabajar, cada que generaban basura de manera inmediata la
recogían y la tiraban en su lugar.
La maestra no lograba controlar muy bien el grupo, tuvo problemas
para que la atención se quedara en ella y en su trabajo, más aún así
siguió hasta que todos los alumnos hubieran terminado.
En la clase de educación física, la maestra los deja jugar a lo que
quieran, aquí me di cuenta de que a todos los niños del 6to “B” les
gusta jugar a las atrapadas, al trompo y al futbol.
Jamás me había involucrado con los niños en una hora de educación
física ya que siempre los maestros están con ellos haciendo
actividades físicas y no hay tiempo para observar a lo que les gusta
hacer en dicha clase, pero aquí, la maestra simplemente les daba
algunas indicaciones (Como que no se golpearan o que jugaran con
cuidado) y hacían lo que querían. Mientras jugaban al futbol, me
estuve con ellos, observé que son muy aplicados en medio del juego,
les gustan esas reglas y ahí no existe el “payasito del salón”, “el rudo”,
“el nerd”, “las niñas”, “los niños”, ahí todos son uno y no se hacen a un
lado, no hay diferencias.
11. No son nada buenos en el inglés, la teacher no consigue en su clase
llamar la atención de sus alumnos, solamente del grupito de los niños
inteligentes son los que logran seguir el hilo de su conversación, en
esta clase todos los alumnos muestran un desinterés total y abusan de
la pasividad de su maestra de lenguas.
Esto me llamó mucho la atención porque, creía que una maestra de
inglés tenía que ser más dinámica o igual que la maestra de cabecera,
tiene que traer objetos, material didáctico, cosas que llamen la
atención del alumno. Mucha gente cree que los alumnos de grados
más grandes ya no prestan atención a las mismas cosas que cuando
se está en primer o segundo año, pero no es así. Si de verdad
conoces a tu grupo, puedes llevar material para que ellos trabaje y aún
así mantenerlos interesados. La clase de inglés pasó a ser un total
caos y la maestra se vio aliviada cuando la teacher se hubo retirado
del aula, le ayudé a poner a los niños en orden y finalizó su jornada un
poco más tranquila.
12. Martes
Este día comenzó bien, en cuanto llegué corrieron a saludarme y
recibirme con muchas cosas en sus manos, los niños corrieron a
saludarme y recibirme con muchas cosas en sus manos, los gestos
que me regalaron era de emoción y alegría, pues habían hecho el
proyecto que de “Nuestra responsabilidad”, que consistía en cuidar un
huevito en binas por toda la semana.
Al momento de entrar al salón la maestra me informó que el grupo
sería totalmente mío, ya que ella tenía muchos pendientes y
aprovecharía el tiempo que yo estaba allí para sacarlos adelante. Así
mismo, me dio las gracias por todo el apoyo y yo me sentí muy
contenta, me alegra saber que aún hay maestros en servicio que no
sólo nos ven a nosotros estudiantes normalistas como una carga más
y nos saben aprovechar; la clase continuó normal para mí, pus tenía
que terminar mi contenido de ciencias naturales, así que antes de
revisar el tan afamado y esperado proyecto, les dicté a mis alumnos el
último subtema que hablaba de las infecciones de transmisión sexual y
los riesgos en los adolescentes (como ellos ya serían).
Dicté y me di cuenta que a los alumnos no les gustaba escribir así, la
verdad me que me percaté que a ellos no les gusta trabajar para nada
y siempre tengo que alzar mucho la voz hasta quedarme adolorida y
ronca de la garganta.
Eso es lo que menos me gusta, así que como andaban muy inquietos
(quizá porque hoy les impartirían educación física) decidí tomar cartas
13. en el asunto y hablar muy bajito, con voz moderada y que sólo algunos
pudieran escuchar…
La maestra de inglés intervino a medida que mis alumnos trabajaban y
yo revisaba a mis parejas del proyecto.
Terminamos ese día todos cansados, la profesora no tocó el aula
salvo para revisar que todos anotaran las tareas que yo asigné. Volvió
a agradecerme y yo le respondí con la verdad pes me gustaba y me
relajaba trabajar más sin una persona extra y capacitada
analizándome a cada momento.
14. Miércoles
Los alumnos corrieron por mis desesperados a que comenzara con
mis clases.
Al entrar al aula les compartí mis producciones para que supieran en
lo que íbamos a trabajar esos días, el proyecto de español que
consistía en hacer un programa de radio, y todos los alumnos
reaccionaron muy bien.
Decidí explicar el aprendizaje esperado del proyecto y hacerlos
entender lo que deberíamos de realizar en ambas clase; cuando
comenzamos la clase yo hacía preguntas sobre lo que había explicado
anteriormente.
Más de la mitad de mis 34 alumnos no sabían a ciencia cierta lo que
era un programa de radio ni de lo que estaba hablando. Con estos
alumnos decidí ponerles un programa de radio que estuviera
activamente en emisión, escuchábamos, yo señalaba lo que eran las
cortinillas, los locutores, las noticias y los comerciales que allí mismo
aparecían, al igual que ellos comenzaron a entender el tema y se
familiarizaron.
Una vez focalizada la idea de la clase, organicé a los alumnos en
equipos al azar, así que podrían presentar un guión de radio un
programa de radio a su interés.
Los alumnos no parecen estar muy accesibles al momento en que
quiero hacer equipos.
15. Se comportan muy hostiles y no desean cooperar con sus demás
compañeros. En este caso decidí mantenerme recia a mi decisión y
dejar los equipos como estaban pues sé que ahí se manejan mejor al
igual que trabajan mejor.
Cuando el tema comenzó a parecerles interesante, dejaron de pelear y
todos los equipos mágicamente estaban trabajando, hablando muy
bajito comentado lo que podían hacer en equipo. Rápidamente sus
libretos se comenzaron a llenar y a la media hora ya tenía cuatro
equipos que habían terminado los requisitos de sus equipos al igual
que partes de sus guiones de radio.
Me animé muchísimo al darme cuenta que no tenía que estarlos
presionado o buscando ideas para que ellos trabajaran; los últimos
dos equipos sí necesitaron de mi ayuda y asesoría respecto al tema.
Pude percatarme e que eran los mismos alumnos que se habían
atrasado en otras actividades.
Les dije después de casi toda la mañana de estar trabajando que
cuando terminaran iban a proporcionarme sus libretas y trabajos de
esas clases pues eran las evidencias de que de verdad habían
trabajado, quién no, califiqué, apunté y analicé a todos los alumnos y
equipos.
De los alumnos que tenía dudas les cuestionaba cosas acerca de su
trabajo y lo anotaba en mi lista.
Fue un día muy duro conforme a trabajo.
16. Jueves
No. Hoy no. Simplemente no están dispuestos a cooperar y el final del
proyecto me preocupa.
Este día desde el momento que llegué todos los alumnos comenzaron
a darme quejas.
- Maestra, Camila no quiere participar por que los demás del
equipo no vinieron – Exclamó José Luis.
- ¡No voy a participar! – Vociferó Camila.
- Si ellos no participan nosotros tampoco – Sentenció Oscar
Daniel señalando a todo su grupo. ¿Y yo? Yo me quedé
petrificada sin saber bien qué hacer.
Dejé la bocina en la mesa, pues nuestro cierre de proyecto
consistía en presentar a la comunidad escolar el programa de radio
que habíamos estado trabajando y ensayando el día anterior.
Pero creo que hoy todos se levantaron de sus camas y dijeron: Hoy
no haremos caso alguno a la maestra Itzayana.
A pesar de todo, proseguí con lo que ya tenía planeado e intenté
suavizar las cosas entre todos, pues la mayoría del grupo estaba
molesto porque cada equipo se encontraba con 3 y 2 integrantes
ausentes.
La clase comenzó de inmediato.
El ánimo y la emoción con la que había llegado a la primaria se
fueron apagando lentamente conforma pasaba cada equipo. No soy
17. de las personas que creen que los alumnos deben de mantenerse
totalmente serios para aprender, acepto risas y comentarios
mientras estén conviviendo con la clase, pero, que los equipos se
tomaran todo a juego y, peor aún, que no me tomaran enserio, me
dieron la pauta para levantarme, quitar la mesa, recoger mis cosas
sin decir nada.
Manuel, que se encontraba peleando con Miguel, de inmediato dio
camino a hacer más desorden.
Intenté aplicar lo que un compañero comento en una de nuestras
clases pasadas, y los dejé ser.
Duraron alrededor de cuatro minutos para darse cuenta que ya no
les estaba llamando la atención, ya no estaba parada y sólo hacía
mis anotaciones, y, así, lentamente se fueron sentando, esperando
mi siguiente instrucción.
Después de un rato para tranquilizarme y no salir de mis casillas,
comenté que la clase seguiría si ellos se encontraban calmos y
atentos al tema.
Los equipos siguieron.
Desastre.
Una alumna me faltó horriblemente al respeto.
Más desastre.
Di la clase por terminada.
Desastre total.
18. Ellos no querían cooperar, y yo no podía hacer nada por calmarlos.
Tristemente le dije a la maestra que no podía continuar así con mi
contenido si ellos no cooperaban, y a pesar de las quejas y regaños
de la maestra hacia ellos, no obtuvimos resultados.
Mi contenido se canceló, y las clases “normales”, continuaron el
resto de la mañana, hasta que llegó un pequeño Show de Magos a
la escuela.