1. Richard Rogers (Florencia, 1933), autor
del proyecto urbanístico más importante
que se desarrolla en estos momentos en
Castilla y León, la operación resultante
del soterramiento de la vía del tren a su
paso por Valladolid, reflexiona sobre su
modelo de ciudad, un lugar -dice- donde
vivir, trabajar, andar o pasear no se con-
viertan en acciones excluyentes. El arqui-
tecto, último premio Pritzker (el galar-
dón de más prestigio de la Arquitectura),
defiende una ciudad sostenible, donde
los ciudadanos vuelvan al centro de las
ciudades, a los solares que van dejando
las industrias.
¿Cómo observa el desarrollo urbano de
la ciudad de Valladolid?
Cuando visitas Valladolid te das cuen-
ta de que es una ciudad vibrante, fuerte,
52
El arquitecto aboga por reducir el uso
de vehículos privados y desarrollar un
modelo de ciudad más sostenible para
hacer frente al cambio climático y al alza
del petróleo.
AUTOR: Carolina Martínez
FOTOS: Juan Lázaro
"La única ciudad sostenible
es la ciudad compacta"
Richard Rogers
2. con mucha gente caminando, trabajan-
do, viviendo… Estoy satisfecho de traba-
jar allí. Como muchas ciudades, su creci-
miento está basado más bien en un des-
arrollo industrial pero la industria está
dejando espacios libres dentro de la ciu-
dad, y esos espacios son lo que tenemos
que planificar y ocupar ahora. Tenemos
que atraer a la población a que vuelva a
la ciudad, que ocupe estos sitios, hacien-
do la ciudad más atractiva y vivible.
Sobre esto versa este proyecto, mejorar
la calidad de vida para los vallisoletanos.
Valladolid sufrió el tren como una barre-
ra, una cicatriz que dividió a la ciudad en
dos y el ejercicio consiste en recoser esa
ciudad, suturar esa cicatriz.
¿Cómo ha imaginado el Valladolid del
futuro tras esa 'oportunidad única' de
cambio que ofrece el soterramiento del
tren?
Una vez soterrado el tren se libera un
montón de espacio, de superficie, que
servirá para concatenar una serie de
espacios verdes donde se construirá más
ciudad: más barrios, más viviendas, más
comercio… Ahora que sabemos a cien-
cia cierta que el cambio climático nos va
afectar y que el petróleo está provocan-
do movimientos políticos de escala
mundial debemos reducir el uso de vehí-
culos privados y desarrollar un modelo
de ciudad más sostenible. Todo el espa-
cio liberado permite potenciar el auto-
bús y el uso de la bicicleta. La gente
empieza a pedalear, el 30 por ciento de la
gente de Copenhage utiliza la bicicleta a
diario para ir al trabajo. Sabemos que no
se producirá el cambio de un día a otro,
pero hay que trabajar por ello.
¿Cómo ve el desarrollo urbanístico que
ha vivido España en los últimos años,
sobre todo en la costa?
España ha sufrido una transformación
mayor que la de cualquier país occiden-
tal. En mi opinión, España es hoy cultu-
ralmente el país más avanzado de
Europa, como lo era Francia hace 20
años, lo cual es muy excitante. La cons-
trucción más representativa que se ha
hecho en España es de la máxima cali-
dad. Barcelona es la ciudad que ha tenido
la regeneración urbana de mayor interés
y calidad de Europa y probablemente del
mundo occidental. Se ha realizado a tra-
vés de un trabajo de regeneración urba-
na meditado, trabajado y cuidado. Hay
otros ejemplos, como Bilbao, de regene-
ración urbana. Y los arquitectos españo-
les tienen una sólida formación. El pro-
blema es que en España es necesario
contener ese esparcimiento que se está
realizando en el territorio. Por un lado,
estamos invadiendo de una manera no
muy sensata nuestros espacios verdes y
libres y, al mismo tiempo, se está vacian-
do los centros de nuestras ciudades. La
única ciudad sostenible es la ciudad
compacta. Construir casas es una cues-
tión de oferta y de demanda. Si en
España se ha construido tanto es porque
se ha demandado. Por el contrario, si lo
que se está haciendo es construir dos o
tres viviendas por familia lo único que se
hace es erosionar la comunidad y la
sociedad.
¿Cómo es su modelo de 'ciudad compac-
ta'?, ¿tiene algo que ver con lo que hoy nos
encontramos en la calle?
La ciudad compacta es la ciudad tradi-
cional que conocemos. El problema es
que cuando las ciudades traspasan su
anillo verde, su cinturón, se empieza a
invadir el exterior y se producen vacíos
en el interior. Ejemplos claros de ciudades
compactas son las ciudades tradicionales
como Atenas, Sevilla, Granada… Las ciu-
dades históricas. El problema es que se
vacían porque resulta fácil salir fuera. Las
ciudades deben ser sitios donde uno
53
3. pueda trabajar, habitar o residir y donde
pueda tener unos espacios de ocio y
esparcimiento. En un modelo ideal los
traslados deben realizarse siempre a pie y
como máximo con transporte público.
Queremos incentivar al peatón, a la bici-
cleta y al transporte público y desincen-
tivar el vehículo privado, que lo único
que hace es generar polución. Las ciuda-
des tienen una importante razón para
existir: ser lugar de encuentro de la gente.
Usted y Foster quizá sean ya en España
los arquitectos extranjeros más conoci-
dos, más populares. ¿Cómo valora esta
globalización de la arquitectura?
Lo bueno de la globalización es que el
mercado está abierto y se puede elegir a
profesionales de Australia o de donde
quieras, siempre y cuando elijas un buen
arquitecto. Las nuevas tecnologías han
permitido crear nuevas redes de trabajo
globales. La globalización no siempre es
mala, todo depende de cómo la utilices.
De hecho, puede ser muy útil.
¿Qué le parece que empresas media-
nas en el plano internacional, como las
bodegas, estén recurriendo a los gran-
des arquitectos para materializar sus
proyectos?
El vino es muy importante (ríe). Es
verdad que Renzo Piano, Norman
Foster y yo estamos haciendo bodegas,
es una situación interesante. Lo que
me gusta de Protos es la posición
donde está ubicada la bodega tanto
dentro del núcleo urbano como por la
topografía y la posición que ocupa, lo
que hace del proyecto algo muy intere-
sante.
54
6. El AVE llega el 22 de diciembre de 2007
a los andenes de la nueva estación de
Guiomar, en Segovia, y de la estación
Campo Grande, en Valladolid, en una
jornada calificada de momento histórico
para todo el norte de España.
Castilla y León dio la bienvenida antes
de que expirara 2007 a la revolución de
infraestructuras de comunicación del
siglo XXI. El AVE llegó el 22 de diciembre a
los andenes de la nueva estación de
Guiomar, en Segovia, y de la estación
Campo Grande, en Valladolid, con pun-
tualidad británica, a las 10 y a las 11.25
horas, respectivamente, según el horario
previsto para un viaje inaugural que estu-
vo encabezado por el presidente del
Gobierno central, José Luis Rodríguez
Zapatero. La jornada se definió como un
momento histórico para Castilla y León y
todo el norte de España y como el pisto-
letazo de salida para la llegada de la
infraestructura en los próximos años a
provincias como León, Palencia y Zamora.
Si a mediados del siglo XIX la noticia de
que Valladolid sería eje de las líneas ferro-
viarias del norte de España se recibió
como el símbolo del desarrollo industrial,
social y económico, la del AVE no produ-
jo la misma reacción. En el hito en la histo-
ria ferroviaria de la ciudad algunas voces
detectan un exceso de expectativa. Creen
que el beneficio recaerá, fundamental-
mente, en los viajeros, que ya llegan a la
capital de España, a Madrid, en 56 minu-
tos, y desde Segovia, en 34.
La línea Madrid-Segovia-Valladolid se
concibe como el eje principal de las futu-
ras conexiones de alta velocidad del norte
y noroeste peninsular y ha supuesto una
inversión de 4.205 millones de euros. El
trayecto tiene una longitud de 179,5 kiló-
metros y reduce la distancia actual por vía
convencional entre 68,5 kilómetros y de
una hora y media en tiempo de viaje, de la
que se beneficiarán Galicia, Asturias,
Cantabria, País Vasco, Navarra y el resto
de provincias de Castilla y León que
suman el 30 por ciento de la población
española.
Castilla y León
da la bienvenida
al siglo XXI
FOTOS: Rubén Cacho / Miriam Chacón
Eduardo Margareto
INFOGRAFÍA: Fernando Sanchís
7. Por ello, la línea de alta velocidad y
ancho internacional, cuarta que se pone
en marcha en España tras los de Sevilla,
Lérida y Toledo, está considerada por la
Unión Europea como uno de los proyec-
tos prioritarios en materia de transporte.
Seis años de obras
Las obras se prolongaron durante casi
seis años, 2.111 días desde que se coloca-
ra la primera piedra, en marzo de 2002.
Echando mano de la historia reciente de la
capital vallisoletana, se observa que las
obras del primer ferrocarril del norte tar-
daron en construirse un año y siete meses
menos que el AVE, pese a que fueron eje-
cutadas hace más de 150 años. La compa-
ñía francesa Crédito Mobiliario tardó cua-
tro años, dos meses y 13 días -1.534 jorna-
das- en realizar la infraestructura.
El 20 de febrero de 1856 pasó a la histo-
ria de Valladolid, al ser cuando se decidió
que la línea ferroviaria hacia el norte pasa-
ra por la capital del Pisuerga.
Transcurrieron dos meses hasta que se
inauguraron las obras, el 25 de abril. Para
tal ocasión, la ciudad recibió al entonces
presidente del Gobierno, el general
Espartero, que protagonizó en el hoy
Campo Grande una solemne y ostentosa
ceremonia, en los últimos meses del
Bienio Progresista.
Y es que, por esas fechas, las tensiones
entre Espartero y su ministro de la Guerra,
Leopoldo O'Donnell, eran cada vez más
evidentes y en el mes de julio, tras un duro
enfrentamiento, la Reina Isabel II nombró
a O'Donnell como presidente del Consejo
de Ministros, tras el retiro de Espartero,
iniciándose así un periodo de inestabili-
dad que se extendió hasta 1857 y que
también se notó en Valladolid, cuyo ayun-
tamiento dimitió tras un motín acaecido
el 22 de junio de 1856.
58
8.
9. Sin embargo, el gobierno de O'Donnell,
que logró un gran apoyo en las elecciones
a Cortes de 1858, apostó decididamente
por las grandes inversiones en obras
públicas, aprobando incluso créditos
extraordinarios, que permitieron el des-
arrollo del ferrocarril. Así, durante su man-
dato, el 8 de julio de 1860, asomaba por la
estación vallisoletana la primera locomo-
tora de vapor que situaba Madrid a unas
cinco horas (en diligencia eran tres días de
camino).
Al igual que en la obra del primer
tren, en la del AVE han participado tam-
bién dos gobiernos. Así, en la colocación
de la primera piedra, el 11 de marzo de
2002 en la localidad madrileña de
Miraflores, participó el entonces presi-
dente del Gobierno, José María Aznar, y
el ministro de Fomento, Francisco Álva-
rez-Cascos. Mientras, fueron los socialis-
tas José Luis Rodríguez Zapatero y
Magdalena Álvarez los que protagoniza-
ron el momento histórico de la llegada
del tren de alta velocidad.
Un día grande
El 22 de diciembre de 2007 la
Comunidad recibió el premio 'gordo',
pese a que en la jornada la suerte del
Sorteo Extraordinario de la Lotería de
Navidad pasó por alto en Castilla y León.
El hito no se celebró con festejos taurinos,
fuegos artificiales, ni desfiles, elementos
que sí protagonizaron la entrada del ferro-
carril en Valladolid, que se celebró con
más entusiasmo aún los días previos.
Para hacer posible la puesta en marcha
de la vía de alta velocidad se han tenido
que solventar una serie de problemas téc-
10.
11.
12.
13. nicos que provocan que de los 179 kiló-
metros de la línea 81 transcurran debajo
de tierra, fundamentalmente en los túne-
les de Guadarrama y San Pedro y otros
seis en viaductos, o adaptar seis vías de la
estación de Chamartín en Madrid al
ancho europeo. Pero el verdadero reto
han sido los túneles, especialmente, el de
Guadarrama que con sus 28,4 metros es el
más largo de España, el tercero de Europa
y el quinto del mundo.
La técnica constructiva empleada en su
ejecución convierte a esta obra en la más
importante de las que actualmente se
desarrollan en el panorama internacional.
Los túneles son dos tubos paralelos, con
una separación entre ejes de 30 metros y
conectados entre sí por galerías de emer-
gencia situadas cada 250 metros.
El trazado de los tubos discurre entre el
término municipal de Miraflores de la
Sierra y las inmediaciones de la capital
segoviana, con una altitud que oscila
entre los 998 metros en su cabecera
madrileña y una cota máxima de 1.200
metros. Además de las galerías de interco-
nexión, los túneles cuentan con una sala
de emergencia de 500 metros de longitud,
situada de forma equidistante de las
bocas, con capacidad para albergar a
1.200 personas.
Los túneles están vigilados desde un
centro de control en el que se supervi-
san las instalaciones de ventilación, aire-
ación de galerías, emergencias, energía,
iluminación, señalización, comunicacio-
nes y extinción de incendios. Además,
ha sido necesario la construcción de
otros túneles para salvar el cerro de San
Pedro, que se prolongan durante otros
8,5 kilómetros.
64
14.
15. Viaductos
Junto con los túneles, los viaductos constituyen otros
elementos singulares de la línea. Destaca el situado en el
tramo entre Soto del Real y Miraflores de la Sierra, en el
término municipal de Soto del Real, con una longitud de
1,7 kilómetros, distribuidos en 27 vanos, con unas luces
de 66 metros y una altura máxima de 80 metros.
En su parte central tiene un arco ojival de 120 metros
de luz y flecha de 49 metros, con un peso total del arco
de 2.500 toneladas, con un diseño lineal y estilizado y una
moderna técnica constructiva que extrema el respeto al
medio ambiente. En Miraflores de la Sierra se sitúa tam-
bién el viaducto de Majalahíta, de 702 metros distribuidos
en 15 pilas y 16 vanos, con unas luces de 36 metros y una
altura máxima de 32,3 metros.
Otros elementos
También, ha sido necesario poner en marcha un pues-
to de adelantamiento y estacionamiento de trenes
(PAET) en Soto de Real (Madrid), que consta de dos vías
generales y dos de apartado, además de otras tres de fre-
nado, una vía cargadero de balasto como base para las
labores de mantenimiento y 14 aparatos de vía de los que
dos son escapes.
La longitud de vía general entre escapes extremos es de
más de dos kilómetros y la de las vías de apartado de 900
metros, que incluyen un andén de 480 metros para cada
vía, que en el caso de la número 4, en el margen izquierdo
del PAET, dispone de un edificio técnico para uso de las
instalaciones ferroviarias.
La nueva estación de Alta Velocidad de Segovia es otra
de las infraestructuras que se han ejecutado con motivo
de la puesta en marcha de la línea Madrid-Valladolid. Se
ubica en el término municipal de la capital, en las inme-
diaciones de la circunvalación de SG-20 y de la autopista
de peaje AP-61. Cuenta con seis vías de ancho internacio-
nal (UIC), de las que cuatro son de estacionamiento, con
dos andenes de 400 metros de longitud, 8,30 metros de
ancho, y marquesinas de protección.
19. El calendario benefició a San Bernabé,
frente a San Tirso. A este último se le
honra a finales de enero, y, a su romería,
sólo suelen a acudir al santuario rupestre
donde se venera su imagen los poco más
de 400 lugareños que residen en invierno
en los entornos del gran circo en el que
también se encuentra el sumidero del
Guareña. Sin embargo, la fiesta dedicada a
su compañero de milagros tiene lugar el
11 de junio y asisten miles de romeros. Es
tanta la fama del que fue estrecho colabo-
rador de San Pablo que apenas nadie
recuerda que este templo estuvo dedica-
do durante muchos años solo a San Tirso.
El historiador Manuel Guerra apunta que
fueron las inclemencias climatológicas
"habituales en estos lugares por su altitud
y, sobre todo, por la inminencia del somo
de cumbres nevadas durante gran parte
del año, las que motivarían que la celebra-
ción popular se trasladase al mes de
junio".
Posiblemente el clima adverso y las difi-
cultades orográficas han sido unos exce-
lentes aliados para que Sotoscuevas haya
mantenido desde el paleolítico hasta
nuestros días, "el misterio y el embrujo",
como señalan los que conocen bien este
enclave famoso por sus cuevas. Quienes
entran en la ermita "saben que pisan el
mismo suelo por el que transitó, con los
pies descalzos, el hombre prehistórico
que usaba estas oquedades para celebrar
ritos telúricos". Si en la Sala de las Pinturas,
en lo más profundo de la Cueva
Palomera, los primitivos pobladores, hace
miles de años, representaron animales,
signos y figuras antropomorfas; sus des-
cendientes, también dejaron su impronta
pintando casi en la totalidad del techo y
en las paredes de una cueva los extraordi-
narios prodigios que se alcanzaban con la
sola invocación de los Santos Tirso y
Bernabé.
Escenas milagreras
Cuando Alberto Gómez relata la his-
toria de una pasiega que se dirigía al san-
tuario con un cuévano de ollas y calló
desde lo alto de una peña, los visitantes
que escuchan la explicación intuyen que
la mujer se salvó gracias a un milagro. No
ocurrió así, "porque mientras se precipi-
taba al vacío, invocó a los santos por los
cacharros de barro, que no se rompie-
ron, pero la pasiega si se despeñó", rema-
ta el guía, dejando boquiabierto a los
turistas.
El grupo que atiende las indicaciones
dirige su mirada a un fresco pintado en
la pared, "con unos trazados de impron-
ta naif", y observa una instantánea de
tan malogrado relato. No es el único,
aunque en el resto de las escenas el final
feliz de los protagonistas resulta asegura-
do. Así, otras mujeres tuvieron más suer-
te que la infortunada pasiega; solo hay
que continuar escrutando en la pared
para contemplar otra escena en el que se
representa a una mujer precipitándose
por unos cantiles con sus animales,
"pidiendo a San Tirso y a San Bernabé
quedó ella libre y matándose los bueyes",
explica la cartela que figura al pie de este
sobrenatural acontecimiento que suce-
dió en 1670.
Toda la cueva ermita se encuentra
cubierta de un conjunto de pinturas,
donde sobresalen los trazos negros y los
colores ocres. Realizadas en dos fases, la
más antigua, datada en el siglo XVII,
representa el martirio que sufrió San
Tirso, al que atado a un árbol, le serraron
las piernas. Posteriormente, ya en el
XVIII, se ilustró el resto de la cavidad con
los milagros que se le atribuyen a él, y a
San Bernabé, a quien también está con-
sagrado este recinto. Hace apenas una
década, todos los frescos fueron restau-
rados. Al fondo de la ermita hipogeo, en
un recoleto altar, dos imágenes de
ambos santos presiden el recinto.
70
AUTOR: Paco Alcántara
FOTOS: Eduardo Margareto
20. Bodas con carburo
El fervor popular hacia San Tirso y San
Bernabé se mantiene como hace siglos
desaparecido y en un lateral de la nave se
almacenan numerosos exvotos por los
favores concedidos: patucos de bebé, bra-
zos y pechos de cera, alguna que otra
coleta de pelo y hasta llaves de coches,
cuelgan de tan estrambótica percha
dejando constancia del agradecimiento.
"Aquí, en Sotoscuevas, cuando tienes la
certidumbre de que va a ocurrir una des-
gracia siempre mentamos a estos santos",
comenta Isaac Peña, otro vecino de la
merindad que se casó con María Macho
en la ermita-cueva en noviembre de 1964.
"Fue una fiesta entrañable", recuerda la
mujer, "vestida de blanco, recorrí todo el
paseo de nogales cubierto de hojas, hasta
llegar a la ermita". Entonces apenas si cele-
braban actos litúrgicos en el santuario,
fueron los espeleólogos del grupo
Edelweis quienes con su presencia popu-
larizaron el enclave. Las dos primeras
bodas las protagonizaron, ese mismo año,
dos miembros fundadores de este grupo,
el burgalés José Luís Puente y el navarro,
Adolfo Eraso, que contrajeron matrimo-
nio con sus respectivas parejas, ataviados
con todos los aparejos necesarios para
entrar en las cuevas, casco y carburero,
incluidos. A todos los casó el párroco de
la zona, Isidoro Bocanegra, quien celebró
también la primera misa en el interior del
complejo cárstico de Ojoguareña hace
ahora cincuenta años, en 1958, en la sala
conocida como el Museo de Cera. Este
sacerdote fue el que ordenó colocar, en
1964, una puerta que separó el recinto
religioso del resto de la cueva y gracias a
sus desvelos para que se pudieran admirar
los frescos, hasta consiguió que la ermita
tuviera luz eléctrica, antes que muchos
pueblos de la zona.
Origen incierto
Sin embargo, poco se sabe del origen de
estas pinturas y menos de las causas por
las que los lugareños de este municipio
decidieron ocupar una de las muchas
cuevas de este complejo cárstico de Ojo
21. Guareña, para honrar a estos dos santos.
Manuel Guerra comenta: "resulta imposi-
ble precisar su antigüedad, aunque todos
los indicios llevan a asegurar que la dedi-
cación a San Tirso data de los siglos VIII y
IX", sin que se tenga constancia escrita
sobre si "los cristianos refugiados en
Sotoscuevas desde el siglo VIII iniciaron el
culto a este mártir en la ermita cueva o si
existía allí antes". Si, parece que los cristia-
nos huidos de los musulmanes trajeron su
devoción a las zonas septentrionales de
España. De hecho, las pinturas murales
más antiguas, dedicadas a describir el
suplicio que sufrió San Tirso muestran
una leyenda que aclara, al menos, la pri-
mera datación, "a honra y gloria de Dios
nuestro Señor se pintó el martirio y mila-
gros de San Tirso... años 1705". Si parece
claro que la advocación a este personaje
virtuoso natural de Asia Menor "sustituyó
a otro culto pagano por uno cristiano",
asegura Guerra.
Aguas curativas
Tras recorrer la ermita, la visita guiada
continúa por el interior de la cueva
donde se observan varios silos prehistó-
ricos que pudieron haber sido utilizados
como enterramientos. También se pasa
junto a la Pila del Santo que, según la
tradición, se llena misteriosamente de
agua milagrosa. "Es verdad que mucha
gente se acerca atraída por supuesto
poderes milagrosos de esta aguas",
comenta Alberto Gómez, quien recuer-
da alguna que otro hecho sorprendente.
"No hace muchos años se acercó un
matrimonio de Torrelavega pidiendo
que le llenáramos una botella de agua
de la Pila porque el marido tenía un cán-
cer de piel en la cara", relata el guía. Lo
cierto es que meses después, regresaron,
"me regalaron un tarro de miel y al
enfermo le había desaparecido la cica-
triz del rostro", recuerda Alberto con
una media sonrisa. No es la única histo-
ria milagrosa que se cuenta "siempre se
ha dicho que estas aguas son excelentes
para curar los eccemas", asegura María
Macho, natural de Cueva, la localidad
más cercana al santuario.
Solo hay que divisar la inmensa con-
cha rocosa donde se asienta la ermita de
San Tirso y San Bernabé para comprobar
que tras esas pared vertical se esconde el
misterio: mas de 370 cuevas, simas y
abrigos rocosos, la mayoría con restos
arqueológicos y humanos de los tiem-
pos prehistóricos. Fue uno de los mayo-
res centros de población durante el pale-
olítico. En el interior existen numerosos
yacimientos arqueológicos de gran valor,
desde la "Sala de las pinturas", un santua-
rio rupestre del paleolítico descubierto
en 1968; hasta la "Sala de las huellas",
donde se descubrieron en 1969 las hue-
llas de pies descalzos que un grupo de
humanos dejó en un recorrido de unos
400 metros.
Seguramente los miembros de estos
clanes pasearon por la cavidad donde
siglos después, en pleno medievo, otros
grupos decidieron consagrar a San Tirso.
El primer Santo de la Merindad de
Sotoscuesca, "también el más descono-
cido", señala Alberto.
72
22.
23.
24. A Guzmán Fernández le lleva mas de
una semana limpiar cada uno de los cinco
paneles que, una vez ensamblados, for-
man la lanceta de una vidriera. Para aco-
meter este trabajo laborioso, minucioso y
pacienzudo, emplea una máxima: "Hay
que tratar de interferir lo menos posible
en la historia". Con una potente lupa, ayu-
dado por una mesa de luz, observa todos
los detalles de este cuadro traslúcido, y
con un pincel de fibras muy suave va reti-
rando la suciedad acumulada durante
siglos, que casi ocultaba la imagen de San
Bartolomé. Esta figura majestuosa ocupa-
ba el espacio principal de uno de los ven-
tanales centrales del presbiterio, acompa-
ñado de San Simón y Ezequiel.
En agosto, esta lanceta regresará al
hueco del ventanal que ocupó desde el
siglo XIV, recuperando "casi el esplendor"
de antaño. En seiscientos años, sobre todo
en la parte que da a la calle, "se forman
costras opacas muy gruesas encima de las
capas de polvo", aclara el maestro artesa-
no. Además, apunta, "el vidrio se corroe y
al degradarse pierde parte de sus compo-
nentes", por lo que descubre otra de las
claves de su cometido, "no se puede reti-
rar todo el rebozo porque, con el paso del
tiempo, forman parte del vidrio y se trata
de devolverle la lectura y transparencia
hasta un punto".
En esta fase de reparación, "hemos
comprobado cómo en la mayoría de ven-
tanales se incorporó vidrio en el XIX", por-
que en aquella restauración "tuvieron
mucha obsesión porque no se notase
nada". Llegaron a aplicar "pintura en frío,
una vez emplomada, para oscurecer e
igualar". Esta pintura, un siglo después,
tiende a desprenderse.
Dobles ventanas
Desde que el Taller de Restauración de
Vidrieras de Catedral de León iniciase el
año pasado la reparación de un conjunto
diez que se encuentran en el presbiterio,
ya se ha repuesto la que muestra a dos
apóstoles: San Andrés y San Bartolomé.
"En estos cuatro años -apunta Begoña
Morán- encargada de coordinar todo el
trabajo de desmontar y volver a colocar
estas vidrieras situadas en la cabecera del
templo, "restauraremos unos 450 metros
cuadrados de vidrieras" y hasta el
momento "hemos actuado en unos 80
metros cuadrados". Una vez que finalice
esta etapa, "casi la mitad del conjunto,
unos 900 metros cuadrados, habrán recu-
perado la luminosidad de antaño".
El encargo encomendado a este Taller,
dentro del proyecto cultural 'El sueño de
la luz', que patrocinan la Junta, el Cabildo
de la Catedral y Caja España, es "mucho
más que una limpieza", porque "se trata
de evitar que continúe el proceso de dete-
AUTOR: Paco Alcántara
FOTOS: Eduardo Margareto
La catedral de León
recupera su luminosidad
25. rioro, protegiéndolas de las granizadas,
herrumbres, las aves y la contaminación
atmosférica", aclara esta ingeniera indus-
trial. Con este fin, están "colocando un
acristalamiento isotérmico que es el que
estará en contacto con el exterior". Con
este nuevo sistema de protección, la
vidriera restaurada queda "colgada" en el
interior del templo, "exenta de la piedra" y
sujeta a ella mediante un anclaje metálico.
Bajo la supervisión de Begoña Morán,
los paneles viajan desde la Catedral hasta
una amplia estancia del antiguo seminario
de León, a unos doscientos metros de dis-
tancia, donde los siete miembros del
Taller de Restauración de Vidrieras aco-
meterán una profunda limpieza que les
devolverá toda la luminosidad posible. La
responsable del desmontaje y de la poste-
rior reposición de los vitrales contribuye
con otro dato: "Cuando desmontamos los
paneles, muchos nos los encontramos
totalmente abombados". Durante sema-
nas, las planchas de vidrio recuperan la
tersura, presionadas por sacos de arena.
Entonces estarán listas para llegar a la
mesa de luz sobre la que trabaja Guzmán
y el resto de los restauradores.
Parte de las vidrieras del presbiterio se
construyeron en el siglo XIV por un maes-
tro del que se desconoce su nombre con-
creto. En esta etapa, el nivel de los vidrie-
ros "era muy alto, tenían una gran soltura
en el trazo, conseguían colores increíbles y
el emplomado era muy fino", comenta el
responsable del Taller. Con la grisalla, una
pintura a base de óxidos metálicos que se
utiliza parar dar coloración, textura y
sombreado al vidrio, "sabían matizar un
pieza, creando una película casi transpa-
rente para conseguir parar la luz". Ante
76
26.
27. este espectáculo lumínico el maestro rea-
liza una reflexión que seguramente avala-
rían sus predecesores en el oficio y es que,
"cuando las contemplas de cerca, com-
pruebas el mucho mimo y el gran cuida-
do que pusieron sus autores para realizar
un trabajo destinado a colocarse a treinta
metros de altura".
Saga de maestros
Guzmán Fernández y sus compañeros
del Taller de Vidrieras unirán sus nombres
al de los maestros Domingo, Adam,
Fernán Arnol, Juan de Arquer, Alfonso
Díez, Gonzalo de Eslantes, o los artesanos
de ascendencia flamenca, Valdovín y
Anequín. Desde el siglo XIII, todos estos
personajes y otros muchos dejaron su
impronta en las vidrieras de la Catedral de
León. Fernández lleva ya doce años apor-
tando sus saberes en la restauración,
"escribe mejor, conservación", apunta el
maestro vidriero, queriendo aclarar con-
ceptos, "porque nosotros no intentamos
dejar huella, solo pretendemos actuar con
respeto".
El gran vidriero segoviano Carlos
Muñoz de Pablos, Premio Castilla y León
de Restauración, da un paso más en la
excelencia de este conjunto de vitrales, al
defender que es "una lección de armonía
muy interesante", porque han pasado
siete siglos desde que se colocaron los pri-
meros ventanales y, durante este tiempo,
"se ha mantenido una coherencia y un
equilibrio extraordinario".
El gótico dio "maestros virtuosos", que
utilizaban una técnica exquisita. "Hay
unos matices en las grisallas, en las veladu-
ras, que lograron en unos hornos rudi-
mentarios, que manejaban de forma
empírica, porque no existían ni tan siquie-
ra medidores de temperaturas", corrobora
Guzmán. No opina lo mismo el actual res-
ponsable de esta restauración de las cris-
taleras que se colocaron en el XIX, al pun-
tualizar que "en el Renacimiento se perdió
la tradición y tuvieron casi que comenzar
78
29. de cero". Es verdad que obtuvieron
muchos aciertos, porque volvieron a dar
empaque a todo el conjunto en apenas
siete años de "intensa actividad", pero, ase-
gura Guzmán, "la calidad era mucho infe-
rior y desdice de las que se construyeron
en el medievo".
En la última década del siglo XIX, los
arquitectos Bautista Lázaro y Juan
Torbado emprendieron la ingente tarea
de recomponer y restaurar la totalidad de
los vidrios, levantaron en León un impor-
tante taller, en el que tuvieron gran prota-
gonismo Guillermo Alonso Bolinaga,
Alberto González y el pintor burgalés
Marceliano Santamaría. A este último se
deben las que cierran el triforio por la
parte del presbiterio, que, según algunos
estudiosos, alteran la uniformidad cromá-
tica del conjunto.
El Taller de Restauración de Vidrieras
dispone de cuatro años para que diez
ventanales, fabricados con vidrio soplado,
recuperen la gama de colores violetas, ver-
des, amarillos, blancos, azules y rojos que
crearon, a partir del siglo XIII, unos maes-
tros vidrieros que supieron transmutar el
interior de esta basílica en una suerte de
paraíso terrenal, "a la imagen de la
Jerusalén Celestial", como se concibieron
estos templos góticos.
Cuando este grupo de maestros vidrie-
ros finalicen esta tarea, permanecerán
expectantes y "dispuestos" a acometer la
restauración de una de las joyas de este
gran conjunto, la vidriera de La Cacería, "la
más peculiar de todas", porque rompe el
ritmo narrativo en tema y forma. Su temá-
tica difiere del resto, se distinguen came-
llos, perros, libres, caballeros con trompe-
ta y escudos, maceros y el mismo rey. Hay
quien asegura que "fue hecha para el pala-
cio de doña Berenguela y, una vez destrui-
do en el siglo XIV, trasladada a la Catedral".
Otros, consideran que "se fabricó para un
ventanal bajo, pero se colocó en otro
lugar", donde aguarda que un maestro
vidriero le desvuelva "ese color envolven-
te" que cambia con las horas del día y que
distingue a estas cuadrículas pictóricas,
convirtiéndola en una auténtica "orgía
cinética de luz y colorido".
80
30.
31. Pocos como él conocen el actual pano-
rama vitivinícola nacional. Autor del
'vademecum' del vino español, la 'Guía
Peñín', las críticas de Pepe, como le lla-
man en los círculos más cerrados, son
capaces de disparar las ventas de una
bodega o de borrar del mercado una ela-
boración. Se le compara con otro gurú
del sector, el polémico Rober Parker,
aunque para él detrás de un vino hay
algo más: pasión, cultura, hedonismo…
Con la experiencia de toda una vida
dedicado a catar, a comparar y puntuar,
observa el mapa de Castilla y León con
admiración por su evolución, pero da un
toque de atención a zonas como Ribera:
hay que investigar más en viñedo y ges-
tión vitícola; es necesaria la integración
de los cosecheros y, el Consejo
Regulador, en lugar de vigilar tanto el
territorio, debe preocuparse más por
vender. "Éste es un asunto urgente".
¿Cómo ha visto la evolución de los vinos
de la Ribera del Duero durante sus 25 años
de existencia?
En mi guía llevan mandando como vino
más valorado dos marcas de la Ribera bas-
tante tiempo, pero eso no es lo importan-
te. Lo más importante es la media y la
parte baja de la tabla. Lo que me encuen-
tro aquí es que esta Denominación de
Origen no ha decaído su prestigio pero
tampoco lo ha aumentado y esto tam-
bién es destacable porque, por contra, el
de La Rioja está aumentando, así como su
dinamismo. La Ribera del Duero era una
zona de claretes y dos tintos en el año 79
y el cambio de negocio en la creación de
bodegas ha sido más espectacular que en
cualquier otra zona. Porotraparte,lacalidad
José Peñín
AUTOR: Margarita Tijero
FOTOS: Ricardo Ordóñez
"La calidad del vino está
muy bien, pero lo que hay
que hacer es marketing"
32. ha ido bien, pero creo que han ido más
rápido las inversiones.
En los últimos años ha habido un incre-
mento exponencial de bodegas, ¿cómo
entiende que afecta o beneficia esto a la
DO?
La presencia de cerca de 250 bodegas
en esta comarca es un hecho que signifi-
ca que esta zona tiene éxito. De eso no
hay ninguna duda. Pero, la perspectiva
que tenía yo en los años ochenta, era de
que la Ribera del Duero iba a ser como
esas zonas de prestigio con vinos caros,
que venden menos y el valor añadido es
muy alto. En el momento en el que
empezaron a llegar bodegas nuevas de
grandes producciones, el precio del vino
bajó inmerecidamente demasiado y
esto, en definitiva, empeora el orden de
prestigio.
¿Qué opina de los nuevos vinos de autor?
Creo que los vinos de autor han existi-
do siempre porque detrás de cada vino
hay un enólogo. Por tanto, el vino de
autor ha sido siempre, lo que pasa es que
en la Ribera del Duero los espacios que
cada bodega tiene como viñedo hacen
que el vino tenga un sentido personal.
Creo que aquí lo que hay que investigar
más es el tema del viñedo, hay que mejo-
rar la gestión vitícola, es decir, las madura-
ciones. Estamos en una zona límite y por
tanto requiere un cuidado muy grande a
la hora de hacer la selección de los raci-
mos. No todos hay que dejarlos al grado
alcohólico.
Dentro del panorama internacional,
¿cómo está el mercado de los vinos de la
Ribera del Duero?
Creo que con esta DO hay una gran
confusión. Es una zona que necesita una
dinámica de los cosecheros para que se
integren en una colectividad pequeña,
como sucede desde hace años en Italia y
Francia. Hay que buscar un título que
caracterice al colectivo y así el comprador
identificará su determinado estilo de vino.
Esto es lo que falta. Por otra parte, las
bodegas como Pingus son golpes de pres-
tigio internacional pero que tienen que
continuar hacia otras marcas. Además,
también hay que concienciar al Consejo
Regulador para que potencie mucho más
el marketing. Éste es un asunto urgente.
En vez de entretenerse en cuestiones cua-
litativas, tiene que vigilar el territorio y
vender.
En Castilla y León hay otras cuatro DO
históricas, ¿qué grado de protagonismo
tienen en el panorama vitivinícola?
Denominaciones de Origen como la
Ribera, Toro y El Bierzo están pegando
fuerte, pero en Zamora existen unos vinos
muy interesantes. Ahora mismo, Castilla y
León es un territorio europeo que ofrece
una variedad de vino muy curiosa y de
calidad.
¿Qué requisitos deben de seguir las nue-
vas bodegas para convertirse en uno de los
'Nuevos 30 valores del Vino español'?
Los requisitos ya los están cumpliendo.
Nuestro aburrimiento está en que ahora
son vinos que, como mínimo, tienen 84-
85 puntos y eso es una calidad importan-
te. La calidad está bien pero lo que tienen
que hacer es marketing.
¿Qué debe reunir un vino para ser exce-
lente?
Equilibrio y personalidad.
¿Qué es para usted el vino?
Pasión, cultura, hedonismo, lazo de
relaciones con mis amigos y con la gente
que quiere. Creo que el vino es muchas
veces el pretexto para muchas otras cosas.
La cultura del vino es capaz de eliminar la
lacra del alcoholismo.
83
33. Los romanos movieron más de dos
millones de metros cúbicos de tierra para
extraer unas cinco toneladas de oro de la
mina que perforaron en las laderas del
valle Airoso. Nadie lo diría recorriendo
hoy con la mirada este recóndito paraíso
natural protegido por unas montañas
pobladas de robles y castaños en las que,
ahora, sólo campean los corzos y los jaba-
líes; donde sólo se escucha el sonido del
viento y el de las aguas de un torrentoso
riachuelo, el arroyo Valdecorrales, que
nace a más de 1.500 metros de altitud. En
lo más profundo de estos abruptos para-
jes pertenecientes al pequeño municipio
de Llamas, en la comarca leonesa de La
Cabrera, hace 19 siglos, cientos de perso-
nas se afanaban por encontrar pepitas de
84
El oro oculto de
La Cabrera
AUTOR: Paco Alcántara
FOTOS: Eduardo Margareto
INFOGRAFÍA: Fernando Sanchís
34. oro en las aguas del río, en las laderas y
hasta en las entrañas de la tierra. Allí se
asentó la explotación romana subterrá-
nea más importante del noroeste español.
La actividad extractiva apenas se man-
tuvo durante unos 30 años del siglo I,
coincidiendo en el tiempo con la paraliza-
ción de las labores en Las Médulas. No se
explica de otra forma que para ampliar los
trabajos en esta mina "destruyesen parte
de la red de agua que abastecía el más
importante complejo aurífero de la
época, como eran Las Médulas", señala su
descubridor, Roberto Matías.
El aprovechamiento fue "frenético",
advierte este ingeniero técnico de minas
que tuvo la buena ventura de darse de
bruces con un imponente agujero, "pare-
cido a una sima", recuerda. "Más por
curiosidad" -relata- entró bajando por una
fuente pendiente y "ante mí, apareció un
pasillo labrado de más de cincuenta
metros de longitud, por el que podía
andar sin agacharme". No lo dudó ni en
minuto: "Comprendí que se trataba de
una mina abandonada", sentencia con
orgullo.
Ocurrió "por pura casualidad", en una
jornada veraniega durante el mes de julio
de 2002, cuando Roberto paseaba obser-
vando los antiguos canales de agua que
recorren las laderas de estos montes,
camino de las Médulas. Tras un paseo por
la inclinada ladera en donde acababa de
encontrar la boca de la mina, observó, a
los largo de 350 metros de desnivel, que
tenía ante sí lo que fue un complejo mine-
ro en el que se integraba, además, una red
hidráulica de abastecimiento con seis
canales. Luego comprobó que alcanzaban
una longitud superior a los 26 kilómetros.
También, localizó otra zona de lavado de
sedimentos en arroyos y cortas a cielo
abierto sobre grupos de filones alterados.
85
35. Los ingenieros romanos lanzaban el
agua sobre la tierra, que se desmoronaba
en ladera, en las excavaciones a cielo
abierto. El chorro a presión de agua con-
seguía dejar al descubierto la zona donde
se encontraban los filones de cuarzo aurí-
fero. Por este sistema, conocido como
"arrugia", se llegó a mover en una de las
franjas más importantes de esta explota-
ción unos 500.000 metros cúbicos de
materiales.
Como señala el arqueólogo y científico
del CSIC, Javier Sánchez-Palencia, respon-
sable del Plan Director de Las Médulas "es
evidente que en Las Médulas había más
oro, en cantidad total, pero en La Cabrera
existían muchas más minas, unas 30, y la
riqueza, el oro existente por metro cúbico
de terreno removido, podía ser más eleva-
do".
La relevancia científica de tan sorpren-
dente hallazgo radica en que el conjunto
"ha permanecido intacto durante cerca
de 2.000 años", desde que lo abandonaron
las cuadrillas que horadaron, al menos,
cinco galerías en la montaña para localizar
hasta veinte vetas de cuarzo donde se
incrustaban las partículas de oro. En estos
años de investigación, la última aporta-
ción ha sido la localización de una nueva
galería de acceso a las vetas de cuarzo;
otra de desagüe, perpendicular a la entra-
da principal "como si en un momento
determinado se hubiese decidido cambiar
la dirección de los trabajos subterráneos"
y la determinación de que se trataba de
una explotación "sistemática y organiza-
da". Además, afirma Matías, "fue la última
fase de explotación del complejo minero
de Llamas de Cabrera", tras su cierre, des-
apareció toda actividad.
86
36. Martillo y punterola
Las corredores que los romanos exca-
varon en esta montaña de pizarra y cuar-
cita tienen cerca de dos metros de altura,
algo más de un metro de ancho, y varias
galerías de más de treinta metros de lon-
gitud. La estructura del conjunto subte-
rráneo "apenas si se conoce en un diez
por ciento" y la forman pozos y galerías
unidos entre sí. Durante el paseo por
estos pasillos pétreos, aún se pueden
observar los lucernarios labrados en la
roca a golpe de martillo y punterola. En
las galerías, cuando se iluminan con un
foco de luz, se distinguen con facilidad los
filones de cuarzo aurífero, de un blanco
intenso, que, en sentido vertical, afloran
entre la pizarra. "El esfuerzo físico que rea-
lizaban era inmenso", apunta el investiga-
dor, los pasadizos permanecían todo el
tiempo cubiertos de polvo y, debido a la
dureza de las vetas de cuarzo, para avan-
zar, "calentaban la piedra y, a continua-
ción, con gran rapidez, la enfriaban con
agua, para fracturarla".
Las condiciones de trabajo eran muy
diferentes a las actuales. Hasta el más
mínimo grano de piedra que sacaban lo
picaban, "se trituraba todo". Puede que
87
37. "diez centímetros de avance en galería
supusiese hasta tres horas de trabajo.
Imagina el esfuerzo titánico que realiza-
ban los operarios en una época en la que
solo utilizaban martillos y punterolas
enmangadas, para no golpearse las
manos".
El oro se encontraba en "yacimiento
primario", en roca viva, incrustado al
cuarzo. Sólo era posible extraer unos
pocos gramos de este metal precioso por
tonelada de mineral silíceo. Los bloques
de cuarzo eran sacados fuera de la mina y
molidos a tamaño muy fino. Finalmente,
se bateaba y como el oro es más pesado
que el cuarzo, quedaba retenido en la
bandeja. "Era un procedimiento muy sen-
cillo, donde lo más complicado era moler
el cuarzo y sacarlo al exterior", proclama
Roberto Matías.
Aunque aún no se han encontrado res-
tos en la mina de Llamas de Cabrera, no
se puede descartar que contase con ins-
talaciones mecanizadas, especies de
molinos de pilones donde, sobre una
base de roca muy firme, por un sencillo
mecanismo, se golpeaba el cuarzo con
una maza de piedra o con una cabeza de
hierro y se machacaba a tamaño muy
fino. En un segundo proceso, se utiliza-
ban unos molinos circulares "como los
que se usan para moler el cereal", con los
que conseguían un polvo tan fino, que
con una facilidad muy grande se podía
separar el cuarzo.
Los antiguos canales, muchos tallados
en la roca, que llevaban el agua del
Cabrera hasta las Médulas se conservan
casi perfectos en algunos tramos.
Tienen una anchura de hasta cuatro
pies romanos, algo más de un metro y
por uno de ellos se accede desde Llamas
hasta la mina de oro que descubrió
Roberto Matías. El paseo transita por la
segunda conducción de agua más larga
de la antigüedad, con unos 143 kilóme-
tros de recorrido. Nacía en la localidad
de La Baña y recorría la ladera con una
suave pendiente. El regreso se puede
realizar utilizando otro de los canales
romanos, paseando por un tupido
bosque de robles y contemplando
cómo el arroyo Valdecorrales va for-
mando cascadas en su precipitada
caída hacia el río Cabrera. El trazado
de este canal es robusto, aún se con-
servan tramos que necesitaron gran-
des muros de contención y el túnel
que abrieron los romanos para traspa-
sar la montaña. "Contemplando estas
obra hidráulicas se constata la sabiduría
de los ingenieros romanos", explica el
'cicerone' mostrando un aliviadero que
abrieron en otra pared rocosa para
reconducir el agua y evitar las crecidas
del arroyo Valdecorrales.
88
40. 91
Desde la cantera, a mil setecientos
metros de altitud, Fidel, Paco, Joaquín y
José pasan ocho horas diarias frente a uno
de esos paisajes ante el que cualquier
amante de la naturaleza dedicaría horas a
la contemplación, comprensión y disfrute.
No es difícil imaginar que en este mirador,
en lo más alto de la comarca leonesa de la
Cabrera, Azorín volviese a escribir: "Se res-
pira en el ambiente una fuerza, un ímpe-
tu, una claridad que hacen inconfundible
su paisaje con paisaje alguno".
No es para menos, en perfecta alinea-
ción se distinguen los montes Aquilanos,
ese espacio espiritual de la Tebaida leone-
sa: Peñalba de Santiago, San Pedro de los
Montes y el Valle del Silencio, donde
vivieron los eremitas Fructuoso, Genadio
y Valerio, entre otros. Un poco más a la
derecha el Morredero y la sierra del
Teleno, nombre del dios de la guerra para
los romanos, una de las montañas míticas
de la península. A sus espaldas, El Picón,
con sus 2081 metros. Y, allá, al oeste, otra
cumbre emblemática, Peña Trevinca,
2.124 metros, cuya cima actúa de límite
entre las provincias de León, Zamora y
Orense.
AUTOR: Paco Alcántara
FOTOS: Eduardo Margareto
41. La pizarra ha alterado el paisaje, la vida
y el futuro de La Cabrera. Antaño en las
laderas pedregosas y en los canchales, a
más de 1.800 metros, crecía la genciana.
Una especie de panacea medicinal benefi-
ciosa para muchas dolencias. Macerada
en agua se usaba sobre todo para los pro-
blemas de estómago. Su fama era tal que
los vecinos la recolectaban con avidez,
"hasta seis mil kilos cogimos un amigo y
servidor en apenas un mes", le contó a
Ramón Carnicer el joven que le guiaba a
La Baña. Vendió toda la partida a un arrie-
ro que la llevaba como mercancía para los
comercios de León. Le pagaron a 13 pese-
tas el kilo. Entonces, hace cincuenta años,
una fortuna. Hoy la riqueza de la comarca
proviene de este mineral de color gris
oscuro y estructura hojosa, que se divide
con facilidad en hojas planas y delgadas y
que se exporta masivamente a Europa.
Ningún vecino de La Baña se encuentra
en paro. La Diosa Pizarra ofrece trabajo
para todos.
La comarca leonesa de la Cabrera ya no
es una tierra olvidada o desconocida,
como la definió Ramón Carnicer cuando
la recorrió en el verano de 1962 y la com-
paró con otro territorio anclado en la
miseria, las Hurdes. Tampoco es ese "país
pobre y montañoso que se extiende por
los confines de Zamora", según testimo-
nio del viajero berciano José Castaño
Posse, que la visitó en 1904. Otra cosa,
como afirma el cura Manuel Garrido, es
que sea comprendida, atendida y valora-
da. Porque en este territorio montañoso
de suelos pobres, con laderas cubiertas de
urces y escobas; la riqueza, tanto la de las
gentes que la pueblan, como la que ofre-
ce la tierra, se encuentra en su interior.
Sin embargo, el tiempo no ha modifica-
do que la primera visión de quien se acer-
que a la Cabrera, o las Cabreras, porque
no es un territorio homogéneo, es la de
encontrarse ante una tierra aislada, agres-
te, montaraz y extraña, de la cual ignora
casi todo.
92
42. Los habitantes de la Cabrera, habituados a
una economía de subsistencia, le echaron
imaginación para levantar casas de una
extrema belleza y sencillez con lo poco que
tenían a mano: piedra, madera y pizarra. El
secular aislamiento permitió que hasta hace
muy pocos años se pudiera ver en el fondo
de los valles los linares y se mantuvieran cos-
tumbres como la de usar el manal para
majar el centeno.
Hace veinte siglos los primeros cabreireses
trabajaron junto a los romanos horadando
las montañas para extraer el oro de sus
entrañas. Todo se lo llevaron, nada recibie-
ron. Fue efímera la pesadilla del wolfran que
disputabanalemanesyaliadosenlaSegunda
Guerra Mundial. Ahora, también se mues-
tran escépticos ante la fiebre de la pizarra.
43. Fidel y Joaquín son los más veteranos en
la cantera, llevan trece años extrayendo
bloques de pizarra de las faldas del Picón.
Joaquín es de León, vive en Ponferrada, y
prefiere este trabajo al aire libre, antes que
permanecer encerrado ocho horas en una
fábrica. Su única pasión es el fútbol. Dirige
la máquina que corta la pizarra con un
hilo de acero diamantado. Tiene que per-
manecer atento a la dirección que tome el
cable para conseguir trozar enormes blo-
ques de pizarra perfectamente cuadricu-
lados, de veinticuatro metros de largo y
ocho de alto. Luego tendrá que dividir
estos cubos, con nuevos cortes, a dimen-
siones menores, para que José Antón, al
mando de una poderosa pala, los vuelva a
partir. Eligen las mejores piezas que carga
en un camión que las depositará, allá
abajo, en la fábrica.
No hay secretos en este trabajo, asegu-
ra Paco Vázquez, el encargado. Todo es
rutinario. Ni tan siquiera la nieve impide
que se interrumpa la actividad. Primero se
dinamita la zona elegida para retirar la tie-
rra que oculta la veta de pizarra.
Localizado el filón, se cortan todos los
bloques posibles, hasta que el mineral
pierde calidad. A un ritmo frenético la
cantera va escalonando las laderas y adel-
gazando la montaña.
94
44. Todos los territorios tienen a un Robin
Hood, un Emiliano Zapata o a un Cura
Merino. La Cabrera cuenta con un perso-
naje de leyenda, Manuel Girón, el maquis
que trajo de cabeza, durante más de una
década, al comandante de la Guardia Civil,
Miguel Arricivita, que solo consiguió eli-
minarlo, en mayo de 1951, tras pagar a un
miembro de la propia partida de Girón
para que lo matase. Este "capitán de fora-
jidos de extremada peligrosidad", como lo
describían sus enemigos, protagonizó
muchas andanzas por estos pueblos, unos
caseríos entonces inaccesibles, porque
estaban incomunicados y donde la
Guerra se prolongó durante años. Aquí
encontró amparo, sosiego y medios de
supervivencia.
Sin embargo, Manuel Girón y sus hom-
bres jamás pudieron hacerse fuertes en La
Baña, cruzaron muchas veces por El Picón,
visionando un paisaje solo apto par pasto-
res avezados y cazadores expertos, camino
de Casaio, un pueblo mítico, en la vertien-
te gallega, que un día fue territorio libera-
do por la Federación de Guerrillas de
León-Galicia.
La Baña de hoy no tiene nada que ver
con ese pueblo miserable y pobre, que se
resistió al guerrillero. Imponentes chalés
han sustituido a las casas levantadas con
piedra, balcones de madera y cubiertas
con enormes lascas de pizarra. Sus vecinos
ya no se desplazan a pie, sino potentes
coches y a los que se fueron les han susti-
tuido un buen número de inmigrantes.
45. Estremece escuchar a Olimpia Álvarez
la aventura que suponía tener que acudir
a estudiar. Ella y otras dos hermanas, aca-
bada la guerra civil, se matricularon en
Magisterio, en León, pero residían en
Losadilla. No existían ni carreteras, ni
transportes en la Cabrera. Vivían inco-
municados. Cada viaje era una odisea.
Debían de levantarse con el alba, cargar
bolsos y maletas en unas caballerías y,
durante diez horas, recorrer toda la
comarca hasta llegar a Castrocontrigo,
de donde partía un autobús a la capital.
El regreso era aun peor, lo realizaban de
noche. "Entonces cantábamos para
matar el miedo", recuerda esta mujer
menuda, habituada a participar en los
filandones, esas veladas al calor del hogar
en la que se mezclaban los mitos, los
cuentos, las leyendas y las fábulas en un
intento de explicar la realidad a través de
la imaginación
Serradores, labradores, cortadores y
embaladores. Más de cuarenta personas
trabajan en la fábrica, a un ritmo frenético,
hasta conseguir losas de pizarra, perfecta-
mente cortadas, que viajarán hasta
Holanda, Francia o Inglaterra, donde los
tejados de color negro se imponen a los
de teja de barro rojiza.
En este gran taller la luz entra por unos
ventanales y mezclada con el polvo y el
fuerte ruido, envuelve el ambiente en un
lugar que aún parece mucho más espacio-
so. La cuerda de operarios realiza movi-
mientos mecánicos, absortos en su labor.
Cada uno tiene su parcela delimitada.
Parece como si nadie necesitase hablar.
En la zona donde se cortan los bloques
que acaban de llegar desde la cantera, el
sonido es ensordecedor. Una grúa deja las
lascas de pizarra ante enormes sierra
donde, de nuevo, se cortan en trozos
homogéneos. Sin embargo, el sonido es
rítmico en el lugar donde los labradores,
con una enorme pericia van descompo-
niendo el bloque de pizarra, en lajas. Solo
utilizan uñeta, guillo y martillo. Con este
último se da un golpe a la uñeta, una
especie de cincel, y se abre la losa a la que
los cortadores darán la medida solicitada
por cada cliente. En esta cadena, las muje-
res solo participan en las labores de emba-
laje. Todos, cuando suene la sirena corre-
rán a sus coches, tiene cerca de dos horas
de viaje por intrincadas carreteras hasta
llegar a sus domicilios. Solo una no tiene
prisa porque vive en La Baña, Pilar Bayo.
96
46.
47. El presidente del Grupo Aciturri, Ginés
Clemente, destaca que Castilla y León se
encuentra en una situación inmejorable
para poder aprovechar la pujanza del
sector aeronáutico, todavía "emergen-
te". El máximo responsable de la empre-
sa ubicada en Miranda de Ebro (Burgos),
que "trabaja en casi todos los programas
de AirBus y en alguno de Boeing", aboga
por los empresarios "con denominación
de origen", por su compromiso con el
desarrollo regional. Clemente dirige un
Grupo (Mecanizaos Ginés, SPASA, Index
servicios de ingeniería y Castle Aero) que
cuenta con 245 empleados y facturó
32,67 millones en 2006, cuando invirtió
6,53 millones y derivó a I+D+i un millón.
Hoy apuesta por multiplicar por dos sus
trabajadores y por tres su facturación.
Ginés
Clemente
AUTOR: David Rodríguez
FOTOS: Ricardo Ordóñez
"Castilla y León tiene que
convertirse en un referente
en el sector aeronáutico"
48. ¿Qué es el Grupo Aciturri dentro del sec-
tor aeronáutico y hacia dónde camina?
Algo tenemos que decir en este sector
tan cambiante, en el que trabajamos en
tres subsectores; estructuras, motores y
sistemas. El objetivo hasta 2012 es multi-
plicar por dos los empleos y por tres la
facturación, hasta los 100 millones y los
400 ó 500 trabajadores. Hoy, estamos a la
mitad del reto, por lo que tenemos que
crecer.
¿Dónde reside el éxito de su empresa?
Está en la actitud y aptitud de sus equi-
pos. Por ese orden. En la capacidad de
involucrarse de la gente y, después, en
sus capacidades técnicas. Si lo simplifica-
mos, con esos dos aspectos estamos
hablando de desarrollo e innovación de
productos y de procesos. Cuando una
empresa funciona, el equipo que la diri-
ge funciona.
¿Sería conveniente la instalación de una
empresa de ensamblaje en la Comunidad?
Si la pregunta es si es posible tener una
cadena de montaje de AirBus o Boeing, es
complicado. Si es si sería bueno que den-
tro de la región una empresa tractora
fuese una ensambladora que se situara lo
más alto posible en la cadena de valor, por
supuesto.
¿Dónde se encuentra Castilla y León
dentro del sector aeronáutico?
Se trata de un sector emergente en
Castilla y León. Es un sector globaliza-
do, que requiere de dimensiones y
capacidades de gestión y tecnológicas
muy importantes. Aunque nosotros
estamos consolidados en un sector en
el que llevamos desde 1987, nos falta
99
49. por desarrollar ciertas capacidades y
adquirir un volumen. Tenemos que crecer.
¿La Comunidad debe recorrer aún una
gran distancia dentro de esta actividad?
Castilla y León tiene que convertirse
en un referente en el sector. Hay mucho
que hacer y muchas perspectivas de
crecimiento. Es un sector con un rendi-
miento social muy alto. Genera puestos
de trabajo, conocimientos y capacita-
ción en gestión, y requiere de importan-
tísimas inversiones económicas a largo
plazo. Es un sector muy interesante.
¿Ese desarrollo será más fácil con un
consolidado entramado empresarial en
automoción?
Hay muchas capacidades que se han
desarrollado en la Comunidad en los
últimos años de la mano de la automo-
ción que son perfectamente aplicables
al sector aeronáutico. El sector aero-
náutico se puede desarrollar en Castilla
y León con mayor facilidad porque aquí
ha habido unas empresas que han sabi-
do trabajar y se han tenido que hacer
competitivas, junto a unas gentes que
saben lo qué es trabajar en el sector
metal mecánico.
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