El documento trata sobre la justicia y el amor de Dios. Explica que la justicia de Dios demanda obediencia a sus mandamientos, pero que ningún humano puede obedecerlos perfectamente debido a su naturaleza pecaminosa. Sin embargo, el amor de Dios se manifiesta en que Jesús murió para satisfacer la justicia de Dios y ofrecer vida eterna a todos los que creen en él. La justicia y el amor de Dios no se contradicen, sino que se complementan para ofrecer a la humanidad la posibilidad de
2. Dios es perfecto en
grado absoluto y todos
Sus atributos se
interrelacionan entre si
en la manifestación a
favor de la humanidad.
Principio
3. Es una realidad de la
naturaleza divina
que determina la
recompensa o
castigo de quienes
obedecen o
desobedecen los
mandamientos de
Dios
Definición de la justicia de Dios
4. Todos tenemos
conociendo
básico de la
justicia de Dios
que demanda
obediencia Rom
2:14-16
Nadie ha podido,
ni puede ni
podrá obedecer
los
mandamientos
de Dios Sant
2:10
El problema.
5. ¿Cuál es la raíz del problema?
La naturaleza
pecaminosa que
toda persona
tiene de la cual
nadie puede librar
por si mismo Rom
3:10-18
6. Muerte física Gen 2:16-17
1
2
Muerte espiritual Rom 6:23
Muerte eterna Apoc 20:15
3
Consecuencia:
La humanidad
bajo la ira de
Dios Rom 1:18
7. Es una realidad
de la naturaleza
divina que
determina el
mayor bien de
quienes Él ama
1 Jn 4:7
Definición del amor de Dios
8. 1
La justicia y el amor de
Dios no se contradicen
sino se complementan.
Aclaración.
9. El hijo de Dios se hizo
hombre para que por Su
muerte la justicia sea
satisfecha Rom 3:21-25
¿Cómo muestra Su amor? Jn 3:16
10. Todos aquellos
que creen en la
persona y obra de
Jesús Jn 3:16-17
¿Quiénes son los beneficiarios
Rom 2:14-16 TLA Porque los que no son judíos obedecen los mandatos de la ley de Dios, aunque no la conozcan, pues ellos mismos saben qué es lo bueno y qué es lo malo. 15-16 Es como si tuvieran la ley escrita en su mente. Su conducta así lo demuestra, pues cuando piensan en algo, ya saben si eso está bien o mal.
Sant 2:10 TLA Si ustedes obedecen todas las leyes, menos una de ellas, es lo mismo que si desobedecieran todas.
Rom 3:10-18 DHH pues las Escrituras dicen: «¡No hay ni uno solo que sea justo! 11 No hay quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios. 12 Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno! 13 Su garganta es un sepulcro abierto, su lengua es mentirosa, sus labios esconden veneno de víbora 14 y su boca está llena de maldición y amargura. 15 Sus pies corren ágiles a derramar sangre; 16 destrucción y miseria hay en sus caminos, 17 y no conocen el camino de la paz. 18 Jamás tienen presente que hay que temer a Dios.»
Rom 3:21-25 DHH Pero ahora, sin la ley, Dios ha mostrado de qué manera nos hace justos, y esto lo confirman la misma ley y los profetas: 22 por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia: 23 todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.24 Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús. 25 Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes, 26 porque él es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús.
Jn 3:16-17 DHH Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él
Det 30:19 DHH En este día pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escojan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes;
Heb 10:19-23 TLA Hermanos, la sangre que Jesús derramó al morir nos permite ahora tener amistad con Dios, y entrar con toda libertad en el lugar más santo. 20 Pues cuando Jesús murió, abrió la cortina que nos impedía el paso. Pero ahora Jesús está vivo, y por medio de él podemos acercarnos a Dios de un modo nuevo y distinto. 21 Él es nuestro gran sacerdote, encargado del santuario que está en el cielo. 22 Por eso, mantengamos una amistad sincera con Dios, teniendo la plena seguridad de que podemos confiar en él. Porque Cristo nos dejó limpios de pecado, como si nos hubiera lavado con agua pura, y ya estamos libres de culpa. 23 Sigamos confiando en que Dios nos salvará. No lo dudemos ni un instante, porque él cumplirá lo que prometió